1.- Cenizas
Para Lincoln, su empleo es lo único que podía mantenerlo cuerdo a estas alturas de su alocada vida de dudosa moral. Conocía a la perfección que el oficio de bombero le daba una taza de mortalidad un poco mas alta de lo normal, pero a palabras de él, era lo ideal.
En el centro Royal Woods, se contempla una hermosa y maravillosa mañana fue opacada por el fuego que consumía un edificio y los bomberos hacian todo lo posible por contener incendio.
De pronto, un bombero salió con el último civil que había en el edificio y detrás de ellos, salió caminado el último bombero que se aseguró que ya no hubiera mas civiles en el edificio. Este último, pasó a un lado de una ventana del edificio a lo cuál reventó cayendo pequeños fragmentos encima, pero no se inmuto porque contaba con su equipo de protección, caminó hasta un camión y tomo el megáfono.
— ¡Ya no queda nadie adentro! — dijo el bombero mientras se quita el casco dejando expuesto su cabellera blanca. — ¡Terminemos que el trabajo! — Lincoln dejo el megáfono en su respectivo lugar y comenzó descansar un poco después de tanto desmadre que vivió dentro del edificio.
La vida de nuestro albino insestuoso favorito no era para nada alegre, las acciones que cometió lo mantenían infeliz, no solo afectó a sus allegados si no tambien a sus amistades porque él y nadie le dió un pinche limite, por eso estamos aquí leyendo esto porque a ti y a mi nos gusta mucho la morbosidad. Tu por leerlo y yo por escribirlo
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Crecer sin una figura paterna en un hogar repleto de mujeres fue para Lemy una vida no muy agradable, sin quererlo nació siendo el hombre de la casa y vino con él un falso concepto de ser un hombre. Creyó que el significado de ser hombre, era que tenía ser fuerte y saber hacer tareas simples del hogar, sin embargo, no tenia idea en la mayoría de las cosas que hacía.
Quería ser lo suficientemente fuerte para proteger a su hermana y sus primas, sin embargo, nunca necesitaron de su protección ya que ellas eran muchísimo mas fuertes y aguerridas que él, hasta Leia es mas dura e inteligente que su primo a pesar de 6 años de edad y ni hablar de Loan o de las bebés.
Cuando quería hacer trabajos del hogar, Lemy era una completa piedra porque no tenía idea de electricidad, fontanería o darle servicio a un auto, solo podía reparar algunos electrodomésticos específicos y en su mayoría eran de música. Comparándolo con Lana, el niño mucho ayuda el que no estorba.
Lo único que podía hacer bien era cortar leña para la chimenea. En otoño y en invierno, Lemy era el único que abastecía la chimenea sin importar si estuviera de noche o le cayera una ventisca encima. Es un buen muchacho, es casi igual a su padre cuando tenía su edad con distintos problemas emocionales.
Pero a pesar de tener un vida dispareja por así decirlo, la misma vida le dará lo que está buscando desde que tiene pleno uso de conciencia en un día cualquiera, su padre...
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En una tranquila mañana de otoño, Lemy había ido de excursión junto con toda su clase a la estación de bomberos de Royal Woods, Cuando bajaron del autobús escolar, los chiflados de sus maestros los formaron a sus estudiantes en una fila de niñas y otra de niños para mantener un orden ya establecido.cAl entrar a la estación, fueron recibidos por una alegre bombera morena.
— ¡Buenos días niños, bienvenidos a la estación de bomberos número dos de Royal Woods, soy la bombero Stella un gusto en conocerlos!
Estos pinches chamacos miraron la bombero con una cara de huele pedo por su actitud tan positiva.
— Niños, aplaudan a nuestra bombero — dijo su maestra de manera gentil hacia sus estudiantes.
Los niños tan solo aplaudieron una vez sin romper la monotonía del sarcasmo y así agüitando a la bombero, pero esta mujer no se iba a dar por vencida y decidió mantenerse positiva.
— ¡Vamos niños, les mostraré la estación!
Nuestra amable bombera dirigió a los niños a en un amplio garaje y le mostró el famoso camión de bomberos en todo su esplendor. Algunos niños les pareció increíble el camión, otros veían a su alrededor y unos de plano si les valía madre estar parados en se lugar.
— ¿Alguien puede decirme que es lo tengo atrás de mí? — dijo la bombero señalando con su pulgar el camión.
— Una bicicleta babosa — dijo un chiriwillo del fondo.
— ¡¿Quién dijo eso?!
Mientras que la bombero Stella buscaba al pinche graciosito del fondo, entre los niños Lemy sobresalía por su apariencia tan distintiva. Tenia un chaleco de mezclilla y una camiseta maga larga de color verde oscuro con cuernos envolviendo sus brazos, hazte cuenta que es el tatuaje que originalmente tiene, pero como es un niño y aparte es mi maldita historia es el pinche estampando de su ropa.
Lemy era de los muchos niños que no le prestó en ningún momento atención a la bombero porque este niño tenía la mirada fija en otra persona.
Observó a un bombero de cabellera blanca cambiando la rueda del camión de bomberos que había en el fondo. Por su aspecto físico, podría jurar que ese hombre es el padre de su prima Lupa.
Cuando todos sus compañeros de clase se dispersaron para conocer la estación de bomberos, Lemy se acercó más a ese hombre con una pregunta en mente.
— Buenos días señor bombero — dijo Lemy un poco tímido porque no sabía en como reaccionaría el hombre del cabello blanco.
El bombero terminó de ajustar la última tuerca de la llanta y volteó ver al niño.
Lemy no solo vió el tremendo parecido que tiene con Lupa, también se parece mucho a él, tanto que si se tiñe el cabello de blanco serían exactamente iguales.
— Buenas niño — dijo mientras se podía de pié y se llevó la llanta que cambió para que le diera otro mantenimiento.
— Oiga, usted se parece mucho a mi prima tienen el mismo color de pelo — dijo para que su pregunta fuera un lo más natural posible, todo esto sin dejar de seguirlo.
— Tal vez sea porque ambos tenemos albinismo y eso nos da cierto parecido— decía mientras tomaba el hacha del camión para también darle mantenimiento sacándole filo.
— No lo digo por eso, enrealidad se parece mucho a ella y... a mí.
El bombero albino dejó el hacha y la piedra de afilar a un lado porque el niño empezaba a ser muy insistente.
— Niño ¿Qué es lo que intentas preguntarme? — dijo en modo serio.
— ¿Cómo se llama?
El hombre le pareció un poco extraño que un niño viniera a preguntarle su nombre, pero que tan mal puede ser.
— Me llamó Lincoln Loud.
El niño sintió una fuerte alegría al instante, creyó que eran familiares y por fin había encontrado a otro hombre con el mismo apellido que podría admirarlo como una figura paterna.
— ¡¿Enserio?! — torpemente Lemy sacó su identificación escolar de su mochila y se la mostró. — Yo me llamó Lemy Loud, eso nos hace familiares ¿No cree?
— Lemy lamento decirte esto, pero existen muchas personas que comparten apellido y no son familia.
— Si, entiendo eso — decía guardando su identificación. — Pero viéndolo bien se parece mucho a mí...
— Y a todo esto, ¿Como se llama tu mamá?
— Se llama Luna.
— Luna ¿Loud?, ¿La cantante? — dijo poniendo en duda lo que decía el niño.
— Aja.
— ¿Cuántos años tienes Lemy?
— Tengo 9.
Lincoln se sacó de onda por la respuesta del chico, el hombre comenzó hacer cuentas con los dedos recordando la última vez que estuvo con Luna. Se acordó que a Luna nunca le gustó que usara preservativo con ella porque a palabras suyas amaba sentir su piel sin importar quedar embarazada, pero eso nunca pasó o eso creyó él. Miró a su alrededor asegurándose que nadie más los estuviera escuchando.
— Lemy, es muy probable que yo sea tu padre
— ¿Qué? — Lemy no entiendo muy bien lo que dijo.
— Haciendo cuentas y con todo respeto, las veces que estuve con tu madre, puedo ser tu papá.
— Pero pero creí que eras el papá de Lupa y que a lo mejor me ayudarías a ser un hombre — el niño comenzó a lagrimar y hacía los más rápido que podía para limpiar con sus mangas sus ojos, hacia esto porque tenía miedo a como reaccionaría su padre. — Perdón no debería estar llorando.
— Está bien Lemy, no tiene nada de malo mostrar tus sentimientos ante tu papá, nunca te voy a juzgar.
— Mis primas me dicen bebito llorón...
— Crecer en una familia numerosa hace muy difícil expresar sentimientos porque se burla de uno, debes de saber en dónde y con quién sacar tus emociones. No dejes que te afecten sus comentarios porque en cuanto menos lo pienses te estarás riendo por alguna tontería en internet... Créeme yo pasé por lo mismo...
Lincoln vió como Lemy terminó de limpiarse las lágrimas y le mostró una amplia sonrisa a su padre. El albino con mucho aprecio frotó la cabeza del niño tal cuál como lo haría un padre a su hijo. Ambos comenzaron a reír dando inicio a su relación padre e hijo.
Durante su visita, Lemy pasó unos de sus mejores días en su vida. Su padre le enseño un par de cosas para que no se sintiera un completo inútil, aprendió cómo cambiarle un neumático a un camión, a cómo afilar cuchillos y hachas con una piedra de afilar, también apagar fuego con un extintor y otros artilugios más.
En un momento, Lincoln, Lemy, los bomberos, los niños y un maestro se encontraban todos metidos en le vestidor de hombres cantando y bailando "Eenie Meenie de Justin Bieber" siendo una de las canciones favoritas de Lincoln para cantar a todo pulmón. Ninguna bombera y/o niña se encontraban en el vestidor por ser demasiado infantil para su gusto, hasta algunas se fueron a quejar con el capitán de la estación, pero no lo encontraron porque también se estaba divirtiendo con ellos rifandose una pasos de baile.
Cuando era hora de regresar a la escuela, Lemy era el único niño que no quería irse. Por fin había encontrado a su padre y sentía que no había pasado el suficiente tiempo con él.
— No quiero regresar a la escuela, quiero seguir pasando más tiempo contigo — decía Lemy cruzando los brazos y mirando al suelo.
— Te entiendo Lemy, pero tienes que regresar o sinó vas a preocupar a tu madre — dijo ayudando a su hijo a ponerse su mochila.
— Pero nosé si te volveré a ver — hizo puchero.
— Sabes en donde trabajo, puedes venir a visitarme cuando puedas... Es más, Sábado, Domingo y Lunes no trabajo, si quieres ven a la estación el sábado en la mañana y nos perdemos por ahí, te llevo a los videojuegos o vamos a comer jochos en la calle ¿Qué te parece?
— ¡¿Enserio?! ¡No puedo esperar a que sea sábado! Vendré a primera hora para divertimos todo el día.
Lemy le dió un fuerte abrazo a su padre y este aceptó encantado. Antes de irse, Lincoln le dió como regalo la piedra de afilar que había usado para enseñarle a sacarle filo a las hachas y los cuchillos.
Sujetando esa piedra y expresando una amplia sonrisa, Lemy miró su padre y dijo unas palabras que hicieron que Lincoln sintiera por primera vez calidez en su corazón.
—Te quiero papá...
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Lemy estaba afilando los cuchillos de cocina usando la técnica que aprendió de su padre. Todo esto sucedía en la cocina y cuando terminó de afilar el último cuchillo, escuchó una tranquila respiración detrás suya y no sabía quién era.
Invadido por el miedo, intentó tomar el cuchillo para así tratar de defenderse, pero se le resbaló de las manos cayéndose al suelo.
— Suspiro... ¿De dónde sacaste eso Lemy? — habló Lucy preguntando con su típica costumbre de asustar a sus familiares.
— Yo... he... — Lemy bajó de la silla y levantó el cuchillo y tomó un la piedra de afilar. — Le saqué filo a los cuchillos que usan para cocinar — dejó los utensilios en el lavaplatos y guardó la piedra en su pantalón. — Estaban muy en mal estado.
Cada vez que Lemy intenta mirar el rostro de su tía Lucy, ella siempre desvía la mirada hacía otro lado como sin estar interesada en lo que hacía su sobrino. Sin decir nada, Lemy se fue a su habitación mientras que Lucy tomaba asiento en la mesa de la cocina.
Lucy era tan fría y desinteresada con su sobrino porque Lemy es la viva imágen de su padre cuando tenía su edad. Su rostro y personalidad eran tan similares que si la gotica viera por solo unos segundos el rostro de su sobrino le provocaría unas espantosas ganas de llorar y de gritar el nombre de su hermano.
Llegó la noche siendo más específico la hora de dormir. Luna llegó a su hogar después de una agotadora grabación de su siguente sencillo y se disponía a dejarse caer en su cama aún con la ropa puesta.
Cuando estaba apunto de abrir la puerta su habitación que compartía con sus hijos, escuchó a su hijo menor cantando una canción extrañamente familiar. Al principio creyó que era su hija cantando dentro de la habitación, pero cuando la vió salir del baño secándose el cabello con una toalla, pues supo que era Lemy.
— ¿Qué estás haciendo mamá?
— Shh... Guarda silencio Lyra, estoy intentando descifrar la canción que canta tu hermano.
— A ver.
Lyra pegó su oreja en la puerta logrando escuchar a su hermano catar de forma tan desafinada una ridícula canción para su gusto. Con una sonrisa, trató de buscar en los bolsillos de su pijama su celular para grabar otro risible momento de Lemy, sin embargo, olvidó su teléfono adentro.
Luna abrió la puerta de golpe y por unos cortos segundos, vió a su hermano menor de una edad similar a la de su hijo bailando exactamente la misma canción en su antigua habitación. Cuando parpadeó, Lemy apagó rápidamente el estero de su madre y luego subió a su cama para dormir y así evitar que hicieran preguntas por lo que hacía.
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Era de madrugada, Luna no podía dejar de pensar el extraño comportamiento de su pequeño hijo. Lo conoce lo suficiente como para saber su tipo de música favorita, por su cuenta jamás escucharía esa canción en especial, pero conocía a una persona con esa clase de gustos. Lincoln es el único ser humano que podía hacer que te gusten ese tipo de cosas.
Luna se levantó sentándose en su cama, vió dormir a su hijo dormir con la misma sonrisa ponia su padre cuando dormía. No pudo evitar recordar las veces que ella se metía en la habitación de su hermano para hacerle compañía en las noches.
Salió de su habitación con cuidado para no despertar a sus retoños. Caminó por el pasillo y entró en la habitación de Luan a quien despertó con cuidado en no molestar a Liby.
— ¿Qué sucede Luna? — dijo Luan despertándose de mala gana. — Ayer regresé de una gira que me dejó agotada, quiero seguir durmiendo.
— Ayúdame a despertar a las demás, no puedo esperar hasta mañana.
Luan se levantó sin hacer ruido y junto con Luna fueron despertando a cada una de sus hermanas convocando una reunión en la cocina.
— Espero que valga la pena por despertarme de mi sueño de belleza Luna — dijo Lola llegando molesta mientras tenía en su rostro una cascarilla verde y unos tubos en la cabeza.
— Como no tienes idea chica — dijo Luna sentándose arriba en la barra de la cocina. — Descubrí algo muy importante, no lo creí al principio por ser bastante ridículo, pero mientras mas lo pienso mi corazonada tiene mas sentido.
— ¿Enserio nos levantaste por una suposición? — dijo Lori sonando molesta. — Algunas tenemos que ir trabajar temprano y no tengo tiempo para esto — Lori ayudó a Leni que no perdiera el equilibrio por su falta de sueño.
— Lemy sabe dónde está Lincoln — dijo Luna al aire.
Ninguna habló porque lo que dio sonó muy ilógico porque según ellas Lemy no conocía prácticamente nada de su padre. El silencio no duró mucho debido a Lynn empezó a reír.
— ¡Ja! ¿Por qué creerías que tú hijo sabría en donde encontrar a un hombre que no tiene la menor idea de quien es ?— dijo Lynn entono burlón. — La última que logró verlo fue Lisa y después de eso no supo nada mas de él.
— Estoy de acuerdo con Lynn — afirmó Lisa limpiando sus anteojos con su camiseta. — Tu descendencia es incapaz de reconocer a su unidad progenitora masculina y viceversa. Además, la probabilidad de que lo encuentre es tan baja que es más probable que te lastimes mientras estés sentada en el inodoro.
— Nosé lo que dijo Lisa , pero tu cachorro no pudo haberlo encontrado — dijo Lana después de tomar un poco de agua para aclarar su voz.
— ¿Él mismo te lo dijo? — preguntó Lucy.
— Por supuesto que no, el no podría encontrar las palabras para decirlo, losé porque muestra sus emociones mediante sus acciones — habló Luna jugando con los dedos de sus pies.
— ¿Entonces hiciste que bailara para saber en donde estaba su padre? Eso no responde nada — dijo Lily recargada en la pared.
— Eso ya losé — Luna bajó de la barra. — Chicas... ¿Recuerdan haber escuchado Lincoln cantar a todo pulmón una ridícula canción en su habitación en ropa interior? — todas sus hermanas a excepción de Lily le dijeron que simón. — Bueno, escuché a Lemy cantar la misma canción. Mi niño jamás escucharía ese tipo de música, alguien más se lo dijo y ese alguien es Lincoln.
Todas se miraron se miraron una a la otra, ninguna parecía estar convencida de lo que dijo Luna y nomás la tacharon de loca obsesiva.
— Luna, creo que ya es hora que dejemos de buscarlo, esto de por sí ya parece una obsesión — dijo Luan cruzando los brazos.
— Para nada, Lemy oculta algo y ustedes me ayudarán averiguarlo — dijo Luna poniéndose firme.
— ¿Y por qué deberíamos hacerlo? — preguntó Lori a lo cuál Luna sonrió.
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Un tranquilo sábado en la mañana podía ser para muchos el día perfecto, pero no para el pequeño Lemy. No sabia en el problema que se habia metido hasta que fue demasiado tarde, subió corriendo las escaleras de la estación de bomberos buscando a su padre con desesperación. Cuando subió al segundo piso, lo encontró sentado en un sillón mirando las noticias mientras bebía un poco de cafe.
— ¡Papá! ¡No se como, pero me descubrieron! — Lemy llegó muy agitado.
— Tranquilo Lemy, respira y cuentame lo que pasó — Lincoln preguntó en un tono amable para después beber algo de café.
— ¡Mi mamá y mis tías me siguieron hasta aquí!
Rápidamente, Lincoln se levantó enchinga del sillón para luego asomarse por la ventana con cuidado en que no lo vieran desde afuera. Lo que vió lo dejó impactado, casi todas sus hermanas se encontraban afuera esperándo a que saliera, unas se mostraban pacientes, pero otras parecían desesperadas. Lincoln se apartó de la ventana y miró a su hijo con mucha seguridad de lo que tenía en mente.
— Huyamos de aquí.
El albino tomó su chaqueta y bajó por el tubo de bomberos hasta planta baja con su hijo en la espalda, fueron a la entrada trasera y cuando Lincoln estaba apunto de abrir la puerta, algo dentro si lo detuvo.
— Tenemos que irnos, si saben que intenté escapar contigo me castigarán hasta los 16 — dijo Lemy un poco asustado.
— Lemy... ¿Lynn también te siguió? Porque no la miré afuera — dijo Lincoln tomando precaución.
— ¿No? Pero si ella es la que me estuvo persiguiendo.
Sin dejar de mirar la puerta, ambos dieron un paso hacia atrás tomando precaución por un posible ataque sorpresa al estilo Lynn.
— Ella está del otro lado de la puerta... Lynn volvió tan predecible que sé como actúa su retorcida mente — dijo Lincoln con una enorme seguridad en sus palabras.
— ¿Y si probamos salir por la ventana? — propuso el nino.
— ¿Piensas que nací ayer? Luan esta fuera y de seguro puso trampas en las ventanas... Además, no quiero que termines como yo Lemy, escapando de tu familia, no querer afrontar las acciones que cometiste en el pasado y no tener idea lo que trajiste a este mundo. Quiero que aprendas que un hombre de bien acepta sus errores con la mirada en alto y sus consecuencias... Y yo te daré el ejemplo
Lincoln sujetó la manija de la puerta dando un pesado suspiro. Vió a su hijo con una sonrisa y abrió la puerta de golpe. En menos de dos segundos, Lincoln fue embestido por Lynn lo suficientemente fuerte como para lanzarlo a unos metros contra la pared haciendo que cayera al suelo. Seguido, Lynn se colocó encima de él y con su brazo rodeó su cuello para luego levantarlo del suelo.
— No lograrás escapar de mí como la última vez, enserio necesito ayuda para criar a mis gemelas — dijo Lynn con un amplia sonrisa.
En un intento de ayudar a su padre, Lemy trató de embestir a su tía Lynn usando todas las fuerzas que tenía, pero esta ni se inmutó, pareció que una pelota rebotó un muro de hormigón. Lynn con una ceja levantada, miró a Lemy tratando de comprender porque hizo lo que hizo y con sus labios chifló como gorrión. En menos de cinco segundos, Lemy fue derribado por dos niñas a la cual una le aplicó una llave combinación de tirante con medio cangrejo y la otra tomó su cabellera y le colocó una espada de madera en la garganta sin aparente esfuerzo.
— Mis amores, ya hemos capturado a nuestra presa y a hora vamos entregarlo a la manada — dijo Lynn a sus hijas para luego nuevamente derribar a Lincoln, lo tomó del brazo y lo arrastro saliendo por la puerta trasera.
— Si ma' — las gemelas dijeron al mismo tiempo al soltar a Lemy para luego tomarlo de las piernas y arrastrarlo siguiendo a su madre.
— Descuida Lemy, te prometo que esto no será tu futuro — dijo Lincoln a su hijo mientras son arrastrados como bolsas de basura.
Lincoln y Lemy fueron arrojados ante las demás hermanas como su fueran gacelas ante leones.
— ¿Por qué arrastraron a mi hijo en Lynn? — dijo Luna cruzando los brazos.
— Tu niño quería escaparse con el escapista maestro — dijo Lynn colocándose a un lado de su hermana mayor.
— ¿Enserio?
— Al parecer tu vástago queria aprender las costumbres psicologías de su progenitor... De tal palo da la astilla — dijo Lisa mientras que su bebé en sus brazos quería alcanzar el cabello del albino.
Lori se agachó de manera recatada mirando a Lincoln a los ojos por primera vez en casi 22 años. Y con una sonrisa lo tomó de la oreja izquierda.
— Bienvenido a casa Lincoln, desde ahora nuestras vidas van a cambiar.
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