Cap. 33 La cita de Saori y Julian
Capitulo 33 " la Cita de Saori y Julian "
Una vez en Noruega, Freya los llevo a una de las mansiones que le pertenecía. Al llegar un grupo de guerreros les dio la bienvenida.
– Dios Uller, diosa Skđy bienvenidos a tierras nórdicas. Dijo al inclinarse el joven cabello agua marino, continuo diciendo.
–Estamos a sus órdenes, ante ustedes me presento, Syd de Mizar Zeta. Continuaron.
–Bud de Alcor Zeta.
–Fenrir Alioth Epsilon. –Tholl Phekda Gamma.
–Mime de Benetnach Eta. Uniendoseles al grupo.
–Siegfried doble Alfa. -Alberich de Megrez Delta.
–Hagen de Merak Beta. Los dioses guerreros observaron la posición de cruzar los brazos de Kanet.
–Lo dices ¿tú o yo?
–Te lo sedo. Contesto Camus despreocupado.
–Para empezar los nueve se levantan, ahora. Enfatizo la última palabra, desconcertados no sabían que hacer.
–Yo que ustedes mejor le hago caso, no es conveniente hacerle enojar. Dijo Camus, y fueron levantándose.
–Bien, después de esto les aviso, no quiero volverlos inclinarse de ese modo ante nosotros, aquí y donde sea ustedes son iguales a nosotros ni más, ni menos.
–Ella quiere decir que ante todo son dioses si, guerreros igual que yo, y no nos deben nada. ¿Esta entendido?
–Sí señor. Unisonó.
– ¿A si son ellos? Kanet miro a Hilda.
–Si, Skđy.
–Huy que aburridos. Se quejo ella.
–Señor de los lobos te tengo una tarea.
–Lo que pida. el chico cabello celeste dio un paso enfrente.
– Necesito dieciséis lobos o perros los más veloces y fuertes que puedan soportar temperaturas extremadamente bajas.
El chico hizo una leve reverencia salió.
–Freya saldremos un rato, posiblemente una dos horas.
–Si Camus, viajaremos mañana temprano, por ahora es tarde.
–Sí, lo entendemos.
–Si ¿desean, puede acompañarlos dos de ellos para que los guíen?
–Suena sensato, a si que aceptamos. Camus dijo muy quitado de la pena.
–Alberich y Mime. Freya dijo. Seguido por la orden los siguieron en silencio.
– ¿Disculpe, a donde quieren ir?
–Mime quiero, comprar unos skys y tabla de snowboarding. Y ropa apropiada seremos dioses pero tenemos presentes que nuestros cuerpos son débiles.
–Si lo comprendo, lo llevaremos. En lo que caminaban entre los centros comerciales dedicados en deportes de nieve, Alberich no pudo más pregunto.
–Uller Skđy tengo una pregunta contéstenme.
–Dilo. Camus dijo deteniéndose en frente de una tienda de ropa mientras Kanet igual se detenía y giraron para ver la cara al peli rosa, ella vio un traje que le encanto, en segundos escuchar la pregunta ignoro todo a su al redor.
– ¿Por qué no quieren el trono de Odín, por derecho les corresponde?
–Eso es fácil de responder Delta, nosotros no deseamos poder, es lo último que queremos. Camus dijo cediendo la palabra a Kanet.
–El poder solo nos ha provocado sufrimiento, y no solo a los dos también a los seres más importantes para nosotros.
–Alberich nosotros comprendimos que, tener un cosmo invencible es lo más estúpido que podemos tener en comparación a lo que uno aprende con la experiencia ó adquirido por tinta y hojas, ese es el verdadero poder, el conocimiento.
Nosotros ayudaremos a Odín solo porque nuestras vidas como la tenemos nos agrada y no queremos cambiarlas además allí también se encuentran algunos dioses como Ares que si no fuera por él, ella y yo no estaríamos juntos de nuevo. Hestia es la pareja de otro dios que no a ayudado demasiado y esta es la manera correcta que podemos retribuirles. Camus dijo firme.
–Saben algo yo no dudaría ni un segundo en dar mi divinidad ó vida por mi familia, ó... esperen ya lo hecho. Y no funciono ahora me toca hacerlo de diferente manera. Kanet dijo analítica.
– ¿Delta nos puedes entender?
–Eso creo. Le respondió pensando.
–Genial. Quiero ese traje. Kanet apunto al escaparate, cambiando de tema.
–Vamos por el copo, para ti lo que quieras. Camus la tomo de la mano y la jalo para ingresar a la tienda. Después de un rato salieron con dos bolsas cada uno.
–Es por aquí donde pueden conseguir lo que quieren. Alberich le guio junto Mime. Escuchar a los dos dioses Alberich no se libero de su duda pero sintió entenderles.
De regreso llevaban exactamente lo que desean, Mime cargaba los skys de Kanet. Ella su ropa. Alberich llevaba dos tablas y Camus su ropa junto con una maleta. Mime dejo que se adelantarán.
–Oye, Alberich yo creí que este dios era de economía baja.
–Ya viste que no, nos estamos llevando sorpresas, pero calla o se darán cuenta.
–Que se van a dar cuenta, si están más entretenidos peleando. -Si es verdad, pero al parecer es más rico que nosotros juntos.
– ¡Camus te reto! Tengo ganas de skyar en las montañas como antes.
–No. Kanet.
– ¿Dime por qué no?
–Te puede pasar algo y no quiero dejar a mis hijos sin su madre.
–Aburrido, lo dices porque tú fuiste el perdedor.
–Ja ja no lo creo más bien yo te deje ganar. Los dos dioses guerreros notaron el cambio brusco de temperatura al escuchar eso.
–No, lo puedo creer, Camus Borgio ¡eres capaz de mentirme hacer creer me una mentira! –Kanet no te molestes tú sabes que nadie me gana.
–Yo tú esposa madre de tus hijos le has mentido todos esos siglos. Dijo dolida.
–Sabes que te olvidas hoy de dormir junto a mí.
–Los dos dioses guerreros no sabían si reír por el dios Uller que lo habían corrido de su lecho, o compadecer.
–No Kanet en nuestra luna de miel no me puedes correr. Camus reclamo.
–Bien no te corro, pero olvídate de tocarme. Eta, nunca se había imaginado algún día ver una discusión de ese tipo, de dos dioses del Valhalla.
–Kanet lo hice para que no te sintieras frustrada, además tú con patines me ganas, bien lo sabes eres la envidia, no solo del Valhalla si no también del Olimpo.
–Si verdad ahora quieres arreglarlo. Ella seguía molesta.
Mmm... Está bien Kanet acepto tú reto pero si yo triunfo, no vas a dormir, por muchas noches.
–Eso no es castigo, si no placer. Ella dijo molesta.
–Si ganas aras todo lo que quiera conmigo si quieres hasta soy tú vasallo.
–Ya veremos. Los dos estrecharon la mano cerrando su trato.
Santuario.
Saori se veía continuamente en su espejo cambiándose de vestidos, en su habitación.
–Diosa Atena, se que no es de mi incumbencia, ¿pero por qué? Esta nerviosa.
–Andromaka iré a una reunión donde firmare una unión con asociación Solo para iniciar con la construcción de un edificio para la ayuda de mujeres agredidas, como madres solteras y jóvenes con problemas de drogadicción.
–Ahh... yo no sé mucho sobre eso pero se escucha que es muy importante.
–Sí lo es. Saori pensaba.
–Por fin podre estar a solas con Julián, el es todo un caballero espero que no pase más. –Princesa Saori su chofer la espera en la entrada de Aries.
–Gracias Doko, eres muy amable.
– ¿En verdad no quiere que la acompañe?
–No. Doko no es necesario es preferible que se queden protegiendo a Hefestos, además estará conmigo Julián.
–Por eso mismo lo digo Princesa.
–Doko, gracias por tú interés, pero mejor ve con tu alumna, que por cierto es muy bonita. Dicho esto bajo por su pasadizo para evitar a los dorados y subió a su limosina. En una hora llego al restaurante donde la esperaba, Julián con su mejor traje.
Tatsumi lucia nervioso, por no estar cerca de su señora, pero Saori le dio una hora libre para que no se aburriera o su mente se llenara de ideas indebidas.
–Saori me alegra que hallas aceptado mi invitación.
– Si Julián, ella lo miro y tomo un ligero rosado en sus mejillas.
–Sabes es la primera vez que vengo aquí ¿y tú?
–Si igual es mi caso pero Hades ya ah venido con su esposa y me recomiendo este lugar dice que es muy apto para nosotros. Enseguida apareció la mesera y observaron el por qué lo había dicho Hades, el lugar era una ninfa.
–Señor Solo, Señorita Kido. Esto es nuestro menú si desean algo que no se encuentra solo hágame saber y yo misma lo buscare.
–Dame el platillo que creas que es el mejor lo dejo a tú juicio. Julián dijo regresando una carpeta.
–Lo mismo lo digo. Saori imito. – ¿Desean algo de beber?
–Si trae una botella de vino tinto de Borbogne 1986. Julián añadió.
–Excelente selección del año fue de los mejores en los viñedos. La ninfa dijo y desapareció en dos pasos.
–Bien Julián, ya estamos solos no me hiciste venir aquí para firmar.
–No Saori, no encuentro alguna escusa, solo decirte que quiero disfrutar unos momentos contigo a solas. -La verdad no se qué pensar me cuesta trabajo verte de este modo.
–Saori, no lo arruines. No quiero hablar de los de mas y nuestro trabajo, solo quiero, que me conozcas como en realidad soy, y no ese insensible ególatra patán que tienes en mente. Ella sonrió por pena cubrió su sonrisa con la mano apenada.
–La verdad, solo quiero tener mi mente libre de otras ocasiones, eh visto tú comportamiento. Y no logro entender.
–Saori, aun tengo esos sentimientos por ti.
–No querrás decir ¿que estas aferrado?
–No Saori no hablo de esta vida si no, de anteriores. Este cuerpo antes que despertara como Poseidón tú le atraías, pero al despertar, lo acepto morí de celos al ver los cuidados que le tenias al Pegaso.
–Pero, el y yo no...
–Si lo sé, ahora ya lo sé. Pero lo que me carcome hasta ahora es que Zeus se opondrá. Vieron acercarse la ninfa y cambiaron de tema.
–Mañana temprano llevare los papeles a tú santuario para la firma.
–Sí, entonces hoy festejemos por este proyecto que va ser uno de los mejores.
–Estaba pensando quien de tus caballeros tiene conocimientos en química.
–Esta Afrodita, el es químico farmacéutico pero no lo ejerce.
–Mu solo homeópata.
–Es que tuve una idea. Si ellos se unieran podrían ayudarnos a disminuir los efectos de la desintoxicación para que no sientan los efectos.
–Si lo eh tiendo, y me agrada esa propuesta pero eso llevara años. Dijo Saori triste.
–Ni tanto, con la diosa de la sabiduría de su lado no será mucho. -Saori quisiera pedirte un... o por los dioses!!!
–Julián tranquilo ¿Qué es lo que deseas?
–No, nada olvídalo ya es tarde terminemos de comer y te llevo al Santuario. Era interesante Julián se sentía nervioso no podía lograr confesarse como se debe. Pero no se imagino que alguien le ayudaría a tener ese valor que había olvidado.
–Hay señor del mar quien lo diría que se pondría así con Atena. Eros reía se sentó en una mesa en la salida en área de fumadores minutos después la pareja salía tranquilamente, su limusina estaba lista. Pero Eros solo discreto piso el vestido de Saori provocando que cayera de espalda con un movimiento rápido se coloco en posición en que no lo descubrieran y ocultaba su rostro con su chaqueta.
–Saori, ¿estás bien? Julián la ayudo a levantarse.
–Sí, gracias solo nose qué paso. Julián no la, cargo por que le lanzaba miradas a morir al jovendios. Tanto Saori como Julián al estar listos para subir ella sintió las ansiasde probar sus labios del peli celeste, sin temor ella le beso, Julián la atrajotomándola de la espalda. Los dos no creían lo que había pasado. En el camino, siguieronbesándose ignorando al conductor que lloraba, imaginándose grandes cosas.
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