🥀 Capítulo 15. Un loco plan
Un amor tan loco
como la mentalidad misma.
Una vez ambos chicos estaban juntos,el siguiente paso del plan era:
Conseguir la ayuda de un trío de delincuentes.
_Rebeca,Daiki,Olanda. Ahora debo pedirles que me acompañen_
Silas sonrió y extendió su mano para que los tres la tomaran.
Estaba por hacer una locura.
Los tres tomaron su mano y Silas los sostuvo, subió a los chicos a su espalda,era demasiado fuerte,no parecía batallar por eso.
Salió de dónde estaban,el portal se cerró automáticamente. Todos los Saurtokrianos quedaron boquiabiertos.
Silas pasó de nuevo su recorrido: Pasó por encima de los edificios que ya estaban por caerse.
Dió media vuelta y se dirigió a lo que era la cárcel,se paró en la entrada y dijo para sí mismo,parecía que intentaba convencerse:
_Así podremos saber la identidad de quién está tras todo esto y todo terminará más rápido_
Ya habían demasiados heridos,debía de hacer algo,lo que sea,para ayudar.
Entraron. Silas bajó a los chicos de su espalda y caminó entre los pasillos buscando a alguien en especial.
_El apuesto Dios vino a visitarnos_
Dijo un prisionero de por ahí que estiró la mano para poder tocar su brazo, lo logró. Silas caminaba con la mirada hacia enfrente y perfectamente derecho,no le afectaban los comentarios que comenzaron a decir los prisioneros de Saurtok. A Daiki,Rebeca y a Olanda sí les afectaron un poco,se veían claramente incómodos.
También estaban en prisión muchos invasores los cuales aún contenían las esposas puestas. Unos pocos llevaban lo mismo que los prisioneros de Saurtok: una pelota de metal pegada con cadenas que están amarradas a sus pies,ambos pies. Estos brillaban,tenían magia,era para que los Saurtokrianos con poderes no puedan usarlos.
Silas golpeó una puerta de fierro la cual parecía tener una pequeña abertura en la parte de abajo: era para darle comida a los que se encontraban encerrados ahí.
_Necesito de su ayuda. Ricitos, engreído y tímido, ustedes serán de vital importancia en esta guerra_
Se comenzaron a escuchar ruidos en el interior de ese cuarto,se arrastraban por el suelo. Silas los había describió,a dos con sus personalidades y a uno por su color de cabello. Hablaba como un policía harto de su trabajo.
_¿Cuál guerra, lechugita?_
Dijo una voz grave,ronca y casi sin aliento. Se escuchaba como arrastraba sus pies por el piso gracias a las cadenas que,al igual que los demás, seguramente llevaba.
_En primer lugar: No me llames así. Y en segundo: ¿Acaso no escuchan todo el alboroto?_
_Yo escucho música. Uf,me recuerda a mi infancia_
Otra voz,la cual sonaba más suave y tierna,pero con un toque de maldad que hizo temblar a Olanda. Ella sabía cómo lucían,estuvo al tanto de las noticias cuando los magos luchaban contra ellos.
A todos los atraparon uno por uno,pues habían cometido crímenes por separado. Pero años después lograron de algún u otro modo salir de la cárcel y se unieron como equipo. Los volvieron a atrapar y quedaron juntos en una misma jaula.
_A ver,hijo de la chingada,¿Y nosotros qué ganamos ayudándote?_
Todo un grosero,una tercera voz se escuchó,al igual que la primera era grave pero tenía un acento extraño el cual podría decirse en tierra no existía por lo que Rebeca y Daiki no lograron entender.
Silas comenzó a hablar en un idioma que los chicos reconocieron como el español. Ni Rebeca ni Daiki lo comprendían,por lo que le preguntaron a Olanda por la traducción.
_Reduciría sus años en la cárcel y les darían una mejor comida, así como también...Podrían tener visitas una vez cada año. ¿Tenemos un trato?_
Olanda había hecho pausas mientras traducía,pues debía de saber exactamente como explicarles. Silas había dirigido su mirada al piso con asco,en este había comida tirada y algo de vómito.
Los prisioneros lo habían pensado demasiado,se escuchaban susurros y algún que otro gruñido. Lo tomaron demasiado enserio,parecía que no creían en la palabra de Silas.
_¿Cómo podemos estar seguros de que no nos mientes?_
La primera voz se había decidido a preguntar en nombre de los otros dos. Realmente desconfiaban de Silas.
Seguían hablando en español por lo que Olanda seguía traduciendo.
_Si gustas,Ricitos...Puedo sacarte de aquí. Pelearás, volverás a ver la luz del sol y tendrás un lugar mejor para vivir. Todos ustedes lo tendrán. ¡¡Vamos!! ¿En verdad les parece una decisión cuestionable?_
Silas comenzaba a perder la paciencia,tenía sus manos en las caderas con el rostro arrugado del enojo.
_Entonces...¿Nos dejarás salir de aquí?¿Así nada más?_
La segunda voz,la suave y tranquilo dijo con algo de miedo.
_No solo así nada más, deberán de ayudar. Su misión será traer al causante de la guerra,sin lastimarlo_
Parecía que ya se habían decidido,iban a aceptar,pero el chico grosero volvió a hablar.
_¿Y por qué no mandan al idiota de José?_
Olanda dejó de traducir,eso lo había dicho en inglés, así como todo lo que siguieron diciendo después.
Silas hizo una mueca y suspiró.
_Porque...Si el enemigo es demasiado fuerte, José no tendrá de otra que usar todo su poder,y todos aquí sabemos que es una pésima idea._
Dirigió su mirada a los chicos y les dijo entre susurros:
_A excepción de ustedes,claro._
Y sonrió,con esa sonrisa arrogante y dulce tan típica de él y regresó su mirada a los prisioneros.
De nuevo se escuchaban susurros,entre los tres lo habían decidido: Saldrían de ahí para hacer un buen acto.
_Entonces...Déjanos salir, lechugita_
_¡¡Deja de llamarme así,Ricitos!!_
Los tres prisioneros se rieron a carcajadas. Silas le hizo una señal a un guardia,los dejaría salir. El guardia siguió sus órdenes, buscó las llaves,se acercó a la puerta que estaba llena de cerraduras y después de abrir cada pequeño candado y de quitar todas las cadenas, abrió la enorme puerta que se veía pesada: le costó trabajo al guardia abrirla.
Tres chicos: Uno de cabello extremadamente corto,casi rapado de un brillante color amarillo, él era el tal Ricitos,sus ojos eran azules y vestía una enorme camisa de color púrpura y un pantalón grande y largo del mismo color,todos llevaban la misma vestimenta. El segundo tenía el cabello con un corte hasta los hombros,era de color blanco con mechones cafés,sus ojos parecían cambiar de color: Un momento estaban blancos,al otro dorados y por última cambiaban a cafés: el tímido. El tercero se veía lleno de cortes en toda la cara,tenía cicatrices y llevaba curitas en la nariz,mejilla izquierda y derecha,su cabello era de un azul cielo al igual que sus ojos,estaba completamente despeinado y tenía ojeras en sus brillantes y hermosos ojos azules: el engreído.
Rebeca,Daiki y Olanda se quedaron paralizados ante ellos. Silas solo les sonrió con arrogancia. Los prisioneros se taparon los ojos con las manos, durante mucho tiempo habían vivido en la completa oscuridad,viendo la luz solo una vez al día a través de un pequeño orificio de forma rectangular.
_Tanto tiempo_
Los tres prisioneros hicieron un gesto de disgusto.
Ricitos quiso hacer un pequeño chiste:
_¿Y tu primo? Es él quien me interesa._
_Callado,cambia formas. Simón tiene dueño y lo sabes perfectamente bien. Y para ser honestos,es mil veces mejor que tú_
El chico se quedó callado,no supo que contestar, intentó abrir la boca para decirle algo pero no pudo hablar.
_Ahora,síganme. Les daré ropa,les quitaremos las cadenas y...Nos ayudarán._
_¿Por qué confías tanto en nosotros?_
_No lo hago_
Silas caminaba de regreso a la entrada mientras Daiki, Rebeca y Olanda lo seguían.
El guardia les quitaba las cadenas a los prisioneros con las manos temblorosas.
Una vez los soltaron intentaron usar su magia. Ricitos se cambió de forma,ahora lucía como un chico elegante de cabello morado largo y ojos celestes. El engreído miró sus manos y de este salió fuego. El tímido se tocó los dientes y estos se volvieron filosos,podrían arrancar las extremidades de alguien de un solo mordisco.
_Entonces...¿No veré a tu primo?_
Ricitos seguía insistente,deseaba ver el cuerpo de Simón,y no solo eso, también quería besarlo y tocarlo,sin que José se metiera.
_Si quieres verlo,más te vale esperar una buena paliza. Yo la esperaré también,por parte de José_
Silas susurró eso último,dijo eso para sus adentros,aún así había sido escuchado por todos,pero nadie dijo nada.
_¿Y qué debemos hacer... Exactamente?_
Dijo el engreído con un tono de voz más alto de lo usual,quiso remarcar la palabra "Exactamente".
_Pues... Deberán entrar por un enorme portal el cual los llevará a otro mundo, pelearán contra humanos con poderes y buscarán al culpable de que haya comenzado esta guerra. Sencillo._
Silas lo dijo con demasiada tranquilidad que parecía que quería hacer que eso sonara mejor de lo que era.
_¿Nada más?_
Dijo con sarcasmo el tímido. Quería gritarlo pero lo dijo casi tragándose las palabras.
_Sí,eso es todo._
Seguía intentando sonar tranquilo,no estaba sonando nada tranquilo.
_¿Y estos infantes qué?_
El engreído se veía enojado por la simple presencia de los chicos.
_No son simples infantes. Dos de ellos son terrenales,y la chica híbrido es de mi familia_
¿Olanda era de su familia? Los prisioneros que ya no eran prisioneros,al menos por el momento,e incluyendo a Daiki y a Rebeca,quedaron impresionados. Los cinco intentaron encontrar alguna similitud entre ellos dos. No la encontraron.
_¿De tu familia?_
Se atrevió a preguntar el tímido. Dijo eso con un notable tono de sorpresa.
_Así es, entonces como sabrán,debe ser tratada con respeto,al igual que los chicos provenientes de tierra_
Ahora los prisioneros miraban a Daiki y a Rebeca.
_¿Y qué tienen de especial este par de extranjeros?_
Ricitos parecía ya haber olvidado el tema de querer ver a Simón.
_Ya lo verán,solo esperen._
Eso dejó pensando a ambos chicos,los libres prisioneros solo asintieron con la cabeza sin decir nada.
Salieron de la cárcel,a los libres prisioneros les cegó la luz del sol y se asombraron al ver el caos que había.
_¡¡Esto es hermoso!! Bendito sea el loco o la loca o le loque que creó este malvado plan ¡¡Es tode une Dios!!_
Ricitos había alzado sus manos al cielo para después ponerse a besar el piso y a comenzar a balbucear en saurtokriano. Todos lo vieron y les pareció extremadamente normal,a diferencia de los terrenales que lo vieron con confusión.
_¿Sabes que debes de acabar con ese Dios,no?_
Silas lo levantó del piso y le dió unos pequeños golpes en la cabeza.
_Ya lo sé. Pero de no ser por esa persona,yo no estaría libre justo ahora._
Estaba muy emocionado,agradecía el tan solo ver ese completo desastre y la brillante y cegadora luz del sol.
Silas se dió cuenta de algo: Estaban entrando a Saurtok algunos habitantes de ese otro planeta pero sin traje alguno, además de que Trébol era quien cantaba,una de sus canciones favoritas que estaba traducida al español: "Llámame demente,pero sabes que soy mejor que tú." Un título demasiado largo para el nombre de una canción,pero no era cualquier canción: era la canción de Trébol,era lo que mejor sabía cantar. Eran gritos.
_Hay que aprovechar esto. Ya es hora ¡¡Entren!!_
Silas apuntó al portal con su dedo índice y los libres prisioneros corrieron hacia él. Ya sabían qué debían de hacer,ahora solo debían de ponerlo en práctica y terminar con su misión. Tarea sencilla para un trío de criminales conocidos mundialmente.
_¿Y ahora qué haremos?¿Esperar a que regresen con el malo malote?_
Daiki no confiaba en ellos a pesar de no conocerlos,pues si ellos querían podían unirse a el enemigo y sería un grave problema para Saurtok,pues si los tenían con tanta seguridad,eran Saurtokrianos muy poderosos,muy fuertes o muy astutos.
_Sé que cumplirán con su promesa_
Silas se veía y se escuchaba demasiado confiado. Estaban hablando de prisioneros de primera,¿cómo podía estar tan tranquilo?
Era una locura. Aunque... Parecía,la locura rondaba en todo Saurtok.
_¿Cómo estás tan seguro?_
Daiki seguía sin entender el por qué de su inmensa confianza. Silas miraba con mucha atención el enorme portal que se encontraba si mucho a veinte metros de ellos.
_Solo lo sé. Y yo,niño,nunca me equivoco._
Demasiado arrogante, sí,pero así era él y corregirlo era como decir que los libros no huelen deliciosos al momento de oler su aroma por primera vez o como negar que el mirar directamente sol por tan solo unos segundos puede dejarte ciego,al menos por unos instantes.
_Entonces...Dejamos el destino de Saurtok en sus manos._
Daiki se negó a corregir a el gran Dios del rayo.
_No. El destino de Saurtok está en todos los que nos encontramos peleando_
Silas era un chico de muchos misterios,pero aún así,parecía que Olanda había comprendido aquello que decía.
_Salvemos a Saurtok_
Dijo Olanda con una sonrisa en el rostro,se le veía confiada,a pesar de haber puesto la misma expresión que Silas,a diferencia de este con Simón,Olanda y el Dios del rayo no se parecían ni aunque sea en la sonrisa arrogante y dulce que los Kover Clark tenían.
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Mientras todo eso ocurría, Trébol se encontraba trayendo ciudadanos de ese mundo a Saurtok, los Saurtokrianos hacían lo mismo. Se ponían frente a los portales y mientras cantaban en coro tomaban la mano de todos aquellos que querían cruzar para poder ser libres,de alguna u otra forma.
Toda clase de habitantes de aquél planeta estaban llegando y los Saurtokrianos tenían la obligación de ponerlos a todos a salvo.
Algunos Saurtokrianos locos los llevaron a sus hogares y se quedaron con ellos esperando a que todo terminara para saber dónde se quedarían o si los regresarían a su planeta. Tema que se hablará a profundidad en los capítulos extras.
_Las luces apagadas estaban, así que tomé aire y le grité a la sociedad "Mueran todos esos hijos de perra,que en la sociedad son perfectos pero al estar con un marginado se vuelven los mounstruos,ustedes son los verdaderos mounstruos. Llámame demente,pero sabes que soy mejor que tú."_
Cantaba Trébol con un fuerte sonido de guitarra y de batería perfectamente sincronizados. Su voz era letal al igual que la música. Al escucharla con atención, Daiki se dió cuenta que esa era la canción que tanto había esperado escuchar.
Más que canto,eran gritos. Más que ritmo era una locura total. Con la sincronización de los instrumentos parecía una canción que hablaba sobre lo loco que puede ser o se puede volver el mundo.
La letra de la canción cambió de idioma,parecía que se repetía pero el idioma de la canción cambiaba. Ahora se escuchaba el inglés,ahora Daiki sabía lo que decía la canción: hablaba sobre la ignorancia de la sociedad, la inexistencia de un mundo perfecto y el ego que se podría tener si tan solo el mundo entendiera que la locura es la salvación,no un Dios que desconoce su propia existencia.
Daiki repitió en su mente eso último: "La locura es la salvación,no un Dios que desconoce su propia existencia."
Quizás tenía razón o tal vez estaba completamente equivocado,pero sonaba tan loco y descabellado que esa frase le encantó y la guardó en su memoria como un pequeño trofeo.
En ese momento Rebeca recordó una frase que había leído en el libro de Alicia en el país de las maravillas. La frase era algo así:
"~Aquí todos estamos locos. Yo estoy loco. Tú estás loca.
~Cómo sabes que yo estoy loca?
~Tienes que estarlo,o no habrías venido
Aquí."
Parecía que ocurría exactamente lo mismo en Saurtok. Entonces eso significaba que ¿Todos ahí estaban locos incluyendo a Daiki y a Rebeca?
Y poniéndonos más filosóficos ¿"Un Dios que desconoce su propia existencia"? Muchas personas creen que Dios es la salvación y que gracias a él siguen vivos,pero,¿y si Dios no nos conoce realmente,si no conoce nuestra existencia o es un ser sin pensamientos?¿o qué si es mujer,o si no tiene un género o un rostro?
¿A quien se le había ocurrido escribir la letra de esa canción?
Pero quizás,podría estar en lo cierto. Así como también podría estar en un gravísimo error, y para ser honestos, a todos los habitantes de Saurtok les daba igual, incluyendo a los mismos Dioses.
Silas se había alejado de ellos,los chicos ni siquiera lo notaron. Había regresado con ellos junto con la chica pelirroja que aún conservaba los brazos metálicos llenos de tecnología, parecía más un adorno que un arma.
_Ambos, necesito que la escuchen_
Rebeca y Daiki se voltearon para verlo,Olanda hizo lo mismo. Los tres miraban al Dios con atención.
La pelirroja hizo crecer una hermosa rosa roja de la tierra,ese era aparentemente su poder. La rosa creció hasta llegar al mismo tamaño que los chicos,la pequeña rosa estornudó y se limpió un poco.
_Su nombre es Megan,le otorga poderes a quienes lo necesitan_
Les había dicho la pelirroja a los chicos,quienes miraban la rosa con atención y curiosidad.
_Lo único que deben hacer es oler sus pétalos y su magia nacerá de su personalidad_
Lo último que dijo no se logró entender del todo bien,parecía no saber pronunciar eso último y los chicos se quedaron un poco confundidos.
_Lo que Shannon quiso decir, es que, obtendrán un poder que tenga que ver con su personalidad,con sus gustos y con su aura_
Entendieron mejor. Pero...¿Obtendrían poderes? ¡¡Increíble!! Pero tendrían que involucrarse directamente en la guerra...Sigue siendo increíble pero era terrorífico.
Daiki y Rebeca se miraron. Daiki no estaba seguro de eso,no sabía que poder podría tener, temía por su propia seguridad.
La primera en oler la rosa fue Rebeca, acarició sus pétalos y notó como salía polen de esta. El polen dió vueltas al rededor de Rebeca,parecía magia. No. Era magia.
Ella se pinchó el dedo con una de sus espinas,su sangre comenzó a flotar,parecía que estaba en contra de la gravedad.
_¿Qué poder se supone que debo tener?_
Rebeca se miró el dedo con la pequeña mancha de sangre que subía de poco a poco al cielo.
_Tu poder es el de la gravedad_
Dijo la rosa con un poco de entusiasmo,hacía tiempo que no le otorgaba poderes a alguien.
_¿La gravedad?¿Eso como se controla?_
Miró a la rosa con confusión y un poco de preocupación.
_Eso solo tú lo puedes saber,yo solo te otorgué ese poder_
Rebeca miró a Daiki y después a Olanda.
Olanda le sonrió a Rebeca y le dió un pequeño empujón a Daiki.
Ahora era el turno de Daiki, pensó que su poder podría ser el de la invisibilidad,pues solía pasar siempre desapercibido en la escuela y en su casa y a cualquier lugar que iba.
El chico copio e hizo lo mismo que su amiga a excepción de pincharse el dedo. Esperó por unos minutos y, nada.
Tendría que averiguarlo durante batalla,si es que se atrevía a pelear.
Se escuchó un grito que provenía de el enorme portal,era el grito de uno de los presos,era Ricitos quien parecía atraer a un chico a Saurtok,sus compañeros hacían lo mismo con otro par de chicos. Evitaban los golpes y contra atacaban. Como Silas se los había pedido,llevaban a los causantes de ese desastre.
Trébol supo quién era el chico con quién peleaba Ricitos. El diferenciar a ese chico de los demás era sencillo,pues no era un simple chico,era un Dios.
Mientras Rebeca intentaba aprender a usar sus nuevos poderes,se le hizo conocido el acento de uno de esos chicos que salían del portal,tal acento era Mexicano. Mal decía a los presos con sus típicas groserías culturales mientras intentaba atacarlos.
Daiki también pudo ver un poco al trío de chicos, se quedó paralizado al ver a uno...Ese rostro...Era un rostro que acababa de conocer, era...
¿Ángel?
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