𝟚𝟙.

13 de agosto / 1967

Kim Taehyung. Mi amado Kim Taehyung, falleció el 30 de diciembre de 1944. Él mismo día que vino al mundo, como una estrella fugaz.

Sigo sin olvidar sus últimas palabras; "Te amo, Jimin. Gracias por ser mi hogar". Apoyó la cabeza en mi hombro y me lo susurró, como un secreto. Uno que compartimos.

Se acostó a mi lado esa noche, sosteniendo mi mano y me miró en silencio.

Luego se fue.

El doctor Jeon dijo algo sobre un ataque al corazón. Que su cerebro se apagó antes que sus pulmones y murió tranquilo. Igual que su madre.

Hice el largo viaje junto a él de regreso a Kisang Dong. Un soldado japones nos detuvo en el camino y preguntó por mí. Le dije que estaba yendo a enterrar a mi hermano. Creo que vio la miseria en mis ojos porque me palmeó el hombro y dejó que siguiese.

Hanni me mandó una carta cuando terminó la primavera. Se había vuelto a casar y tenía dos hijas. Viajó desde Tailandia para dejarme llorar en su regazo y me escuchó con paciencia. Dijo "Lo siento, Jimin, por quitarte el tiempo con él". No me gritó, ni me recriminó, tampoco me rechazó. Lo nuestro no funcionó, porque siempre sentimos algo que no concordaba.

Me besó la frente y me sentí como ese niño de 8 años que había perdido a su madre.

La guerra me impidió seguir permaneciendo en corea. Me escondieron en un barco de refugiados con dirección a Inglaterra y he vivido aquí desde entonces.

No volví a llorar por Taehyung, porque el cielo lo hacía por mí.

Y bebí de su insípido té el resto de mi vida.

Anoche lo vi en mis sueños, con su piel oliva iluminada por el sol.

Aún conservo sus cartas, las de ambos, me ayudan a dormir cuando la cama se ve tan lejana. Cada día me siento más ausente. Me tiemblan las piernas y solo quiero descansar. La cabeza me martillea y olvido los días del calendario.

Y luego pienso en mi hogar. Mi hogar.

Estoy llorando, lo debo confesar... porque siento que será la ultima vez que lo haga.



Taehyungie, cariño.

Nunca me desagradaste y tampoco eras el monstruo que tu madre pensaba que eras.

Cuando leí tus cartas, se me atascó el aire y solo pensé en lo mucho que habías sufrido en silencio. Y lo seguiste haciendo incluso años después.

Cuando te volví a ver, en la playa, con el cabello castaño atado en una cola como los americanos... volví a tener 22 años, sentado a tu lado bajo ese viejo roble.

Desearía que me hubieses tomado la mano.

No te habría apartado.

También fuiste mi hogar, Taehyung. Uno grande, lindo y amoroso, más agradable que aquellos de pechos redondos y brazos delgados.

Pero ahora soy nómada y solo espero volver a estar contigo.

Gracias por amar a alguien como yo.



La persona que te amará en cada vida.

Tu hogar.

Kim Jimin.





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