Capítulo I

Era un mañana normal. Mi madre me había despertado, yo sentía mucha pereza y quería seguir durmiendo pues eran las 6:30 am. Pero sabía muy bien que aquel deseo de seguir durmiendo no sería cumplido pues tenía que ir a la escuela. 

Tarde media hora en arreglarme, mi madre estaba furiosa pues ella en quince minutos tenía que estar en el trabajo. 

-¡Siempre te tardas tanto! ¡Vamos a comenzar a levantarnos más temprano!-Yo me disculpe y ella solo refunfuño algo acerca de que con una disculpa nada cambiaría pero se apaciguo por un momento. 

Habíamos salido de la casa, ella se despidió de mi, pues ella tomaba un camino diferente para llegar a su trabajo, yo me dirigí a mi escuela mientras ella se dirigió al trabajo. Al llegar a la escuela me dirigí a mi aula, en el aula habían pocos alumnos, pues a mis compañeros les gustaba venir desde muy temprano, algunos me saludaron y yo les devolví el saludo.

-¡Pandora! ¡¿Quieres sentarte a mi lado?!-pregunto la mujer de cabellos rubios de nombre Yuzuriha, era una compañera mía con la que normalmente me juntaba en los recreo para no aburrirme.

-hoy no, quiero sentarme al final-le dije, ella asintió. Me senté sola al final en la fila del medio, ahora no deseaba hablar con nadie, solo deseaba dormir pues hoy era viernes, venía levantándome temprano desde el Lunes, y yo no era de las personas que tomaban una siesta por lo que estaba muy agotada.

Faltaban muchos minutos para que las clases empezaran por lo que decidí dormir. No se por cuanto tiempo dormí pero cuando desperté la preceptora se encontraba en el aula, mis compañeros se encontraban de pie. Todas las miradas se encontraban clavadas en mi. La preceptora me miraba con una clara señal de molestia mientras que los alumnos me sonreían burlonamente, algunos me miraban con una clara señal de sorpresa. 

Yo no le di importancia a ello. Observe a quien me despertó pues había sido despertada por alguien.

Era una chica de cabellos purpuras, era un chica que nunca antes había visto, supuse que era una estudiante nueva. La preceptora nos saludo y les devolvimos el saludo. Después la preceptora se puso a pasar lista. Me daba curiosidad saber cual era el nombre de la joven que estaba sentada a mi lado, no se lo pregunte directamente pues sabía que la preceptora diría su nombre. Y así fue: 

-Sasha Kido-  

    

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