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En la radio hay un pollito
En la radio hay un pollito
Y el pollito pío
El pollito pío, el pollito pío
El pollito pío, el pollito pío
El pollito pío, el pollito pío

-¡QUE ALGUIEN MATE AL POLLO Y LO COCINE! ¡YO YA NO SOPORTO MÁS PÍOS!

Ah, qué tarde tan hermosa.

En la casa de los Membrana, la menor de la familia gritaba y vociferaba como bestia salvaje que alguien acallara ese canto de Satanás.
La pobrecita ya no soportaba más esa canción, además ya había pasado la época en la que era furor ¿Qué clase de idiota pondría ese irritante pedazo de basura auditiva a todo volumen? Seguramente era algún vecino, eso estaba más que claro por la cercanía en la que se escuchaba.

-¡Dib, ve a buscar al que se hace el granjerito y mátale a los animales! -Ordenó amablemente, Gaz, desde el marco de la puerta de la habitación de su hermano mayor. Este no parecía alterado, estaba usando audífonos así que la música no lo molestaba.

-Ni hablar, hazlo tú. Yo estoy ocupado. -Ah, pero la joven no lo dejó así. Ella no quería que le explotara la vena de la frente por la impaciencia y la ira que le causaba la tortura de oír aquella melodía y letra pegajosa. Así que con toda la delicadeza del mundo le arrancó los audífonos y la revista a su hermano, lo jaló del brazo y le dio una cariñosa patada en el trasero para hacerlo caer por las escaleras.

-¡SERÁ MEJOR QUE CALLES LO QUE SEA QUE ESTÉ CAUSANDO ESE SONIDO O YA VERÁS!

Dib aun estando adolorido en el suelo tenía la capacidad de preguntarse ¿Ir y gastar tiempo valioso de su vida apagando una canción que ni lo estaba molestando o... Tener que enfrentar la ira de Gaz?

Al diablo su día de descanso, él quería seguir con vida hasta los 18 y sólo le quedaban aproximadamente dos años para eso.

Sin decir más, por miedo a que Gaz le respondiera o algo peor, se levantó del suelo y buscó su gabardina para salir. Siguió el sonido hasta la fuente del mismo y a medida que aumentaba el volúmen empezaba a entender por qué tanto enojo por parte de la peli morado.

Joder... Qué canción más molesta, repetitiva e hincha ovarios. Y él que pensaba que su hermana estaba en su período y por eso tan furiosa y enojona.

Ah no... Es Gaz, ella siempre es así.

-...Ay, no me jodas. -Frente a él estaba la raíz del problema. La música provenía de la casa de Zim.

No se molestó en tocar la puerta ni en evadir a los gnomos. Zim había programado todo para que se reconociera al instante la presencia de su novio y el modo de defensa no se activara volándolo en pedazos.
Gir se encontraba bailando al ritmo de la canción, no, no es como si la canción tuviese una coreografía compleja, pero el pequeño robot le ponía muchas ganas como si fuese un concurso de baile.

En cuanto a su querido Irken... Bueno... Él estaba frente al monitor de la computadora, sentado en el sofá, con semblante curioso y anotando cosas en su libreta.

-Zim... ¡ZIM! -Dib gritaba para hablarle, el volúmen era tal que le sorprendía que no le hayan explotado los tímpanos al entrar a la casa. Zim notando eso bajó la potencia del sonido pero no pausó la canción.

-¡Dib-cosa! ¿Qué haces en la base de Zim? No hemos acordado ninguna salida.

-Gaz me envió aquí porque la música se oye hasta allá... -Aun no procesaba del todo como podía estar escuchando eso. Zim se irritaba fácilmente con todo ¿Cómo podía escuchar El Pollito pío una y otra vez sin querer tirar la computadora por la ventana? Sin dudas Zim no era de este mundo.

-¡Así que tu hermana escuchó esta pieza de arte!

-Exactame- Espera ¿Cómo?

-¡Sí! ¡No sabía que los humanos combinaban aprendizaje con piezas melódicas! Hoy aprendí que el pollito hace pío, la gallina Co, el gallo cocorocó... -Dib lo detuvo antes de que siguiera nombrando más animales hasta terminar la letra.

-Sí, sí, sí... Entiendo, pero eso pude enseñártelo yo mismo.

-Lo encontré accidentalmente gracias a Gir. No lo culpo, es increíble ¡Míralo! ¡Está bailando de la felicidad que le causa aprender!

Efectivamente Gir bailaba improvisada y locamente tratando de imitar los animales que se iban mencionando. No estaba emocionado de aprender nada, simplemente le gustaba la canción y los pollitos, pero Zim insistía en que era la euforia de saber más sobre las especies terrestres.

-Zim, por favor apaga eso... -Suplicó ya harto de que la tortura se reproduciera una vigésima vez. Aquello le estaba taladrando los oídos y seguramente se le quedaría pegada la letra por unos días.

-¡Pero aún no termino de entender! ¿El tractor es una máquina? ¿Es un animal? ¿Es un híbrido? ¡¿Es el enemigo natural de los pollos?!

El oji miel no quiso oír más cuestionamientos del Irken y desenchufó el sistema de sonido.

-Esa canción es para niños. Ya deja de oírla.

-¡No! ¡Zim aun no aprende lo suficiente! -Era tierno como trataba de alcanzar el enchufe de la mano del humano.

A Dib la pubertad le había pegado fuerte, así que ahora era bastante alto. Zim en cambio se había quedado atrás y seguía teniendo la misma estatura de siempre.

Ay, pero qué monada.

-Cariño, prometo explicártelo todo yo ¿Te parece?

Los orbes magentas del Irken analizaron al humano buscando sinceridad en su aura.

No, Zim no podía hacer eso pero él pensaba que sí.

-De acuerdo... Pero no he aprendido nada de animales marinos. ¿Podemos escuchar la de Peter la anguila?

-¡ZIM, POR SATURNO!

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Les dije que publicaría xdxd

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