1_Compromiso
~Narradora~
Tic Tac... Tic Tac... Tic...
El sonido de las manecillas lo estaba volviendo loco, el té no era lo suficientemente caliente y el aroma a cigarro era repugnante. El rubio observó por quinta vez al viejo que leía el periódico mientras que salían pequeñas figuritas de humo de sus labios cuando abría la boca.
—Se paciente Meliodas, ella ya no tarda en salir —pronunció sin apartar la mirada del periódico.
El muchacho de hebras rubias soltó un pequeño suspiro, y en mucho tiempo de espera, por primera vez dio un sorbo a su té, y... ¡Era malísimo! Era agua con color, jamás había probado un té tan malo. No. Jamás había probado una bebida caliente tan mala. El mal color de la hierba hacía juego con el lugar; un verde casi sin color adornaba las paredes, mientras que la temperatura y el ambiente eran iguales, fríos, las grandes lámparas que colgaban del techo se veían reflejadas en el agua, las mesas y los muebles eran tan oscuros como el color de la taza.
En cuanto Meliodas probó el té decidió que no quería más, dejó su taza en la mesa y puso atención en el periódico de su futuro suegro, el rubio rodó los ojos cuando vio el título de éste: <<¿Amor o actuación? ¿Liz Danafall, futura esposa de los Demon?>>. Habían pasado solamente dos meses desde su compromiso y ahora todo Londres sabia de aquel, no pudo evitar formar una mueca con sus labios. Ni siquiera él sabía si la amaba o no, ella siempre estuvo con él desde pequeños, porque, normalmente los Nobles se tienen que casar con otros nobles, desde que tenía memoria lo habían educado para que la amara algún día y así, aceptar su compromiso. Eso lo hacía enfurecer. Recordar cada momento junto a ella lo hacía dudar de si mismo, de quien en verdad era, de a quien amaba con el corazón.
Meliodas no estaba seguro, pero parecía que cuando el reloj marcó justo las diez de la noche la puerta se abrió. Había sido una sensación de satisfacción por al fin poder salir de ahí, y en cuanto la vio, se asombró. Esa noche estaba deslumbrante con un bello y ostentoso vestido rojo que llevaba detalles en dorado, con una gran falda de la cintura hacia abajo, por otro lado, tenía un generoso escote que mostraba gran parte del pecho con una cinta de seda en el cuello para remarcar su forma. El vestido era de manga muy corta pero ella llevaba las manos enfundadas en guantes de seda roja y un abrigo de piel de un color marfil. Todo parecía estar combinando con su cabello rojo que estaba acomodado como de costumbre, sólo que está vez iba adornado con un broche blanco que le favorecía a su piel.
—Lamentó la tardanza, Meliodas —dijo mientras sonreía tiernamente.
—No te preocupes Liz, te ves asombrosa —está vez ambos se dirigieron una sonrisa. La fémina se acercó hasta él, entrelazando su brazo en el de él.
—¿Nos vamos? He tardado mucho en arreglarme y no quiero perderme el baile...
—Aún no —interrumpió el viejo, quien por fin había despegado su vista del periódico—. El carruaje llega en unos minutos, ademas... quiero advertirles algo.
—¿Qué cosa, señor? —cuestionó el rubio interesado.
—Los Goddess... ellos estarán en el baile.
Apenas pronunció esas palabras, Meliodas se puso pálido. Ahora si estaba nervioso. La última vez que habían estado con ellos todo había resultado un desastre; humillación, un brazo roto y miradas llenas de odio. De pronto intento poner excusas tontamente para no ir a ese baile, porque, sabía que los Goddess y él armarían un pleito. Pero nada le funciono para salir de ahí, ni siquiera decir que tenía trabajo, pues ambos Danafall sabían que era una gran mentira.
—Entonces puedo encargarte a mi hija ¿No es cierto Meliodas? —cuestionó el padre de la pelirroja con una mirada fría, sus oscuras pestañas hacían juego con el color de sus ojos, cafés... casi negros. Su boca no era más que una línea recta. Sin duda una expresión que intimidaba a cualquiera, Meliodas sentía esa presión, pero nunca se dejaba intimidar por nadie.
—Puede dejarlo todo en mis manos, señor. —dijo el ojiverde esbozando una pequeña sonrisa, mientras que sus ojos emitían un brillo de confianza y lealtad.
Por otro lado Liz, miraba divertida la escena; su padre mirándolo fijamente de arriba a abajo como si estuviera analizando cada parte de él, sus ojos podían penetrar en lo más profundo de tu alma su quería, pero pareció mantenerse serio con Meliodas. Por otro lado el rubio parecía tranquilo, cuando la verdad era que quería salir de ahí en cuanto antes.
—Zaneri, asegúrate de llevarlos hasta el carruaje —le habló seriamente el señor Danafall a una mujer de cabellos castaños y ojos verdes, ésta llevaba una falda de azul y un mandil en blanco. Parecía ser una mujer muy hermosa y joven, quién no parecía estar muy entusiasmada con su nuevo trabajo.
—Papá, no es necesario que nos acompañe, yo...
—Silencio Liz —interrumpió el viejo con una mirada sin expresión, lo que la hizo bajar la mirada apenada mientras se juntaba más a su prometido.
—Si, señor. —habló la ojiverde con una voz apenas audible para Meliodas.
La pareja se despidió con un gesto de la mano al señor Danafall, salieron del pequeño comedor y siguieron pasillo tras pasillo, cada uno iluminado por velas y aunque la madera era tan oscura que no favorecía nada a ésta, había una buena cantidad de luz, los pasillos eran tan anchos que podían caber grandes muebles con jarrones encima. La mansión era grande, bastante para lo que aparentaba de afuera. Jamás había entendido porque necesitaban una guía para salir de ahí, pero, ahora se daba cuenta de que cualquiera se perdería ahí sólo. Siguieron caminando hasta llegar a las escaleras de madera con un gran tapete gris encima.
En cuanto bajaron, la criada siguió avanzando hasta llegar a la puerta de madera que se alzaba ante ellos, y como si fuera una ligera pluma, Zaneri la empujó, dejando a la vista un Londres en lluvia, como era de costumbre.
—Señor Demon, señorita Danafall. Henry los está esperando en el carruaje. —pronunció muy educadamente, mientras señalaba el gran vehículo delante de ellos.
—Gracias Zaneri —dijo Liz mientras avanzaba hasta el carruaje.
La primera en subir fue ella, quien subió con ayuda del conductor debido a sus altos zapatos rojos. Y al último fue Meliodas, éste no necesito ayuda. Cuando por fin ambos estuvieron adentro, Henry subió a su lugar correspondiente y con pequeños golpecitos en el techo, Meliodas le hizo saber que estaban listos. El carruaje avanzó sin más, en las calles de Londres, sería un lugar muy bonito si no fuera de colores tristes, sería sin duda hermoso si el cielo fuera azul. Las calles estaban llenas de personas como era de esperarse.
Meliodas estaba mirando todo esto por la pequeña ventana, que tenía una pequeña cortina verde oscuro, todo el carruaje mostraba elegancia hasta en el mínimo detalle; las paredes y el techo eran negros con pequeñas figuritas en estos, mientras que el suelo era del mismo tono verde.
—Meliodas, cariño, ¿Has estado revisando detalles de la boda?
—No. Lo siento Liz, he estado ocupado últimamente, ya sabes, la empresa querida —Meliodas le devolvió la dulce mirada a su prometida, aunque en su voz se oía algo de culpa.
—Está bien, yo sólo había estado pensando en utilizar una alfombra azul en la ceremonia.
—Oh, está bien, si eso es lo que quieres.
—¿De verdad? Porque si tú la quieres roja...
—En verdad Liz, puedes organizar la boda tú como quieras —dijo el rubio mientras se acercaba a ella y la tomaba de la mano, la miró con cariño, dándole a entender que podía hacer con la boda de lo que quisiera.
—Te lo agradezco Meliodas...
De pronto el carruaje había parado de golpe sacudiéndolos al instante, ambos dirigieron su vista a las ventanas, Meliodas soltó la mano de la pelirroja y la pareja observó a detalle el lugar; una gran mansión se alzaba ante ellos, con grandes ventanas y buena iluminación, el jardín estaba muy bien cuidado con sus flores acomodadas a la perfección y no había una hoja fuera de lugar.
Habían llegado.
Holaaaaa!
¿Como han estado? Espero que en casita UvU.
Bueno cómo pueden ver, he decidido sacar una nueva historia que sólo seguiré si ustedes me lo piden, las actualizaciones serán muy lentas, ya saben, el tiempo y la inspiración me faltan. Así que lamento si pasan días o incluso meses sin actualizar, enserio lo lamento mucho. Así que díganme plis si quieren que siga con esta historia, al principio no aparece Ellie lo sé, pero en el siguiente aparecerá. Y una cosa más, lamento mucho si no era lo que esperaban pero mi inspiración fue lo que me dejó hacer. TwT
En fin, sólo eso :3
Que tengan un excelente día, tarde o noche.
Y recuerden no salir de casa, lavarse las manos y usar cubrebocas QvQ
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