001. Equipos

El fuego se alzaba sobre 3 caballeros, los cuales solo lo observaban mientras cenaban.

La noche ya había caído. Un extraño aire rondaba el lugar, por lo que no pensaban quedarse mucho tiempo.

Poco sabían que aquel aire no era propio del lugar. De hecho, aquel aire llegó a cada rincón del mundo conocido.

―¿Donde iremos ahora, príncipe?

Este no sacaba su mirada de un mapa apoyado sobre sus piernas. ―Ya tachamos 21 zonas. Nos faltan 4. En una de ellas debe de haber una torre.

―Nos acercamos a la frontera ―mencionó la caballero que le escoltaba―. Es peligroso...

―Soy un Todoroki. Tengo inmunidad política ―se limitó a responder, no logrando asegurar nada a aquella chica―. No cruzaremos la frontera. No tendría que haber problema.

Sin embargo, el otro protestó. ―Pero...

―¿Si, Iida?

Este mantenía una mirada seria. ―Aunque no crucemos la frontera, los guardias que la resguardan reportaran tu posición. Eso podría ser peligroso. ¿No, Uraraka?

Esta asintió. ―Somos fugitivos. No tiene que olvidar eso.

―No lo olvidé. Por eso, pueden darse la libertad de olvidarlo ustedes ―Todoroki tomó un lápiz y comenzó a trazar encima del mapa―. Tambien dejen esa extraña manera de dirigirse a mi.

Iida y Uraraka se observaron. No solo intentaban mantener el respeto hacia la persona que les contrató como escolta, si no que tambien estaban tratando con el mismísimo hijo menor del Rey. Ciertamente era difícil acatar esa orden. ―...

―Ese viejo la ocultó muy bien, y parece que los rumores sobre la torre en la frontera eran reales ―divagó mientras continuaba trazando sobre el mapa―. Que sorpresa. Nunca pensé que el viejo era capaz de confiar en nuestros vecinos...

Uraraka e Iida solo guardaron el silencio mientras le observaban.

―Pero esto es extraño... ―finalmente despegó la punta del lápiz del mapa―. Si realmente la torre esta en un territorio neutral o en una de las 4 ultimas zonas en las que esta dividido el Reino... ¿Por que parece que el mapa no coincide?

Ello llamó la atención de Uraraka. ―¿Que no coincide?

―Los hechos históricos ―contestó vagamente―. Se supone que tenemos registrado donde All Might derrotó a All For One hace algunas décadas. Allí se supone que debe de estar la torre, resguardando el sello, pero...

Iida cayó en cuenta. ―¿No se supone que ya pasamos hace bastante ese lugar?

Todoroki asintió. ―Si exploramos casi todo el país y no encontramos nada salvo reducir el lugar de búsqueda... ¿Por que no coinciden los hechos históricos? ¿Por que torre no esta en donde se dice que está?

―¿No es un error nuestro? ¿No deberíamos volver a buscar en donde la batalla sucedió? ―sugirió Uraraka, notablemente escéptica a que algo ande mal. Lo mas probable es que se hallan equivocado.

―Hasta ahora el grupo que me busca no logró predecir mi ruta. Si volvemos a ese lugar... lo mas probable es que nos encontremos con una sorpresa desagradable.

―... ―Uraraka asintió. Ciertamente, ayudar a que Todoroki siga huyendo podría traer graves consecuencias para ellos, sus escoltas―. Entonces lo ultimo que nos queda es seguir adelante y esperar que no nos hallamos equivocado.

Iida asintió. ―Es poco probable que pase algo, pero debemos continuar adelante. Es lo ultimo que nos queda.

―Si nos atrapan... todos saldremos perdiendo. Prepárense para cualquier cosa, Iida, Uraraka.

Ellos asintieron. ―Bien.

Todoroki dobló el mapa delicadamente. ―Desarmen todo. Nos moveremos ahora.

En una misión de búsqueda por respuestas que su padre no tuvo la intención de darle, el príncipe no se detendría.

[...]

Mientras el príncipe se movía, el sol ya estaba saliendo por el horizonte nuevamente.

Sol que iluminó nuevamente a cierto caballero que se movía con cansancio ente el denso bosque.

No había dormido por la adrenalina, lo que le mantenía despierto. Aunque contaba con esa ventaja, el no comer y apenas haber bebido le tiraban atrás.

Pero no podía descansar. Esta misión era tal vez la mas importante de todas, y estaba a su cargo. Debia de contactar con uno de los mejores caballeros del reino, o con el rey.

Si llegara a confiar esto a alguien mas... el pánico podría esparcirse por todo el Reino. Y ello seria demasiado contraproducente. Estaba consiente de eso.

Pero algo, además de eso, era seguro.

Su señora...

Apretó los dientes con frustración. 

Incluso si fuera el mas rápido del reino y llegase a su destino en una semana, seria demasiado tarde para ella. El desgaste que ella debe de estar enfrentando debe dejar al suyo como un chiste, y aquello lo impulsaba.

Además de entregar el mensaje, debía de hacer algo para poder salvarla a ella. Debia de acortar el tiempo lo máximo posible.

Sonaba absurdo... pero estaba determinado a cumplir esta misión paralela a cualquier costo.

Debia de encontrar al portador del One For All. Si él llega al lugar del sello, ¡Podría arreglarlo! ¡Podría salvar a su señora!

¡Esa era su única esperanza! ¡Ella...!

―Te conseguiré todo el tiempo que sea necesario... Denki ―sonrió―. Ve y avisa a todos. Esa es la misión que te encomiendo. Yo me las arreglare.

¡Aquella mujer que lo protegió incluso siendo él su guardián...! ¡Debia de salvarla a cualquier costo!

Le debía la vida, tanto en esta ocasión como aquella vez que fue escogido como su guardián.

Pero yendo contra todos aquellos pensamientos, se vio forzado a detenerse de repente.

El olor que llegaba del este... era horrible. Un olor a quemado bastante penetrante.

Observó a los lados. No era para nada normal. La magia no producía olor, a si que debe de ser otra cosa.

No podía distraerse en otra cosa que no sean sus misiones... pero había una clara excepción. Era un caballero. Era un héroe. Debia ir a atender ese asunto.

Ignorarlo seria aun peor que todo lo que pensó anteriormente.

Rápidamente llevó su mano al mango de su espada y corrió hacia el olor. Cuanto menos tarde en averiguar este asunto, mas rápido regresará a su misión principal. 

Corrió entre las hojas caídas y los arboles. Cuanto mas se acercaba a ese olor, mas cambiaba el bosque, lo que capto enormemente su atención.

Los arboles se separaban cada vez mas. Algunos estaban caídos por el temporal que había azotado el reino hace unas pocas semanas...

Se detuvo de repente, a unos 20 pasos del lugar donde provenía ese olor.

Sujetó aun mas fuerte el mango de su espada, pero no la desenfundo. Lo que tenia delante era... ¿Un civil?

Estaba sentado. Su espalda estaba apoyada en el árbol. Este observaba con un rostro neutro un bolso delante suyo, el cual era el que se estaba quemando. Parecía que llevaba papeles o algo parecido, ya que la combustión era algo a tener en cuenta.

Kaminari no perdió la compostura. ―No puedes hacer eso aquí. Podrías causar un incendio, aunque creas que no por que estamos en invierno.

El chico mantuvo el silencio, sin moverse un centímetro.

Kaminari se sorprendió levemente. ―¿Mirada perdida...?

No reaccionaba. Eso hizo desconfiar a Kaminari sobre si era una trampa o algo parecido, pero este lugar era poco adecuado para ello.

Observó a los alrededores. No había nadie.

Sin sacar su mano del mango de su espada, se acercó a él. ―Ey. ¿Estas bien?

Seguía sin contestar.

No fue hasta que se inclinó y le tomó del hombro, sacudiéndole levemente, que respondió. ―¿Eh?

―Reacciona. ¿Estas bien?

―¿Bien...? ―alzó la cabeza, observándole―. ¿Quien...? ¡¿Un caballero?!

Kaminari sonrió levemente. De repente, la leve tensión que sentía en el ambiente simplemente se esfumó. ―Soy Denki Kaminari. ¿Quién eres tu?

―¿I-Izuku Midoriya? ―respondió rápidamente, claramente nervioso.

Kaminari asintió y se alejó de él, observando el bolso. ―¿Que sucedió? ¿Por que tu bolso esta ardiendo?

―¿Mi... bolso? ―Izuku lo observó con sorpresa―. Pero... Eso no es mío...

El caballero le miró con sorpresa. ―¿Que quieres decir exactamente? ¿Es de un amigo tuyo?

Negó nuevamente. ―Yo... El mío es marrón... ―murmuró, claramente confundido. El que tenia delante era un gris bastante fuerte. ¿De quien era exactamente? No recordaba haberlo visto.

―Espera, ¿De donde vienes, Midoriya? Esto comienza a ser sospechoso ―mencionó Kaminari regresando a su actitud y tono serio.

―Yo... ―Izuku se tomó la cabeza― yo...

―Ey, Midoriya Izuku.

El peliverde se volteó rápidamente al escuchar que alguien le llamo. ―¿Si?

Y de repente su mente se puso en blanco...

―Yo... vivo en la capital... ―recordó―. No recuerdo haber caminado hasta aquí...

―¿La capital dices? ¡Estamos en la otra punta del país!

―¡¿Ah?! ¡¿En la otra punta?! ―Izuku entró en pánico. ¡¿Que había sucedido exactamente?! ¡Su madre debe de estar demasiado preocupada por él!

―Ey ―llamó la atención Kaminari―. Dime, ¿Que sucedió? ¿Alguien te afecto con su Don?

Izuku negó con fuerza. ―¡N-No estaba luchando ni nada! Solo volvía del mercado central y... ―miró abajo con notable confusión― alguien me llamó...

―¿Sabes quien era?

Negó nuevamente. ―Voltee pero... no lo recuerdo...

―... ―Kaminari se vio aun mas serio. ¿Que sucedió con este chico?

Pero mas importante...

Miró el bolso. ¿Que ardió hasta las cenizas? ¿Pruebas que le delatarían? ¿Algo prohibido por el Rey? ¿Acaso-?

Un intenso olor inundó la zona de repente, y junto con un burbujeo violento encendieron todas las alarmas en el caballero. ―¡¡Muévete!! ―gritó al mismo tiempo que comenzaba a correr.

Sin embargo...

Con la espalda pegada en el árbol, Izuku no podía hacer nada.

Rápidamente le observó de reojo, en shock. No... ¡¡No!!

Izuku, en completo pánico, solo apuntó su puño hacia la mochila. ―¡¡Especialización en un punto!! ―gritó con velocidad, expulsando de su puño una cuerda oscura que impactó de lleno con la mochila, alejándola con fuerza.

En ese mismo instante, y en el aire, el bolso explotó con fuerza.

Kaminari e Izuku se cubrieron. ¡Menuda fuerza!

Ambos observaron el lugar. Ya no había nada.

Kaminari afiló la mirada. ―Química... ¿Una bomba química que reacciona al calor extremo?

Izuku recuperaba el aliento. Eso había estado cerca.

Demasiado cerca.

Si Kaminari no le hubiera sacado de su trance... hubiera muerto sin remedio.

Ambos se quedaron viendo la zona de la explosión. Un solo pensamiento se cruzó en la mente de ambos...

Izuku había sido la victima de algo serio. Muy serio. Tanto como para manipularlo y intentar deshacerse de él...

Izuku se vio sorprendido al ver la mano de Kaminari frente suya. ―¿Puedes levantarte?

Asintió y tomó su mano, poniéndose de pie. ―Gracias... Kaminari.

El rubio sonrió. ―No pude hacer nada con la bomba. Tu solo saliste de esa. Gracias a ti, Midoriya ―observó los alrededores―. Puede que estés en peligro. Dudo que un villano que se halla tomado la molestia de preparar una bomba para asesinarte no este atento a posibles fallas en su plan.

Izuku asintió algo temeroso. ―Yo... ¿Que debería de hacer?

―Ahora estoy en una importante misión, a si que te escoltaré que encontremos a otro caballero. ¿Bien?

El peliverde asintió. ―Gracias.

―Vamos ―ordenó cortante, comenzando a caminar.

Izuku solo asintió y le siguió detrás suya.

―A todo esto. Que poder mas interesante.

Izuku se sobresalto al oír ello. ¡¿Un caballero le acababa de decir que su poder era interesante?! ¡Definitivamente esto era un sueño! ―G-Gracias... ―murmuró apenado, con una leve sonrisa en su rostro.

Si no estuviera en una situación de muerte, se volvería loco por la emoción. Era un fanático de los caballeros. De los héroes.

―Tienes suerte que en este distrito se permite el uso de Dones en los civiles ―le observó de reojo, sonriendo―. Aunque, entre nosotros, yo no penalizaría el uso de Dones tan geniales.

Izuku se cubrió el rostro de la vergüenza.

Genuinamente era la primera vez que alguien alagaba su Don patético. Su Látigo Negro.

Kaminari miró delante nuevamente, colocando un rostro serio.

Debia sacarse este asunto de encima cuanto antes. Cargarle hasta la capital solo le retrasaría mas y mas...

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