Extra 1. Tal Como Me Gustan

hoooooli crayoli (?) les he venido a traer los extras que les comentaba la última vez. Hoy serán dos extras, y en esta semana subiré los otros dos, espero los disfruten owo

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Extra 1. Tal como me gustan

- se lo suplico- repetía por enésima vez Ace mientras se arrodillaba frente al escritorio del alcaide, inclinándose tanto que su frente quedó pegada al piso, sin importarle lo humillante que era mostrarse tan débil- por favor, déjeme ir con Luffy

- tal vez fue divertido verte suplicando la primera vez, Ace-chan, pero ahora comienzas a fastidiarme- el rubio le miraba desde atrás del escritorio mientras soltaba un bostezo al aire- no importa cuántas veces lo digas, no voy a cambiar de opinión. Vas a quedarte en Impel Down hasta que mueras

- ¡Por favor!- repitió desesperado. Los meses pasaban y Luffy estaba cada vez más cerca de alejarse de su lado por siempre- por favor... ya ha sido suficiente...

- ¿suficiente? No me hagas reír pequeño, para los criminales nunca será suficiente... oh, pero tú no eres un criminal, ¿cierto proyecto H.I.K.E.N?

- ¿cómo sabe eso?- el pecoso levantó su mirada para encarar al otro hombre

- te sorprenderías si supieras todo lo que sé, pero desgraciadamente no puedo revelarte mis fuentes- Doflamingo se levantó de su lugar y rodeó el escritorio para arrodillarse junto al pelinegro- pero eso no tiene importancia, lo único que cuenta para mí es que te quedes en Impel Down

- no entiendo para qué me quiere dentro de una prisión, yo no le soy de utilidad

- tal vez. Pero el hecho de que los gobiernos se peleen para tenerte me hace quererte de mi lado

- haré lo que quiera alcaide, pero por favor, deje que me quede con Luffy

- ¿lo que yo quiera?- sus ojos parecieron iluminarse de alegría- tras escuchar aquello. El rubio le examinó atento con la mirada mientras se relamía los labios con deseo- fufufu~ quizá deba considerar tu propuesta, Ace-chan~ -acarició su mentón con la yema de un par de sus dedos y le hizo levantar el rostro hacia él- después de todo, eres tal como me gustan- cabello negro, piel tostada, músculos firmes y apetecibles... oh sí, sin duda era justo su tipo...

- tsk- el pecoso chasqueó su lengua y ladeó la cabeza, apartando su mirada del mayor

- ¿qué pasa Ace-chan? ¿no quieres estar con tu amado hermano? Si eres un buen chico, quizá reconsidere mi propuesta- al sentirse más resignado ante la idea, volvió a levantar su rostro y se acercó lentamente a él, buscando sus labios

- ¡Doflamingo!- se escuchó un ensordecedor grito antes de que la puerta de la oficina del alcaide cayera estrepitosamente. Detrás de ella, un enfurecido Crocodile le miraba con los ojos en llamas mientras los guardias trataban de detenerle

- Croco-chan, qué sorpresa~ -el rubio se levantó con una enorme sonrisa

- sorpresa y una mierda, ¿qué hacías con Portgas?

- fufufu~ tus celos no dejan de sorprenderme, pero no es justo que me interrumpas siempre que intento divertirme un poco- le hizo una señal silenciosa al pecoso para que se marchara, a lo que Ace respondió de inmediato- ya hablaremos luego Ace-chan- le murmuró antes de que el pelinegro prácticamente huyera del sitio, seguido de los guardias. Tanto el rubio como su acompañante permanecieron en silencio, contemplándose, hasta que finalmente uno de ellos se animó a hablar- y bien Croco-chan, ¿en qué puedo ayudarte?

- me ayudaría mucho que dejaras de flirtear con todo lo que cruza la puerta- respondió directo

- oh, entonces sí eran celos~

- no te hagas ilusiones flamenco. Es sólo que me enferma verte entre las piernas de todo Impel Down

- fufufu~ me sigue sonando a celos~ Además, soy muy selectivo en cuanto a "piernas" se refiere. En lo particular, disfruto más estar entre las tuyas, pero a veces tengo que poner mis negocios como prioridad

- ¿negocios? ¡Ja! ¿y desde cuándo tirarte a alguien es un negocio?

- desde que tú llegaste...

— Doflamingo Flash Back—

De haber sabido que el trabajo de alcaide de una prisión era tan aburrido, jamás habría aceptado el puesto. En el par de años que llevaba en Impel Down, Doflamingo no hacía más que leer y firmar papeles y deambular por la prisión, asegurándose de mantener todo "en orden". De vez en vez tenía algo de diversión cuando algún iluso intentaba pasarse de listo, pero últimamente el lugar se encontraba mortalmente tranquilo, incluso entre los grupos más violentos nada pasaba. Terminaba uno de sus tantos papeleos cuando alguien llamó a la puerta, y sin pensarlo mucho, le dejó pasar

- alcaide, uno de los presos pide verle- le avisó uno de tantos guardias que tenía a su cargo

- ¿quién es?- se apresuró a preguntar el rubio un tanto curioso

- es Crocodile, el preso que entró hace un par de días por tráfico de drogas y armas

- oh...- el rubio levantó una ceja y se lo pensó un momento; su visitante no era uno cualquiera, era uno de los criminales más influyentes en el bajo mundo, o al menos eso había escuchado- está bien, deja que pase- tras el asentimiento del guardia, éste se retiró, y en unos cuantos minutos regresó con el imponente preso esposado de las muñecas tras la espalda- déjanos solos, si pasa algo les llamaré- el guardia hizo un saludo marcial a sus superior antes de retirarse- y bien Croco-chan, ¿ qué debo tan honorable visita?

- en primer lugar, no me llames "Croco-chan"- refutó el otro con evidente molestia- y en segundo, no vengo a pedirte algo, quiero saber qué es lo que puedo hacer por ti

- ¿ah?- el alcaide le miró intrigado

- en términos simples, quiero hacer un trato contigo. Déjame manejar mis negocios desde aquí y yo te conseguiré todo lo que me pidas

- parece que una prisión no es suficiente para detenerte, ¿cierto? Pensé que te habrías rendido ya...

- no veo por qué tenga que hacerlo, este lugar es el paraíso. Tengo clientes cautivos capaces de matar por un simple cigarrillo; puedo controlar mis negocios de allá afuera y la policía no puede hacer nada al respecto, ¿qué más podría pedir?

- vaya, lo tienes todo Croco-chan, no creo que necesites de mí

- te repito que soy Crocodile; y si quiero este trato contigo es porque lo necesito. Alguien debe cubrir un poco mis huellas, no puedo seguir en el negocio si no tengo la cabeza sobre los hombros, ¿sabes?

- ¿entonces lo que quieres es protección para que no te ejecuten?

- vaya, lograste entenderlo al fin

- lo que no entiendo es qué gano yo con todo esto

- ya te lo dije, lo que tú quieras

- ¿lo que yo quiera?- esas tres palabras hicieron que sus labios se curvaran en una retorcida sonrisa. Se puso de pie y, acomodándose un poco la ropa, le miró de pies a cabeza; además de su exquisita apariencia, había algo en ese hombre que le atraía- fufufu~ ¿en verdad estás dispuesto a darme lo que deseo?

- no me ofendas, pese a ser un criminal nunca falto a mi palabra, ¿qué quieres?

- A ti...

— End Flash Back—

- tks, me largo...- protestó Crocodile desviando la mirada, por alguna razón, las palabras del rubio le habían dolido

- claro que, en tu caso, dejó de ser negocio hace tiempo- se acercó al pelinegro, y con una sutil caricia en su rostro, unió sus labios en un inocente beso- yo no me meto en tus negocios, no te metas en los míos Croco-chan...- le murmuró al oído- no importa con quién termine en la cama, al que amo es a ti...

- entonces deja de hacerlo- alejó al otro con un empujón y le dio la espalda- no voy a responderte hasta que dejes de follarte a todo lo que se mueva- y sin decir nada más salió de ahí

- qué malo eres Croco-chan...- el alcaide caminó hasta su ventanal para ver al hombre que recién se había marchado caminar por la prisión- supongo que... por ti, estoy dispuesto a hacer ese pequeño sacrificio...


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