Capítulo 25: ❤Pequeño Retorno❤
Primer Día:
Dispuesta a llegar hasta el final, me deshago de todos los controles. Hasta donde pude investigar, la UA no es más que un informante; la fuente de datos que me incumbe se encuentra en el Ministerio de Héroes. Lógico, ya que es donde mejor resguardado debería estar un informe de alta confidencialidad. Esta noche podré al fin buscar la señal de una solución, sino es que encuentre algo de mayor importancia.
Sé que esto traerá consecuencias, pero no puedo vivir sin saber qué ocurrió y qué es lo que alberga este poder. Además, la clase 1-A se ha dado cuenta de mi lejanía; las llamadas del director y mis salidas tempranas no hicieron más que preocuparles. Incluso jóvenes de otras clases, hasta los que estaban molestos conmigo.
No me equivoqué, son buenas personas, y me alegro mucho por ellos. Pero lamento no poder agradecerles tal gesto de amistad; la posibilidad de afrontar problemas graves hace que, sinceramente, decida acudir al silencio.
Eterno compañero, sigue condenándome con pesadez, a la amargura del vacío.
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Una sala vacía; donde la brisa colada por la ventana, abierta de par en par, había hecho de las suyas con papeles y sábanas. Blanco y cristal, aquella habitación parecía desierta en el hospital de Hosu, albergando un silencio armonioso.
El peliverde observó la camilla donde la joven pelinegra debiera estar, encontrando su mirada con unas almohadas cubiertas de telas blancas, y el suelo alrededor de la misma rociado con vidrio destrozado. Avanzó y apenas dos pasos su pie sintió algo suave: lo que estaba tirado era un simple peluche, un conejo rosado. Quizás olvidado por alguien, no prestó demasiada atención ya que su desconcierto regresaba. Inevitablemente, mientras se acercaba a la cama sentía sus ojos aguarse.
¿Su amiga se había escapado?
No estaba molesto con ella, no. Quería entenderla, y más que nada poder ayudarla. Esperaba que su amistad permanezca lo suficientemente fuerte como para salvarla de lo que sea que hubiere sucedido. Ensimismado, dejó caer su mano acariciando la aparente almohada de la camilla, sintiendo una tibiez peculiar en aquel lugar. Sorprendido, levantó despacio la sábana para darse cuenta que eso NO era una almohada. . .
De hecho, respiraba.
Con la mirada fija, los ojos grandes como platos y boquiabierto como estaba, no daba crédito a lo que veía. Una criatura comenzaba a despertar; de cabello negro profundo, mejillas rojizas cual manzanas, pestañas largas y piel suave. De respiración pausada, acercó su manito para refregar un ojito y sentarse, dando un pequeño bostezo. Cuando comenzó a levantar un párpado, su iris negro se encontró con la estampa petrificada del peliverde, como si a un fantasma estuviese contemplando.
¿Quién era ese muchacho?
-Buen día, disculpe ¿Usted es. . .?- la voz dulce e infantil hicieron cambiar la expresión del joven a una sonrojada y nerviosa
-¡¿EH?! B-B-BUENO, Y-YO SOY MIDORIYA I-IZUKU. PO-POR CIERTO ¿C-CÓMO TE LLAMAS?- aunque fuera evidente, no lograba convencerse de lo que estaba presenciando
-Yo soy. . .- la niña iba a responder cuando su mano notó que algo faltaba a su lado, lo cual la sobresaltó un poco, revolviendo las telas -¿Dónde estás?- se dispuso a bajarse de la camilla cuando el pecoso la detuvo
-¡N-No! Ten cuidado, hay vidrio en el suelo. . . - había levantado ambas manos a la altura de los hombros, con lo que los orbes negros quedaron fijos en lo que sostenía –Esto. . . ¿Es tuyo?-
La pequeña sólo asintió con timidez mientras él se acercaba para dárselo. Sentía un déjà vu a flor de piel en ese momento, aunque no podía descifrar qué; ella tomó el peluche abrazándolo con cariño. Midoriya en ese momento sólo pudo sonreír por lo linda que era.
-Ahora ¿Puedes decirme tu nombre?- se sentó a su lado en lo que le respondían
-Mi nombre es Aracné- lo observó con cierta cautela -¿Por qué estamos en un hospital? ¿Padre le ha pedido que me trajera?-
Izuku la miró asombrado. Su manera de hablar es muy formal para ser una niña de no más de 6 años, y ahora estaba en un aprieto ¿Qué le diría?
-Verás. . . te harán una revisión rutinaria. Luego, esto. . . iremos a la casa donde nos alojamos ¿Entiendes?-
¡¿QUÉ DIABLOS ESTABA HACIENDO?! El peliverde estaba temblando como una gelatina, trató de ingeniar algo decente pero no había casi posibilidad de que le creyera eso
-Está bien. Gracias por decirme-
¡¿LE HABÍA CREÍDO?! Definitivamente es muy especial, no se podía ni siquiera imaginar qué estaba pasando por su mente; pero no tenía ninguna duda de que por alguna razón su amiga retornó a una etapa infantil. Conservaba la gran mayoría de sus rasgos: era callada, tranquila y educada. Lo que sí llamo más su atención era el color de su rostro, más cálido y bonito que antes; sin mencionar sus ojos. Incluso diría que no eran del todo negros. . .
¿Qué la había cambiado tanto?
Sin embargo, lo que parecía una eternidad volvió de golpe a la rapidez habitual, ya que cuatro personas abrieron con fuerza la puerta tratando de pasar a la vez. Y un bicolor fue el primero en acercarse al ojiverde con las palabras escapando de su boca con cierta brusquedad por la preocupación, llegando a abrazar al mismo
-¡IZUKU! ¿Estás bien? ¿Qué ocurrió? ¿Te hiciste daño mi amor? –
El tono rojizo de la cara del menor rivalizaba con un hierro al fuego vivo. Tan apenado estaba que tapó su rostro con ambas manos, dejando conmovido a su pareja.
Aunque esto, duró pocos segundos. Ya que el heterocromático divisó una figura mirándolo con curiosidad, volviéndose tan blanco como su lado derecho del cabello. Liberó al pecoso para acercarse a la niña y tocarle la cabeza con apenas un dedo, como temiendo quemarse. Luego el flequillo negro. . . luego una mejilla que hizo reír a la pequeña por las cosquillas que produjo.
Ya sin dudas, no sabía cómo reaccionar. Mientras hacía su inspección, los héroes se habían acercado y contemplaban atónitos lo acontecido. Recovery Girl fue la única que se lo tomó con calma
-¡Owww qué cosita más hermosa!- se acercó para tomar los cachetes de la infante quien saludó educadamente mientras su rostro era algo aprisionado
-Buenos días señora- aunque tanto All Might como el recién llegado Aizawa le inspiraban algo de pavor –Buenos días señores-
-¿Y ahora quien trajo a una cría?- la miró con el rostro más lúgubre que pudo lograr helando a la niña y provocando que se escondiera detrás del pecoso
-¡HAHAHA! Aizawa-kun ¿No es obvio? Es nuestra alumna ¿No es cierto, Aracné-chan?-
-¿Chan? ¿Se refiere a mí? - claro, al ser extranjera no entendía de sufijos japoneses.
Pero eso mismo hizo caer a todos de una vez. Incluso Izuku, quien se había percatado del problema antes, entendió lo grave que era: Sarai Aracné no recordaba nada de ese mundo, ni siquiera a ellos. La mirada preocupante de los mayores incomodó a la criatura, la cual intentó armonizar el ambiente.
-Tienen lindos disfraces ¿Van a una fiesta?- Eraser Head quiso responder pero el peliverde se le adelantó
-Aracné, ellos trabajan como héroes. Tu padre nos encargó a Shouto y a mí cuidarte hasta que él regrese de trabajar, por lo que en su estadía en Japón antes de cualquier otra actividad la enfermera debe revisarte. Luego saldremos a por un helado ¿De acuerdo?- se levantó para presentarlos bajo la vista orgullosa de su ídolo
-Es un placer conocerlos- bajando su cabecita, no pudo ver cómo el hombre bolsa en cambio amenazaba a Midoriya con la mirada
-Bueno, ustedes deben ir a la oficina. Yo limpiaré la habitación y examinaré a la niña- la mujer los sacó al pasillo y una vez cerrada la puerta el silencio se hizo bastante palpable. Se dirigieron al despacho para acordar qué harían
-Yo sugiero seguir la idea del joven Midoriya- una vez allí, Yagi tomó la iniciativa de su pupilo
-¿¡En serio?!- el pecoso no había reflexionado en profundidad la posibilidad de cuidarla
-All Might, ésta vez debo darte la razón- su profesor titular evaluó en minutos toda la situación –Ya que Midoriya Izuku se ofreció a vigilarla, podemos tomar ventaja del gobierno. El hecho de que Puppet Master haya salvaguardado así a su portadora, no deja duda alguna de que el mocoso tiene una importante influencia sobre ella. No tendrán oposición alguna y al mismo tiempo ustedes dos –señaló a los estudiantes- averiguarán todo lo posible en la vivienda de la joven. Ya que nunca tuvimos pretextos suficientes para inspeccionarla, tendrán la oportunidad de recolectar toda la información posible. Su conocimiento y pasado deben reflejarse en algún rincón de esa casa, y con la confianza que Sarai siempre mantuvo con Midoriya no le será difícil para él cuestionar lo que sea, ahora que es sólo una niña. . . Supongo que no tendrá ningún reparo en decirle todo a su amigo-
-¡Esperen un momento!- Todoroki interrumpió, visiblemente molesto -¿Entonces ya sabían sobre el kosei? ¿No era eso lo que vigilaban, sino a Aracné en sí?-
Toshinori tragó saliva mientras que Eraser Head suspiró
-Así es. Aunque los registros son pobres, lo fundamental se sabe y es secreto de estado. Shigaraki Tomura no mintió en esa declaración, Puppet Master se alimenta de las emociones humanas. Utiliza las energías causantes para hacer a su antojo lo que sea, pero el tema que nos llevó a custodiar a la joven fue el siguiente: ella jamás permitió a su particularidad nutrirse de otros. En otras palabras, cabe la posibilidad de que sea. . . –
-¡No importa!- el ojiverde levantó la voz al tiempo que se dirigía a abrir la puerta de la oficina
-¿Izuku?- Shouto se acercó para acompañarlo y tomar su mano
-¿Acaso es una amenaza? ¿Les hizo daño?- el pecoso luchaba por no quebrarse -¡Sabían todo y aun así permitieron que. . .!-
-No, joven Midoriya. Sabemos que tiene buenas intenciones pero debes entender, es muy peligroso dejar que ande libremente. No la conocíamos tanto, era por el bien de la sociedad-
-¿Cómo puede decir eso?- su pupilo no daba crédito a lo que oía -¡Ella confió en usted también!-
-¡Midoriya, es suficiente!- Aizawa se incorporó –Seguimos órdenes de gente superior. No lo habríamos hecho de estar en nuestras manos; pero ustedes vieron lo que ocurrió anoche. Derrotó a dos monstruos y a un héroe profesional ¡No sólo eso, le quitó su particularidad! ¿Qué hubiera sucedido con civiles en caso de no poder controlarse?-
-¡¡INTENTÓ MATARSE!!- ese grito dejó petrificados a todos, tanto a los héroes como a unas compañeras que llegaban por el pasillo. Una chica de mejillas sonrosadas habló con la voz entrecortada y la tez del rostro pálida
-¿M-Matarse? ¿Q-Quién? ¿P-Por qué?- se apoyó en su amiga pelinegra quien observó enojada a sus profesores
-¿Uraraka-san? ¿Momo-san?- Lida llegaba en ese momento –Creo que. . . debemos hablar en otra parte; Midoriya-kun ¿Puedes buscar a Sarai?-
-Sí - se encaminó hacia la habitación –Nos veremos en el cuarto donde estábamos los tres-
-Gracias- Tenya les hizo un ademán a las chicas en dirección al lugar cuando el titular quiso interrumpir
-¿Qué pretenden hacer?-
-Lo que ustedes no hicieron- Todoroki comenzó a irse también –Y lo que a nosotros nos costó hasta hace poco. No caeremos en el mismo error otra vez- lo último refiriéndose a su compañero de clase, quien asintió y se dispuso a seguirlo
Aizawa iba a replicar algo cuando All Might lo detuvo
-Sólo. . . dejemos que la cuiden. Nosotros consigamos el permiso-
Su colega notó la tristeza en la voz pero no dijo nada. Mientras, el pecoso se encontraba esperando a que la heroína acabase con su trabajo.
-Listo muchachita- la dejo bajar de la camilla con su ahora vestido celeste, al tiempo que hablaba con el joven –Midoriya, le conseguí ropa de pura suerte. Asegúrate de que esté abrigada y que tome sus vitaminas todas las mañanas, por ahora su kosei está dormido y seguirá así por lo menos dos meses. Y gracias por encargarte, eres muy amable- le palpó la cabeza con una sonrisa
-Recovery Girl. . . ¿Usted sabía?-
-¿Sobre la custodia? Creía que el objetivo era estudiar su kosei para evitar que se haga daño; no puedo ponerme en contra de mis pares pero no apruebo por ningún motivo sus acciones. Por eso defiendo la idea de que sus amigos la cuiden. Necesita contención, no vigilancia- le sonrió –Honestamente, tus acciones demuestran el héroe sincero que eres, Midoriya Izuku- agradeció con una leve sonrisa
-Sí, ella me dijo lo mismo. . . - le daba pena ver a la pequeña con los ojos cerrados, abrazando su peluche como aferrándose a él –Aracné-chan ¿Quieres dormir un poco más?-
-No, ya es hora de levantarse- lo miraba un poco cautelosa –Gracias por preocuparse-
-No es nada ¿Vamos?-
Ambos caminaron lado a lado hasta que el peliverde le señaló una puerta
-¿Estás lista?- como la niña apenas asintió flexionó un poco sus rodillas para estar a su altura y darle confianza –Todo estará bien, son buenos amigos-
Al entrar allí todos guardaron silencio, más que nada por la impronta de la criatura. Tan chiquita, de carita tierna, con un aura inocente; totalmente adorable. . .
-¡Buenos días!-
-¡¡KYAAAA!! ¡¡QUE LIIIIINDA!!- las chicas no dieron oportunidad a la enana de escaparse que la atraparon en un abrazo asfixiante mientras que Todoroki tomaba a Midoriya de la mano y Lida quedaba ignorado en un rincón solitario. La pequeña notó aquello y tocando levemente la mejilla de Uraraka consiguió que la soltaran para ir a saludarlo
-Buen día- los ojitos negros y las mejillas coloradas de tanto refregarlas le daban un aire de ternura tan fuerte que él tampoco se privó de saludar
-Buen día para ti, Aracné-chan ¿Cómo te encuentras?-
-Bien ¿Y usted?-
-Moo Lida-kun ¡No le hables tan formal!- la castaña se presentó junto a su compañera –Yo soy Ochako y ella es Momo ¡Somos tus amigas! ¿Quieres ir de compras hoy?-
-P-Pero Uraraka-san ¿No es demasiado pronto salir?-
-Está bien, Midoriya-san. La cuidaremos bien y le buscaremos lo que necesite; por ahora ustedes vayan a la casa de Sarai-san para comprobar que todo esté en orden. Pueden confiar en nosotras - Yaoyorozu estaba más entusiasmada por estar con la niña que sorprendida por todo lo que ocurrió.
Es más,
¡Nadie parecía recordar que tenía su edad hace apenas unos días!
~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~
Momo y Ochako llevaban varias bolsas en las manos. La pequeña pelinegra se limitó a asentir y seguirlas, de vez en cuando se sobresaltaba por ruidos repentinos o alguna que otra persona, e intentaba evitar el contacto visual con la gente. Sin embargo, las jóvenes estaban perdidas buscando los más bonitos vestidos; compraban, o bueno, Yaoyorozu hacía pasar tan rápido la tarjeta de crédito que saltaban chispas. Pero no más de las que salían de los ojos de ambas al vestir a su amiguita. Toda la posible vestimenta le fue probada, y la pobrecita era una muñeca que estaba muy cansada. Sin embargo, no decía nada porque ellas eran muy amables y no quería causar más molestias.
Aunque en un momento dado, un grupo de estudiantes pasó a toda prisa y despistó a las heroínas quienes siguieron adelante, olvidando a la pequeña Aracné quien paradita en un local de comida rápida se quedó quieta esperando a que volviesen por ella. Realmente, esperando a que ellas regresen.
Ya que pensaba en la posibilidad de ver a ciertas personas por allí, y eso no le agradaba en absoluto.
Temía que la vieran sola.
Escondida en su lugar, tomando con fuerza su conejo, oía los murmullos alrededor. Personas compartiendo un momento, alegres y divertidas; era extraño ver tanta gente. En realidad, casi nunca había estado en un centro llamado "shopping". Sólo paseó durante sus lecciones de idioma. . . con Ángela
-¿Estará bien?- bajó la vista al suelo - La extraño. . .– perdida en sus susurros, no sintió cuando un joven se le acercó
-Oe ¿Estás bien? ¿Te perdiste?- Kaminari se hallaba inclinado frente a ella, la cual retrocedió un poco y contestó suavemente
-No, sólo espero- su voz temblorosa hizo fruncir el seño al preocupado joven
-Pero no es bueno que estés sola, nosotros vamos a comer aquí ¡Puedes acompañarnos!- el rubio sonrió mostrando todos sus dientes y la niña no pudo negarse
-Muy bien. . . – de repente se sobresaltó al percatar la presencia de otro chico
-¡Denki, no me dejes solo! ¡Es vergonzoso!-
-¡Más vergonzoso fue lo de antes, cuando me ofreciste un bombón con tu. . .!- interrumpió su frase cuando notó que la pequeña estaba detrás suyo – ¡Ow, te dio miedo! No es nadie, sólo un chico torpe y bruto al que acompaño para que no se sienta tan excluido-
-¡Qué cruel!- Kirishima le tironeó un mechón – ¡Mejor dile que te acompañé para buscar tus pantys de Pikachu que estaban en oferta!- en ese instante deseó no haber dicho eso
-¡KIRISHIMA ERES UN IDIOTA!- Kaminari estaba rojo como un tomate
-¡TÚ EMPEZASTE!-
-¡MÁS QUE CLASES DE ZUMBA NECESITAS CLASES DE MODALES!-
-Forman una linda pareja, podrían comer algo para bajar las emociones- ambos miraron a la chiquita quien los observaba con ojitos dulces
-¿C-Cómo?- el pelirrojo se acercó a ella
-Porque ahora ambos están algo alterados por la vergüenza, y no pueden notar bien cuánto se quieren mutuamente. Saben los gustos de cada uno y dedican tiempo a estar juntos, que es muy importante. Pero si siguen peleando puede que acabe mal, entonces no hay nada mejor que compartir una rica comida juntos- levantó levemente la ceja derecha y observó el techo, en un gesto pensativo -¿O era que debían decirse lo mucho que se aman? ¿Qué era lo que dijo Ángela?-
-¡OWWW QUÉ LINDA!- Denki la abrazó mientras Kirishima se rascaba la cabeza -¡Parece un peluche! ¡Mira esa carita, Eijiro!-
-Hombre, sí que encontraste algo inusual hoy. Vamos, los invito a comer-
-¡Comida gratis! ¿Pedimos una cajita feliz?- el chico eléctrico tomó de la mano a la pelinegra
-N-No se haga problema, yo puedo esperar aquí-
-No podemos dejarte solita, además es hora de almorzar-
Sin poder objetar nada, luego de un rato los tres se sentaron en la terraza del local a comer.
Mientras los jóvenes devoraban su comida, la pequeña no dejaba de ver a su alrededor; se la veía inquieta y Eijiro se percató de eso
-¿Estás bien? No has tocado tus papas fritas-
-Eh, quizás no le gusten- Kaminari hizo una pausa con su hamburguesa
-No creo que sea eso, está muy tensa- el pelirrojo tomó su refresco mientras veía a la niña balancearse en su silla
-No, es sólo que. . .- la niña trató de excusarse pero no la oyeron
-Kirishima, no a todos los niños les gusta la comida chatarra- le acarició la cabeza -¿Prefieres un helado?-
-Wow, no te creía tan maduro Denki. . . –
-¡¿Así que soy un niño para ti?!-
-¡No me refería a eso!-
-¡E-EL HELADO ME PARECE BIEN!- tragó un poco de saliva por haber levantado la voz, pero no quería que se pelearan
-No te preocupes, somos de tener discusiones de pareja de vez en cuando. . . – Kirishima sonreía mostrando sus dientes mientras el rubio miraba hacia otro lado, apenado –Por cierto, no te hemos preguntado tu nombre-
Con la preocupación cayendo sobre su rostro, la pequeña se abrazó a su conejito rosado, esperando la típica reacción de la gente ante la respuesta. . .
-Aracné-
. . .
La reacción del dúo fue repentina: petrificados al oír la respuesta, comenzaron a calcular tan rápidamente coincidencias que salía humo de sus cabezas.
-¿¡TÚ ERES-!? –
-¡Kaminari-san! ¡Kirishima-san!- Yaoyorozu llegaba justo a tiempo.
Luego de un rato explicando el asunto sin mucho detalle, terminó pidiendo discreción a sus compañeros.
-Perdón, pero todo esto es increíble. Quien hubiera pensado que podía pasar algo así. . . – el pelirrojo no dejaba de ver a la niña que ahora bajaba la mirada
-Los dejo seguir con su día libre. Suerte en sus pasantías- Momo llevaría a la casa lo adquirido en el auto de su familia, pero aunque tratara de parecer normal, la niña había quedado visiblemente triste. La joven no sabía que más decir o hacer, le daba pena ver esa carita con los párpados a medio caer.
-Aracné-chan, no pasa nada, es sólo que. . .-
-Perdón por perderme. No debería haber aceptado su invitación- la voz apagada salía desde detrás del peluche, interrumpiendo a la joven –Lamento haber estropeado su almuerzo. . .-
Esas palabras tiernas y angustiadas daban ganas de abrazarla y decirle a todo pulmón que ella no había hecho nada malo, pero Momo no olvidaba un detalle: esa criatura es el reflejo de su mejor amiga, y si bien estaban molestos con los profesores por su actuar, tenían razón en querer saber sobre ella. Para poder ayudar en lo que sea necesario.
Una vez en la puerta de la casa de rosales, y habiendo entrado las compras de las chicas, Yaoyorozu tomó asiento para hablar de lo ocurrido ese día. Izuku y su novio habían inspeccionado el lugar pero a simple vista no había nada extraño en la planta baja, así que buscarían a fondo al día siguiente.
Vivirían los dos en ese lugar el resto del mes, y una vez terminado los directivos planeaban inventar una excusa para que puedan seguir allí. Sólo ellos podrían tener contacto con la niña, por lo que se despidieron de su compañera en el umbral de la entrada.
-Cuando terminen las clases vendré a verte, Aracné-chan. Y traeré a varias amigas para que juguemos- Momo le tomaba las manos tratando de hablarle como lo que era: una chiquita de 6 años. Pero el recuerdo de lo ocurrido dificultaba mucho el tranquilizarse; la incertidumbre de alguna manera la hacía sentir ansiosa
-Gracias por todo, que tenga buenas noches- de modo lento, la pequeña saludó para dirigirse a lo que sería su habitación, la que daba justo al jardín trasero. Suponiendo que debía descansar, agradeció una vez más a sus compañeros para retirarse.
-Y por cierto, les deseo lo mejor para su relación-
-¿Eh?- Midoriya casi sufre un infarto al oír eso
-¿Yaoyorozu, en qué momento te has enterado?- Todoroki, que detrás del pecoso lo sostenía por los hombros, tampoco disimulaba su sorpresa
-¡Es evidente! Además las últimas clases estuvimos paseando entre amigas y Aracné-san nos lo confirmó- la enorme sonrisa en su cara incomodó a la pareja
-¡Será. . .!-
-¡Todoroki-kun, está bien! De todas formas, se iba a saber en cualquier momento. . .-
-Todoroki-san, ahora que deben cuidarla podría intentar llevarse mejor con ella. Siempre se ha comportado como una excelente compañera con todos, pero sus celos han hecho desastre; debe ponerle un fin –
La chica de cabello azabache no tuvo piedad, ya que también sabía sobre la charla que tuvo tiempo atrás con Midoriya. Sin querer escuchó la petición del bicolor que a su parecer fue egoísta, pero la decisión de Sarai por mantener el silencio hizo que no pudiera ayudarla tampoco. El pecoso supo que esas palabras fueron un golpe muy duro para el heterocromático, sin embargo no se equivocaba; no sabía que decir. . .
-Para usted- unas rosas trenzadas en una corona fueron quienes armonizaron el ambiente. La pequeña había recogido flores y hojas del patio trasero para hacer el adorno, que ahora alzaba hacia la joven –Gracias por acompañarme el día de mi cumpleaños-
~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~
Momo se retiró luego de darle un largo abrazo a la niña, y el peliverde la llevó a acostarse. Deseándole buenas noches, cerró la puerta para dar un largo suspiro. Fue un día muy agotador, tanto física como mentalmente, sólo quería llegar a su habitación para descansar.
Esperaba también calmar a su novio, ya que sabía que la culpa lo carcomía por dentro.
-Perdón, por todo. . .- el bicolor estaba parado de espaldas a la cama, con los ojos llorosos y la mirada fija en el suelo
El pecoso rodeo el cuello del mayor con sus brazos, provocando que cayeran a la misma con un tierno beso. Sólo eso necesitó para tranquilizarlo; luego apoyó la cabeza en su pecho, para oír su corazón. Latía tan deprisa que soltó una leve risilla
-¿Q-Qué es lo gracioso?-
-¿Mmm?- observó con detenimiento el sonrojo de Todoroki el cual se profundizó aún más -¡Eres tan lindo Shou-chan!-
-¿Lindo?- se dio vuelta con rapidez para dejar al pecoso sin escapatoria –Parece que olvidas quien es el pasivo aquí, Izuku- la cara pícara del mayor hizo hervir el rostro entero del mencionado, incluso sus pecas eran rojas por la vergüenza
-¡Déjame por una vez ser el que manda!- exclamó con un puchero
-Jamás- lo besó en la frente para hablar a escasos centímetros de su boca –Pero después de todo quizás quieras mantener baja la voz, hay una criatura en el cuarto siguiente-
-¡Es cierto! Vamos a descansar - ambos se acomodaron para dormir cuando a Shouto se le ocurrió decir una sinceridad muy pesada
-Me gustaría que nuestro futuro sea así. . . Viviendo juntos y cuidando de nuestros pequeños pecosos ¿Tú quieres un niño o una niña?- mencionó la última palabra tomando el mentón del peliverde para robarle un beso
-¡Quiero que te duermas! – escondiendo su cara en el pecho de su novio, respondió con tranquilidad -Y sí, quiero una niña con el color de tus ojos- una vez dicho eso le deseó buenas noches.
Mañana a primera hora, conseguiría un bonito pastel . . .
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¿Recuerdas lo que has soñado antes,
cuando perdido en memorias,
me encontraste?
No pierdas de vista las señales;
Aquél sendero de pétalos rojos,
Guía de tiempos incansable,
será fiel al reflejo de sus ojos
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