Cap. 6 Tía Violeta

Tía Violeta

Después de terminar sus tareas en el santuario Shura, Afrodita, Milo y el pequeño Kiki se dispusieron a partir el pueblo esta vez vestidos de civiles.

Shura se encontraba feliz hoy recibiría su primer pago después de haber estudiado arquitectura y entregaría los planos a una familia adinerada. No tardo mucho en estar con ellos y revisar detalles.

Mientras afrodita se quedo ver con un caballero de plata llamado Misty el seria sus ayudante de Afrodita en lo que entablaban y especificaban su encargo Milo, y Kiki decidieron adelantarse a la nevería al llegar el niño llego tomo asiento y Milo fue al mostrados vio a la dueña apurada, aclaro la garganta.

–Hola buenos tardes. Ella giro y sonrió al verlo. –Hola buenas tardes señor Milo en que puedo ayudarle.

–Mi amiguito y yo queremos un helado. Dijo apuntando al niño, que la miraba desde la silla feliz con una sonrisa de oreja a oreja.

–No, me diga que es el alumno del señor Mu. –Sí, el futuro Aries. Aclaro el heleno.

– ¿Claro de que lo desean?

–De todos los sabores. Intervino Kiki.

– ¿Todos? Ella se sorprendió. No ya te dije que solo tres serán máximo. Dijo Milo.

–Milo...tú comías más que eso. Dijo ella. Sshh... No diga es un secreto de nosotros dos.

–Si...claro. Ella reía entre dientes.

–Kiki ven y escoge los sabores. Milo lo llamo en lo que entraba detrás del mostrador.

–Quiero de... fresa vainilla y chocolate y pistache. –no, el ultimo no. –Milo déjalo es feliz comiendo dulces.

Violeta intervino viendo que Milo preparaba su pequeña montaña de bolas a Kiki y ella la de él. –Señor Milo ¿cómo esta mi sobrina? –Muy bien cada día sabe controlarse más

–No me mienta ayer hizo frio ¿Que le paso? –Nada grave solo la hicieron enojar.

–Sí pero el maestro Camus la defendió, aunque no entendí muy bien, si fuera a ella o el Amazonas. Intervino Kiki

-Kiki es malo meterse en platicas de los adultos por eso no abra de pistache. El vio a la peli verde abrir los ojos asustada.

–No, se preocupe es complicado, lo que pasa que las chicas recibieron una paliza por parte de Kanet y quedaron enojadas, y ayer se quisieron vengar pero no lo lograron Camus evito que ella las hiciera raspados, Camus tuvo que hacer que ella se fuera de regreso Acuario si no jamás terminarían.

–Ah ya entiendo. Dijo pensativa. Milo salió y fue hasta la mesa a la mitad de su helado llego Shura y Afrodita.

–Buenas tardes señorita Violeta ¿Como esta? Shura saludo.

–Bien gracias. ¿Será del de siempre o cambiaran hoy de sabor?

–Yo lo mismo por fis Afrodita dijo al acercarse entrego una rosa.

–Gracias mi niño, la pondré en agua. Acto seguido se desapareció unos segundos apareció por la puerta y regreso con un florero.

No tardo en entregar lo que pidieron y la invitaron a sentar junto a ellos. Eh inicio una lluvia de preguntas por parte de todos.

–Señorita Violeta podemos preguntarle algunas cosas de su sobrina.

–Lo que pueda aclarar claro. Inicio Milo.

– ¿Cómo sabe aquí el afemi?

– ¡Milo no voy a permitir que ofendas a tu hermano! Dijo Violeta molesta, Kiki se sorprendió del modo que lo regaño.

–Disculpen los dos. Milo dijo apenado.

–Lo que pasa es que ayer Camus y yo la vimos muy distante más molesta.

–Sí, lo imagine, lo que pasa es que ayer ella tenía una entrevista para ingresar a la universidad de Atenas. Y perdió una beca pero por favor le pueden decir que fui hable con el decano y le dio tiempo y que la espera para el próximo curso, dígale que perdió la beca de lenguas.

–Con que eso le molesta. Dijo Afrodita, pensativo recordando lo que paso el día anterior. –No, solo eso también le molesta que falta poco para su cumpleaños y será mayor de edad. Cada año se pone de malas, preocúpense las próximas semanas en un mes para ser claro.

–Y ¿Cómo podemos hacer que este mejor? Dijo Kiki.

–Como toda mujer le encantan los regalos.

–Disculpe señorita Violeta ¿Cómo ve el regalo que le tiene Camus?

–La verdad ni yo sé, que va pensar.

–Jajaja yo si se que va pensar. Milo dijo entre risa triunfante. –Ah, si ¿qué dirá bicho?

– ¡Afrodita también tu! La mujer amonesto al de Piscis.

–Lo siento no lo diré mas... Anda Milo no me dejes con la duda. -Solo sé que le va gustar, le va gustar más porque su queridísimo maestro se lo dio. – ¿Milo que sabes que nosotros no? Shura pregunto. –Kiki tapate los oídos. Ordeno Milo el niño inmediato se tapo los oídos. –lo sé, porque los dos son igual de raritos se les ve, a leguas que se gustan pero ninguno de los dos se atreven a decírselo, es como si temieran algo.

Ya entiendo. Dijo Afrodita. Si yo te apoyo en tu deducción por eso se sonrojo y ayer no fue que se molestara por las Amazonas sí, no más bien fue, un ataque de celos por parte de ella. Afrodita dijo mientras colocaba su mano en su mentón pensativo.

–Y la pregunta es... ¿Cómo le abra bajado el coraje? Shura pregunto igual muy interesado en el tema.

–Espero que no le allá dado chocolate. Pensó en voz alta tía Violeta. Los tres hombres la vieron.

– ¿No me digan que pensé en voz alta?

–Sí. Unisonó. – ¿Y, eso que tiene que ver con ella? Shura pregunto seguido comió un poco de su helado. –Es el punto débil de ella, es fácil manipularla con una barra de chocolate. Todos escucharon otra voz femenina. –Ray hija, ven siéntate aquí te traigo un helado.

–No, muchas gracias, vine porque me entere que estaban aquí, y como no estará en su cumpleaños Kanet quiero pedirles el favor si se lo pueden dar esto.

Enseño una bolsa de regalo. Milo no tardo en responder. –Claro yo se lo daré por ti, pero ven siéntate aquí jalo una silla junto a él, ella no pudo negarse y Violeta fue por un helado. –Dinos, ¿Qué es su regalo? Afrodita comento.

–La verdad estuve pensando y no sabía que darle...esperen que tiene ese niño. Apunto a Kiki, rápido Shura le quito las manos de sus oídos.

–Continua. Le dijo el pelinegro entre risa. –Como todas sus pertenencias ya saben quedaron cenizas pensé que no tendría ropa para cuando regrese el Santuario y la que tiene garras. Milo soltó una carcajada.

–No, lo creas Camus no lo permitiría. – ¿Entonces es ropa? –Sí y unos zapatos tal como le gustan. Comento Ray antes de probar la primera cucharada de su helado. –Cuéntanos porque barra de chocolate. Tía Violeta pregunto.

–Lo voy a confesar cuando no quería hacer algún trabajo de algebra yo sabe un chocolate, yo se lo daba y ella me ayudaba sin ninguna replica.

–Disculpe, señorita y que podría darle a ella ¿Como regalo? Pregunto Kiki.

–Para empezar en lista de sus gustos ahora que no tiene libros eso estará en primer lugar en la lista. –Algún tema especifico. Milo la vio a los ojos. No, creo ella aceptaría una novela tal vez o algo científico lo aceptaría por igual. Lo segundos además de la ropa y creo que es necesario, tercero algo con aroma de jazmín es lo que se me ocurre hasta allí.

– ¿Eres Ray verdad? Milo dijo dudoso. –Sí. –Tú eres su mejor amiga de ella dime ¿ella tiene novio? Ray rio. –No, que yo sepa pero, hace unos meses antes del accidente el que era tutor de las dos en la escuela se veían muy interesados él se fue América del norte estudiar leyes creo que Harvard.

–Ray de casualidad ¿ese chico se llama Uller? Milo interrogo esperando una respuesta afirmativa. –No, el no se llama así, se llama... Violeta nerviosa intervino. –Que tonta soy Señor Milo les puedo dar unas cosas para ella se las tengo desde hace tiempo pero como no habían venido. –Si señorita Violeta. Respondió Afrodita. –Ray por favor quiero que vayas a la tienda donde viste la gabardina que creer que le guste y cómprala.

La mujer de cabello verde nerviosa se paro y saco dinero entregándole a la pelinegro. –No tardes. – ¿Le puedo acompañar? Kiki dijo. –Sí, pequeño ve. Apoyo Violeta. –Y la escuchaste enano ve y cuídala si no te la veras conmigo.

Ordeno y amenazo Milo Violeta los acompaños hasta la puerta y cerro ella angustiada los vio y dijo. –Escuchen bien lo que les voy a decir como dorados deben entender bien. Kanet está en peligro a ella no le mencionen nada de Uller es peligroso. Solo les puedo decir que un dios o mejor dicho una diosa, la quiere muerta, y por ahora ella cree que está muerta. Estar cerca de Camus se mantiene oculta ya que los dos tienen el mismo cosmo. –Similar. – corrigió Shura.

–No, Shura es el mismo. Pero esa es otra historia es lo de menos, en su estancia a ella no deben mencionarle ese nombre. – ¿Entonces ella es... la diosa Skdy? Milo pregunto con incertidumbre.

–Hay Milito ¿Qué es lo sabes? Ella interrogo.

–Me comento Camus que sospecha y ha sacado algunas deducciones. –Escucha Milo esto es sumamente delicado sácale esa idea a Camus, dile...dile que ella en su vida pasada fue doncella en Asgard hasta allí no mas, no lo dejes indagar mas si en verdad estimas a Camus has le creer eso.

–Señorita Violeta, ¿es o no es una diosa? Shura clavo sus ojos a la peli verde suspiro fuertemente resignada dijo. –Sí, ella es Skdy la diosa del invierno pero ella no debe de saberlo por ahora. Milo se rasco la cabeza. –Ups eso será un problema.

– ¿Cómo? Ella alterada pregunto. –Bueno vera, al primer mes que llego ella sufrió de una insolación y Camus y yo escuchamos que por la fiebre tenia alucinaciones y creímos que era por lo mismo de tan fuerte la insolación y cuando ella hizo aparecer es arco

– ¡No, No! Continua. Movió las manos en señal que no se detuviera violeta pero su preocupación se hacía notar más.

–Cuando la atacaron las Amazonas ella se encerró en su cuarto y encontramos mitad de Acuario congelado. Nosotros no pudimos entrar más por el frio pero Camus la encontró teniendo una pesadilla dijo, que vio la muerte de Camus y que lloraba desconsolada.

–Diablos gruño Violeta. –y ¿Cuánto tiempo la resguardara el Patriarca? Interrogo ella. –Faltan dos meses. Afrodita contesto rápido. –tendré que llevarla tan pronto como pueda. –Y ¿Por qué? Volvió hablar Afrodita interesado.

–Chicos no debería ni siquiera decírselos esto ya es cuestión de los dioses. Pero se los diré. Ella sacrifico su divinidad por salvar a Camus en una de sus vidas anteriores a que él fuera escogido como caballero dorado. Por esta diosa y ahora los está buscando, al menos por ahora ya no lo intenta algo. Y su despertar el proceso viene acompañado con una maldición de guerra lo que ella se sola y puede quela tierra se cubra en una época glaciar, al ver la muerte de él. Y por desgracia Camus se ve distraído cuando ella está cerca y eso le costara la vida, por eso debo de llevármela, para evitar.

–Esto es demasiada información para un día. Dijo Shura asimilando. –Entiendan chicos cuídenla, al menos en el tiempo que este con ustedes. –Ella estando a mi lado me será más fácil cuidar de ella no dudo que Camus no la cuide pero entiendan.

–No, será mejor matarla. Dijo Afrodita pero todos lo vieron con desprecio. –Ya te pego las tonterías Mascara. Dijo Milo enojado.

–Tú, decides querido toparte con el dios Uller desojarte pétalo por pétalo después de congelarte. Y a sus padres de ella, y presiento que se toparan con él, lo harán lo aseguro.

–Huy no, creo que mejor desecho ese pensamiento. Afrodita froto sus brazos quitándose lo escalofríos. –Recuerden que Atena siempre le ah brindado apoyo. –Sí, lo entiendo. Shura dijo al levantarse. – ¿Y ustedes? La mujer los miro cada uno asimilándolo. –Sí, tan claro como el agua. —dijo Milo. – Entonces debo de apresurarme en el encargo de Camus, y yo que creí que era todo por usted señorita Violeta. Dijo Afrodita.

–Ja, si por supuesto, yo iré apresurar para los retoques. –Shura. –yo espero a Kiki para irnos directo al Santuario.

Milo quedando solo con la dueña del local, quedo pensando de pronto corto el silencio. –Ella es fácil de hacer enojar ¿no existe algo para que pueda controlar o que bloque todo ese poder? –Sí, ahora que recuerdo dice la profecía que solo con unos brazales. 

–Brazaletes que buena idea le diré al maestro Mu que me ayude hacer unos para regalarle. Kiki apareció de la nada junto con Ray mareada. –Si pequeño es una gran idea Violeta le siguió la corriente es más te daré unas piedras para que se las pongas y le guste, no se vayan. Aclaro la mujer cuando entro a su casa por la puerta que conectaba la nevería a su sala. Milo sostuvo a Ray. –Kiki como te atreves a traerla así, mira como me la dejaste.

Le ayudo a sentarse, él como todo un caballero sostuvo la mano de ella por unos momentos hasta que entro de regreso Violeta. –Toma Kiki dáselos a tu maestro dile que son auténticos.

La peli verde cedió una cajita. –Estarás mejor en un rato solo no te muevas de allí. –Milo mejor ayúdale a llegar a mi sala allí estará más cómoda. –Sí. –

Ella se lento despacio pero Milo vio su desequilibrio y termino cargo en sus brazos. Kiki discreto le susurro a Violeta, como cualquier niño inocente. –Hacen bonita pareja. Ella lo vio y sonrió apoyándolo. –Quédate aquí Ray, no te levantes, antes por favor.

Milo la bajo despacio. –Gracias. –Y por  ciento, la próxima vez que venga al pueblo no te preocupes en buscarme esta vez yo iré a buscarte. Ray escucharlo tomo un color rosado sus mejillas, que aumento después que Milo le diera un beso en la frente. Por reacción de, el sonrió y partió.

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