💚~8~💙
MIREN, PERRAS, HE VUELTO!
No se la esperaban después de que dejara este libro abandonado ¿Eh? ¿Eh? La verdad yo no me lo esperaba JAJAJAJA
Pero El poder del Florpus me motivó demasiado. QUÉ PELICULÓN, VIEJA, ME ENCANTÓ.
Tenía ganas de hacer este AU antes de salirme del fandom, si se puede decir que me salí, y con todo lo que está pasando en nuestro planeta me sentía con la necesidad melancólica de hacer un AU que hablase mucho de eso 8( De cómo vamos matando este lugar.
PERO BASTA DE DEPRIMIRNOS. Por algo hice este AU, para levantar un poco los ánimos, aunque solo sea ficción.
Espero que les guste. Este AU todavía no tiene nombre fijo, ya que pensaba en llamarlo "Fluffy AU", pero sin embargo me pareció que no era adecuado. Así que me debato en ponerle "Preservator Zim" o alguna wea por el estilo.
En algún momento voy a dibujar al Zim y a la Tak del AU, hasta a los más altos, pEeEeEeRoOoOoO Por ahora les dejo en multimedia el que terminé hoy de mi bb Zim.
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Reacomodó sus guantes por milésima vez este día, esperando nervioso entre el gentío de irkens que populaba ansiosamente en el escenario principal en espera de sus archivos correspondientes.
Aún estaba muy nervioso, pero feliz. No podía creer que finalmente había sido elegido por los más altos entre sus miles y miles de compañeros, todos calificados, todos capaces y preparados.
¿Y él estaba a la altura? No estaba tan seguro ahora, se había esforzado en remarcar sus virtudes para llamar la atención de sus líderes y ser llamado a la plaza principal para una misión, sin embargo era difícil no sentirse intimidado ante los demás irkens, que probablemente lo superaban.
Se mordió el borde de los guantes, todavía muerto de ansias, pero una mano en su hombro lo detuvo antes de arrancárselo.
–Hey, tranquilo. –Su amiga le sonrió, logrando hacerlo respirar hondo.
Era afortunado de que ella estuviese ahí con él para bajarle los nervios, o estaría arrancándose las antenas. Nada mejor que tener a tu mejor amiga a tu lado para abofetearte cuando estés entrando en crisis.
–Gracias. Solo... Oh, por los más altos. Tak, míralos a todos ¡Voy a quedar como un hazme reír frente a tantos increíbles irkens!
–Zim, exageras. –Murmuró, rodando los ojos. –Estás aquí porque probaste que eres capaz ¿No? Tan capaz como cualquiera, como todos los que están aquí. –Indicó, haciendo un gesto para señalarlos a todos. –Te irá bien, no te alteres. –Lo animó, antes de volver a su lugar designado entre el público.
Zim asintió, todavía un poco inseguro sobre ello.
Aún estaba tratando de procesarlo. Nunca creyó que el descubrimiento de la cura contra la triple gripe de Marte hubiese significado algo para ser escogido. Siempre pensó que Tak sería seleccionada antes que él, y no era de menos, ella había hecho muchos descubrimientos importantes y asombrosos desde que tenía edad para hacer disecciones. Significando otra mente brillante para la raza Irken en el área de prótesis funcionales y sensibles.
Ella iba a mejorarle la vida a muchas especies y razas, y él apenas había logrado curar una maldita gripe mortal. Ni debería estar ahí.
Los más altos estaban en el centro del escenario, llamando por nombres y entregando archivos para los irkens elegidos. Él estaba al final por orden alfabético, por lo que tenía tiempo para hacer catarsis de nervios.
No estaba exagerando con esto, debía hacer un trabajo realmente majestuoso si no quería martirizarse después. Era un Irken después de todo, tenía que hacerlo perfectamente.
Su especie, avanzada en tecnología hasta límites con los que solo la imaginación llega, había sido hace muchos años una colonia cualquiera con una creciente costumbre de conquistar planetas, al menos hasta que, por interés en aquellos planetas ajenos, empezaron a dedicarse a la investigación y preservación.
Bueno, también lo habían hecho como método de comercio, aliados y paz, pero la sed de conocimiento no se quedaba atrás.
Zim lo había escuchado en clases básicas de historia Irken. Cuando los intentos de invasiones hacia su planeta se hicieron más constantes, les tomó poco descubrir que todo se debía a la escasez de recursos naturales, guerras, incluso porque querían huir de enfermedades mortales que no podían erradicar.
Todo quedó en manos de su raza, cual ni lenta ni perezosa y encantada por descubrir, se dedicó a enviar a sus mejores científicos, los irkens más listos, ingeniosos e inteligentes a diferentes planetas en crisis. De manera que, ayudando a otras especies a preservar su hogar, pudieran tener el camino libre para hacer alianzas, comercios, y prevenir pandemias y otro tipo de tragedias.
Zim sabía que ahora que había sido elegido, el peso de un planeta entero caería sobre sus hombros, y dependía de él si este viviría lo suficiente o moriría inevitablemente en manos de sus ignorantes habitantes.
–Muy bien... Siguiente: Zim.
Casi se caía del empujón que le dió Tak para que reaccionara, pero supo guardar la compostura y hacer una corta reverencia a sus altos.
–Mis altos. –Murmuró con tono respetuoso, mientras que estos se echaban una mirada nerviosa.
–Científico Zim, por tu ayuda y colaboración clave para la cura de una posible pandemia mundial, es un placer para nosotros asignarte tu planeta de destino para su preservación.
El irken más bajo sonrió por lo bajo sin poder disimularlo, aunque la forma en la que el líder rojo carraspeó la garganta incómodamente lo consternó.
–Pero, uh... Nos avergüenza decir que nos quedamos sin opciones.
Entonces su sonrisa decayó.
–Aunque, sería una pena dejarte sin misión, además que sería un completo desperdicio. Por lo que te damos en libre albedrío de escoger tu planeta de destino.
Ok, esa respuesta no lo tranquilizaba más, por el contrario, lo alteraba aunque supiera disimularlo.
No lo malentiendan, que los altos le cedieran la libertad de escoger él mismo el planeta que protegería no lo insultaba, a cualquiera puede ocurrirle un error de cálculo y estimación, solo... ¿Y qué si escogía algo con lo que no podía lidiar? Se preparó toda su vida par a esto y aun así estaba lleno de duda y miedo ¿Serían sus conocimientos suficientes para salvar a un planeta de su autodestrucción?
Suspiró tratando de llenarse de coraje y avanzó hasta la pantalla holográfica llena de planetas. Los verdes eran aquellos ya preservados con los que mantenían relación, los amarillos estaban en proceso, los azules eran planetas vacíos sin vida alguna que preservar, y los rojos eran aquellos que tenía de opción.
Buscó con la mirada, todos se veían iguales al verlos en un mapa estelar, pero al acercar la imagen podía ver el contorno. Finalmente, encontró la vía láctea. Había leído su nombre en un libro una vez y el nombre le llamó mucho la atención. Al acercar más la imagen contempló cerca del centro un sistema solar con escasos planetas. La mayoría eran azules, excepto uno pequeño y rojo.
Lo seleccionó y la imagen se amplió detallada y coloreada para sí. Contuvo la respiración observando esa esfera azul, verde y con toques de blanco y amarillo, ligeramente achatada en sus ejes. Le pareció simplemente precioso y no perdió el tiempo en revisar la poca información que tenían a la mano.
Planeta: Tierra.
Estimación de distancia: 950680 años luz.
Área aproximada: 510 072 000 km².
148 940 000 km² tierra (29,2 %)
361 132 000 km² agua (70,8 %
–Este... Quiero este.
Los más altos se miraron entre ellos dubitativamente. El alto rojo habló. –¿Estás seguro? No sabemos mucho de ese planeta, está más lejos que cualquier otro de Irk. No podrás volver seguido, tardarías meses en ir o volver.
Zim entró en duda. No mentiría, estaba consumido por el miedo de hacerlo mal, la ansiedad y las dudas, pero... Con solo posar mirada en ese planeta supo que había ahí algo que valdría la pena preservar. Era "amor a primera vista" como dirían por ahí. Por más que estuviese inseguro, se negaba a rechazar ese único planeta vivo entre el extenso sistema solar.
–Estoy seguro.
–En ese caso no hay problema, supongo. –Murmuró el alto violeta. –Pero necesitarás un compañero irken aparte de tu unidad de captura de información. Este planeta tiene demasiada área para que uno solo se encargue, es más grande que los planetas que hemos tratado. Los demás ya tiene misiones asignadas ¿Hay alguien que creas que sería competente para esto?
Zim no necesito pensarlo mucho para señalar a su amiga de ojos púrpura entre el público. –¡Elijo a la científica Tak, experta en prótesis reemplazo efectivo de órganos vitales!
Todos murmuraron expectantes, ningún comentario fue negativo, de hecho todos se remarcaban emocionados la excelencia de la irken, cual pronto subió al escenario ayudada por las patas mecánicas de su pak. Una vez ubicada al lado de Zim, ambos se sonrieron.
–Entonces ya está hecho. –Asintió el más alto rojo, volviéndose a los dos irkens. –Queda asignado al científico Zim el lado occidental de la Tierra. Científica Tak, usted se encargará del lado oriental ¿Queda claro? –Ambos asintieron haciendo un gesto militar. –Entonces ¡Habitantes de Irk! ¡Estos son nuestros preservadores de este siglo!
El público viroteó, glorificando a los irkens sobre el escenario, cuales levantaban victoriosos sus archivos como si trataran de banderas. Zim por otro lado a falta de informes que tener a mano ahora, se abrazó a su amiga, cual devolvió el abrazo teniendo que despegarlo del suelo debido a la altura.
–Eres un grandísimo bobo.
–Este grandísimo bobo te consiguió una misión, Tak. –Respondió con el mismo tono juguetón, antes de separarse para poder dirigirse junto a los demás a prepararse para abandonar Irk.
Tras haber empacado las cosas necesarias, como herramientas, un avanzado dispositivo que contenía toda la información básica requerida, y un par de cosas personales, los irkens se reunieron en la zona de naves de la inmersa donde sus altos los esperaban para entregarles sus robots, o más bien sus unidades de captura de información.
Zim nunca había visto uno, pero decían que eran como ayudantes listos y útiles que volverían más sencilla la misión y tenían diferentes funciones, entre ellas la defensa personal de sus amos. Pues, la primera regla de todo preservador, y la que siempre le remarcaban a todos era "Queda terminalmente prohibido hacer daño físico y psicológico a cualquier manifestación de vida inteligente o consciente que no pertenezca a Irk". Y no es solo porque fueran pacíficos, sino porque era fundamental evitar conflictos con los nativos. Cualquier tipo de batalla acabaría en un fracaso, y todos sabían... Ningún preservador que se respetara o estimara necesitaba la violencia, ni siquiera como último método.
Los robots se encargaban de eso tomando formas y apariencias perfectas para la ocasión, disimulando cualquier ataque bajo un ingenioso disfraz de criaturas nativas.
Tras ver a muchos partir, se despidió de Tak con un fuerte abrazo antes de que fuese llamada.
–Zim, estoy nerviosa. –Admitió, bajando la mirada. –No soy una experta en ambientalismo o naturaleza ¿Cómo sabes que sirvo para esto?
–Mientras mejores la vida de esos terrícolas, no dudo en que lo lograrás, Tak. –Aseguró él. –Además puedes venir a verme cuando necesites ayuda, o solo llamarme.
La irken tomó aire y lo dejó salir, acabando con una sonrisa. –Te veré pronto, Zim. –Se despidió, y entonces avanzó hacia adelante. Recibió su robot, su nave, y dijo "Adiós" con la mano al despegar.
Cuando su turno llegó, no pudo estar más vibrante y alegre que en su larga vida. Los más altos le concedieron su propio U.C.I. cual apenas se encendió hizo un gesto militar y le miró con esos ojos extrañamente bien expresivos y rojos.
–Amo, estoy a su disposición y sus órdenes. –Pronunció con voz grave y firme, como la de un soldado.
–Increíble. –Murmuró el irken, antes de mirar su nave asignada. –Prometo no decepcionarlos, mis altos.
–No esperamos menos de ti, Zim. Suerte en tu misión. –Respondió suavemente el alto púrpura, a lo cual el alto rojo se mantuvo sereno y sonriente.
Una vez hubo despegado, miró nostálgicamente su planeta, sintiendo que el vibrar de la nave era menos fuerte que el que hacía su squeedly spooch. En un abrir y cerrar de ojos se alejaron a una velocidad descomunal, dejando Irk como una mancha más en el lienzo infinito que llamaban espacio exterior.
Estabilización del sistema. Piloto automático, destino: Tierra.
Zim se dejó caer sobre su asiento con un largo suspiro, tomando aquella tableta holográfica que le proporcionaría la información que necesitaba. Le tentaba un poco aprovechar estos meses para leer detenidamente el reglamento así poder apegarse cuidadosamente a él, pero la foto que había llevado consigo de él y Tak hace cincuenta años cuando apenas eran ayudantes de otros preservadores salió victoriosa.
Esto es con lo que había soñado desde que era un smeet. Había sido confinado tantos años a permanecer en un laboratorio cerrado, dedicándose a hacer sus propios descubrimientos y conclusiones en base de otras investigaciones, deseoso de llegar más lejos. Él quería ver cosas nuevas, sentir confusión, no entender. Pues sabía... Sabía que cuando la verdad se mostrara ante él, mucha sería su fascinación ¿Qué era mejor para un irken que descubrir las cosas por sí solos en completo desconocimiento? Era como una hoja en blanco para los artistas, tantas posibilidades y solo una cubriría el lienzo.
Su robot sin nombre se encargaba de conectarse a su pak para obtener los datos completos sobre su amo, sus memorias, debilidades y fortalezas para hacer efectivo su papel, mientras aquel irken observaba el cielo estelar maravillado y cerraba los ojos acurrucando en su pecho la foto.
Preservador Zim... No sonaba nada mal.
. . .
–¡Ya vienen!
A una excesiva distancia, en un planeta condenado, un niño de once años sobre el techo de su casa se sobresaltó, abandonando su computadora, audífonos y antena satelital para bajar del techo de un salto, deslizándose por la cañería de agua como si tratase de un tubo de bomberos.
Mientras, dentro de la misma casa, una niña de dudosa edad de seis años se encontraba muerta de rabia observando dentro del refrigerador.
–Dib se bebió la última soda ¡Esto lo pagará!
Ah, y hablando del mencionado chico de once años, entró bruscamente por la ventana de la cocina, aterrizando en el lava platos lleno de agua y detergente. Poco le importó aquello y se incorporó alarmado.
–¡Ya vienen! –Y sin más, saltó de ahí para dirigirse al ocupado adulto de bata, que prefería prestarle atención a uno de sus propios proyectos antes de ceder a dirigirle la mirada a su insistente y eufórico hijo. –¡Papá, ya vienen! ¡Los escuché, de verdad los escuché! ¡Estaba en el techo y escuché una transmisión que llegaba por...!
Pronto el adulto lo acalló shusheando. –Ahora no, hijo, estoy preparando... ¡PAN TOSTADO! –Exclamó alzando una rodaba de pan. Sí, en definitiva un buen tostador era un proyecto importante.
Ignorando el hecho de que poco le importaron sus palabras a su padre, el chico decidió acercarse a su hermana. –¡Gaz, ya vienen! De verdad vienen.
La muy fastidiada e irritada chica masculló ya harta. –¿Quién viene, Dib?
–No... Lo sé.
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Esto tendrá ZaDr, prometido. Solo es el comienzo, me gustan las introducciones <3
Hablando de AU's, encontré uno ZaTr donde Zim es una chica trans, cabe a decir que me encantó JAJAJA Aunque no hubo más cambios en el diseño de Zim que ponerle una coleta y pestañas(?)
Me gusta porque... Tak para mí siempre fue alta lesbiana(?)
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