10.- Flama

Lori observa de brazos cruzados como su hija se ponía la ropa que le había comprado para que no la vieran con la misma sudadera de siempre, sin embargo, era al estilo que ella usaba. No entendía porque Loan no cuidaba su apariencia si era una chica muy linda; aunque tenga problemas mentales muy delicados, no sentía que fuera excusa de por lo menos peinarse en las mañanas.

— Ya-a mamá – dijo Loan terminando de ponerse sus tenis.

— Entonces bajemos... – habló Lori antes de abrir la puerta.

— ¡Espera! Me me arr-re-rrepiento...

— Por supuesto que no, me dijiste que en este día saldrías de tu habitación a convivir en familia.

— Es que ten-tengo miedo.

— ¿Miedo? ¿Miedo de qué?... Todo el mundo de ahí abajo te quiere muchísimo y no es lo mismo si no estás tú. Y otra cosa, tu padre a venido los fines de semana y todavía no te has tomado la molestia de conocerlo.

— Tengo mi-miedo que piense que soy pa-pa-patética.

— Te he dicho literalmente cientos de veces, tu no eres patética y jamás lo serás aunque lo intentes... Ahora vamos.

Loan abrazó el brazo de su madre para sentirse un poco segura y ambas salieron por la puerta.

•~{ ⚘ }~•

Luna llegó silbando a la mesa de la cocina donde dejó su botella cerveza en un porta vasos. Seguido, se agachó un poco apoyándose sobre la mesa, metió la mano para sacar a Lemy quien se escondía debajo.

Sin decir una sola palabra, se llevó a Lemy a la mesa de los niños en el patio donde lo sentó entre Gloom y una chica gotica de la edad de Liby. para que pudiera comer. Y Lincoln le sirvió una hamburguesa con papas y un vaso de soda de limón para luego retirarse a seguir preparando los hot dogs.

— Que lindo niñito tenemos aquí – decía Lilith acariciando la cabeza de Lemy.

— ¡Oye! – habló Lyra refiriéndose a la chica gotica. — Me pasas la mostaza.

Mientras Lilith tomaba la mostaza, Gloom se le acercó un poco más hasta que sus cuerpos estuvieran pegados.

— Lemy nosé si tendré otra oportunidad, así que no hables por favor... – habló en voz baja para que no pidieran entender las demás lo que decía. — Quería disculparme por la manera que te traté en la escuela durante los últimos 3 años... Sé que no fue bueno obligarte a qué me quisieras... Lo lamento...

— Está bien... Solo no quiero que seas mala conmigo... – respondió Lemy agachando un poco la cabeza para no verla a la cara.

— No te preocupes, ya no lo seré – acto seguido tomó la mano del niño debajo de la mesa. — Pero no dejaré de quererte...

•~{ ⚘ }~•

Loan observó a todas sus hermanas menores en varías mesas pegadas a lo largo haciendo parecer una sola. Vió como Leina le hizo una seña para que llegara a sentarse junto con ella, sin embargo, al estar en una parrillada, el olor a hamburguesa y papas fritas hizo que le diera mucha hambre.

Cuando miró las hamburguesas en la parrilla, notó a su padre dando vuelta a la carne con una cerveza en la mano de la misma marca favorita de Luna.

Al acercarse lo suficiente, quiso tomar un pan para hacer ella misma su comida, pero el albino ya le tenía hecho su hamburguesa aparte solo le está a poniendo aderezo a un lado.

— Ten – fue lo único que dijo Lincoln ofreciendo que tomara la hamburguesa.

— Gra-gra-gra... Adiós.

Loan se dispuso a ir a sentarse a comer en las escaleras en la entrada del patio a la casa, pero Leina llegó con ella y la dirigió para que se sentara con ella en la mesa.

Esa pinche mesa era otro pedo, ya que comparado al de las adultas siendo todo pláticas y risas, la otra era un desmadre.

Lupa le lanzaba papas a Cleo, pero en lugar de molestarse intentaba atraparlas con la boca. Lacy y Marla jugaban a lucha de pulgares haciendo ruidos y remates especiales. Lynn III y Lina hacían una competencia con un cuchillo de plástico jugando haber quien lo pasaba entre sus dedos sin lastimarse. Lyra, Sonette, Panther y Terry jugaban piedra, papel o tijera para ver quien abriría el sobre que les dió Lisa primero. Lilith sacó de su mochila un cráneo de Yautja para mostrárselo a Liby quien quedó fascinada por lo que veía. Leia, Cindy, Gwen y Marsha reían como si hubieran ganado el premio mayor con las galletas que comerían como postre después. Lemy por lo menos estaba tranquilo comiendo su hamburguesa, pero Gloom no dejaba de ser cariñosa. Lulú y Lani comían papas con ketchup debido a que ambas eran unas bebés.

— ¡Lincoln! – gritó Lynn desde la mesa con comida en la boca. — ¡Ven a comer con nosotras!

— ¡No más al rato! – gritó el albino.

Por estar en la pendeja, Lincoln tiró por accidente la grasa de tocino que estaba en un vaso de unicel en el asador, provocando que se elevará un llama que casi le quema las cejas.

— Eres un imbécil, trabajas como bombero y te mueres asando carne – dijo Lincoln así mismo.

— ¡Deja de estar jugando y ven a comer Lincoln! – gritó Lori.

— Ya voy, ya voy...

Lincoln tomó su hamburguesa y se sentó entre Leni y Lori. Nada parecía fuera de lo normal, así que decidió comer intentando no pensar que nada hubiera pasado, pero saben cómo son las cosas.

— Lincoln necesitamos hablar contigo – habló Luan tomando la iniciativa.

— ¿Otra vez?... ¿No podemos esperar después de comer?, Digo... No he comido desde esta mañana.

— ¡No! – hablaron todas al unísono.

Chale... Me hubiera casado con Ronnie Anne... — dijo el albino entre dientes.

— ¡¡QUE!!

— Yo no dije nada...

•~{ ⚘ }~•

Al estar reunidas en la sala, Lupa decidió tomar la palabra.

— Okey, escuchen... – la albina se levantó del sillón con un poco de hueva por comer una hamburguesa bien sabrosa. — Son una bola de inútiles, pero lamentablemente son lo único que tenemos...

— ¿Eso que tiene que ver? – preguntó Liby.

— Nada solo quería decirlo... ¡Oh! y otra cosa, antes éramos doce y ahora somos – lupa comenzó a contarlas con los dedos. — dieciocho hijas y Lemy del mismo hombre, pero alguien sabe realmente ¿Porque?

— ¿Para que te des cuenta que fuiste un error? – mencionó Cleo sentada a un lado de su hermana Sonette.

— ¿Sabes que tienes un boleto de primera clase irte a chingar a tu madre? – respondió Lupa.

— Ahora no puedo, está ocupada – dijo Cleo con una sonrisa.

Mientras seguían discutiendo por los argumentos más pendejos posibles, algunas vieron a través de la ventana como su padre intentando huir, pero embestido por Lynn y Margo provocando que diera una vuelta en el aire y cayera de forma violeta al suelo. Acto seguido fue arrastrado devuelta el patio.

— Creo que deberíamos ver lo que está pasado afuera – habló Liby un poco relajada por el gritó que vino afuera.

De repente, Lincoln entró un poco puteado y sucio por lo que sucedió minutos antes afuera, mientras todas las madres de sus hijas la seguían detrás.

— Niñas quisiera decir algo por favor... – habló Lincoln frotando su hombro. — Sus madres me obliga.. ¡Digo! Yo tomé la decisión porque soy el hombre de la familia.

— Brincos dieras – dijo Terry cruzando de brazos y miró hacia otro lado.

— El punto es que a partir de hoy comenzaré a pasar más tiempo con todas ustedes y les daré a cada una la atención que merecen de su padre, sin excepciones.

— Oiga, pero usted no es mi papá – habló Gwen levantando la mano.

— ¡Sin excepciones dije! – exclamó el albino aclarando sus intenciones. — Hora denme un abrazo.

Se dió cuenta demasiado tarde que había cometido otro error aparte de engendrar a muchas hijas. Todos se le dejaron ir, hasta las amigas de Leia. Lo aplastaron tan rápido y tan fuerte que no le dió tiempo ni de respirar o de poder quejarse de dolor de alguna manera.

Sentía que las costillas se le hundían para dentro, los órganos aplastados con mucha violencia y para acabarla de chingar tenía un brazo haciendo presión en su garganta provocando que fuera imposible respirar.

— Si quieren que su padre siga con vida deben dejarlo respirar – habló Haiku viendo la sofocante situación del albino.

De poco a poco, todas se movieron hasta que el último en quitarse era Lemy quien estaba debajo de todas sintiendo un fuerte putazo por la caída.

— Oigan, si se mancharon... – decía Lemy cojeando un poco.

Mientras Lincoln intenta volver a respirar chido, sabía que de aquí todo iría de maravilla. Tendría que pasar tiempo con su numerosa familia, conocería profundamente a cada una de ellas, mantenerlas y tener que lidiar con cada una de sus madres que sería un maldito dolor de huevos, pero hey ¿Dónde estaría la diversión?

Sin embargo, no fue así. Días después Lincoln pudo no volver a ver a su familia...

...

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