Cap. 7 Preparando una Sorpresa
Preparando una sorpresa.
En la noche en Acuario, hubo visitas a la hora de la cena, el primero en llegar fue Milo.
– ¡Holaaa! Entro gritando con una gran sonrisa de oreja a oreja. –Milo no grites. Camus reclamo molesto.
–Es que traigo algo para Kanet.
–Alumna del iceberg te manda esto tu tía y manda saludos. ¿Qué es eso que huele tan bien? –Son los hot cakes que preparo ella.
El Acuario apunto con su tenedor sin perder su porte.
–Quiero probar. Dijo después de sentase y tomar un plato y servirse, ella lo miro por unos segundos. – ¡Kanet son deliciosos! Hablo con la boca llena. Ella termino con su comida tranquila dijo.
–Maestro con su permiso me retiro.
–Ve a descansar. Ella se levanto miro a Milo. –Con su permiso ella partió con una maleta de ruedas a su habitación. En el corredor se encontró a Shura y Afrodita. –Hola Kanet, buenas noches. Afrodita al saludarla se acerco y entrego una rosa.
–Hola, buenas noches, la pondré en agua, gracias es muy bonita.
–Lo sé, niña no te interrumpimos, ve hacer lo tuyo. Termino diciendo al entrar al comedor. Rápido el comedor hicieron la seña para ir al despacho de Camus, el se levanto Milo solo vio unos instantes el trozo de comida y con la mano termino metiendo a la boca. Recibió miradas de sus compañeros.
– ¿Qué? Esta rico, si no me creen pregúntele. Apunto a su amigo como niño regañado, una vez en el despacho donde podrían hablar tranquilamente.
–Bien, ya esta, díganme ¿Qué fue lo que investigaron?
–Primero, lo primero toma este es el presupuesto, si empiezo mañana termino en mes y medio. Dijo Afrodita al mostrar unas hojas. –Si llegas a necesitar algo me avisas Afrodita. Dijo Camus en el momento que saco una chequera, que rápido lleno u entrego. –Ahora sí, te platico. Dijo Shura, acomodándose en un sillón seca del escritorio. –Ya, sabemos por qué ese mal carácter de ayer.
–Ah sí, Camus rio el ya sabía, pero dejo hablar. –Estaba enojada porque ayer perdió una de las dos becas que quería, la señorita Violeta viajo Atenas y hablo con el Decano y logro conseguir que una beca, no se le retirara, la que perdió fue la de idiomas.
–Lenguas. –Idiomas, Milo. Corrigió Afrodita al ver que interrumpieron a Shura.
– ¿Puedo seguir? Shura molesto dijo interviniendo entre el escorpión y el pez.
–Si continúa. Camus dijo ignorando a los otros dos.
–Dijo la señorita Violeta que la van esperar para el siguiente curso. Continuando Milo.
–Igual nos conto que ella fue doncella en Asgard.
–Y por eso tiene esa habilidad. – Intervino de nuevo Shura para poyar a Milo.
–Ya entiendo. Camus llevo sus brazos cruzándolos en el pecho pensativo. – ¡Y, lo mejor para el final! Milo sonreía
–En un mes exacto ella cumple años, cumple la mayoría de edad. – ¡Mira que interesante! Camus dijo entre dientes pero solo uno noto el interés y el cambio de semblante.
–Dinos que piensas darle o hacer, nos comento Violeta que siempre se pone de mal carácter y su punto débil es... dijo Afrodita sonriente.
–El chocolate. Camus intervino antes que terminara Afrodita. –Igual se tranquiliza, así la mantuve tranquila hoy después que vino Shaina. – ¿No inventes que paso? Dijo Afrodita acomodándose en su silla.
–No, mucho, ella vino a pedir disculpa pero para mi suerte, se la topo en la salida casi todo el día solo uso monosílabas. –Y dinos ¿Qué le vas a preparar? Tienes aun tiempo para escoger algo. Milo puntualizo interesado. –Entonces tú encárgate.
–Perfecto ya lo había pensado. –Milo ¿Qué piensas hacer? Interrogó Shura.
–Fácil tu señor de la espada necesitare que prepares alguna comida típica al igual que todos de sus países, bueno con una excepción, Mascara es capaz de echar veneno. –El sabe hacer pasteles muy deliciosos tal vez acceda si se lo pido. Dijo Afrodita.
–Ok, tú te encargas de eso y tu Camus le presumirás que no solo ella sabe hacer obras de arte, pero tendrás cortó tiempo de medio día.
–Ah... ¿Qué se supone que pretendes sean las esculturas? Camus retaba a Milo muy confiado.
–Fácil de algún monumento o símbolo de países, a ella por algo le gustan las ¡lenguas! Remarco la última palabra a sus otros dos compañeros que solo negaron la cabeza pero ya no quisieron seguir peleando con el Escorpión.
–Todos le tendrán que dar un presente. Así también nos despediremos de ella y así no abra lagrimas. Milo actuó como si limpiara lágrimas con la mano. –Milo, no eres idiota, solo aparentas. Dijo Afrodita. –Bueno yo me voy tengo que levantarme temprano. Afrodita tomo el cheque.
–Milo te conozco, ¿Qué más falto en que debo saber? Milo lo miro y pensó rápido para contestar.
–La señorita Violeta nos dijo que esperara un poco y se llevara a Kanet. Para que continúe sus estudios eso es todo. Me voy tengo que ir a dormir mañana me toca temprano el recorrido.
Habitación de Kanet.
Inmediato que ella entro dejo la maleta sobre la cama y saco mas ropa y artículos personales. Y un libro que le llamo la atención ya lo había leído con anterioridad pero no se aburría era uno de los favoritos de ella mas cuando era niña. El cascanueces y lo dejo junto con los otros. Despejada de su mente, guardo su ropa y se aventó a leer en la cama el nuevo libro.
Una hora después tocaron su puerta y ella fue a ver qué sucedía.
–Hola ¿pasa algo? Ella vio a su maestro parado en frente de ella, hablo fríamente como era su costumbre, pero para ella era normal.
–Milo se le olvido decirte que tu tía fue a la universidad y logro convencer al Decano para que te mantuviera en la lista de la beca que tú quieres y que te esperan en el siguiente curso.
– ¿En verdad? ¡Es magnífico!
Ella irradiaba alegría pero se sintió débilmente frustrada al no saber expresarlo de un modo diferente al que conocía. Él lo noto, al ver que bajo la mirada.
–Kanet no, estés triste es para que sonrías. El tomo el mentón de ella, lo levanto ligeramente su rostro, entrelazando sus miradas lilas y azul zafiro, se acerco para darle un abrazo y beso, en la mejilla. –Mañana entrenaras en la noche y madrugada descansa.
Posteriormente a ese día, Camus fue más exigente ella llegaba a su habitación molida al punto que no le daba ganas de leer dejo de pensar en pensamientos sobre su maestro si era sexy o no, solo colocaba la cabeza en la almohada y se quedaba dormida, a lo largo del entrenamientos siempre tenían un par de ojos en su mira hasta que, el Patriarca se canso y se enfoco en ciertos detalles con un torneo que se llevaba en la ciudad de Japón.
En la semana del gran día Camus el entrenamiento no fue tan duro ni en sueños ella se imaginaba lo que pretendían.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top