Capítulo VII: Llegamos.

Declaimer: Los personajes de Naruto NO son míos, pertenecen a Kshimoto, yo solo los uso para crear esta historia, sin fines de lucro, con el único objetivo de hacer pasar un buen momento al lector.  

Obito y Hinata llegaron a su destino sin ningún contratiempo, miraban las grandes puertas de la entrada a unos metros de ellos. Hinata se sentía muy emocionada, nunca había conocido el País del Hierro, era algo muy impresionante. Pero debía admitir que en ese lugar hacia demasiado frío. Frotaba sus manos contra sus brazos, para entrar en calor, aunque no servía de mucho. 

—¿Tienes frío?— pregunto Obito preocupado— Debí decirte que aquí es más frío, aunque mira el lado bueno— dijo con una de sus sonrisas, esas de las cuales Hinata comenzaba a hacerse adicta— Podré cómprate un suéter nuevo, ese ya empieza a quedarte chico.

Hinata llevo instintivamente sus manos al suéter que llevaba puesto, era el que Obito le había regalado cuando entro a la academia, casi nunca se lo quitaba, excepto claro para lavarlo cuando era necesario, era un regalo muy especial para ella. Pero también era cierto que había crecido, el suéter le quedaba a la medida, tal vez al siguiente año no le quedaría, esa idea le aterró, ahora tenía catorce años. ¿Qué pasaría cuando cumpliera quince y tuviera que dejar de usar su suéter favorito?, Miró su suéter y se dió cuenta de que empezaba a desgastarse— No quiero de-dejar de usarlo— sus ojos se pusieron húmedos— Es mi fa-favorito.

—Es necesario dejar algunas cosas— comento viéndola con ternura— Vamos, ya casi llegamos— Obito aceleró su paso y Hinata lo siguió con tristeza. 

—Identifíquense— grito un Samurái parado a la entrada. Otros de sus compañeros se unieron, preparados para cualquier peligro. 

—Uchiha Obito y ella— señaló a la menor a su lado— Es Hyūga Hinata, venimos a quedarnos por un mes— el pelinegro le entrego un papel enrollado sujetado por un listón al centro— Este es el permiso que solicito nuestra Hokage y que su jefe firmó autorizando nuestra estancia aquí— comento seguro de si mismo.

Algunos Samuráis comenzaron a murmurar, el encargado de la entrada tomo el permiso, lo leyó y se lo entrego de nuevo a Obito, después de eso por fin habló— ¿No creen que un mes es mucho tiempo?, ¿Qué es lo que vienen a hacer?— pregunto dudando de los ninjas frente a él. 

—Venimos a entrenar, le estoy enseñando a mi alumna a usar una katana— Obito revolvió con cariño el cabello de la menor— Que mejor lugar que este para conseguir una arma de calidad— los Samuráis se llenaron de orgullo al escucharlo.

—Entiendo, pueden pasar— los Samuráis los vieron alejarse y regresaron a sus lugares.

—¿Vez como funciona esto?— Hinata lo miro confundida— Cuando empiezas a hablar sobre lo buenos que son, lo demás deja de importarles.

—Ya veo— dijo Hinata llevando uno de sus dedos a su barbilla tratando de entender. 

•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•

Ambos llegaron al centro del lugar, Obito intentaba buscar una posada adecuada para quedarse todo el tiempo que estuvieran ahí, leía cada letrero que veían, comparaba precios y estudiaba bien a los encargados. Al final se decidió por la posada de un par de ancianos, eran responsables, respetuosos y no parecía haber mucha gente ahí. El lugar perfecto. 

—Dos habitaciones por favor— pidió amablemente.

—Enseguida— la señora que se encontraba atrás del mostrador, reviso un libro y después fue a buscar unas llaves— Tome, ¿Cuánto tiempo planean quedarse?— pregunto con una pluma en mano.

—Un mes— la señora asintió y escribió en su libro— ¿Sus nombres?— se ajusto sus lentes y los miró con una dulce sonrisa.

—Uchiha Obito.

—Hyūga Hinata.

—Listo— la señora termino de apuntar y cerró su libro— Los costos se dicen al terminar su estancia aquí, pero puede preguntar cuando quiera— se dirigió al mayor.

— Está bien— Obito le sonrió alegre a la señora y le entrego algo de dinero— Tome, es lo de la anticipación.

—Arigatou gozaimasu— dijeron ambos ninjas antes de retirarse a sus habitaciones.

—Hasta mañana Hinata-chan— Obito lanzó un gran bostezo y colocó sus brazos tras su nuca— Partiremos mañana a las siete, después de almorzar.

—Hai— contesto emocionada, durante su estancia en Konoha había aprendido más a controlar las Katanas, pero aún no usaba una real, Obito le había prometido que cuando llegaran a su destino, comprarían una nueva Katana para ella y entonces por fin podría practicar con una de verdad. Esa idea la alegraba demasiado, estaba ansiosa por mostrarles a Shino y a Kiba sus nuevas habilidades en los exámenes Chūnin. Obito le entrego sus llaves y se fue a su habitación. Ella entró a la suya y cerró con seguro, dejó su mochila a un costado de la cama y se recostó un poco. Después se cobijo con todos los covertores que encontró y se permitió descansar un poco. Era bueno entrar de nuevo en calor. Eso de las bajas temperaturas, le podría provocar un gran resfriado. 

•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•

Hinata y Obito salían de la posada por la mañana, aunque no lo creyeran, el pelinegro se levantó temprano. Ambos se dirigían a una tienda de armas, fue recomendada por los dueños de la posada, y también por algunos Samuráis a los que les preguntaban. Al llegar al lugar que les habían indicado, entraron y una campanilla indico su ingreso. Hinata observa impresionada la gran cantidad de armas que habían. Llegaron hasta el mostrador y Obito pidió una Katana que se adecuará a su alumna. El señor de la tienda pareció meditarlo un poco y luego regreso con una Katana mediana.

—No es tan pesada, pero tiene un gran filo— explicó el vendedor— Además, puede usar su chakra en ella.

—¿A qué se refiere con eso Obito-sensei?— pregunto curiosa, pero sorprendida de no haber tartamudeando por su timidez, tal vez por fin se sentía en total confianza.

—Después te explicaré y te enseñaré eso— comento dirigiéndose a ella— Nos la llevamos.

—En un momento se la entrego— dijo el vendedor.

—Que sea con su funda por favor— el vendedor asintió con una sonrisa.

Cuándo pagaron y por fin les entregaron su arma. Obito se la colocó. La funda iba cruzada, así que le facilitaba el sacarla de su espalda para cualquier emergencia. 

Cuando iban de camino al lugar que les asignaron los Samuráis para entrenar, Obito miró un pequeño local de ropa. Tomo a Hinata de la mano y se dirigió a él, sin esperar a que su pequeña alumna protestará. 

—Miremos los suéteres Hinata-chan— Obito señaló las chaquetas para damas que se encontraban en la tienda.

—Esta bien— Hinata le dedicó una sonrisa tímida y empezó a buscar entre los suéteres del lugar, había unos demasiado gruesos, tal vez esos le servirían para estar ahí, pero no serían necesarios en Konoha, además que serían muy molestos en sus entrenamientos. Sin duda la darían más calor.

—¿Qué te parece este?— el pelinegro le mostró una chaqueta de color blanco con un toque de lila o morado, parecía ligera— Combina a la perfección con tus ojos. 

—Me gusta— Hinata la tomo y se sonrojo al medirse el suéter. Le quedaba perfecta. 

—No la llevamos— aseguró Obito contento. 

•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•

Uno, dos, tres. Tres era el número de clones contra los que Hinata estaba peleando. Cada clon de su maestro tenía consigo una Katana, y la atacaban sin piedad. Ella trataba de mantener el ritmo, poco a poco acabo con los clones. Sujeto sus rodillas y comenzó a respirar rápidamente. 

—Buen trabajo— Obito le regaló una sonrisa— Cada día te vuelves mejor. 

—Arigatou— contesto como pudo. 

—Si continuas así, estoy seguro de que te convertirás en Chūnin— comento lleno de ánimo. La azabache asintió contenta— Vamos a regresar a la posada, antes de que se haga más noche.

Esa rutina se repitió durante días, se levantaban temprano, entrenaban y a las cinco de la tarde regresaban a la posada. Descansaban el domingo. Resultaba hasta cierto punto agotador. Obito hacia que llegara a su límite, pero sabía que era necesario si quería llegar a ser una excelente Kunoichi. Su hermana le había contado que su sueño era ser como ella, y Hinata no podía decepcionar Hanabi. Ella debía ser un gran ejemplo. 

Neji le había dicho que estaba progresando muy bien. Incluso ahora podía realizar la Rotación Espacial de los Ocho Trigramas, claro que no era una experta como Neji. Por eso se esforzaba al doble. 

•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•

Obito y Hinata terminaban otro más de sus entrenamientos. Solo faltaba una semana para que se terminará el mes que tenían permitido quedarse. El Uchiha sentía que habían progresado satisfactoriamente.

Eran las cinco de la tarde cuando ambos se sentaron bajo un árbol y comieron algo de la comida que la dueña de la posada, amablemente les había preparado. Cuándo terminaron, Hinata guardo los recipientes en su mochila. Los dos se quedaron sentados, relajados, mirando las nubes pasar. Era un día tan lindo, Hinata creía saber porque a Shikamaru le agradaba pasarse el día entero de esa forma. 

La azabache miró como Obito se recostaba un poco más en el árbol, ahora parecía tener casi la misma altura que ella. Sus anchos hombros comenzaron a llamar su atención. ¿Qué se sentiría recargarse en ellos?, Ese pensamiento la hizo sonrojar. No debería pensar así, pero le era inevitable, miraba en su maestro como un gran apoyo. Alguien que la aceptaba como era, la ayudaba a mejorar, se preocupaba por ella, le demostraba lo mucho que significaba para él. A veces cuando pensaba en él, su corazón se aceleraba. Su agotamiento comenzaba a ser más fuerte, soltó un pequeño bostezo y giro su vista al cielo que poco a poco se oscurecía.

—Empieza a anochecer— comento Obito. Hinata comenzó a cerrar sus ojos, presa del sueño, cayó un poco hacia su costado, Obito sonrió al verla así, la recostó en su hombro derecho y apartó unos cuantos cabellos de su rostro. La miró por tanto tiempo, su mano dejo por un momento su cabello y acarició una de sus mejillas. Incluso dormida se sonroja, pensó al verla. Desde hace tiempo que se sentía raro, estar junto a ella, le recordaba cuando pasaba algunos momentos junto a Rin. Esa calidez en su interior, la interminable paz, querer estar siempre así, olvidarse de lo demás. Kakashi parecía darse cuenta, por eso todo el tiempo se la pasaba molestando. Diciendo que parecía un adolescente enamorado. ¿Quién se creia para pensar algo así?, Él solo le tenía un cariño especial. 

Recargo su cabeza en la de ella. Hinata sintió el peso extra y abrió sus ojos sorprendida.

—Espera un momento más— Obito cerró los ojos, se sentía tan tranquilo, no quería arruinar ese momento— Por favor— pidió.

Hinata no dijo nada, sin embargo no se apartó de su lado. Pasaron todo lo que restaba de la noche de esa manera. Ambos observando cómo las nubes desaparecían, para dejar paso a las estrellas. Algo nuevo surgió en su interior. Lo sabían, pero aún no lo comprendían, solo estaban confundidos. Ninguno imagino que con ese simple momento, estaban marcando el inicio de una nueva historia. Esa noche no existió Naruto, tampoco el dolor por la perdida de Rin. Lo demás dejaba de importar. Esa era su noche, solo ellos dos, juntos.

•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•

Los ninjas de Konoha se levantaron temprano, a las ocho de la mañana, ya estaban dejando el País del Hierro para aventurarse a su próxima aventura, Kirigakure. 

Obito decía que no quedaba tan lejos, calculaba que solo les haría falta un día para llegar. 

Pronto se alejaron de ese lugar lleno de Samuráis. El bosque comenzó a ser el nuevo paisaje. Saltaban de rama en rama, hasta que Obito sintió un mal presentimiento. Hinata pareció ver la preocupación en el rostro de su maestro. Activo su Byakugan y observo a dos siluetas acercándose a ellos. 

—Obito-sensei— trato de llamar su atención. 

—¿Cuántos son?— el también activo su línea sucesora, le parecía ver a dos sujetos, no podía asegurar quienes eran. Pero algo en esas personas, no le agradaba para nada.

—Son dos— contesto— ¿Vienen por nosotros?— pregunto levemente preocupada.

—No lo se— Obito comenzó a crear un buen plan en su mente— Hay que esperar— su aprendiz asintió.

Ambos se escondieron y esperaron a que los sujetos que los perseguían llegaran. Hinata se asustó al ver una línea horizontal marcada en las bandas ninja de los dos hombres. Obito abrió los ojos sorprendido, el tipo de la derecha era Hachiro, un ninja renegado de rango S. Un tipo al que le encantaba coleccionar y adquirir cualquier tipo de habilidades al costó que fuese. 

—Debo decir, que no creí que fuera cierto lo que me dijiste Yukio— un sujeto alto, de ojos cafés al igual que su cabello, con un cuerpo bien formado y una sonrisa de medio lado, se dirigió a su acompañante, más bien su aprendiz— Un Uchiha y un Hyūga, me encantaría tener sus ojos en mi colección. 

—Maestro, deje que yo me encargue de ambos— hablo un chico que no parecía tener más de dieciocho años, con su cabello negro atando en una coleta, poseedor de unos peculiares ojos, tan parecidos a la miel.

—No seas modesto— Hachiro lanzó un kunai hacia donde se encontraba Hinata, ella solo retrocedió para evitarlo— Será mejor que salgan y terminemos con esto, me siento de muy buen humor, si no se oponen tanto— sonrió de manera arrogante— No dolerá mucho.

Obito bajo de un salto al suelo, tenía su Dōjutsu activado, los miró a los ojos, podía ponerlos en un fuerte Genjutsu y acabar con ellos fácilmente.

—Eso no funcionará con nosotros— hace mucho que se había entrenado para evitar eso. 

—Nada se libra de mis ojos— todo alrededor de Hachiro comenzó a dar vueltas. No podía moverse. Supo entonces que había caído. Aunque no duro mucho tiempo, todo empezó a dispersarse y miró de nuevo al Uchiha parado frente a él. Su aprendiz lo había sacado de ese Genjutsu. 

Hachiro se lanzó sin piedad hacia Obito, comenzando una gran batalla. Los golpes que él castaño propinaba simplemente parecían traspasar el cuerpo del Uchiha. Hinata estaba impresionada, nunca había visto esas habilidades en Obito. Yukio se propuso ayudar a su maestro, así que comenzó a caminar esperando el momento perfecto para atacar. La ojiperla miró sus intenciones, no lo pensó tanto y de un salto bajo al suelo. Cayó frente al chico de ojos miel. 

—Si quieres acercarte, tendrás que acabar conmigo primero— Hinata se puso en la posición clásica de su familia. Una palma al frente y otra atrás. Su Byakugan estaba activado. Tenía que estar segura. No importaba si le daba miedo, no dejaría en desventaja a Obito. Lo protegería. 

—No importa, de todas  maneras, no representas un gran reto— tal vez en otro tiempo eso la hubiera hecho sentir mal, incluso pudo retroceder. Pero no lo haría. Yukio saco una katana de la funda en su espalda. Hinata sintió cierta emoción al verlo. Por fin podría usar su katana en una pelea de verdad. No se quedó atrás y sacó su arma. Yukio la atacó, era todo un profesional.

Hasta el momento Hinata solo se estaba defendiendo, una que otra vez atacaba, pero era clara la ventaja que el chico tenía sobre ella. 

En el caso de Obito y Hachiro era todo lo contrario. Hachiro no podía hacerle frente a Obito. El pelinegro activo su Mangekyou Sharingan y su contrincante ya no tuvo oportunidad. Después de unos minutos. Hachiro cayó al suelo sin vida. ¿Podría cobrar la recompensa que ofrecían por él en el libro bingo?, tal vez la compartiría con Hinata. Giro para ver como iba ella y se quedó paralizado. 

Yukio ganaba terreno y hacia a retroceder a Hinata. La ojiperla cayó al suelo con la katana extendida al frente. 

Obito observó con horror como Yukio había atravesado con su arma el muslo izquierdo de Hinata.

La Hyūga cerró los ojos por el dolor, al tiempo que se ponían vidriosos. Los abrió nuevamente temerosa. Entonces dejo que las lágrimas cayeran por sus mejillas. 

Yukio tenía clavada la katana de Hinata en el pecho, un hilo de sangre salía de sus labios. Sus ojos no se despegaban de los de la menor, Hinata pudo ver el dolor reflejado en ellos. Lentamente su cuerpo inerte caía al suelo. 

Obito corrió hacia Hinata, alejo el cuerpo sin vida del chico y la abrazó. La Hyūga no dejaba de llorar por la impresión, el pelinegro acariciaba su cabeza y limpiaba sus lágrimas. 

—Todo está bien— murmuraba con una leve sonrisa, quito la katana del muslo de Hinata, la sangre no tardó en salir— Hiciste lo correcto— beso tiernamente su cabeza y la obligó a verlo— Ahora deja que te cure. 

Hinata reaccionó del pequeño trance en el que había entrado, no era la primera vez que mataba alguien, siendo ella una ninja era algo a lo que tenía que acostumbrarse, sin embargo, la última mirada que le dedicó ese chico, había logrado afectarla. 

—Yo puedo curarme, Tsunade-sama me enseñó— sus manos comenzaron a llenarse de chakra y la herida parecía cerrase un poco— Se solamente lo básico, creo que esto funcionará— comenzó a revolver en su mochila, sacó unas vendas y algunos ungüentos— Por lo menos no sentiré tanto dolor.

—Cuando lleguemos a Kirigakure dejaras que te curen como se debe— advirtió Obito, Hinata asintió con una débil sonrisa— Ahora dame eso, yo mismo te voy a vendar— el pelinegro corto con uno de sus kunai el pantalón de Hinata, un poco arriba de su herida, retiró la tela desde el corte que hizo hasta donde terminaba la prenda, liberando así su pequeña y blanca pierna. Cuándo comenzó a untar el ungüento en su herida, Hinata se estremeció por el dolor, Obito vendo con cuidado el muslo de Hinata y le sonrió transmitiendo le ánimo, la ojiperla no pudo evitar sonrojarse.

—Arigatou— agradeció nerviosa. 

Obito se levantó y la ayudo a incorporarse, invoco a dos cuervos, escribió unos mensajes y los hato a las patas de cada pájaro. Pronto las dos aves volaron en distintas direcciones. Una iba a Konoha y la otra se dirigía al País del Hierro. Cuando los Samuráis recogieran los cuerpos, los conservarían hasta que la Hokage diera una orden. Él Uchiha se dió cuenta de que Hinata estaba caminando con dificultad, hizo que se detuviera con la mano. Se agachó y señaló su espalda con el dedo pulgar— Súbete Hinata-chan, te llevaré en mi espalda.

—Pero Obito-sensei— murmuró apenada.

—Es para que no te lastimes más— Hinata subió a su espalda y se aferró fuertemente a él, Obito se levantó y con una sonrisa en el rostro, siguieron con su camino.

•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•

Kurenai miraba preocupada el horizonte. Shino, Kiba y ella, esperaban a que Hinata llegará. Aún faltaban unas horas para los exámenes, se sentía sumamente preocupada por su alumna. Hinata había partido a una misión desde hace un mes, Tsunade no le daba detalles a nadie porque fue marcada como secreta, algunos rumores decían que era una misión rango S, y si eso resultaba ser verdad, una sola palabra llegaba a su mente, peligro. 

Ella era como una segunda madre para sus alumnos. Todo lo que pasaba con ellos le preocupaba.

Shino recibo a uno de sus insectos con en el dedo índice— Logré localizarla, ya está en la aldea, probablemente llegará en unos minutos— hablo con semblante serio, su insecto le informo que su compañera no venía sola, tal vez se guardaría esa información para él.

—Ya era hora— Kiba llevo sus manos atrás de su nuca y se recargo en una de las paredes del local, habían quedado en encontrarse ahí antes de que Hinata se fuera de la aldea, Kurenai eligió el lugar porque era fácil de localizar— Así podremos comprar algo para comer antes de empezar el examen.

Unos minutos más tarde la figura de un hombre alto con una niña de catorce años en la espalda se hizo visible para los miembros del equipo ocho. Todos se pusieron de pie preocupados y fueron a su encuentro. 

—Hemos llegado— comento Obito desviando la mirada y con una risa nerviosa, la manera en que Kurenai lo miraba lograba ponerlo nervioso, se veía molesta— Por lo menos no llegamos tarde— bromeó tratando de relajar el ambiente, cosa que no funcionó.

—¿Puede bajarme Obito-senpai?— el pelinegro la bajo con cuidado, por lo menos ahora su pequeña alumna se sostenía mejor. 

—¿Senpai?, ¿Fue él con quién hiciste tú misión?, ¿Por qué te traía en su espalda?— el carácter Impulsivo de Kiba no tardó en hacerse presente, comenzando a llenar a su compañera con preguntas. 

—Yo fui uno de sus compañeros en la misión, me ofrecí a acompañarla a Kirigakure— Obito no dejaba de mirar a Kiba, si miraba a Kurenai, ella descubría su pequeña mentira— Nos atacaron antes de llegar y lastimaron a Hinata, por eso la estaba cargando— explicó con paciencia. 

—Será mejor que te atiendan Hinata— propuso Shino en su tono neutral de siempre.

—Kiba, Shino, lleven a Hinata al hospital para que sea revisada— ordenó Kurenai— Hay algo que tengo que hablar con Obito— el mencionado trago saliva fuertemente, las mujeres molestas si que daban miedo. 

Shino y Kiba ayudaron a Hinata a caminar rumbo al hospital, la Hyūga le dedicó una última sonrisa a su maestro— Nos vemos luego Obito-senpai— se despidió, él Uchiha solo agitó su mano nervioso a manera de despedida.

Cuando los tres chicos desaparecieron Obito hablo para intentar librarse de Kurenai— Creo que iré a comer algo, muero de hambre— se excuso.

—Ahora me dirás la verdad— Kurenai lo observo fijamente— Se cuando mientes, Uchiha Obito.

—Dije la verdad— o al menos una parte de ella, pensó.

—¿Sabes lo preocupada que estaba por ella?— pregunto— Esa "misión" era demasiado larga— Kurenai comenzaba a sospechar ciertas cosas.

Obito frunció el ceño molesto— Hinata estaba preparada para algo así.

—Mira como la has traído, ¿qué fue lo que le pasó?— esa conversación parecía convertirse en interrogatorio— ¿Y por qué tiene una katana en la espalda?

Obito se tenso al escucharla— Ya te dije que nos atacaron, uno de esos tipos atravesó el muslo izquierdo de Hinata-chan— apretó los puños al recordar lo sucedido, y como ella miraba aterrada a Yukio, sintió que la perdía, y eso lo asusto— Y la katana— se detuvo un momento a pensar— Yo se la regalé.

—¿Le enseñaste a usarla?— Kurenai alzó una ceja.

—¿Algún problema con eso?— pregunto desafiante.

—No— para esos momentos, Kurenai ya estaba dando por hecho las sospechas que tenía desde hace tiempo— ¿Haz sido tú él que la está entrenando?

—Supongo que a esta altura ya conoces la respuesta a esa pregunta, la conoces muy bien— Obito se volteó y camino dispuesto a irse— Solo guarda el secreto.

Kurenai lo detuvo del brazo— Kakashi me dijo como te has comportado en los últimos meses— Obito se encogió de hombros— ¿Es ella? 

Obito se soltó de su agarre— No se de qué hablas— sin duda tenía que hablar seriamente con su amigo— Kakashi solo cree ver cosas donde no las hay.

—¿Estás sintiendo algo por ella?— Obito se detuvo al escuchar esa pregunta.

—Yo solo he amado a una mujer, y planeo que siga así— continuo su camino sin mirar atrás— Nos vemos cuando termine el examen.

—No se puede huir por siempre, a Rin no le hubiera gustado esto— le grito para que la escuchará— Cuando más rápido lo aceptes, será mejor— él simplemente la ignoró. 

•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•

Kurenai, Kiba, Shino, Hinata y Obito, regresaron a Konoha, fueron a la torre Hokage a dar algunos informes y después caminaron al centro de la aldea. Tenían que celebrar que los miembros del equipo ocho se habían convertido en Chūnin. 

—Nos vemos luego— se despidió Obito sin esperar respuesta. Hinata lo miro partir tristemente. Desde que terminó el examen se dió cuenta de que entre sus maestros había pasado algo. Ambos estaban serios y distantes entre ellos. Pero ninguno quiso decir lo que sucedió. Quiso ir tras él, pero Shino puso una mano en su hombro y negó con la cabeza.

Esa tarde convivio con su equipo y el resto de los novatos, todos estaban presentes con excepción de Naruto, incluso Sasuke estaba ahí. Lo único que le pareció sospechoso fue el hecho de que Sakura no dejaba de ver a su primo y este a su vez le dedicaba algunas sonrisas cuando pensaba que nadie los veía. 

Sasuke sintió cierta molestia al ver a Sakura mirar con un brillo en los ojos a Neji, aunque por esa vez lo dejo pasar. 

•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•

Notas de la autora:

*Los criminales que atacaron a Obito y a Hinata, fueron inventados, no pertenecen al mundo de Naruto 😅

*Kakashi es muy listo y se da cuenta de todo, él será de las personas que los ayuden a darse cuenta de sus sentimientos.

*Cada vez se acerca más la llegada de Naruto uwur 

*Y también se acerca la aparición de Rin.

¿Quién creen que se enamore primero? :'3

Dejen sus comentarios y votos, son de mucha ayuda ^^ no sean lectores fantasma xD

Den sugerencias o cualquier cosa que haga de este fanfic algo más agradable para ustedes 

Sin más que decir, nos vemos en la próxima actualización ✌🏻

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top