11. Una llama en el corazón (Final)
Era un día como cualquier otro, pero había un incendio que se complicó demasiado.
Los bomberos hacían todo lo que podían para salvaguardar a los civiles atrapados entre las llamas del edificio, tanto que algunos resultaron heridos y atendidos por los paramédicos, y un par muertos.
Lincoln y Stella eran los únicos que aún se mantenían en pie, ambos peinaban la zona del primer piso en la parte más alejada de la única entrada que había, buscando alguna señal de auxilio. Al entrar en la última habitación, encontraron que no había suelo y solo veían el almacén que había debajo del cuarto. Miraron si se encontraba alguien atrapado y Stella se dió cuenta que una mujer se encontraba abajo en una esquina cubriendo su boca con un pañuelo.
— ¡Stella ve por la escalera! ¡Ya! – habló Lincoln sin dejar de observar a la señora en problemas.
Mientras que su compañera se fue sin pensar por la escalera, Lincoln tomó la decisión de dejarse caer al almacén para auxiliar a la señorita quien pedía su ayuda. Le dió un poco de oxígeno usando otra mascarilla aparte a la suya conectada a su tanque en la espalda, todo esto mientras esperaban a qué volvieran por la escalera, pero nunca volvió.
— ¡¡Lincoln!! – se escuchó una voz en proveniente de su radio en el hombro.
— ¡Que pasó! ¡Que pasó! – respondió el albino un poco nervioso por la terrible situación de ambos.
— ¡Una viga del techo cayó en la maldita entrada! ¡¿No ves otra forma de que pueda entrar?!
Lincoln miró rápidamente a su alrededor y se dió cuenta que habia una cortina de acero dando al exterior, siendo su única forma de escapar porque las escaleras están bloqueadas por el fuego.
— ¡Hay una cortina de acero del otro lado del edificio! ¡Ve ahí atrás y échame una mano en levantar esa cosa!
Con su hacha en mano, Lincoln reventó los candados usando su herramienta como palanca. Y cuando trató de levantar la cortina de acero, le fue prácticamente inútil hacerlo por si mismo.
Al escuchar los golpes del otro, pudo saber que ya lo encontraron. Mediante a gritos se sincronizaron para levantar juntos la cortina pudiendo hacer el suficiente espacio para que la chica pueda pasar por debajo.
Sin embargo, antes que pudiera hacer algo, un pedazo de madera le cayó en la cabeza.
•~{ ❀ }~•
Sentía que tardaba demasiado.
Lemy seguía esperando al regreso de su padre en la sala de estar mirando la televisión. Su papá le había prometido que viviría con ellos después que regresara de trabajar siendo uno de los mejores momentos de su vida, pero aún seguía tardando demasiado.
Tenía la esperanza que entraría por aquélla puerta.
— Oye Lemy... – llegó Luna a un lado de su pequeño hijo. — Ven a cenar, tu padre regresará más tarde.
— Pero prometió que regresaría antes que cenar – habló Lemy un poco desanimado.
— Losé Lemy... Pero quizá tuvo un contratiempo y por eso es que tarda mucho.
Por lo menos logró convencer a su hijo para que fuera a cenar y que no tuviera el estómago vacío. Sin embargo, ella tampoco sabía en donde podría estar, solo se podía dar una idea por el incendio que ocurría a lo lejos, siendo específico en el centro.
•~{ ❀ }~•
Era un maldito caos ahí adentro, el fuego seguía consumiendo todo y no parecía que fuera parar hasta convertir el sitio en cenizas. El humo comenzó a ser tóxico por las llantas arrumbadas en la esquina sin dejar de consumirse por las llamas y en cualquier momento el techo podría colapsar.
Lincoln abrió los ojos y comenzó a levantarse del suelo, no podía captar su situación debido a que solo escuchaba una insaciable pitido que lo tenía sordo.
De pronto, escuchó un extraño ruido. No eran los golpes y los gritos que venían de fuera exclamando su nombre, sinó una voz de su interior, una que creyó haber ahogado hace años por esta clase de situaciones.
— ... ... hey... Hey... ¡HEY! ¡Reacciona imbécil, tienes que salir de aquí maldición! – dijo su maldito subconsciente intentando hacerlo entrar en razón.
No era su hora de morir.
Lincoln miró rápidamente a su alrededor buscando algo que le pueda ayudar a salir. Encontró debajo de una mesa un tubo de acero para el agua y un gato hidráulico que usan en los talleres de servicio.
Usando su maldito cerebro, tomó el pedazo de madera que le cayó en la cabeza como basa y el tubo como una palanca para levantar la cortina de acero. Seguido colocó el gato hidráulico debajo de la cortina y comenzó a levantar su única forma de salir con vida..
Cuando logró abrir el suficiente espacio para meter todo su cuerpo, se arrastró como pudo en la abertura hasta que logró salir al exterior.
— Santa madre cabrón... – expresó Stella ayudando a levantar a su amigo. — ¿Te encuentras bien?
Lincoln se puso de pié, se quitó el guante y limpió su frente. A pesar de usar un caso, notó que su mano tenía sangre y que cada vez salía más.
— Claro que no, necesito puntadas...
Al volverse a poner el casco se alejaron del edificio y Lincoln fue a los paramédicos para que le cosieran la herida.
Nadie más supo porque llegó tarde esa noche, prefirió mantener todo como un secreto para no preocupar a sus niños. Aunque mintió cuando le preguntaron que le había pasado en la frente por las costuras que evidentemente se le notaban, pero dijo que solo se cayó.
•~{ ❀ }~•
Era diciembre y la nieve comenzaba a caer dando una bella vista de una ligera capa blanca por todos lados.
Lincoln había regresado de su nuevo empleo de Vines Raíces en su nueva camioneta.
Pasaron muchas cosas en los meses que lleva viviendo en su nuevo hogar, había renunciado al cuerpo de bomberos para trabajar en la compañía de Vienes Raíces del padre de una de las amigas de Lizy, vendió su motocicleta para poder comprar su nueva camioneta para llevar más seguros a sus hijos. Poco a poco se volvía más responsable aunque no lo parezca.
Al bajar del auto, se vió su reflejo en el vidrio del auto. Se acomodó un poco su corbata y su abrigo para soportar el frío, no quería que ellas pensaran que siempre iba desalineado al trabajo.
Entró a su casa y fue recibido por sus pequeñas niñas Lizy y Lila con un abrazo. Cuando se quitó el abrigo y los colgó en el perchero, cargó ambas niñas en el mismo brazo para luego ir a ver que había de comer. Y las madres de sus hijas se encontraban esparcidas en por toda la casa.
En el camino, pasó a un lado de Lupa y Leia quienes discutían como siempre, hasta para todos se volvía costumbre. Saludó a Liby, Lacy y Lynn III quienes jugaban con su equipo de casa fantasma que les dieron en su cumpleaños como en la película.
Pasados unos minutos, Leina les dió a su padre y sus hermanitas un vaso de chocolate caliente.
Lincoln fue a sentarse con cuidado en un sillón individual en la sala mientras sus niñas le contaban lo que hicieron en todo el día. Mientras, veía como Lyra, Panther, Terry, Cleo y Sonette jugando videojuegos contra Loan, quien no podían ganarle ninguna y además carrea en el cod a Gloom y a Lilith sin ningún esfuerzo.
Después de un rato, el albino observó al espectador con un lindo pensamiento en mente y cuando estaba apunto de decir algo, le valió madre y siguió prestándole atención a Lizy y Lila.
El espectador miró hacia a un lado, donde se quedó quieto mirando a Lemy comer las galletas que le había preparado Gloom. Molesto, Lemy tomó al espectador y lo arrojó por la ventana para que no siguiera espiando a su familia.
En la nieve, el espectador notó que un Shiba Inu alías un "cheems" tomó al espectador con el hocico y lo enterró en el patio debajo del árbol.
Seguido de metió en la casa para dar fin a esta historia...
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Precio muchísimo su apoyo con mis historias, que son algo extrañas, pero me tomo mi tiempo para que sea algo de calidad.
Agradezco que superaramos los 100 seguidores dándome la confianza de seguir con mis historias...
Esten atentos a "seguro que pierdo"
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