Cap. 9 Regalos
Regalos
Después de escuchar la sugerencia de Shura, ella se acerco a Camus que observaba la escultura de hielo.
– ¿Camus? Llamo dudosa, se había acostumbrado llamarlo maestro, sentirse extraña era lo nuevo para dirigirse a él.
– ¿Interrumpo?
–No, para nada ¿Qué pasa?
–solo quería agradecerte todo, no solo por estas bellas esculturas, si no por lo que has hecho por mí.
–No es nada, fue una tarea que me encomendaron y fue obligación cono caballero dorado. Escuchar sea contestación sintió un desprecio a ella, no dudo en preguntar. – ¿Por qué esa actitud conmigo primero amable y ahora desprecio? –Me encuentro sumamente molesto Kanet. Al escucharlo sintió encoger su estomago creyendo que era su culpa, pero siguió escuchando.
–Es porque ya no tengo pupila. –Pero si una invitada que es tú, amiga si lo deseas.
Al instante que termino ella de hablar, a su espalda ella escucho en italiano perfecto una ofensa hacia ella. Camus vio el cambio de pasivo agresividad de ella giro ella y se encontró con el italiano que reía, ella dio cuatro pasos mientras le contesto de mismo idiomas y fluidez, llamando la atención de los presentes al ver que ella hablaba fluido el italiano.
–El que yo sea mujer, no significa que tengas autoridad derecho para ofenderme intento de psicópata, eras más bien un niño reprimido que gusta llamar la atención de los demás.
Camus no soporto aguantarse la risa al ver el rostro de Mascara de Muerte con la boca abierta por la respuesta de ella. Afrodita junto con Milo se aproximaron para impedir alguna pelea. Mascara de muerte fue jalado por Afrodita y le dijo a regaña dientes.
–Te dije cero peleas. En el caso de Milo reclamo.
–Por favor, peleen en otro idioma al menos que yo entienda.
–Perdón Milo pero no puedo permitir que me ofendan. Milo empujo a Kanet en dirección de Camus.
–Cambiando de tema ¿Cuándo me ibas a decir que hablas Italiano? Milo pregunto quejumbroso.
– ¿Tu iceberg sabias eso? Camus solo negó con la cabeza. –Milo, no solo se hablar Italiano. – ¿Ah... no? Camus dijo asombrado.
–Comprendo el francés pero la pronunciación soy del asco, hablo ingles y empezaba con el mandarín, mis padres se empeñaron desde pequeña en que aprendiera diferentes idiomas.
Aioria se acerco tomo con cuidado la cabeza de ella, y empezó a buscar algo en su cabeza mientras decía.
–Dime ¿Dónde o como te cabe tanto en esta cabeza? Ella empezó a reír por el comentario pero a Camus no le gusto y la quito.
–Leo, ten cuidado, no es una bola de estambre ella se puede romper. Dijo el francés molesto y amenazante. Milo rápido cambio el tema de conversación, una vez más salvo el día entre los dorados, celosos y groseros.
–Ven, Kanet es hora de que partas el pastel. Lo hizo Mascara de muerte. El escorpión la jalo hasta un pastel en forma de copo muy bien adornado. Leo y Acuario los siguieron uniéndose a los demás.
Kanet escuchar quien lo había preparado ella sarcástica dijo apropósito para que el italiano escuchara.
– ¡Qué bien arsénico!
– No niña, no pude ponerle porque todo el tiempo estuvo vigilándome el amo del veneno. Apunto Afrodita, que reía.
Después de repartir a todos un poco de pastel y comerlo, ella se acerco a l italiano y le dijo en su lengua para que nadie entendiera lo que quería.
–Gracias, aunque seas la mayoría del tiempo detestable, a veces siento entenderte por qué esa actitud y quisieras se igual aun a coleccionista de rostros pero no sería original y la verdad la tuya me fascina. Ella giro para irse, pero se detuvo al escuchar al cangrejo.
–igual que tu vi morir a mi familia por eso puede entender lo que tengo en mente.
–señorita Kanet ¿ya podemos ir abrir los regalos? Kiki se acerco.
–Ya, Kiki Milo intervino.-Todos a la sala. Grito en lo que jalaba a Kanet y la sentó en el sillón individual y favorito de Camus.
El primero fue de Shura. –Espero que lo disfrutes. Ella rasgo el envoltorio y vio un libro.
–Genial gracias es estupendo. Enseño la portada en dirección de Mascara d Muerte.
– ¡Muérete de la envidia! El italiano dijo.
–Ja luego me lo compro. Era un libro de Edgar Allan Poe enseguida fue el de Shaka, era similar el paquete y el de Virgo comento.
–Espero que te funcione en un futuro. Ella abrió antes de enseñar contesto al Virgo.
–Baya maestro le dio al punto, sin duda lo usare cuando baya a la universidad. Mostro e libro de anatomía humana.
–Es verdad, como ¿Qué es lo que quieres estudiar? Camus interrogo, todos al escuchar al caballero mas insensible podo dócil quedaron sorprendidos por el comentario y forma en que se dirigió a ella. Mu subió la mandíbula de Milo cerrando la boca.
Kanet regreso a la tierra por los llamados de Camus.
–Anda dime ¿A qué te vas a dedicar? Ella contesto cohibida.
–Quiero enfermería.
Mu se acerco y entrego el siguiente regalo, ignorando a su al redor, Milo quien le pasaba los regalos aun seguía en shock al ver a su hermano estaba cambiando, y Camus por la respuesta de ella. –Este es de Mascara de Muerte.
Mu dijo con extremo preocupación y precaución, era un cilindro antes de tomarlo volvió a decir sarcástica.
–¡Una bomba! -Helada contesto el cáncer riéndose.
Ella lo tomo escucho agua la duda la carcomió y abrió rápido, al quitar el papel, vio acercándose un poco a su cara y vio sin asco.
–Hey italiano como supiste que quería unas sanguijuelas, siempre quise unas pero no me dejaban. –Ya ves tengo mis métodos. Mascara sonrió tétrico.
–No, inventes son repugnantes. Dijo Aioria ella solo sonrió de la misma manera que Mascara de muerte. -Toma este es de Aioria. Mu dijo dando una bolsa mediana. –Te voy a decir, como no sabía que darte pedí ayuda a Marín y ella lo escogió.
Sin sacarlo vio el contenido y dijo.
–Uju... hace mucho que no lo hago saco un estuche de maquillajes, los miro y no entendían., dijo riendo. –Maquillaje.
–Ah...
– ¡Eso! Unisonó. Todos salieron de la duda. Ella noto por esas expresiones.
–Este es del Patriarca. Milo entrego una caja bien decorada de madera, ella la abrió miro y discreto dejo a un lado.
–creo que no dejara de insistir. Todos, esta vez supieron que era. –La verdad no sabría usar esa mascara. Mejor así.
–Tome señorita Kanet, entre mi maestro y yo las hicimos para usted.
Kiki entrego un cofre. La abrió y saco dos brazaletes con diamantes y Zafiros. –Kiki, Mu son muy hermoso gracias. Se puso los brazaletes de oro y plata y continuaron. –Es mi turno. Milo dijo.
–La verdad no lo en volví porque pensé, de todos modos no va apreciar el papel a sí que toma.
Entrego un cuadro con una fotografía donde estaban todos los dorados presentes y hasta el patriarca y las tres Amazonas.
–Igual estamos haciendo tu despedida creí que este es el mejor para que no, nos olvides. –la verdad no se que decir y no sé porque se toman tanta molestia por mi y se los agradezco y por supuesto que no los olvidare.
–Toma este es de Aldebarán. Dijo Mu para que no se tornara la fiesta triste, y entrega un paquete grande y largo. Ella rasgo la envoltura y leyó en la caja de cartón telescopio.
–es para que aprendas.
–Claro que lo usare.
–Este es de Afrodita. Ella al abrir vio un perfume de rosas y Jazmín. –Para que endulces el ambiente, y no solo lo refresques.
–El último es de Camus. Milo entrego una pequeña y alargada caja de terciopelo negro. Ella lo abrió y quedo mirando por unos largos segundos, hasta que dijo intentando ocultar la voz, temblorosa que imaginaba que emitiría.
–Es...es muy... –No, digas nada. Camus se dio cuenta que le había fascinado.
– ¿Qué es? Pregunto desesperado Afrodita. Pero ella no lo escucho.
– ¿Quieres que te lo ponga? Camus que estaba cruzando de los brazos recargado en el librero la vio responder. –Si, por favor. El se acerco y tomo la caja, saco un collar con un dije en forma de copo todos se dieron cuenta que era igual diamantes, oro blanco y en el cetro un zafiro, ella noto la semejanza con los brazaletes, Afrodita dijo.
–Camus mejor dile que se case contigo. Aioria le dio un puñetazo en el brazo para que los dejara. Camus ignoro todo.
–Estuve buscando este dije por mucho tiempo, lo mantuve guardado por años y no sabía que darte así que pensé que estuvo mucho tiempo en la oscuridad y que mejor alguien que lo sepa valorar lo luzca. Enseguida el al colocárselo todos observaron que le susurro algo al oído, ella sonrió miro fijamente dijo firme.
–Claro que sí, me encetaría.
Continuaron por una hora más comiendo de los platillos y pastel, y partieron a sus respectivas casas. Despidiéndose con abrazos o solo saludos de manos en caso de mascara de muerte.
Milo fue el último en partir ya que ayudo a limpiar el desorden y tener pretexto para ver como se comportaban los dos inquilinos de Acuario, sin lograr su objetivo.
Camus ayudo a Kanet llevar los obsequios a su habitación, las doncellas estaban despidiendo a Milo, mientras en la habitación de Kanet, el no pudo más la abrazo provocando a los dos el típico cosquilleo al estar juntos
–Kanet, perdóname. Él, le susurro en el oído provocando un escalofrió con un toque de calor, el busco sus labios, quería sentirlos una vez más, ella no se negó, ella permitió que llevara el beso, dejando que sus labios no fueran suficiente desistiendo en acariciar y probar con las lenguas danzantes, se separaron por causa de falta de aire, los dos se abrazaron aferrándose uno al otro.
–Kanet te invito una copa. –Al fin, de cuentas ya no eres mi alumna eres mi invitada, quisiera que fueras mas pero...
–Tranquilo sé que es imposible tener algo serio contigo. Ella se fijo los ojos azules del Acuariano, escucho. –No es tan fácil, me cuesta trabajo creer que tu una chica, lograra hacer que despertaran esos pensamientos y sentimientos que siempre dije, que eran en un guerrero que solo debilidad. Ella se aparto entendiendo.
–Lo siento, no fue mi intención. Ella bajo la vista intentando entender por qué esa actitud, a pesar de aclarar ciertas circunstancias.
–No, no es tu culpa y no me digas en juego no quiero verte triste menos hoy. –Camus.
–Como no estarlo, me estás diciendo que yo te hice débil con mis tonterías.
–No solo son tonterías Kanet, si lo acepto me enamore de ti, si te deteste al inicio cuando nos conocimos, pero ahora que veo el por qué te deteste no quiero que te alejes, entiende yo siempre me enfoque en mi entrenamiento, tampoco te niego que estado con otras mujeres pero era... mas por curiosidad pero tú no solo me causa paz, cada vez que te toco siento que estoy completo.
–Sabes algo, yo no era como tú de rechazarlo, solo era de que no creí que algún día encontraría alguien que pensara como yo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top