Capítulo XVIII: Nuestro comienzo.
Declaimer: Los personajes de Naruto NO son míos, pertenecen a Kshimoto, yo solo los uso para crear esta historia, sin fines de lucro, con el único objetivo de hacer pasar un buen momento
al lector.
—Hinata no te muevas tanto, no te dejas maquillar— la regaño Ino por enésima vez.
—Lo siento, estoy muy nerviosa— se disculpó frotando sus manos.
—Ni creas que te perdonamos el hecho de no decirnos que estabas saliendo con Obito— dijo Tenten fingiendo molestia— Ahora hasta te vas a casar.
—Lo siento, lo mantenía en secreto por qué no quería que el Clan se enterará— les confesó en voz baja, después de todo, cualquiera podría escucharla.
—Pero somos tus amigas— hablo esta vez Sakura.
—Les prometo que no volveré a ocultar nada— sus amigas sonrieron felices.
—Esta bien no es para tanto, por lo menos vamos a ser tus madrinas— argumento Tenten con los ojos iluminados por la emoción.
—No pensé que fueras la primera de nosotras en casarse— comento Ino sin dejar de maquillar su rostro, Sakura arreglaba su cabello y Tenten terminaba los ajustes de su kimono de bodas tradicional.
—Pensaba que Ino sería la primera— dijo Tenten casualmente.
—¿Y yo por qué?— pregunto Ino confundida.
—Porque eres a la que más sabe de hombres Ino cerda— la rubia las miró molesta— Vamos admítelo, eras tú la que le estaba dando consejos a Hinata para esta noche en su despedida— la Hyūga se sonrojo al escuchar a Sakura y recordar todo lo que le dijeron sus amigas el día anterior.
—Pero bien que ponían atención, de seguro ya estaban pensando en ponerlo en práctica, Tenten con Shisui y Sakura con Neji, que bien escondido lo tenías Sakura— la ojijade río nerviosa y Tenten se puso roja de la vergüenza.
Hanabi entro al cuarto con algunas Hyūga, traían diversos objetos para adornar el cabello y flores decorativas.
—Hinata Oneesan, ¿Qué flores te gustan más para las mesas?— pregunto Hanabi mostrando algunos arreglos.
—Este, para algunos centros de mesa— dijo apuntando a un ramo compuesto por orquídeas blancas— Y estás para los otros— fue ahora el turno de las hortensias azules de ser escogidas.
—Perfecto, en un momento terminaremos de hacer los arreglos— aseguró una de las Hyūga antes de retirarse junto a las demás.
—La boda comienza a las dos, recuerden estar listas— menciono Hanabi antes de que salieran— Y para tu cabello Oneesan— la castaña hizo a un lado los adornos para el cabello y saco una caja negra— Otôsan la manda para ti— abrió la caja, las amigas de Hinata soltaron gritos de emoción mientras exclamaban lo hermosa que se miraba aquella flor blanca.
—Yo se la colocó— Sakura tomo con cuidado la flor y la engancho perfectamente sin deshacer su peinado.
—Muchas gracias por estar aquí— Hinata sentía las ganas de llorar por la felicidad, pero sabía que si lo hacía se le correría el maquillaje y sin duda Ino no estaría contenta con eso.
—No es nada— respondieron sus amigas y Hanabi.
—Es hora de llevarte a esperarlo— Hanabi la ayudo a ponerse de pie y después todas salieron del cuarto de Hinata— Espero que no se le ocurra llegar tarde.
Hinata se rió ligeramente y continuó su camino con total nerviosismo— Como quisiera que estuvieras aquí Kiba-kun, espero que me desees suerte— pensó para si misma con una sonrisa melancólica, siempre iba a visitar su tumba junto con Shino pero sabía que no era lo mismo, lo extrañaban.
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—¿Por qué no dejaron que me arreglará en mi casa?— pregunto Obito sintiendo los jalones que Kushina le daba a su cabello.
—Eres capaz de quedarte dormido y llegar tarde— hablo Kakashi sin dejar de leer su libro favorito.
—O de ayudar con las bolsas de las abuelitas— completo Naruto entrando al cuarto y ajustando su corbata— Okachan esto no funciona dattebayo.
—Kakashi haz algo bueno y ayúdale a Naruto— lo regaño Kushina que no dejaba de estar nerviosa— Ropa, peinado, zapatos— murmuró para comprobar que Obito estuviera listo, asintió repetidamente y sonrió triunfante— Te aprendiste tus votos, ¿Verdad?
—Pues si yo mismo los hice— respondió ofendido por las suposiciones de la pelirroja.
—Estoy listo— exclamó Naruto emocionado.
—Igual yo— comento Kakashi.
—Deja de leer eso, me estresas— pidió Obito cuando vio que Kushina y Naruto se adelantaban.
—Bien que lo querias leer anoche— Obito se sonrojo al recordar las tonterías que había hecho bajo los efectos del alcohol— ¿Te acuerdas?, Hasta me estabas pidiendo consejos a mí y a Yamato para complacer a tu futura esposa.
—Ya no digas esas cosas— el Uchiha parecía hechar humo por las orejas— Mejor vámonos, no quiero que se haga tarde.
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Hiashi miraba como su hija estaba apunto de ir a con la persona que compartiría el resto de su vida, se sintió nostálgico y no pudo evitar que unas cuantas lágrimas escaparan de sus ojos— Eres idéntica a tu madre— Hinata lo escucho y sintió que su corazón se estrujaba, sus ojos se pusieron vidriosos, pero Hiashi impidió que llorara limpiando sus ojos— Y tu Uchiha, hazla feliz.
—Se lo prometo señor— Obito tomo la mano de Hinata y le sonrió para trasmitir tranquilidad.
—¿Segura que quieres casarte Oneesan?, Aún eres muy joven, apenas hace un mes cumpliste diecisiete— Hinata se rió por las ocurrencias de su hermana menor— Digo, no es que no me agrade mi cuñado, pero de seguro pudiste tener otras salidas antes de casarte— Obito la observo con los ojos entrecerrados.
—No le digas esas cosas a tu hermana Hanabi— le pidió Hiashi, aunque debía admitir que las caras que ponía el Hokage eran divertidas— Los esperamos afuera— padre e hija se retiraron dejando a los novios solos.
—Perdóname Hinata.
—¿Por qué?— pregunto cambiando la sonrisa por una cara de preocupación.
—No quería que te tuvieras que casar conmigo por culpa de un plan elaborado, me hubiera gustado haberte pedido matrimonio de una manera diferente— confesó con la mirada perdida— Es cierto que aún eres muy joven, tal vez querías hacer otras cosas antes de tener alguna responsabilidad.
—Yo no acepte casarme contigo porque fuera parte de un plan, lo hice porque quiero compartir el resto de mi vida contigo— Obito la volteó a ver y beso su frente.
—¿Estas lista?
—Si
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—Yo Uchiha Obito, te tomo a ti Hyūga Hinata, como mi esposa, a la que prometo cuidar, respetar y amar por siempre, me encargaré de hacerte feliz cada día, me voy a esforzar por mantener tu sonrisa todo el tiempo, te apoyaré y estaré contigo en los malos momentos, como también disfrutaré de los buenos, quiero permanecer a tu lado por el resto de mis días— Obito decía sus votos tomando las manos de Hinata, la Hyūga sentía que podría llorar de la felicidad, pero se recordó una vez más en los problemas que se metería con Ino si arruinaba su maquillaje— Te prometo que mi amor por ti crecerá más con el pasar de los días— hablo acariciando suavemente su mejilla.
—Yo Hyūga Hinata, te tomo a ti Uchiha Obito, como mi esposo, prometo hacerte muy feliz, cuidar nuestro amor como uno de los regalos más preciado que me han dado, serte fiel en todo momento, apoyarte en todas tus decisiones y ayudarte cuando me necesites, daría cualquier cosa por estar siempre para ti, voy a guardar todos nuestros momentos y no pienso fallarte— Obito no dejaba de sonreír por sus palabras y Hinata sentía que su cara ardía, él era lo mejor que le había pasado— No te pido que olvides tu pasado, solo que escribas un nuevo futuro conmigo porque eres la persona con la que quiero envejecer.
Los invitados aplaudieron y exclamaron totalmente emocionados, el encargado de casarlos les indico a todos que desde ese momento ambos estaban unidos en matrimonio, desde ese día Hinata dejaba de ser una Hyūga para ser una Uchiha. Los aplausos seguían, Obito beso a su esposa antes de ir a saludar a los invitados.
Rock Lee y Guy-sensei lloraban de felicidad, Kakashi sonreía feliz por su amigo, Kurenai aplaudía, y su pequeña de aproximadamente un año llevaba consigo un retrato de Kiba, Akamaru estaba ladrando con entusiasmo, a su lado Shino permanecía serio pero contento.
Hiashi, Hanabi, Neji y Ko se acercaron a Hinata para felicitarla, Fugaku, Mikoto, Itachi y Shisui hablaban con Obito y elogiaban a su esposa, Mikoto se disculpaba porque Sasuke no estaba presente, aunque Obito lo había invitado, el Uchiha menor no quiso asistir para seguir con su camino fuera de la aldea.
Kushina corrió para abrazar a los novios, apretó las mejillas de Hinata argumentando lo adorable que se veía, Naruto también se acercó a felicitarlos con sinceridad, Kakashi se acercó y le lanzó su famoso libro a Obito, mientras le decía que se lo agradecería en la mañana, Hinata miró con confusión la situación y el Uchiha se puso completamente rojo.
Las amigas de Hinata fueron también a felicitar y a decir lo lindos que se miraban juntos.
La tarde paso rápidamente, entre la comida, el baile y el pastel, llegaron las siete y todos comenzaron a despedir a los novios, cuando desaparecieron de la vista de todos y la fiesta continuo, Obito uso su Kamui para transportarlos a su nueva casa, se encontraba un poco apartada del centro de la aldea, el pelinegro sabía que no podía llevarla a vivir a su antigua casa, ya que era muy pequeña, así que decidió comprar una que no estuviera dentro del Clan Uchiha ni del Clan Hyūga, de esa manera no habría problemas con nadie. Al llegar Obito le tapó los ojos y abrió el portón para entrar.
—¿Lista?— la mujer entre sus brazos asintió, dejo de cubrir sus ojos y miró la expresión de asombro y felicidad que tenía Hinata— Espero que te guste.
—Es inmensa— murmuró— ¿No es muy grande para nosotros?
—Después no será solo para nosotros— Hinata se sonrojo al entender a lo que se refería— ¿Te gusta?
—Si, me encanta— respondió girando sobre sus pies para besarlo rápidamente.
Obito sonrió y cerró con llave el portón, la cargo en sus brazos y camino hasta la puerta, la abrió y la cerró con seguro cuando entraron.
—Aún hay pocos muebles, pero quería que tú también escogieras— ella solo contesto que estaba perfecta, Obito abrió una de las habitaciones y la bajo con cuidado sobre la cama— Y esta será nuestra habitación— finalizó sonriendo nervioso.
La ojiperla se sonrojo y lo miro fijamente, tomo sus manos y lo atrajo hasta ella para poder besarlo, se fue recostando lentamente en la cama con Obito sobre ella, suspiro entrecortada cuando sintió su mano sobre su cintura.
—No es necesario que hagamos esto sabes, yo puedo esperar a que estés
—Yo quiero estar contigo— lo interrumpió, en ese preciso momento estaba avergonzada, era verdad que quería expresar lo mucho que lo amaba, y sus amigas habían dicho lo que tenía que hacer después de su boda, pero tenía miedo de no ser suficiente para él.
Obito descendió lentamente por su cuello con pequeños besos húmedos, mientras se encargaba de retirar el Obi de su Kimono, la subió más en la cama y comenzó a desvestirse también, Hinata lo miraba con las mejillas rojas, el torso de Obito estaba lleno de músculos trabajados, pero no excesivamente marcados, la mitad era blanca debido al accidente que había tenido de pequeño, pero en ese momento era lo que menos le importaba. Cuándo se dió cuenta de que estaba batallando para desvestirse, Hinata poso sus manos sobre las suyas y lo ayudo, recorrió todo su cuerpo con los ojos y las manos, su rostro se volvió aún más rojo al ver que su erección comenzaba a ser visible, pero frunció el ceño ligeramente porque Obito aún no se quitaba los guantes que siempre llevaba puestos.
—¿Por qué no te quitas tus guantes?— le pregunto curiosa.
—Lo siento, es la costumbre— se quitó los guantes y los arrojó a cualquier parte de la habitación junto con su demás ropa, observo con cuidado el cuerpo de su esposa, Hinata solo tenía descubierta de su cintura para arriba, ver que lleva puesto un sujetador blanco solo logro excitarlo más, siguió quitándole su ropa y la lanzó junto a la demás.
Se le quedó viendo mientras pensaba en que era lo que debía hacer, Kakashi le había aconsejado que fuera cuidadoso, ya que era su primera vez y podría ser doloroso, se sonrojo al recordar que le había dicho que hiciera todo lo posible para que Hinata se mojará lo suficiente para poder darle acceso, claro que Kakashi tenía una forma más vergonzosa de explicarlo.
Obito se dió cuenta de lo nerviosa que estaba y le sonrió para darle confianza, volvió a besarla de manera dulce, pidió acceso con su lengua y cuando lo obtuvo comenzó una silenciosa batalla, era la primera vez que la besaba de esa forma, no iba a negar que le gustaba, de hecho, le encantaba, pero era obvio que a ambos les hacía falta práctica, agradecía porque tenía el resto de su vida para ser un experto a su lado.
Bajo por su cuello y siguió recorriendo con sus labios su cuerpo, repartiendo también ligeras mordidas en sus hombros, uso sus manos para desatar el sujetador de Hinata y hacerlo a un lado.
—O-obito— gimió la azabache al sentir la lengua del Uchiha recorrer su pecho derecho y después entretenerse con su endurecido pezón.
Para Obito escuchar sus gemidos y suspiros motivaron más sus acciones, jugó un poco con su seno izquierdo y luego cambio las posiciones, Hinata cubría su boca para que los gemidos no se escucharan más fuerte, pero Obito apartó sus manos con delicadeza.
—No te preocupes, nadie puede escucharnos.
Siguió bajando y saboreando cada parte de su cuerpo, los nervios llegaron de nuevo a Hinata al ver que bajaba sus bragas, pero su mente se puso en blanco al sentir su lengua en su centro
—Ahh— gimió fuertemente cuando Obito pareció encontrar un buen ritmo, el Uchiha se aferró a sus caderas y siguió saboreando a su esposa, Hinata enredo sus dedos en el cabello de Obito, se retorcío de placer y luego apretó con fuerza las sábanas— Obito yo— no pudo terminar porque una descarga eléctrica la recorrió por completo, sus sentidos se dispararon y sintió algo nuevo en su vida, acababa de tener su primer orgasmo.
Hinata jadeo y Obito se separó de ella para sonreír, como pudo, la Hyūga se incorporó y se levantó de la cama, sus piernas temblaban y le era difícil estar de pie, Obito la observo curioso, Hinata extendió su mano e hizo que se pusiera de pie con ella, aguantando la vergüenza, Hinata quito lentamente el bóxer que aún traía puesto el pelinegro, miró sonrojada el miembro de Obito— No creo que entre en mi— susurro asombrada por el tamaño, Obito se puso rojo y rasco su cuello nervioso, había logrado escucharla, Hinata lo guió hasta sentarlo de nuevo en la orilla de la cama y se hincó frente a él.
—¿Qué estás— Obito hizo la cabeza hacia atrás al sentir la boca de Hinata rodear su miembro, lo introdujo por completo en su boca mientras movía su cabeza de atrás hacia adelante, recorriendo con su lengua en todo el proceso, al paso de unos minutos Obito comenzaba a sentirse cada vez mejor, parecía que iba a llegar a su límite— Hinata, voy a— su aviso llegó muy tarde, Hinata saco el miembro de Obito de su boca, cuando esté derramó toda su esencia en ella, una parte había caído en su pecho y la otra salía en pequeños hilos de su boca hasta la barbilla— Lo siento.
Hinata negó con una sonrisa, se limpio un poco con los dedos y lo probó, Obito sentía como volvía a excitarse al ver su cara llena de inocencia, tan adorable.
La levantó con sus brazos y la recostó en la cama, beso de nuevo sus labios, se acostó a su lado y la cargo para que ella quedará sobre él— Está noche tu tienes el control, ve a tu ritmo y si te duele mucho, no dudes en decírmelo— Hinata se sonrojo y asintió, entendió gracias a los consejos de Ino lo que Obito estaba esperando de ella.
Con ayuda de sus manos colocó su miembro en su entrada y descendió con cuidado, su barrera se rompió y un poco de sangre salió de ella, se quedó quieta e intento aguantar el dolor, algunas lágrimas salieron de sus ojos, Obito las limpio con ternura mientras le decía que todo estaría bien, Hinata permaneció sin hacer ningún movimiento hasta que sintió que se acostumbraba un poco al tamaño.
—Te amo— suspiro Hinata al tiempo que daba saltitos para iniciar con aquel clásico vaivén.
—Yo también te amo— la ojiperla utilizó las manos para apoyarse en el abdomen de Obito y aumentar el ritmo de las embestidas, el pelinegro tomo su cintura ayudándole en el trabajo.
El dolor de Hinata aún no se iba, pero estaba aprendiendo a dejarlo de lado para sentir el placer que le daba sentir a Obito dentro de ella.
Las embestidas aumentaron, igual que los gemidos de Hinata, cada vez más profundo— Hinata, estoy llegando a mi límite, voy a
—No importa— lo interrumpió tomando una de sus manos, la otra seguía en su cintura, apretándola mientras intentaba undirse más en ella, las lágrimas de Hinata aún salían y Obito se encargó de llenar su rostro de besos para distraerla un poco del dolor.
Ambos sintieron como llegaban al clímax, que culminó con Obito corriéndose dentro de Hinata, ella se dejo caer sobre su pecho cansada.
Obito beso su frente y busco las sábanas para cubrirse con ellas, esa noche durmieron abrazados, después de su entrega de amor.
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En la mañana la primera en despertarse fue Hinata, por la luz del día podía suponer que eran las nueve, pego un pequeño grito de susto y movió a Obito para despertarlo.
—Obito ya despierta— pidió cubriendo más su cuerpo con la sábana y sin dejar de moverlo.
—Cinco minutos más— murmuró más dormido que despierto.
—Se te hará tarde para ir a la torre Hokage— Obito abrió los ojos y se arrepintió al sentir la luz en ellos.
—Me dieron el día libre— hablo sentándose en la cama y estirando los brazos.
—Lo siento, no lo sabía, no debí despertarte— se disculpó mirando hacia un costado.
—Descuida no hay problema, yo fui él que no te aviso— dijo Obito revolviendo su cabello— ¿Quieres darte una ducha?
—Si— la ojiperla se sonrojo cuando Obito se levantó y pudo observar una vez más su perfecto cuerpo.
—Entonces vamos juntos— el Uchiha la saco de la cama y la cargo hasta el cuarto de baño. La pobre Hinata moría de la vergüenza.
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Tres semanas habían pasado, hasta ahora todo estaba en completa tranquilidad, Obito se encontraba en su oficina, firmando papeles y discutiendo los temas de la seguridad de la aldea con Kakashi.
—Desde que la guerra termino nos hacen falta ninjas— explicó el peliplata— En especial los Jōnin que se encargan de la seguridad, hay que hacer algo al respecto.
—Tal vez si promuevo a algunos de los Chūnin que tenemos, por lo menos a los que consideremos que ya están preparandos— opino Obito apartando la vista de los papeles para ver a su mejor amigo.
—Creo que es buena idea— menciono Kakashi— ¿Piensas darle ya una misión a Hinata?, Desde que te convertiste en Hokage no le has dado ninguna
—No lo sé, tengo miedo a que le pase algo.
—Debes confiar más en sus capacidades— Obito asintió y apartó la mirada, la sola idea de que pudiera pasarle algo lo aterraba.
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Hinata se puso la ropa que alguna vez uso para el combate contra Hanabi, desde ese día se había convertido en su ropa de misión, camino con cuidado en las escaleras y tocó la puerta antes de entrar.
—Adelante.
Hinata entro a la oficina de Obito y miró a gran parte de sus amigos ahí, Naruto, Sakura, Rock Lee, Tenten, Ino, Chōji y Shino, exactamente en ese orden— Disculpen, se me hizo un poco tarde.
—No hay problema— Hinata se integró con sus amigos y miró sonrojada a su esposo, se miraba tan serio y atractivo— Los llame porque voy a promoverlos— Shizune les entrego un papel a cada uno y regreso a su lugar junto a Kakashi— A partir de hoy serán Jōnin, sus misiones tal vez sean más difíciles y les tocará hacer rondines en la aldea de vez en cuando— explicó el Hokage apoyando su barbilla en sus manos entrelazadas.
—¿Pero no hacen falta algunos de nuestros amigos?— pregunto Rock Lee, Naruto asintió en total acuerdo.
—Los que no están es porque desde antes ya se habían convertido en Jōnin— les dijo Kakashi.
—Hay que celebrar nuestro ascenso— exclamó Tenten emocionada, todos gritaron contentos y la siguieron.
—Hinata, Shino, ustedes esperen un momento— pidió Obito.
—Los esperamos en el lugar de siempre— les dijo Naruto antes de salir junto a los demás.
—¿Sucede algo Obito?— pregunto Hinata.
—Los Inuzuka pusieron a Akamaru a disposición de la aldea, saben que para Akamaru será difícil ser el perro ninja de otra persona, así que prefieren que alguien lo adopte, al principio querían quedarse con el, pero les gustaría que alguno de ustedes sea quien se lo quede— comento Obito, sintió que su corazón se estrujaba al ver el semblante triste de Hinata y Shino.
Shino lo medito por un momento— Puede que algunos de los insectos dentro del Clan no acepten a Akamaru, lo mejor sería que Hinata se encargará de su cuidado.
—¿En verdad Shino-kun?— el Aburame asintió— ¿Dejarías que Akamaru se mudará a casa con nosotros?, Obito— Hinata lo miro con una pequeña ilusión dentro de esa tristeza.
—Por mí no hay problema— le aseguró con una sonrisa— Entonces creo que eso ya está decidido, ahora el último punto que quería tratar con ustedes, es una misión que les tengo.
—¿Cuál es?— pregunto Shino tranquilo.
—Necesito que mañana partan en la búsqueda de alguien que está causando problemas cerca de la frontera, no es algo complicado, pero los pongo a ustedes por ser de los mejores rastreadores— hablo Obito.
—Dejalo en nuestras manos— comento Hinata feliz, por fin después de tanto tiempo tenía una misión.
—Saldrán mañana a las siete, pueden retirarse— ambos integrantes del equipo ocho hicieron una reverencia antes de irse.
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Shino y Hinata llegaban a la aldea después de una misión sencilla, el Aburame estaba ayudando a caminar a Hinata, la azabache no había dejado de tener mareos en todo el tiempo que duró la búsqueda.
—Deberías ir a ver a un doctor, yo iré a dar el reporte— su voz había sonado más a una orden que a una sugerencia.
—No le digas a Obito, por favor Shino-kun, no quiero que se preocupe— el domador de insectos le prometió ser discreto y se despidió de ella.
—Hinata— saludaron Tenten y Shisui caminando hacia a ella, la nombrada los miró y sonrió, intento dar un paso pero todo se volvió oscuro y la cabeza le dió vueltas.
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La ex Hyūga despertó en una camilla de hospital, Sakura entro con una carpeta y la saludo preocupada.
—¿Ya te sientes mejor?— Hinata se incorporó con dificultad y asintió— Debes tener más cuidado, si Tenten y Shisui no hubieran estado no sé que pudo haber pasado.
—Lo siento, solo fue un desmayo, no le digas a Obito— Sakura la miró no tan convencida.
— Te mandé a hacer unos estudios generales y uno especial— explicó— Aquí tengo tus resultados.
—¿Qué tengo?— pregunto preocupada— ¿Es algo malo?
Sakura abrió los sobres y los leyó en silencio, al abrir el último no pudo ocultar su expresión de asombro— Todo está bien, diría que perfecto— le informo con una gran sonrisa— Felicidades Hinata-chan.
Hinata ladeó la cabeza sin entender a que venían las felicitaciones.
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Bueno eso fue todo por hoy.
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Nos vemos en la próxima actualización 💕
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