Capítulo 23: Reacciones
⏳ El arte de persuadir consiste tanto en el de agradar como en el de convencer; ya que los hombres se gobiernan más por el capricho que por la razón ⌛
La mañana transcurrió muy a prisa: estaban tan colapsados de tareas y entrenamiento, que los jóvenes héroes pasaron totalmente por alto conversar sobre sus pasantías o cualquier otro tema, terminando exhaustos a más no poder. Se sentían deprimidos por no poder ni siquiera hablar cinco minutos, y en cambio, Aizawa sensei parecía muy feliz; maliciosamente feliz. . .
Pero dos ausentes se habían encontrado temprano a conversar, en la desolada terraza del instituto. El día se presentaba nublado, generando un decadente y gélido paisaje, anticipando una fuerte tormenta.
Un desastroso acontecimiento.
— ¿Por qué rayos estoy aquí? —
Katsuki observaba el semblante pálido de la joven, que se encontraba analizando cada rincón del invernadero donde estaban.
Era raro en su tipo: una heroína profesional junto a Recovery Girl cuidaban de ese lugar, estudiando e investigando nuevas propiedades en un conjunto de química y botánica. De hecho, habían dejado interesantes registros sobre sustancias desconocidas, y el lugar estaba prohibido para los alumnos.
Por eso mismo Aracné sabía que podían hablar allí, y más que otra cosa, escuchar al chico que casi comete homicidio doble ese día.
—Dímelo tú, Bakugou—
Sarai, cruzada de brazos, esperaba que se molestara, y así fue
—¡¡Y UNA PUTA MIERDA, TÚ ME LLAMASTE AQUÍ!! ¡PERRA MÁS VALE QUE SEA POR UN BUEN. ..!! —
— ¿Sientes amor por Izuku, no es así? —
La manera en cómo lo dijo dejó helado al joven, el cual desvió la mirada irritado; sabía de antemano que era inútil mentirle, y para colmo no podía recriminarle absolutamente nada como para zafar de aquella vergonzosa situación
— ¿Es evidente, no? No juegues conmigo, maldita perra— sus ojos rubí brillaron con fuerza al contemplar esos oscuros orbes, buscando alguna señal de debilidad— Ya, suéltalo. Sé que tienes mucho que ver en su relación, ayudaste a que ése dos caras esté con el nerd; ahora respóndeme ¿Con qué propósito lo hiciste? ¡¿Qué buscas con esto, maldita bastarda?! ¡¡RÉSPONDEME!! —
Cada palabra transmitía un poco más su deseo asesino, pero ya no era el habitual, no era el simple enojón de siempre: éste, realmente era un sentimiento doloroso y ruin, de muerte.
SU muerte. Katsuki sentía que algo dentro, muy en lo profundo de sí, lo hería sin compasión con cada segundo que pasaba. Con cada paso, cada momento respirando y cada instante al oír su propia voz diciéndole:
"Lo ama. Ama a otro."
— Es demasiado. . . complicado de explicar, no obstante puedo decirte que vivo por ese motivo: preservar lo puro— ella usaba una voz suave para decirlo, sin embargo esa misma delicadeza para no lastimar al joven explosivo hacía trizas cada vez más el corazón del mencionado, al no tener siquiera una pizca de maldad o ironía —Un amor de ese tipo, que sea correspondido, mutuo, sincero. . . Son una de las cosas que quiero cuidar—
— Cállate—
Bakugou bajó la mirada
— Las que merecen existir —
— Cállate. . . —
Apretó sus puños, susurrando
— Las que deben protegerse—
— ¡¡CÁLLATE DE UNA MALDITA VEZ!! —
Preparó su brazo derecho para golpear a la chica, con toda su furia; aún así, no hubo una explosión, y ni siquiera pudo descargar su fuerza en aquel impacto, ya que él mismo detuvo su puño.
Porque ella lo miraba así, lo estaba mirando de ése modo. . . con ese cristalino iris azul, queriendo tranquilizarlo. . . deseando que entendiese.
Porque nada más se podía hacer, ni otra palabra podría conseguir algún consuelo.
No serviría explicar que ella, alguna vez, ya había visto ésos ojos. Ésa clase de mirada.
Empañados cristales de un suspiro agonizante,
Donde se guarda un corazón que ya no late,
Desangrándose en la pena,
Callando impotente.
Solo.
Bakugou no podía dejar de recordar ese beso, suave y dulce, lleno de felicidad. No podía negarlo, se veían perfectos; lado a lado, prometiéndose compañía eterna.
Todo eso, lo estaba matando.
La mano de la joven tomó el brazo del chico que inconscientemente tomó con fuerza la misma, dejando salir todo su dolor en desaforados y desgarradores gritos
— ¡¿Por qué. . .POR QUÉ NO FUÉ CONMIGO?! ¡YO LO CONOZCO DESDE HACE MUCHO MÁS TIEMPO, NOS VIMOS SIEMPRE; SÉ PERFECTAMENTE SUS GESTOS, SU FORMA DE HABLAR, SU MANERA DE SER SINCERO, SU TORPEZA, LO INÚTIL QUE ES. . . POR ESO SIEMPRE QUISE PROTEGERLO, ÉSE DEKU NO NECESITA SER UN HÉROE SI YO PUEDO PROTEGERLO, PERO. . .! Pero. . . — las lágrimas mojaron su cara y el suelo, donde caían junto a él, pero sin soltar la mano de la chica que lo acompañaba —Pero eligió, al bastardo mitad-mitad. . . ¿Por qué? ¿Por qué sucedió esto? —
—El corazón no sigue órdenes, Bakugou— ella se arrodilló junto a su compañero
—¡¡QUÉ TODOROKI SE MUERA!! ¡¡PODRÉ CUIDAR DEL MALDITO NERD ENTONCES!! ¡¡PODRÍA SER SU CONSUELO!!—
Sarai acercó una rosa roja que había, para mostrársela, aún unida a un amplio rosal
— ¿Qué ves aquí? —
— Una maldita rosa. . . —
— Como el maldito nerd ¿No? —
— Así es, igual de inútil y débil—
— ¿Sabes qué pasaría si la tomas por la fuerza, no? —
— No, ve al punto— Kacchan seguía sollozando, pero apretaba la mandíbula para no seguir decayendo
— Cuando amas a alguien tal cual es, y deseas tomarlo por la fuerza, tarde o temprano dejará de ser lo que amas. Sea quien sea, perecerá, y se perderá para siempre. . . El amor no se trata de posesión, sino de adoración —
Bakugou tragó seco, al imaginarse algo así: si la sonrisa del nerd no estuviera, su voz. . .
*¡Hola Kacchan!*
Era una luz, todos los días; aunque él no lo merezca, Deku siempre estaba. Jamás falto un saludo, un comentario, una rota pero firme compañía. Nunca cambió su forma de ser con él, nunca dejó de considerarlo su amigo; mientras que Katsuki lo trataba como a una basura. . .
Ahora esos recuerdos dolían más, maldita sea
¡Él después de todo no se merecía tener a su lado a tan buena persona!
— ¡¡SOY UN MALDITO IDIOTA!! — Apretaba aún más sus puños sobre sus rodillas, lloraba con fuerza — ¡MALDICIÓN! ¡MALDICIÓN! ¡MALDICIÓN! ¡MALDICIÓN! —
Luego de unos momentos, sintió una mano frotar su espalda, tratando de darle fuerzas.
Una compañía distinta a lo acostumbrado.
— Dolerá, y, aunque todo se desmorone, tú tienes que decidir qué es lo más importante —
—. . . Lo dejaré —
Bakugou sentía salir su destrozada alma al decir eso, pero era lo correcto. Trató de tragar sus lágrimas, pero una caricia en su cabeza lo detuvo
— Debes soltarlo, terminarás lastimándote aún más si lo guardas. . . —
La mirada azul de la joven hizo dudar a Katsuki por un instante si era ella realmente, pero poco le importaba.
Porque sentía que la sinceridad con la que hablaba de alguna manera ayudaba, siendo un apoyo muy firme. Lo escuchaba sin criticar, sin malas intenciones. . .
De hecho, Sarai siempre lo ha hecho. Su propio orgullo hacía ver las palabras con arrogancia y superioridad; sin embargo, ahora, al oírla sin ningún disturbio dentro de él, su voz se tornaba neutral y serena. Trataba de entender, de explicar. . . de ayudar.
— ¿Cómo sabes tanto? —
El rubio era la primera persona en ese mundo que se lo preguntaba, y provocó dentro de la joven un efímero y dulce orgullo
— Mi familia me enseño todo de lo que sé —
Se encontraba caminando directo al baño; estaba mareada, sus extremidades le pesaban, y para el colmo de los colmos, el pecho jamás le ayudaba.
Aún así, no era normal tal nivel de agotamiento, por lo que seguramente sería un efecto secundario de su kosei –o al menos eso pensaba-.
Luego de ingerir media docena de vitaminas se pudo mantener en pie, siendo ése un mal hábito, pero eficiente. No podía permitirse una recaída, y mucho menos tan cerca de averiguar el resto de su particularidad, siguiendo la pista de su origen en ése mundo. . . hoy definía su jugada.
Ya mejor, pudo notar que alguien practicaba un monólogo en el desolado pasillo, con una mezcla de seriedad e inseguridad
— Kaminari ¡Me gustas! ¡Sé mi novio! — luego se ponía a evaluar, con la mano apoyada en el mentón —Mmm no, no está bien, le falta sentimiento- respiró profundo y trató de inspirarse —Denki, desde que te vi supe que eras especial para mí; luego te adueñaste sin permiso de mi corazón. Eres tan divertido, gracioso, juguetón. No puedo evitar al mirarte sentir una emoción aún más fuerte que mi endurecimiento en la parte más oculta de mi . . . —
— ¡NO, KIRISHIMA! — Sarai tenía su mano en la frente — ¡NO completes esa frase, por favor! —
— ¡AHH ARACNÉ-CHAN! ¡NO ME PEGUES ESOS SUSTOS! — Eijiro estaba blanco de la impresión, y se acercó a su compañera sonriendo nervioso—Jajaja no pensaba verte aquí, de hecho; ¿Qué tanto oíste? —
—Mmm— ella puso la yema de su dedo índice sobre sus labios pensando— Creo que lo suficiente—
—Ah qué vergonzoso, discúlpame— se sonrojó bastante —Bueno ¿Qué opinas? —
—Que no es necesario ser seco ni recitar un discurso, pero más que nada; deja que hable tu corazón por sí solo— él la miró dudando —Mira, para ser correspondido lo peor que puedes hacer es aparentar ser o hacer lo que no eres; si confías en ti mismo le transmitirás lo mejor a tu enamorado ¿Entiendes? —
—Oh, ya veo ¡Tienes razón! ¿Y qué hay del regalo? ¿Crees que éste es apropiado? — dijo, mientras sacaba algo de su bolsillo
—*Guau, cuando se lo propone, Kirishima puede llegar a ser muy formal*— pensaba mientras el chico le mostraba el regalo: un anillo de plata. Se abstuvo de pegarse en la frente —*Ah, pero la pelotudez no lo abandona* Kirishima ¿Vas a pedirle noviazgo o matrimonio? —
— ¿¡EHHHHH!? ¡NO, NO, NO! ¡QUIERO COMENZAR DESPACIO! — su cara estaba lista para freír un huevo encima
—Ah, entonces sin regalo por favor— lo tomó por los hombros mirándolo fijamente —Sólo ve y dile lo que sientes ¿De acuerdo? —
— ¡AH, GRACIAS AMIGA! — se preparó para darle un abrazo y Aracné hizo ademán para darle un freno
— ¡KIRISHIMA! ¿CÓMO PUDISTE. . .? —
—Ay, no. . . — la joven tenía ganas de romper la pared mientras Eijiro se abalanzaba e intentaba tomar a Denki por los hombros
— ¡TRANQUILÍZATE BRO! ¡ELLA ES MI AMIGA! —
— ¡NO, NO, NO, YO TE VÍ! ¡IBAS A ABRAZARLA! ¡TE VI CON EL ANILLO! ¡ERES UN. . .! — antes de terminar de hablar una blanca red tapó su boca
—Kaminari, no es el mejor momento, pero deberías escucharlo antes de dejar salir palabras de las cuales podrías arrepentirte con creces— ella no era experta en temas amorosos, de hecho, era bastante mala. Pero siempre dirigirse con la verdad y una moderada sinceridad ayudaba a los demás, por lo que también a sabiendas de lo filosas que pueden ser las palabras cuidó de que esa pareja no acabara antes de comenzar —Además, tienes 5 sentidos, no uno—
El rubio bajo la mirada, y sonrojado como estaba, hundió su cabeza en la clavícula de Eijiro
—Perdón, estaba celoso. . . — eso hizo sonrojar al mayor
—Ay bro, pero si justamente estaba pidiéndole consejo para decirte que te amo y pedirte si fuera necesario de rodillas que seas mi novio. . . — ahora el que hervía era Denki
— ¡EH! — lo miró con la cara roja como un tomate y los labios temblando
— ¡AH, LO SOLTÉ COMO VINO DE MI CORAZÓN! ¡PERDÓNAME POR SER TAN BRUTO! ¡QUERÍA PEDIRTE QUE FUERAS MI NOVIO!—
— ¡¿EH?! — el chico eléctrico estaba a punto del desmayo
— ¿Me dices que sí por favor, Kaminari Denki? ¿Serías mi novio?— Kirishima lo tomó de las manos
— ¡SÍ, sí quiero! — lloraba de la emoción y se abrazaron tiernamente, eran encantadores. Cuando se separaron, el rubio vio que Aracné estaba marchándose, y corrió a abrazarla también —También gracias a ti, perdón por ser un celoso idiota—
—Ya, ya. No creo que esté mal el ser celoso; es señal de que lo amas— esas palabras hicieron colorear las mejillas de Denki
— ¿Cómo puedes decirlo tan tranquilamente? —
—Mmm será porque es la verdad. O no sé, nunca me enamoré ni podré hacerlo—
Antes de que Kaminari pudiera procesar esas palabras, su novio habló
— ¡Aracné-chan, tenías razón! No hizo falta decir que mis sentimientos son más fuertes que el endurecimiento en. . . —
No terminó la frase porque ésta vez, la joven le regalo un derechazo limpio que aún con el kosei de Kirishima lo dejó en el suelo
— ¡QUE NO TERMINES ESA FRASE, BOLUDO! ¡SE MALINTERPRETA! — estaba colorada.
A veces cuando captaba el posible doble sentido llegaba a ser muy vergonzosa y agresiva
—JA JA JA JA —
Kaminari se llevó a su adormecida pareja, arrastrándolo, y ella pasó la mañana en la vacía oficina del director, quien se encontraba en ése momento fuera de la ciudad.
Izuku estaba preocupado; se acercaba la hora de la salida y no sabía nada de su amiga. Las chicas le preguntaron por su ausencia, pero tampoco supo qué responder. Sin embargo, definitivamente lo peor de esa jornada fue la hora de entrenamiento, dónde le contó a su novio sobre las cualidades extra del One for All y sobre sus sueños. Lo que había visto en ellos sobre Sarai, y lo que la misma joven le relató.
Y para el bicolor, el tono inseguro y solidario de Midoriya, fue un terrorífico vaticinio.
—. . . — Todoroki sólo se limitó a congelar con la magnitud del festival deportivo a dos de sus compañeros que tenían la tarea de atacarlos como villanos
—Qué cruel. . . — Mineta no sentía sus diminutas piernas
— ¡Te sobrepasaste otra vez! — Sero no podía creer su mala suerte
Con brusquedad tomó al pecoso del brazo y lo llevó a una especie de edificio en ruinas. Ya lejos, y asegurándose de estar solos, lo puso frente a él
—Shou-chan, sé que es duro; pero. . . —
—No, Izuku—
— ¿Eh? —
—Nada de lo que digas me hará cambiar de opinión, te alejarás de ella por ahora. Hasta que conozca su motivo de estar en este lugar—
— ¡No puedo hacerle eso! ¡Somos amigos! —
— ¡IZUKU ENTIÉNDELO, ELLA NO QUIERE QUE SEPAS MÁS NADA! ¡TE ESTÁ PROTEGIENDO! —
— ¿¡DE QUÉ O DE QUIÉN!? —
— ¡DE ELLA MISMA! — Cuando soltó esas palabras el peliverde quedó mudo — ¿Lo entiendes? Ayuda a todos, se muestra amable, pero es porque sabe lo peligrosa que es. Con todo lo que me has dicho, seguramente es consciente de lo que representa su presencia aquí; no me sorprendería el hecho de que desaparezca de un momento a otro. . . —
Su falta de delicadeza no fue la causa del dolor de Izuku, sino lo que su novio pretendía que haga
— ¿Quieres. . . que la deje sola? ¿Que la abandone? —
Sus lágrimas lastimaron al bicolor, pero no lo suficiente como para doblegarlo. Ya una vez había perdido a un ser querido; no volvería a permitir que lo separen de la persona que ama.
—Es por tu bien, Izuku. Aracné jamás permitiría que te suceda algo; perdóname, pero podría ser muy arriesgado que estés cerca de ella. Una vez arreglados sus problemas te lo dirá, estoy seguro. Esta dispuesta a todo por cuidarte y protegerte, incluso yo no sé el motivo de eso. . . — sus celos aparecían sin pedir permiso, pero Deku parecía no notarlo
— ¿Has pensado qué sucedería si ella termina en problemas? ¿O peor aún, si fuera lastimada? — el heterocromático parecía asentir con la mirada — ¿No te importa? —
—Me importas más tú, Izuku. Tú pensaste qué pasaría si ya no estás con nosotros— lo abrazó — ¿Qué sentirían tu madre, All Might, tus amigos. . . yo. . . si te sucediera algo a ti? —
Midoriya tragó pesadamente. Era cierto: Shouto tenía miedo, no podía culparlo. Así que también lo abrazó, rindiéndose ante la aflicción de su pareja.
—Por ahora. . . lo dejaré ¿Está bien? —
—Sí—
Ni enterados estaban, que dos pares de oídos, cada uno por su lado, habían escuchado su conversación. Una de ellas, susurrando por lo bajo, caminaba molesta de regreso a su clase.
— ¡No puede ser! Qué egoísta. . . —
Luego de unos momentos, la pareja estaba un poco más tranquila.
Todoroki suspiró aliviado; creía que alejándolo de quien causaba tales disturbios, el pecoso permanecería a salvo, sólo centrado en su familia, y en él. Con eso era suficiente.
No obstante, aprendería que la visión de una sola persona es muy pobre, ante la infinidad más recóndita que se escondía muy cerca de todos: el mundo.
Y cabe aclarar, que el "mundo" no es sinónimo de"planeta Tierra", querido lector.
Esa semana se iban a hacer sus pasantías.
El tiempo había volado tanto, que todos se sorprendieron al saber que la mejor alumna de U.A. entrenaría con un héroe desconocido. Incluso sus amigas de curso, en algunas y muy escasas salidas luego de la escuela –símil secuestro, desde el punto de vista de la pelinegra-, no pudieron averiguar a dónde se iría. De todas formas, no era la única; Midoriya se iría también con otro personaje que nadie conocía. Así que, con alegría, se despidieron todos para tomar sus respectivos transportes; o casi todos.
— Iida, somos amigos. Recuerda que cuentas con nosotros ¿Sí? — Izuku estaba con Uraraka despidiéndose de Tenya
—Sí, gracias—
Observaron su partida, y luego la castaña se despidió del peliverde, el cual estaba triste. No había roto su promesa con Shouto, ya que no quería preocuparlo, pero ya que se había marchado esperaba poder despedirse de su amiga, la cual asistía a clases y de un tiempo a otro vivía ocupada.
—Nunca dejó de saludarme, pero su ausencia se siente mucho. . . —
—All Might es el símbolo de la paz, y ahora que mejoró vuelve a estar en sus años dorados. No te sientas mal, ya lo verás en la escuela—
— ¡ARACNÉ-CHAN, NO ME DES ESOS SUSTOS! —
Ella sonrió, apareciendo detrás del muchacho, y sin esperarlo recibió un abrazo por parte de su amigo. Podía percibir su pesar, y aunque una parte deseaba decirle que todo estaría bien y que ya podrían volver a hablar como antes, no podía.
Ella, en esos casos, no mentía. Jamás.
—Esfuérzate. Estoy segura de que harás grandes progresos en tu pasantía, y por sobre todo, diviértete— le acarició sus alborotados rizos verdes —Estoy segura que serás el mejor héroe de todos los tiempos—
—Aracné-chan ¿Puedes prometerme una cosa? —
La mano de la joven estaba helada, y su mirada azul denotaba preocupación, pensando en cómo manejar la situación.
—Sí, Izuku-chan— pero antes de poder hablar, el tren llegó, salvándola —Tendrás que esperar, responderé a lo que me digas cuando pueda—
Se separó del chico para verlo subir, y despedirse. De hecho, dejando de lado sus sentimientos, era un alivio poder decir adiós, de una manera decente.
Él tenía un terrible presentimiento sobre su mejor amiga; tanto, que deseaba detener el tren y quedarse a su lado.
El día que Izuku y Todoroki hablaron, Aracné escuchó la petición del bicolor.
Miedo; eso es lo que había permitido a la joven de cabellos negros alejarse del pecoso, que el temor de la pareja fuera más poderoso que su amistad, y no lo culpaba en absoluto. Más que estaba muy bien fundado, ya que si bien era segura la presencia de un infiltrado en U.A., aún seguía sin descubrir su identidad.
No obstante, el archivo cifrado de la laptop, guardada con mucho recelo bajo llave y contraseña en sala de juntas, le dio un aviso muy importante.
Una alerta; una cruda y realista advertencia, sobre el posible futuro de todos en U.A.
Sarai Lilith Aracné, como siempre había sido desde el día que nació, representaba un peligro para su entorno.
Por consecuente, en busca del responsable de su llegada a ese mundo, desaparecería.
Ésta vez, sería ella quien se aleje del mandato familiar, quien descaradamente desenfunde sin pudor alguno, en aquella tierra tan honesta. Y la teñiría de sangre.
Prefería que la odiasen a muerte antes de lamentar una pérdida.
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No sabía,
Ésta vez,
Cuánto se equivocaba.
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