Ebrio

LEAN LA NOTA AL FINAL, POR FAVOR.

Danielle

Un hombre totalmente opuesto al conozco es lo que me encuentro cuando abro la puerta.

La imagen de Devon sentado frente al enorme ventanal con una botella en la mano es algo no propio de él.

—¿Devon?— Susurro llamándole pero sigue sin despegar la vista del cristal— ¿Estás bien?

Lleva la botella a sus labios ignorándome.

Respiro profundamente armándome de valor, camino lentamente hasta detenerme detrás de él. Lo escucho sorber por la nariz, y no sé qué movimiento hacer. Doy la vuelta a la silla colocándome frente a él, tiene la mirada perdida y los ojos llorosos.

—Vamos a casa, Devon— Susurro peinando su cabello, despega su mirada del ventanal y me mira

—Déjame solo— Su voz se escucha ronca debido al alcohol, intenta empinarse la botella de nuevo, pero la detengo antes de llegar a sus labios

—Vamos a casa, y no te lo estoy diciendo como una opción— Tomo la botella y la llevo al baño que se encuentra en el interior de la oficina, vacío el contenido dentro del retrete y dejo la botella vacía sobre la tapa.

Salgo del baño encontrándolo hurgando en la licorera. Suspiro pidiendo paciencia al cielo y me encamino a su lugar.

—No más alcohol— Lo jalo haciendo que se incorpore y me de una mala mirada, se tambalea un poco ante el movimiento, pero logra detenerse de mi para no caer

—¿Ahora eres mi dueña para mandarme?— Me cuestiona en tono chistoso, pero su aliento alcohólico me hace fruncir la nariz

—Apestas, vamos a que te lleve a casa a que te laves los dientes

—No eres mi mamá— Susurra

Su mirada es triste, pero la desvía apretando los labios.

—No lo soy, pero está claro que no voy a dejarte ahogarte en la miseria— Me da la espalda y camina tambaleándose hasta dejarse caer sobre la silla

—No quiero llegar a una casa vacía—Murmura cabizbajo

—Tu casa no está vacía— Me acerco hasta quedar de pie frente a él— Tienes a Jason y a Ava en casa

Levanta la mirada y me observa con el entrecejo fruncido.

—Los quiero, pero no son lo que necesito— Se pone de pie quedando frente a mí, lleva sus manos a mi rostro y sonríe de lado— No he tocado a nadie, te lo prometí

Quito sus manos de mi rostro y doy un paso atrás— No es momento de hablar de eso

Bufa y ríe pasando a mi lado, lo veo tomar su saco y se encamina a la salida con paso tambaleante. Pongo los ojos en blanco caminando detrás de él, el en modo ebrio es extraño. Sin duda es algo que no pensaba verle nunca, o bueno, tal vez nunca pasó por mi mente el verlo de esa forma

Abre la puerta de golpe, causando que se golpee con la misma en el rostro.

—Mierda— Gruñe molesto— Malditas puertas estúpidas

—Estúpido el que se golpeó— Susurro entre risas

Sigue su camino ignorándome, cierro la puerta de su oficina cuando salgo. No es propio de el ir con la camisa desencajada y tambaleándose por el vestíbulo.

—Señor Knight...— Se atraviesa Isabella cuando lo ve acercarse

—Tomate el día libre, yo me voy— Devon hace una señal de amor y paz pasándola de largo

—¿Todo bien?— La atención de la secretaria ahora está sobre mí

—Si, solo es un borracho— Me encojo de hombros

Me despido y me encuentro con él afuera del elevador.

—¿Quién mierda mantiene ocupado el elevador?— Dice furioso, golpea las puertas metálicas molesto— Abre chatarra

—Debes ingresar tu jodida tarjeta para llamarlo— Murmuro exasperada, los borrachos son estresantes y Devon no iba a ser la excepción

Introduce la tarjeta en la rendija y las puertas del elevador se abren inmediatamente, intenta entrar a la caja metálica, pero tropieza estampándose contra una de las paredes del interior.

—¿Está bien?— La secretaria se pone de pie desde su lugar, preocupada por el ruido que ocasionó Devon

—Todo bien— Alzo ambos pulgares dándole una sonrisa y ella me da una mirada preocupada

Entro al ascensor y las puertas se cierran, Devon está recargado en la pared del ascensor con la mirada al suelo.

—¿Estás bien?— Pregunto al verlo en silencio, me hace señas despreocupadas y lo observo confundida

Se aclara la garganta llevándose la mano en puño a la boca

—Yo... mierda

—No vayas a vomitar por favor, que si lo haces lo haré yo también— Mi cara demuestra desagrado ante la idea del elevador lleno de vomito

Asqueroso

Aprieta los ojos respirando profundamente, las puertas del elevador se abren y sale dando trompicones.

—¿Está bien?— El guardia que se encuentra en el lobby se mueve en nuestra dirección dispuesto a socorrer a Devon y así evitar que se estrelle contra la recepción

—Estoy bien— Devon lo aparta y niega con la cabeza— No necesito ayuda

El guardia me mira confundido y niego.

—Déjelo, su orgullo no le permite pedir ayuda— Pongo los ojos en blanco, Devon sigue caminando hacia la salida y tengo que seguirlo y así evitar que lo arrolle un auto.

—Oye, detente que debemos buscar a tu chofer— Detiene su recorrido y gira enfrentándome

—Necesito un trago— Balbucea con la mirada perdida

—No hay más tragos para ti— Frunce el ceño molesto dispuesto a refutar, pero la aparición de su auto frente a nosotros lo detiene

—Todo está bien, señorita Landon— Jason baja del auto inmediatamente tomando a Devon— Puedo encargarme a partir de aquí

Negué con la cabeza

—Voy a acompañarlo— Le muestro las cosas que traigo en brazos, pero sigue viéndome dudoso— No puedo dejarlo así

Jack termina asintiendo y sube a Devon al auto, subo después de él en el asiento trasero y veo a Devon dejar caer la cabeza contra el respaldo del asiento del auto.

El camino parece largo, veo a Devon suspirar de vez en cuando con los ojos cerrados y no puedo asegurar si está dormido o solo está ignorándome.

El auto entra en el estacionamiento subterráneo del edificio donde vive Devon, y se detiene en cuanto llega a su lugar. Jason baja de manera rápida, pero abro mi puerta antes de que él lo haga.

—No te preocupes, ayuda a Devon— Le doy una sonrisa tranquilizadora y el asiente yendo en dirección a la puerta de donde intenta salir Devon.

Jason abre la puerta y Devon sale del auto con el ceño fruncido y dándole una mirada molesta.

—No necesito tu ayuda— Le reprocha, Jason solo lo observa sin demostrar ninguna emoción sin cerrar la puerta— Déjenme solo— Señala primero a Jason y después en mi dirección— Y eso te incluye

—Pues te jodes, porque no me voy en por lo menos dos años— Me ignora y sigue su camino tambaleante hacia el ascensor

Respiro profundamente tragándome las ganas de estamparle sus cosas por la cabeza, es un grano en el trasero ebrio y un engreído pomposo sobrio. De ambas formas es insoportable.

Jason viene en silencio caminando detrás de nosotros, escucho palabras imposibles de entender que salen de la boca de Devon que me hacen mirarlo de forma extraña a cada nada.

Las puertas del ascensor se cierran con los tres en el interior, Devon se queda en la esquina con la cabeza hacia el techo mientras Jason no le quita la mirada de encima en caso de que sea necesario detener que caiga de bruces. Las puertas del ascensor se abren y el primero en salir es Devon, Ava se encuentra esperándolo ya y le da una mirada extraña.

—No— La señala pasándola de largo y sigue su camino a las escaleras que se encuentran en el interior del departamento, las cuales llevan a una de las habitaciones la cual no conozco.

Pero su intento por huir al piso superior se ve truncado con el paso en el primer peldaño, tropieza cayendo contra la escalera y salgo corriendo a su encuentro al igual que Jason.

—¿Estás bien?— Susurro preocupada al ver que no hace el intento de levantarse—Devon

—Levántate muchacho— Jaso lo toma del brazo intentando incorporarlo, pero Devon se niega

Me aparto al ver que se levanta lentamente, la caída dejará un moretón en el rostro que sin duda va a arruinar ese perfil de Dios que se carga.

Estando de pie lo rodeo con uno de mis brazos sirviendo de soporte para él, me da una mirada extraña pero no me aparta ni se rehúsa a mi ayuda. Comenzamos a subir los escalones y resbalamos un par de veces en las cuales debo cargar con el peso de el por algunos segundos.

Al llegar al piso superior, me percato que este lugar no es ninguna habitación, más bien lo describiría como un estudio.

Las paredes son de un color arena con muebles en tono negro y uno que otro que hace contraste en tonos claros. Se aparta de mí desabrochando los botones de su camisa y lanzándola al suelo dejando al descubierto el cuerpo bien cuidado.

Desvío la mirada de su cuerpo y me concentro en la decoración del lugar, en las paredes hay fotos familiares en donde se pueden ver una familia conformada por una pareja y dos niños varones. Hay un sofá frente a la chimenea, un enorme escritorio lleno de bocetos de joyas y pequeños diamantes. Me acerco al escritorio curiosa, mi mirada es atrapada por las joyas en los bocetos y paso mis dedos por los mismos.

Devon tiene un talento increíble con el que es capaz de crear cosas hermosas, entre los bocetos encuentro el del anillo de compromiso. Observo la joya en mi mano y me percato que es idéntico al del boceto.

—Después de noches sin dormir encontré el diseño perfecto— Susurra Devon detrás de mi haciéndome respingar— No encontraras otro igual en ningún lado

Giro encarándolo y ya trae puesto un pijama, sus ojos aun se ven adormilados, pero al parecer se nota más despejado.

—¿Cómo te sientes?— Se encoge de hombros dirigiéndose hacia la enorme cama que se encuentra en la esquina del lugar— ¿Devon?— No obtengo respuesta de su parte y lo veo dejarse caer sobre la cama dándome la espalda

—Cierra la puerta al salir— Murmura en tono amortiguado

Bufo divertida encaminándome al baño, en donde tomo una ducha rápida y salgo al terminar con una toalla atada a mi alrededor. Me encamino a lo que supongo es su armario esperando encontrar algo que me quede. Después de unos minutos encuentro una playera y un par de bóxers, me quedan un poco flojos de la cintura, pero quedan bien en el trasero.

Devon se encuentra profundamente dormido en la cama, por lo que bajo a buscar comida para cuando despierte, porque sé que sin duda despertará con un hambre feroz.

En la cocina se encuentra Ava acomodando algunas cosas en el almacen.

—Hola— Voltea a verme con una sonrisa

—¿Necesita algo señorita Danielle?— Ava es una mujer mayor de más o menos unos 50-60 años con una mirada muy amable

—Solo Danielle— Sonrío en respuesta— ¿Habrá algo de comida para Devon?

Me da una mirada confundida, como si mi petición fuera una locura.

—No creo que sea algo que desee— Se aclara la garganta y mira las escaleras nerviosa— Devon no suele salir de allí hasta mañana

—Bueno, para suerte de el estoy aquí— Me encojo de hombros y ella asiente

—Calentaré la comida y la subiré en unos minutos— Asiento agradecida— ¿Quieres una porción para ti?

—Oh no, comeré de su mismo plato— Asiente y me siento en la isla de la cocina observándola calentar la comida. La curiosidad tiene las ganas de hacer preguntas en la punta de mi lengua.

—Pregunta lo que quieras— Dice de pronto, me da una mirada amigable que me hace reír nerviosa— Serás la próxima esposa de Devon, por lo que entiendo que tengas preguntas

—¿Es que soy demasiado obvia?

—Los movimientos repetitivos de tu pie, el movimiento de tu mano en la mesa— Se encoge de hombros— Yo diría que si

—Lo siento— Me acomodo mejor en el banquillo y respiro profundo— Solo quiero saber una cosa, ¿Todos los años es lo mismo?

Piensa la respuesta y al final asiente, mete un par de platos al horno y voltea a verme.

—A Devon aun le duele mucho lo de sus padres— Se sienta quedando frente a mí —Y todos los años es lo mismo, hoy por lo menos lo has traído a casa— Aprieta mis manos sobre la mesa sonriéndome— En otras ocasiones se queda en la oficina y regresa después, o Jason lo trae a la fuerza— Hace una mueca y desvía la mirada— Pero si, siempre es así

El horno anuncia que la comida está lista y ella se levanta a sacarla. La veo prepararlos en una charola y al final la pone frente a mí.

—Puedo subirla, no tengo ningún problema con eso— Ava niega con la cabeza

—No, está bien— Me da una sonrisa amable y comienza su camino hacia la parte superior.

Camino siguiendo su camino hasta llegar al estudio, coloca la bandeja de comida en una mesa y acomoda los platos en su lugar, en cuanto termina se despide con un asentimiento dejándome a solas con Devon que se encuentra dormido y soltando ronquidos profundos.

Sigo de pie en medio de la habitación sin saber que hacer, no sé si subirme a la cama con el y dormir o sentarme y esperar a que despierte.

Se mueve en la cama quejándose, lo veo fruncir el ceño y colocar un gesto de angustia. Decidida me acerco a paso lento sentándome al borde de la cama, paso mis dedos por su cabello tratando de no despertarlo y es inevitable el sentimiento que abarca mi pecho ante su rostro de sufrimiento.

No sé lo que es perder a una persona cercana de esta manera, pero sin duda si algún día me pasa no creo ser capaz de soportarlo. Admiro la fuerza que tuvo para pasar por esto solo, admiro que a pesar de todo no haya dejado a su hermano abandonado como todo el mundo creía, y admiro más que sea capaz de sacrificar su libertad por tener a su hermano con el.

—Devon— Susurro tratando de despertarlo, pero el solo susurro parece no funcionar de la forma en la que quiero.

Lo sacudo suavemente logrando que abra los ojos de golpe mirándome.

—Danielle— Susurra con voz ronca

—Ava ha traído comida, creo que deberías consumir algo

Frunce el ceño incorporándose, aun puedo ver rastros de alcohol en él. Los ojos vidriosos y el sonrojo en el rostro es algo que no se puede disimular.

Me levanto de la cama trayendo el plato de sopa caliente hacia él, aun sigue un poco caliente por lo que con el alcohol aun en su sistema se que podría vertérselo encima.

Me siento frente a el en la cama y tomo la cuchara llevándola a su boca, al principio se niega a que lo alimente, pero después de mi insistencia termina accediendo. Unos bocados después la sopa se ha terminado y ahora toma electrolitos orales mientras yo como la fruta que Ava subió.

—¿Solo comerás eso?— Devon rompe el silencio que inundaba la habitación con su voz ronca a causa del alcohol.

—Si, esto es suficiente— Ya había comido más temprano mi porción calórica permitida y debía dejar de sobrepasarme.

Tenía 100 gramos de más después de permitirme algunos antojos y no podía seguir aumentando más.

Devon no despega la mirada de mí y estoy comenzando a sentirme incómoda.

—¿Tengo algo en la cara?— Pregunto lo mas seria que puedo

—Un enorme grano en la frente— Está recostado en la pared y con esa mirada me pone más nerviosa

—Mentiroso— Me levanto colocando las cosas en la mesa, lo escucho reír y volteo a verlo con el ceño fruncido

—Eres como una muñeca— Tiene una sonrisa ladina que lo hacer ver relajado— No tienes ninguna imperfección de ningún tipo

—Son años y dinero invertido

—Apuesto que si— Suelta un risa ligera y me acerco dejándome caer sobre la cama a su lado

—¿Cómo te sientes?— Se encoge de hombros haciendo una mueca graciosa— ¿Quieres ver una película?

—No tengo ganas, aunque aprecio tu ofrecimiento— Lo escucho sorber por la nariz y lo miro curiosa

—Cuéntame que sucede

—Te traje un regalo de mi ultimo viaje— Responde desviando el tema— búscalo en el segundo cajón del escritorio

Bufo poniéndome de pie, me dirijo al escritorio buscando el cajón que me ha dicho. Al abrirlo encuentro un paquete rectangular envuelto en papel regalo.

sentándome en la silla, coloco la caja sobre mis piernas y comienzo a abrirlo. En el interior se encuentra doblado un vestido color vino que al extenderlo

—Es muy bonito, no debiste...

—Al contrario de la creencia popular, creo que el vino queda perfecto a las personas pelirrojas— Me interrumpe con una sonrisa— Además, creo que te verás espectacular

—Tu yo borracho me cae bien, pero esperaré a que tu yo sobrio salga a la luz para devolverle el vestido

Bufa molesto— Por amor de Dios, es solo un vestido de un diseñador local— Se encoge de hombros— No es nada, me pareció bonito para ti

No sé si la molestia que siento es debido a que lo tome como algo sencillo o porque gasta en mi cuando claramente no debe hacerlo, así que solo lo coloco sobre el escritorio y regreso a la cama.

—Gracias— Murmuro aun con el sabor amargo

—Por nada— Nos quedamos los dos viendo al techo sin decir más, el silencio se torna incómodo así que digo lo primero que se me ocurre.

—Lamento haber creído que te acostaste con una mujer— Murmuro sin verlo aún

—Te dije que era un hombre de palabra— Lo siento moverse en la cama y lo observo incorporarse.

Saca la playera por la cabeza y se vuelve a recostar ahora con el torso desnudo.

—La boda ya se está planeando

—Bueno, eso es algo bueno

La poca confianza que teníamos en días anteriores, la siento ausente justo ahora. Nos comportábamos como si nos conociéramos un poco y justo ahora es como si fuéramos completos desconocidos.

—Devon— Susurro haciendo que voltee a verme, y su mirada brillante me atraviese— Puedes hablarme de lo que quieras...

—Es el aniversario de la muerte de mis padres— Dice sin más desviando la mirada— No quiero hablar de ello, mucho menos con alguien que se irá en un par de años

—No se si sentirme mal por tu falta de confianza o darme igual porque tienes razón

—No tienes que sentir nada, solo digo la verdad— Gruñe molesto— ¿Sabes qué? Olvida lo que sea que dije, estoy ebrio aun y a veces digo estupideces

—Sobrio también las dices

Ríe señalándome mientras asiente— Si, eso es cierto

—Voy a quedarme por esta noche, a cuidar que no te mueras mientras duermes

—Que considerada de tu parte— Respira profundamente y cierra los ojos

Después de unos minutos la respiración se vuelve lenta, demostrando que se ha quedado dormido y yo aun sigo con los ojos abiertos y sin rastros de sueño. Veo la hora en el reloj de la mesita de noche y las 8 de la noche me saludan demostrándome porque no puedo dormir.

Soy una persona nocturna, y suelo dormir siempre cerca de la media noche.

Mi teléfono suena en algún lugar de la habitación y me levanto en su búsqueda. Al tomarlo se ilumina en mi mano enseñándome un mensaje de mi madre.

¿Cuántas calorías consumiste hoy?

Intenta no comer demasiadas o serás una novia que no lucir ese hermoso vestido

Todo bien mamá, calorías correctas.

Suspiro pesadamente, no sé porque sigue molestándome sus mensajes cuestionándome mi consumo calórico, lo ha hecho toda mi vida y sigo sin sentirme cómoda al respecto.

—¿Estás bien?— La voz de Devon hace que me sobresalte, cosa que hace que suelte una risa traviesa— Lamento asustarte

—Todo bien— Giro encarándolo y pongo una sonrisa en mi rostro— ¿Qué te ha despertado? Solo has dormido unos minutos

—No sé, solo abrí mis ojos— Podía ver la mentira en su mirada, era un sueño de esos que hacen que te despiertes de golpe y hacen que tu corazón lata desbocado. Puedo ver que es difícil, y que más quisiera hacer todo lo que está en mis manos para ahuyentar todo lo que hace que esa mirada chispeante que lo caracteriza no sea visible.

—Duerme de nuevo— Me encamino a la cama y me acuesto a su lado— Velaré tu sueño y ahuyentaré los monstruos

Me sonríe, dándome un pequeño vistazo del Devon que conozco.

—Ven aquí— Me jala en su dirección colocándome a su lado, pegada a su cuerpo.— Gracias por ayudarme hoy

—No es nada, es lo que haría tu prometida— Trato de bromear cosa que lo hace bufar— Duerme

Respira profundamente apretándome más a su cuerpo, mi cabeza está en su pecho y escucho el latido acelerado de su corazón.

—Danielle, suelo ser un hijo de perra cuando estoy ebrio

—Todo el tiempo en realidad— Ríe haciendo retumbar en su pecho— Bueno ya, que debo disfrutar que no me estás corriendo como hace un rato

Cierro los ojos tratando de dormir, al poco rato el sueño me absorbe sumiéndome en los brazos del hombre que se hace llamar mi prometido. 

-*-*-*-*-*-*-*-*-

Hola, hola ¿Cómo va todo por aquí?

Volví después de unos meses, mi ausencia era totalmente necesaria por asuntos  personales que necesitaban mi atención. Fueron unos meses largos y tortuosos, cuando creía por fin salir de este estanque de lodo, llegaba algo que me volvía a hundir y me arrastraba de nuevo al final. Sé que no están pidiéndome explicaciones, pero me siento en la necesidad de darlas  porque ustedes han estado aquí para mi por mucho tiempo y me han ayudado a alcanzar muchas cosas, así que me siento con la necesidad de explicarles esto.

Volví y me topé con la sorpresa de que llegamos a mil seguidores, en serio no tengo palabras para agradecerles por este primer logro, espero poder seguir contando con ustedes para las que sigan arriba del barco,  y las que ya no están les pido mil disculpas por dejarlas abandonadas por este tiempo a la deriva.

Muchas gracias también a las que me preguntaron si estaba bien, ahora lo estoy y agradezco su preocupación, comenzaremos a vernos de nuevo por aquí . 

Me enteré de la muerte de Zela, mi corazón aun duele por ello. Zela fue de las primeras escritoras que leí cuando comencé en Wattpad y sin duda su partida la sentí como si fuera mi amiga cercana, su muerte me hizo darme cuenta que todo puede cambiar en cuestion de segundos, horas, días, un día estamos riendo con nuestra familia y amigos y al otro ellos lloran nuestra ausencia. Cuídense mucho, protéjanse del COVID y vacúnense si tienen oportunidad.

Sin mas por decir, nos leemos en las otras historias, los amo.

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