3.- Brasas
Desde que tuvo a su bebé, Lily comenzó a tener una vida complicada por donde la mires.
Ella por ser la menor y última en tener una niña es, por lo antes dicho, la más primeriza entre sus 9 hermanas y la segunda en tener una bebé de genética modificada. Esto último, por culpa de Lisa, ya que le hizo tantos experimentos desde que nació y sin querer modificó su útero haciendo que fuera capaz de engendrar a una bebé similar a la hija de la misma Lisa.
A pesar de ser una madre soltera, aún seguía en la universidad debido a que necesita de alguna manera en conseguir como sacar adelante a su hija, ya que sus hermanas le hacían el favor de cuidar a su bebé entre semana y venía en los fines de semana para cuidar de su hija en ese par de día.
Sin embargo, después de tanto ajetreo y prácticamente sin descanso, Lily es feliz porque su bebé es la razón para hacer algo mejor con su vida.
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Mientras está en la casa de sus hermanas, Lily duerme en una de las habitaciones más pequeñas de la casa junto a su hija por simple comodidad.
Al despertar, Lily se levantó de su cama y fue haber si su hija había despertado, pero cuando vió que uno de los barrotes de la cuna fue arrancado a mordidas por la bebé, sabía que su día empezaría un poco difícil.
Su habitación siempre se veía como un desastre, había tantos juguetes y ropa tirada que parecía haber sucedido una pelea entre su hija y ella por el dominio total del cuarto, sin embargo, no es así.
Lily suele estar mayor tiempo en su habitación con poca ropa, ya que se siente más cómoda al dormir así y también acostumbrar a su hija que tendrá el mismo cuerpo de su madre cuando crezca, aunque no fuera mejor como la hermana de la preferencia del lector. (Si quieren hacer un debate de esto, en los comentarios... Yo empiezo... Lucy).
Se puso algo de ropa y salió de la habitación con cuidado en no pisar algo del suelo que pareciera frágil y había mucho de eso.
Cuando salió al pasillo, empezó a revisar las rejillas de la ventilación llamando a su bebé, pero no recibió respuesta. Bajó a la sala y busco por el techo, debajo del sillón y dentro de la chimenea porque eran los lugares más comunes donde su hija juega.
En otro lugar, Lincoln cargaba con su brazo la bebé de su hermana mientras preparaba un poco de leche para su biberón, ya que lo ha estado mordiendo mucho y dedujo que debía de tener hambre.
— Si dejas de morderme, le pondré chocolate a tu biberón — decía Lincoln mientras agradaba un chocolate que encontró en el refrigerador a la leche. — Solo unos segundos y podrás comer cariño — de pronto la bebé lo volvió a morder, pero no tan fuerte como la última vez, como si lo hiciera con cariño.
Lincoln sirvió la leche en el biberón de la niña y lo tomó para ir a ver la televisión mientras le daba de comer, pero una voz lo detuvo.
— ¿Qué haces con mi bebé? — Lily dijo nerviosa asustado un poco a su hermano.
— Oh... Hola Lily, le daré de comer porque me ha estado mordiendo mucho y creo que tiene hambre ¿Tienes algún problema? — dijo Lincoln un poco preocupado.
— No... claro que no, estoy agradecida que le den de comer cuando no puedo.
— ¿Y cómo se llama tu bebé?
— Se... Se llama Lani — dijo Lily acercándose a su hija.
— Bonito nombre para una niña que muerde un mucho.
— ¿Y no te dió miedo? — decía mientras revisa los dientes de su bebé para ver si se hizo daño en las encías.
— No te mentiré, al principio si me sacó varios sustos porque trató quemarme las cejas y arrancarme un dedo, pero es una bebé, no creo que destruya la casa.
— Uy... Te has pedido mucho...
— ¿Qué?
— No no nada... ¿Y te quedarás a cenar?
— No lo creo, no me siento bienvenido tu casa Lily, sería lo mejor para todos que yo regrese la siguiente semana para volver a ver a Lemy y conocer a Lupa.
— No es necesario que vayas, pero porque quieres conocer a Lupa en especial.
— Lucy me dijo que Lupa es mi hija y como padre abnegado que soy tengo que responder en algún momento ¿No?
Lily en esos momentos tenía dos cosas en mente, uno en ir a darse un baño y dos la tentación de decirle a Lincoln que Lani es su hija. No podía hacerlo porque prometió a todas sus hermanas lo dirían todas juntas en un momento más oportuno y también para que no se diera un quemón asi misma.
— Está bien... Cuando termines de alimentarla, me la das porque esta traviesa necesita un baño antes que me regresé a la universidad — decía Lily apretando los cachetes de su bebé.
•~{ ❁ }~•
Lincoln no era del tipo de ver novelas, sin embargo, no había más. En la televisión transmitían "Pasión de gavilanes" lo mantenía muy entretenido porque la programación no tenía pelos en la lengua, hasta decían groserías si te descuidas.
Lani se encontraba en el regazo del albino mientras esté último sujeta el biberón para que la bebé pudiera beber su leche sin usar sus pequeñas manitas y siguiera jugando con sus llaves.
— Oye, ¿Qué haces aquí? — dijo una dulce y enojada voz.
El albino giró la cabeza a un lado y vió a una pequeña niña rubia de coletas molesta por su presencia porque no tenía idea de quien era.
— Estoy de visita niña.
— Eso no me importa, yo quiero ver mi programa por algo me levanté temprano — la niña le arrebató el control remoto y se sentó en el lado opuesto del sillón mientras cambiaba a su programa.
Lincoln no parecía molesto, entendía que esa actitud tan mandona que muy probable lo sacó de Lola por obvias razones de crianza, pero cuando estaba apunto de decir algo, Lani había terminado su biberón con un pequeño eructo.
— Ya es hora de tu baño Lani — decía Lincoln mientras le daba cariñitos haciéndola reír.
Sintiendo un poco de celos, la niña de Lola vió a Lani recibiendo apapachos por parte de Lincoln, ya que en el fondo también quería que le dieran cariño.
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Lemy entró una habitación muy oscura, llena de libros de ocultismo y de artefactos extraños perteneciente a su tía Lucy, con la única intención de hablar con la más sabia de sus primas, Lupa, sin embargo, la albina dormía hasta tarde por ser domingo.
Con mucha cautela, Lemy dijo la pregunta más pendeja que le puedes hacer a alguien que está durmiendo.
— Lupa ¿Estás despierta?
Molesta, Lupa abrió los ojos y lo primero que vió fue a Lemy moviendo su hombro para saber si estaba despierta.
— Ah... Sabes que jamás he dormido tranquila y me despiertas en domingo, espero que sea bueno o te floreo el hocico — decía Lupa sentándose en su cama.
— Claro que la tengo — Lemy dió un paso hacia atrás por precaución. — Ya sé quién es mi papá.
— ¿Es el florista pelirrojo de la zona rosa? Porque si es así, Liby y Leia me deben 10 dólares.
— No... No porque mamá me dijo que no lo conoce.
— Lo dijo porque le da vergüenza que un homo la haya embarazado y después la dejó por un hombre.
— ¿Ah no me crees? Vamos a verlo, él está en la sala...
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Lily salió de su habitación con una toalla en el hombro y varios productos de limpieza que usa a la mano.
Tener un lugar donde puedas bañarte sin que alguien toque la puerta diciéndote cuánto te falta un para salir cuando ya estás sentado en la taza del baño, es muy placentero y más para Lily porque tenía que compartir un baño con 3 compañeras de su facultad. Siempre estuvo acostumbrada a compartir, pero por lo menos sus hermanas respetaban su tiempo aunque se quejaran, ya que en facultad el tiempo es muy relativo y no respetan tu espacio personal y más por los exámenes porque en esos momentos odias a todo el mundo porque no te dejan estudiar.
Dejando de lado mis quejas, Lily estaba apunto de entrar al baño pero fue detenida por la voz de su hermano.
— Ey Lily... toma — el albino le dió su bebé a su hermana para que le diera un baño porque suele meterse a lugares muy sucios a jugar con la otra bebé. — Bueno ya me voy...
— ¡Espera!... Te ves un poco estresado, quieres compartir la tina conmigo después de que bañe a Lani.
— Lo lamento Lily, no me baño los domingos por flojera si te soy honesto y si me disculpas te dejo tranquila...
Lincoln se fue dejando sola a Lily con su bebé.
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Lemy llegó a la sala donde Lupa le metió el pié haciendo que cayera de hocico frente a su padre.
— ¡Ves! Te dije que no mentía — decía Lemy levantándose del suelo. — Lupa es el mi papá.
Lupa llegó al sillón, creyó que se encontraría con un hombre pedorro y estúpido como los que había visto con su tía Luna, pero él era diferente. Vió a Lincoln sentado en el sillón comiendo un cereal y mientras se observaban no podía dejar el enorme parecido que ambos compartían.
— Tu madre no mentía cuando dijo que nos parecemos — decía Lincoln dejando el tazón de cereal en la mesita de centro.
— ¿Conoce a mi mamá? — preguntó Lupa sin querer saber lo evidente.
— Más de lo que tú crees... ¿Quieren sentarse y ver el "doctor chiflado"?... Es muy genial si no se la toman enserio.
Ambos niños de sentaron juntos a al albino. Cada uno se mostraba con un actitud distinta de uno del otro, Lemy se encuentra feliz mientras recarga su cabeza a un costado de su padre. Lincoln se sentía impaciente por decirle que era su padre a Lupa porque era el producto del amor que le tuvo a Lucy y Lupa sabía lo que tenía que decir.
— Eres mi papá ¿Verdad? — dijo Lupa cabizbaja.
— Si... — respondió Lincoln dándole un abrazo a su niña.
— Mierda.
— No seas grosera Lupa.
— Me quejo porque el cara de culo es mi medio hermano.
— ¡Oye! — Lemy se enojó.
— No le digas así Lupa... Y tú Lemy ven que te quiero dar un abrazo.
Con una sonrisa Lemy se dejó abrazar de su padre mientras que el hombre abrazaba juntos a sus dos pequeños monstruos con mucho amor, compresión y ternura.
Lincoln pensó que el resto de su vida tendría que criar y ver crecer a esos dos niños, sin embargo, todavía le queda la cena.
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No sean tímidos y comenten... Me gusta mucho leer sus comentarios.
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