⎯⎯ ¡Jax! ¡¿Qué hiciste esta vez?!

⎯⎯ Solo te dejé un pequeño presente en tu habitación. ⎯⎯ La cara de la pelirroja adquirió una mueca de disgusto, totalmente opuesta a la enorme sonrisa del chico ⎯⎯. Tómalo como una sincera muestra de mi afecto. Espero que te guste, muñeca ⎯⎯ Agregó en tono sarcástico, y se permitió deleitarse por unos segundos admirando el rostro enojado de Ragatha.

⎯⎯ Te aseguro que no será así. ¿Por qué siempre te empeñas en arruinarme el día?

⎯⎯ Oye, no pienses que soy un tipo sin sentimientos. Aunque nos odiemos, en el fondo siento aprecio por ti... Más o menos. Así que espero que no desprecies mi dulce obsequio ⎯⎯ Suplicó en tono dulce y burlesco.

Ragatha refunfuñó y le apuntó con el dedo en tono amenazador ⎯⎯ Si te atreviste a poner un ciempiés bajo mi almohada otra vez...

⎯⎯ Preocúpate, podría ser algo como eso ⎯⎯ Dijo en tono divertido. Ella lo fulminó con la mirada y se alejó de la sala principal.

Caminó por un buen rato, mientras dudaba si entrar o no a su habitación. Era más que seguro que ese idiota había escondido no uno, sino mil ciempiés por toda su recámara. Casi podía visualizar a los pequeños insectos arrastrándose por cada rincón del cuarto.

Tembló de solo pensarlo, pero luego vino a su mente esta cuestión: tarde o temprano tendría que entrar en su alcoba, sería mejor que afrontara sus miedos de una vez y acabara con todo eso. No debía dejarse vencer por las bromas pesadas de Jax.

Con esto en mente, se encaminó, decidida, hacia su habitación. Al estar frente a la puerta se sacudió el vestido, inhaló hondo, tomó la perilla y comenzó a girarla lentamente...

⎯⎯ ¡Olvídalo! No puedo hacer esto ⎯⎯ Exclamó. La sola idea de encontrarse con esos insectos le causaba escalofríos ⎯⎯. Tendré que llamar a Pomni.

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⎯⎯ Entonces ¿solo quieres que inspeccione allá adentro? ⎯⎯ La chica bufón señaló hacia la puerta y Ragatha asintió, un poco avergonzada.

⎯⎯ Sí... Lo que pasa es que a veces llegan ciertas "visitas inesperadas" a mi habitación.

⎯⎯ O sea...

⎯⎯ ¡Insectos! Debo aclarar.

Pomni arrugó el entrecejo ⎯⎯ Ya veo.

⎯⎯ Lo único que quiero es saber si hay insectos dentro de mi cuarto. Lo haría yo misma, pero debo admitir que me da mucho miedo. Lamento tener que causarte molestias...

Ragatha agachó la cabeza, sentía que debía ser la más cuerda del grupo, pero situaciones como esta lograban exponer su vulnerabilidad. Pomni sonrió comprensiva y puso una mano sobre su brazo.

⎯⎯ No te preocupes ⎯⎯ Afirmó. La pelirroja compartió su sonrisa y se posicionó tras la chica. Pomni suspiró por lo bajo y, sin titubear, abrió la puerta.

Ragatha cerró instintivamente los ojos, pero los abrió al no escuchar palabra alguna de parte de su compañera.

No había ciempiés.

Pomni inspeccionó el lugar, y pudo comprobarlo. No había rastro de animal alguno dentro de la pieza de Ragatha. Al parecer, todo estaba en orden.

⎯⎯ No veo nada aquí...

⎯⎯ Podrían estar en cualquier lado ⎯⎯ Afirmó ella, un poco paranoica ⎯⎯. Bajo la cama, en las paredes, o... ¡bajo la almohada! Sí, ¿Podrías revisar bajo la almohada, por favor? ⎯⎯ Le suplicó en tono nervioso. Pomni se extrañó un poco, pero accedió a su petición. Se aproximó hacia la cama, Ragatha se llevó las manos a los ojos mientras Pomni tomaba la acolchada pieza entre sus manos... ¡hasta que por fin la levantó!

⎯⎯ ¡Ah! ⎯⎯ Pomni soltó un pequeño grito debido a los nervios. Se relajó al ver que no había un ciempiés, como esperaba, pero el objeto que se hallaba bajo la almohada le hizo arrugar el entrecejo en señal de confusión ⎯⎯ ¿Qué es esto?

Ragatha, quien seguía con los ojos tapados, bajó los brazos y su cara adquirió la misma expresión de extrañeza ante lo que vio.

Era un moño, muy parecido al que la joven usaba. Pero la diferencia radicaba en el color: Un tono púrpura, característico en alguien que lamentosamente tenía la desdicha de conocer.

Jax... ¿Por qué le había dejado algo así? ¿Qué clase de truco era aquel?

Pomni tomó el objeto y lo revisó cuidadosamente, pero no halló desperfecto alguno. Descartó la idea de que aquel era un truco de Jax cuando vio bajo el moño un trozo de papel con unas cuantas líneas escritas.

"Le hacía falta un tono más divertido a tu ropa tan deprimente. Úsalo, te verás aún mejor."

Ragatha se quedó expectante mirando aquella nota. Sin firma, pero de letra perfectamente reconocible. Leía las líneas, pero era incapaz de procesar lo que contenían. Por igual le resultaba increíble la reacción de su cuerpo: sus pómulos se coloraron y el ritmo de su corazón incrementó.

⎯⎯ Eh, ¿esto significa algo o...? ⎯⎯ Murmuró Pomni. La pelirroja la miró, y ocultó un mechón de cabello tras su oreja.

⎯⎯ No lo sé ⎯⎯ Titubeó, aunque en el fondo estaba consciente de lo que aquel regalo podría significar. Soltó un suspiro, para después tomar el moño ⎯⎯. Pero creo que esta vez no es algo peligroso.

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Por primera vez durante la cena, Jax no ponía atención a la comida sobre su plato. Observó diligente la entrada hacia el comedor, aunque con su debida discreción. Lo que menos quería era que alguno de esos idiotas le hiciera preguntas. Porque no les daría respuesta, mucho menos confesaría que era a Ragatha a quien tanto esperaba.

Minutos después llegó ella, tan radiantemente insoportable como siempre. Se disculpó por la tardanza, con la excusa de que se había arreglado un poco. Nadie pareció notar nada diferente, a excepción de Pomni y Jax que fijaron la vista en el accesorio que traía en el cabello.

El moño... lo llevaba puesto.

El bromista del grupo esbozó una sonrisa ladina. Había acertado en su elección: Ragatha se veía mucho mejor con ese color. Y cuando la chica tomó asiento unos lugares alejada de él, alzó la cabeza para mirarlo.

No dijeron nada, ella simplemente le sonrió. Jax sintió que algo se revolvía en su interior, pero era una agradable sensación, lo que le hizo sonreír también, aunque de manera tierna y sincera.

Jax, al parecer, también era capaz de dar sorpresas agradables. Aunque esas estaban reservadas para Ragatha.