Capítulo 57
—Estamos reunidos en esta noche, como concejo de la tribu, manada e integrante sucesor de nuestros ancestros que con gran excelencia protegieron nuestras tierras en paz. Sin embargo, hoy dos integrantes de nuestra familia serán juzgados por acusaciones verificadas con previa intervención al asunto. —empezó a hablar el Senior Quil, sentando en un tronco centrado a la fogata.
Mavis se encontraba sentada en un tronco de pino caído con Sam, tomados de la mano, formalizando su relación de manera pública; en el siguiente cercano a la derecha en otro estaban sentados: Paul y Jared. En el siguiente tronco pero de la izquierda estaban Leah y Griffin, formalizando su relación pública también junto a Harry Clearwater. Y finalmente en el lugar frente a la fogata, como al lugar del Senior Quil en el quinto tronco se encontraban sentados Billy y Jacob Black, cada nativo externo a los sucesos fuera del mundo sobrenatural se les había exigido que no salieran fuera de sus hogares para su protección, que la reunión era privada.
—Sé cuanto desean tener justicia y saber las sanciones que se darán a los acusados, pero deberán de ser pacientes. —volvió a decir el Senior Quil, percibiendo el ambiente tenso que los rodeaba a cada uno en la fogata— Se le acusa a Jacob Black por la exposición de información confidencial y familiar a la señorita Isabella Swan, hija del Sheriff Charlie Swan, amigo de Harry Clearwater, Billy Black y el mío. Todos deberán ser conscientes que en este lío todos los mencionados somos culpables de lo que ha ocurrido.
—¿Cómo? ¿Qué tengo que ver yo en este asunto, viejo Quil?—bramó inconforme y sorprendido Harry.
Leah tensó los hombros al escuchar la aclaración generalizada.
—Perdone a mi padre, abuelo Quil. —pide con el debido respeto que percibe debe ofrecer— Corríjame si me equivoco, lo que he comprendido es que, mi padre es responsable de la relación amistosa que tiene Charlie con los tres, por ende tiene culpa de no haber intervenido en la relación amistosa de Jacob con Isabella.
—Exactamente. Harry o yo, debíamos haber previsto los comportamientos indebidos en Jacob, si bien, dejamos que fuesen amigos en primera instancia porque Charlie tenía problemas en casa para contentar a su hija, vimos una buena amistad sana—expresa el Senior Quil con una cara seria, mermando la culpabilidad en su voz al igual que su decepción.
—¿Por qué está mal que le haya contado el cuento de niños a Bella?—pregunta Jacob cabizbajo.
Sam anhela gruñir por el instinto de acallar el comportamiento petulante del mocoso ante el concejo, la figura a quiénes debían respeto. Sin embargo, Mavis palpa suamente su pectoral desnudo, conectando miradas ambos: "Cálmate, por favor" gesticula ella con esos ojos celestes iluminados con los tonos rojizos y naranjos de la fogata en aquella noctura velada solo para él.
—Verás Jacob, divulgaste una información confidencial que es parte de la Reservación Quileute. Es decir, lo que para ti suena como un cuento infantil, para nosotros es más que eso; son historias que nos precedieron nuestros ancestros para preservar nuestro motivo de existir, coexistir y por lo que sobrevivimos a diario. Por ejemplo, ¿Te sabes la diferencia entre Tribu y Pueblo?—dijo el Senior Quil, pacientemente ante el joven Black.
Jacob con el ceño fruncido, se rascó la nuca un poco nervioso, al pensar en cómo responder a eso.
—Eh... Pueblo es aquel lugar donde vive una comunidad numerosa de personas. Y ehm... Tribu es algo más específico, ¿Cultural? Porque es conformado por las generaciones familiares y... costumbres dignas de un pueblo antiguo... —respondió algo temeroso de responderlo mal.
—Bien, esas costumbres dignas de un pueblo antiguo, no se comparten de manera pública con otras personas. Porque hay muchas personas que pueden usarlas para burlarse, divulgar y acusarnos de hechos impropios o simplemente de darnos caza. Hay gente muy mala fuera de la tribu, y para evitar caer en mal lugar, desde pequeños enseñamos en la escuela de la Reserva a buscar la razón justa, la confianza y a cumplir los valores en relación al respeto de nuestras leyes, la responsabilidad que un Quileute hereda y solidaridad humanitaria. Nuestra educación, cultura y tradiciones son priveligios diferentes que algún pueblerino de Forks, no debería obtener sin ser parte de la familia oficialmente hablando. —dijo el Senior Qui— En breves palabras, todo asunto o conocimiento que tenemos como Quileute debe ser resguadado dentro de nuestras tierras y para nuestra gente, no podemos estar divulgando cosas que otros pueden usar con fines mal intencionados.
—Pero Bella no haría eso...
—¡Jacob! —bramó Billy a punto de levantar la mano hacia él, pero una mano delicada y rápida se opuso.
—¡Espere! No sea violento, es un niño ignorante, probablemente es impulsivo pero no está entendiendo el punto... —pide Mavis al ver la oscura mirada de enojo profundo en el padre del joven.
—¡No me toque! —sisea Billy— Es mi hijo, y debe saber callar, ya sea por respeto o por mi mano. Ya mucha vergüenza me está dando con todo lo ocurrido.
Si bien, Billy Black sabía que Mavis era impronta de Sam, que debía respetarla, pero el frío contacto de su piel y los nervios a flor de piel, no eran buena forma de tener contacto físico. Un choque cultural demasiado cercano. Inmediatamente Sam atrajo a su mujer, alejando del lugar, pudiendo fijarse con más detalle del estado físico de Jacob, este parecía estar sudando más de lo común al estar frente a la fogata, tenso.
Sam miró a Paul y Jared, estos se ponen alerta a la mirada atenta del Alfa, en relación a Jacob.
—Mavis, cariño, volvamos a sentarnos... No golpeará a Jacob, no hace falta —intevino, tratando de mantenerla segura de lo que podría estarse advirtiendo con tiempo.
—Pero...
Sam besa suavemente a su impronta, y la calla. Dejándola con la palabra en la boca, a la misma vez que la sienta en su regazo, manteniendola a su merced.
—Bien, hmm cof —tosió fingidamente el Senior Quil, atrayendo la atención nuevamente en él— Jacob, lo que ocurre es que tu amiga no expuso sus intenciones sinceras al momento que le concediste información que solo nosotros debemos saber. O en el caso, de que ella fuera tu concubina o esposa... Lo cual no es el caso.
—Pero... Es hija de Charlie, es amigo de ustedes, ¿Eso no la hace familia?—gruñó un poco molesto Jacob. Sintiendo mucho calor, más que la propia fogata.
—No. No está casada con ningún Quileute. Es solo una visitante que tiene acceso a nuestra tierra como turista, es decir: NO ES UNA NATIVA. No nació dentro de estas tierras ni está prometida con ninguno de aquí. —renombró concretamente para ser claros en ciertos puntos— En cambio, tu eres un nativo Quileute, debes ser reservado, discreto con lo que compartes a gente externa. Porque lo que crees que es cuento, no es, no en este caso. —expresó con severidad, el Senior Quil.
—¿Y ella por qué está aquí? Ella no tiene la piel morena, es pálida. De ojos diferentes y es fría... Nisiquiera mi papá la acepta. —bufó a la defensiva Jacob, porque se sintió ninguneado frente a todos. Ofendido.
—Porque es mi mujer, mi prometida. Ya es parte de la tribu. —bramó fuerte y claro Sam, con la voz Alfa.
Paul y Jared ni levantaron la mirada.
—El caso con la señorita Drac, es otro asunto que por el momento no te incumbe Jacob. —encara seriamente el Senior Quil, mientras curva su espalda hacia adelante apoyando sus codos en la cada muslo cercano a la rodilla, direccionando plenamente su mirada hacia los Black— El tema que debo sancionar es que divulgaste lo que previamente expliqué. La ley Quileute dicta que todo lo que sepas o aprendas dentro de la Reservación se queda contigo sellado con discreción en ti hasta la muerte o dar tu vida como nuestros ancestros: cuidando nuestra familia y territorio de nuestros enemigos mortales. La haz roto, y tu sanción debe ser justa.
—¡No es justo! ¡Nadie me dijo que no debía decirlo a mis amigos!—exclamó temeroso y nervioso, temblando.
—Puedes hablarlo con tus amigos de la Reservación pero no con los de Forks. Ya te he explicado mucho, si no lo quieres entender ahora, lo entenderás cuando te rijas bajo la ley. Como aún eres menor de 16 años, tu sanción será el siguiente: tendrás restringida la salida fuera de la Reservación y la relación amistosa con Isabella Swan deberá ser concluida de raíz, solo saldrás estrictamente bajo mi autorización. —sentencia el Senior Quil— Una vez cumplas los 16 o te rijas bajo la responsabilidad Quileute, tu puesto como Jefe de la Tribu será otorgada absolutamente a Sam Uley.
—Sé que no debería replicar pero... Me gustaría apelar por un próximo buen juicio de mi primogénito. La sangre dominante de los Black saltará a defender su puesto, no puedes hacer esto...—interviene Billy.
—En cuánto a la sanción que recae en ti, Billy Black deberás advertir a Isabella Swan de cortar la relación con los fríos o con Jacob Black, que elija solo un bando. Si sigue con ello, deberás elegir por encima de todo, como prioridad a nuestra tribu y dejarla fuera de nuestra protección. Si no cumple con este requisito, no tendrá acceso alguno a nuestras tierras ni con el pase de turista ni visitante ni con Charlie, se le deberá avisar con el debido respeto y discreción el motivo. —expresa con dolor en la mirada. Era justa y necesaria— No será fácil, ninguno quisiera que la niña fuese víctima de los peligros desconocidos que abundan en Forks.
—¡No! Yo me opongo, la cuidaré.
Jacob se levantó del tronco, gruñendo por encima de esas sanciones. Temblando constantemente.
—¡Basta Jacob! —bramó Billy— se decide esto por el bien común de la Tribu. No podemos ir en contra.
—¡No! Tu eres el que más debe luchar por Charlie, por Bella. ¡No es justo! ¡No lo quiero, prefiero vivir lejos de aquí a...!—empezó a decir respirando errático y temblando sin parar.
Sin embargo, esta vez se volvió a atraver Billy a dar un golpe a su hijo.
—¡NO ELEGIRÁS A OTROS POR ENCIMA DE NUESTROS ANCESTROS, NUESTRA VIDA! —bramó con tanta fuerza que logró lo que muchos no querían ni se imaginaban que ocurriese.
En un salto, un gran gruñido estalló. Billy voló por los troncos tras un zarpazo, dando su cabeza contra el tronco escuchandose un fuerte ¡crack!, Luego de unas fuertes pisadas cayendo al suelo, mientras que Mavis se encontraba en estado de shock con la mano en la boca. Asustada.
—¡Paul protege a Mavis y ve a ver a Billy! Jared vamos a tener que controlarlo ya!—ordenó Sam, tratando de mantener neutro su mente, pero las palabras estaban atoradas en su garganta, no esperaba aquella traumatica escena de un despertar lobuno y menos a los catorce años del menor Black.
El Senior Quil se había ido hacia la dirección donde había sido mandado Billy por el gran lobo terracota, con todo el temblor, preocupación y terror mermando su cuerpo. Estaba perdiendo sangre, Billy no respondía.
—¡Llamaré a una ambulancia, vamonos cariño! ¡reacciona!—exclama Griffin, tratando de espabilar a Leah, quién veía petrificada a sus pies, donde reposaba a tan solo centrimetros el brazo derecho con el que Billy había golpeado a Jacob para callarlo.
La sangre le había salpicado en el rostro y la ropa.
—Y-yo... Eh... S-si...
Griffin se la llevó con torpeza del lugar, como hombre invisible ya había visto cosas peores pero no tan cerca. Por lo que su mente podía aún generar una respuesta de auxilio. Ambos fueron a pedir ayuda, una ambulancia o algo.
—Yo... Podría llevarmelo pero... Creo que se ha fracturado la columna y tiene varias hemorragias. Cachorro... Yo... Yo quiero ayudar pero... No hay mucho por hacer ahora —susurró aterrorizada Mavis, mientras podía oler el aroma a sangre por todas partes, asqueada. Trató con sus manos de detener con un cacho de su ropa la hemorragia del brazo pero ni con torniquetes funcionaria sus primeros auxilios.
Los gruñidos se habían multiplicado, y las peleas y pisadas grandes también. Jared y Sam, trataban de alejar a Jacob del lugar y poder aunque sea calmarlo.
Pero las cosas no habían salido para nada acorde a lo que creían poder hacer con las mejores intenciones. La actitud impertinencia e impulsiva de los Black había sido imposible de remediar, porque ni el mayor se había abstenido a callar su coraje propio.
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