Capítulo 21
—¿Y no puedes adelantarlo? —inquirió mientras la atraía a su cuerpo y la subía a horcajadas sobre él.
—No, voy a darte el regalo el día de tu cumpleaños —dijo y lo vio resoplar.
Yekaterina soltó una risilla divertida antes de acostarse sobre su pecho y darle un beso en la mandíbula.
—Me conformó con un día de besos —respondió él—. Un día completo contigo es más que suficiente.
—Eso solo lo decides tú —dijo ella—. Puedes quedarte conmigo ese día y te prometo que te haré feliz.
—No hay otro lugar donde quiera estar ese día —dijo mientras colaba las manos bajo su blusa y acariciaba sus senos.
Se acercó a besarla y a abrazarla, apretando su cintura.
—Estos días creo que he comido demasiado —dijo ella separándose de él—. Estoy subiendo de peso un poco. Supongo que el tiempo encerrada y no hacer nada me está haciendo daño.
—Te ves hermosa y no estás subiendo de peso, estás loca —respondió dando un beso en su nariz—. Lo que me preocupa un poco es que sigas sintiéndote mal.
—Mañana voy a pueblo, veré al doctor —respondió la mujer y lo vio apretar los labios al darse cuenta de que no podría estar con ella.
—Me avisas por favor —dijo y ella sonrió asintiendo ante la mirada de preocupación.
Por un momento él se quedó mirándola y después se acercó a darle un beso.
—Mañana no podré verte, tengo una entrevista y ya sabes —dijo y ella asintió—. En cuanto veas al médico avísame.
—Trataré de hacerlo —dijo riendo.
Duncan se levantó y la llevó a la habitación, la dejó caer en la cama y se puso en medio de sus piernas para besarla.
—Amor, no fue una petición, es una orden —dijo con una mirada severa—. En cuanto sepas lo que pasa, llámame, no importa la hora.
—Tal vez me sienta bien si me das un beso —dijo ella.
Duncan se giró con ella para colocarla encima de él y besarla. Le dio una palmada.
—Adoro que me beses —dijo Duncan—. Amo verte cada día y sueño con desnudarte siempre.
Yekaterina se levantó el vestido dejando su cuerpo al descubierto para Duncan.
—Amo desnudarme para ti —dijo sobre sus labios.
Le dio un beso y esperó a que él la acariciara despacio.
Duncan la abrazó y besó su hombro haciendo a un lado el tirante de su sostén mientras acariciaba sus senos.
Ella por su parte, sujetó su cabeza mientras dejaba que sus labios se apoderaran de sus sensibles senos y la hicieran suspirar de gozo.
Hicieron el amor en medio del frío invierno y de suspiros que hicieron a Duncan olvidarse hasta de su nombre en el momento en que se corría dentro de ella.
—Te quiero —dijo sin pensar en el momento en que su cuerpo sucumbía al orgasmo y se liberaba llenándola de su simiente.
Yekaterina se quedó callada, con el corazón paralizado mientras escuchaba a Duncan y poco después al salir de ella lo vio acostarse a su lado.
Duncan apenas podía respirar, como cada vez que tenía sexo con ella y en medio de la bruma post coital no se dio cuenta de lo que había dicho.
La rusa se giró a verlo sin saber si debía preguntar algo pero justo cuando iba a hablar el teléfono de Duncan comenzó a soñar.
Lo vio levantarse para ver quien era y frunció el ceño.
—Es mi hermano —dijo contestando mientras ella se levantaba de la cama mostrando su desnudez ante Duncan.
Cuando volvió tenía una sonrisa que se borró al verlo vistiéndose a toda prisa.
—Debo irme —dijo el rey abrochando su camisa.
—¿Está todo bien? —preguntó ella un tanto asustada.
—Lo está, preciosa —dijo en medio de un beso—. Te llamaré mañana. Avísame en cuanto estés libre.
—Lo haré —dijo envolviéndose en la sábana mientras lo acompañaba a la salida.
Era de noche, así que luego de verlo irse, se sintió más sola que nunca, no solo porque no pudo preguntarle sobre ese te quiero que le había sabido a gloria sino porque no lo vería en varios días.
Duncan por su parte arrancó el auto y avanzó lo más rápido que pudo hasta palacio.
Condujo a toda la velocidad y apenas vio las verjas abrirse, detuvo el auto al ver a Mehmet en la entrada, en espera de su llegada.
—¿Es real? —preguntó al ver a su amigo.
—Lo es —dijo Mehmet, quien lo vio cerrar los ojos.
Duncan fue tras su amigo y apenas abrió la puerta del despacho se encontró con un Andrew Downey sentado junto a ella.
La joven se puso de pie de golpe y se escondió tras Andrew.
—Tranquila, es un amigo —dijo tomando la mano de la joven—. Duncan, te presento a Dhuska, la hermana de Yekaterina.
El rey miró a la chica de arriba a abajo, evidentemente vestía como un chico y tenía el cabello tan corto que era difícil ver si era una chica pero el parecido a Yekaterina era indudable.
—Отведешь меня к моей сестре?1 —preguntó la joven mirando a Andrew.
—да —respondió Andrew.
Archie miró a la chica de arriba a abajo una y otra vez con el ceño fruncido y después a Andrew.
—Dice que sí la llevarán con su hermana —dijo de nuevo un Andrew un tanto incómodo—. Cumplí con traerla, estamos a mano después de tu ayuda.
Duncan sonrió al recordar su última aventura y lo mucho que Andrew había sufrido. Aún tenía el brazo herido pero estaba bien después de todo.
—Ella no habla otro idioma que el suyo —dijo Andrew—. Creo que necesitarás un intérprete.
—Puedo ayudar, Duncan siempre ha sido bruto para los idiomas —dijo Archie—. ¿Este chico o chica o lo que Dios haya dispuesto que sea, es familiar de la rusa?
—Es chica —dijo Winston—. Es su hermana.
—Mañana te llevaré con Yekaterina —dijo y solo entonces la joven prestó atención al escuchar el nombre de su hermana.
La vio sonreír nerviosa y de inmediato Rudolf llamó a una joven de servicio para que le acompañara a una habitación.
Fue Andrew quien le dijo lo que harían y ella sonrió y dejó que la guiaran a la planta alta mientras Archie la seguía con la vista sin poder apartarla de ella.
—Iré a dormir —dijo Andrew—. Espero que puedas ser cordial de darme la mejor cama.
—Podemos darte la mejor de nuestras chicas —bromeó Archie sacando una carcajada a Andrew.
—Gracias, cariño. Soy un hombre de compromisos —dijo divertido—. Voy a dormir que estoy cansado y se me harán bolsas en los ojos y mi mujer dice que me debo ver bello hasta cuando tenga diarrea.
Se despidió de todos y aunque las bromas de los Rockefeller siguieron mientras Andrew caminaba hacia arriba, Duncan se mantenía serio mirando un punto fijo.
Al final se despidió de sus hermanos y fue hacía su despacho donde se sentó y miró hacia la pared. Sabía lo que eso significaba.
Yekaterina había prometido irse de su vida cuando su hermana apareciera.
La opresión en el pecho y la sensación de vacío en su pecho se hicieron presente a la vez de solo imaginar que no la vería más.
Sus hermanos entraron junto a Mehmet quien dejó la carpeta frente a él.
—El informe de Andrew sobre la chica —dijo Mehmet—. Léelo con calma. Puedo llevarla con Yekaterina.
—Ella se irá —dijo como única respuesta.
Un suspiro colectivo se escuchó al oír el tono derrotado de su amigo.
—Ese fue el trato —dijo Winston.
—Pero alguien tiene problemas en dejarla ir —dijo Rudolf.
—Eres casado —dijo Archie.
Las miradas se fueron hacia él quien evidentemente era el que menos corrección y moral tenía.
—¿Qué? Yo solo lo recordaba, tampoco es que me importe si sigue casado o toma a su amante como nueva esposa —dijo Archie con un encogimiento de hombros.
—Si dejo a Sabrina pierdo el trono, ustedes lo pierden todo —dijo Duncan.
Miró a sus hermanos que se miraron entre sí antes de que Archie hablara.
—Perder mi título de príncipe es lo que he estado esperando toda la vida —dijo entusiasmado—. ¿Por qué demonios seguimos aquí?
Mehmet sonrió sabiendo las respuestas que venían.
—Puedo vivir siendo un plebeyo —dijo Winston.
—Puedo hacerlo sin una corona —dijo Rudolf.
Duncan miró a cada uno de sus hermanos y después miró a Mehmet.
—A mí no me mires, yo ni he reclamado mi título —dijo Mehmet.
—Gracias —dijo y los cuatro restantes sonrieron.
—Esto debiste preguntarlo al día siguiente de la boda —dijo Archie—. Me molesta la gente tímida.
—Mañana hablaré con el consejo —dijo emocionado—. Hablaré con él abogado. Tendrían que aprobarlo, pero...
—Bien dicho —interrumpió Archie—. Mañana ve con tu rusa y dile que quieres muchas crías con ella.
Duncan sonrió divertido.
Después de que Archie destapara una botella para celebrar su libertad y bebieran largo rato, cada uno fue a su habitación.
Duncan llevaba meses durmiendo solo, así que apenas llegó a su habitación sonrió emocionado de por fin poder vivir la vida que siempre quiso vivir y quizás si hablaba con Yekaterina ella no se fuera, tal vez si le decía que quería estar con ella decidiera no irse.
El miedo le invadió ante la posibilidad de que ella no se quedara, la sola idea de tener que dejarla ir le hacía doler; no obstante no quiso pensar en eso.
Se dio una ducha y se recostó en la cama pensando en cómo decirle a Yekaterina las cosas. Trató de dormir pero no pudo hacerlo; vio el amanecer llegar y aunque cansado, estaba animado, tanto que canceló la conferencia que tenía esa tarde y estaba dispuesto a ir a casa Silver para hablar con ella y llevarle a su hermana.
Se arregló en tiempo récord y a pesar de no haber dormido, bajo animado las escaleras donde se detuvo a mitad del pasillo al ver a Yekaterina en medio del vestíbulo junto a Mehmet.
—¿Qué pasa? —preguntó alarmado al ver el rostro de la chica visiblemente descompuesto y temeroso.
Mehmet se alejó dejándolos solos.
Ella le miró temblorosa antes de decirle que tenía que hablar con él.
Duncan se acercó de inmediato, al mismo tiempo, ella abrió la boca y la cerró varias veces antes de hablar.
—Tengo algo que decir —dijo con los ojos llorosos frente al rey antes de hacer una pausa y mirar a Duncan que observaba su rostro con atención—. Estoy embarazada.
El rostro de Duncan se descompuso ante la declaración y simplemente se acercó a ella para tomarla del brazo y mirarla sin saber qué decir o cómo tomarse la noticia, después de todo aquello significaba por fin un heredero.
La presión que ejerció hizo que ella se asustara creyendo que la reacción de Duncan sería la rabia.
—¿Qué dices? —preguntó relajándose al ver que le hacía daño—. Lo siento.
—Fui al médico. —Sollozó—. Te juro que no lo hice a propósito. Yo... yo no quería... Dios, yo solo...
Se sorprendió al verse abrazada de golpe por el rey quien no salía del shock pero lo único que podía mantener en su cabeza era el anuncio de un hijo suyo.
—¿Estás segura? —preguntó cuando logró responerse.
Ella le entregó el sobre con los resultados, donde un claro "positivo" resaltaba en la hoja.
Se vio alzada por Duncan quien simplemente la giró dejando sorprendida a Yekaterina que aún no sabía qué significaba eso, incluso no sabía si eso significaba que él se quedaría a su hijo.
—Vas a darme un hijo —dijo con las emociones rebasándolo—. Vamos a ser papás. ¡Carajo, vamos a ser padres!
La besó en medio del palacio olvidando que su esposa aún vivía ahí y que de lejos y con ojos llorosos miraba la escena.
Sabrina se dio la vuelta y huyó sin ser vista mientras la pareja seguía envuelta en la bruma de la noticia.
Archie llegó junto a sus hermanos y un Mehmet que frunció el ceño al verlos.
—¡Voy a ser papá! —gritó Duncan dejando a sus hermanos ojipláticos—. ¡Voy a tener un hijo!
Después de que los hermanos salieron de su estupor vinieron los abrazos y enhorabuena incluso la bienvenida a Yekaterina como la mujer de Duncan.
Pronto vinieron las bromas y la felicidad que todos rezumaban al ver al rey a punto de sufrir algo de la emoción.
Duncan se acercó a ella y la besó en presencia de todos quienes sonrieron y se alejaron para dejarlos solos, pues parecía que Duncan no dejaría de saltar y estar feliz en largo rato.
—La sorpresa está afuera —dijo Mehmet antes de alejarse al ver a Kathleen afuera.
—Necesito hablar contigo —dijo Duncan—. Te tengo una sorpresa y hay mucho que quiero decirte, pero justo ahora no puedo ordenar mis ideas.
—¿Vas a quitarme al bebé? —Se atrevió a preguntar una asustada Yekaterina.
—¿Qué? —preguntó—. ¡Joder, no! Yo... los quiero a ambos conmigo.
—Estás casado —dijo con los ojos llorosos—. Yo no sé si pueda seguir soportando esto.
—¿Te quieres ir? —preguntó asustado.
—En algún momento lo haré y lo sabes.
—¿Podemos hablar esto luego? —preguntó él sin saber cómo empezar—. Ahora tengo una sorpresa para ti pero hay mucho que quiero decirte, te quiero junto a mi hijo, los quiero conmigo siempre. No puedo aclarar mis pensamientos ahora, solo quiero que sepas que no voy a dejar que te vayas de mi vida así nada más. Ahora no puedo hablar porque quiero que veas a alguien, más tarde hablamos esto, ¿si?. Ahora ven —dijo dando un corto beso.
La tomó de la mano y la guió afuera donde encontró en la entrada a Mehmet, parado mirando al frente.
Yekaterina levantó la vista para encontrar a su hermana junto a Archie que decía algo y parecía molesto mientras la joven fruncía el ceño.
La chica se giró a ver a Yekaterina, lanzó un grito y corrió hacia su hermana, mientras la rubia se giraba a Duncan con ojos llorosos y la boca abierta sin poder creerlo. Sin saber qué hacer y rebasada por las emociones se soltó del rey para correr al encuentro de su hermana.
Yekaterina se paró a unos pasos de la joven quien la miró con una sonrisa y cuando la rubia iba a acercarse a su hermana menor, un disparo dio de lleno en su pecho provocando el grito de Duncan que intentó correr hacia ella pero Mehmet lo tacleó protegiendo su cuerpo, al mismo tiempo el estallido de seguridad se desplegaba para proteger a los príncipes. Fue Archie quien alcanzó a disparar a la hermana de Yekaterina en la cabeza antes de verse envuelto en una masa de hombres protegiéndolo mientras veían el cuerpo de Dhuska caer al suelo después de matar a su hermana, quien yacía en el suelo, inerte...
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1.- Отведешь меня к моей сестре (Me llevará con mi hermana?)
2.- да (Sí)
traducciones según Google. Vaya a saber si es cierto. Finjan que entendieron.
¿Creen que dejamos al rey viudo? 🌚😪😟😢
Chicas (os) me han preguntado mucho si esta historia la tengo en otro lugar, la respuesta es sí. Si quieren leer la historia más adelantada, la pueden encontrar en Booknet (El enlace está en mi perfil). Está completamente gratis y a punto de terminar en la otra plataforma, así que pueden pasarse por allá que estamos a nada de finalizarla y les prometo que no se van a arrepentir.
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