Panti-monium
Y otro one de los Louds.
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Corría como nunca lo había hecho en su vida. Su pecho golpeteaba en un corazón desbocado mientras respiraba con dificultad. Torció a la izquierda, trastabilló un poco, pero se recuperó y siguió corriendo.
De vez en cuando volteaba a ver si alguien lo seguía, pero la verdad es que nadie venía tras de él. Nadie mas que el susto, y quizá, la culpa.
Se escondió detrás de un contenedor de basura y de entre sus ropas comenzó a buscar su inseparable inhalador. En su desesperación el artefacto cayó de sus manos y el, atacado de nervios, se lanzó a recogerlo.
Su respiración agitada comenzaba a doler.
Tomó el inhalador y lo sorbió dos veces con fuerza. Respiro profundo y de nueva cuenta comenzó a correr. Debía llegar a casa.
Lejos de allí, una de dos rubias buscaba algo, desesperadamente.
Clyde no se detuvo hasta llegar a su casa. Entró y cerró la puerta tras de él llevándose una mano al pecho. Se dejó caer sentado en el suelo.
Había sido un día de locos, de entrada, la maestra les había dado la mitad del día libre debido a que se intoxicó con una fruta exótica. Lincoln insistió en que fueran a su casa a donde jugarían videojuegos. Y eso fue lo que, en efecto, pasó. Habían estado jugando aquel viejo juego de peleas sin contratiempos ni problemas.
Hasta que ella llegó.
Ella llegó con sus palos de golf, su blanca visera y su cabello agarrado. Una blusa celeste, tenis blancos, pero, por sobre todo, esa falda blanca que le llegaba a media rodilla dejando ver su hermosa piel.
-Hola Lincoln, hola Clyde.-
-Hola Lori.- Respondió el peliblanco, sin embargo el chico moreno simplemente estaba en shock.
Lori lo vio con algo de fastidio y comenzó a contar:
-3...2...1...- Apenas llegó al uno, el chico se fue de espaldas quedando totalmente desmayado.
-Bien, cuando se despierte le dices que le mando saludos.- Dijo Lori y apresuró a subir las escaleras. Fue entonces cuando Clyde entre abrió los ojos y vio algo que lo cambiaría.
Desde donde estaba alcanzó a ver como Lori subía y pudo ver, casi como en cámara lenta, el contoneo de caderas que, a cada escalón, dejaba ver cada vez un poco más, hasta que por fin, en el último escalón, la falda blanca se levantó lo suficiente y él pudo percibir claramente una ajustadas pantys rosadas que enmarcaban el trasero de Lori. El pecho le dolía, la boca se le secó, y supo que deseaba con todas sus fuerzas, algo, no sabía que. Y las pantys rosas se perdieron al dar la vuelta a su cuarto.
La respiración de Clyde aun estaba agitada. Ya en la seguridad de su casa, aun sentía la adrenalina correr por su cuerpo.
-¿Cómo me atreví?- Y llevó su mano a su bolsillo derecho, donde hurgó hasta encontrar algo. Lo fue sacando lentamente hasta que aquel extraño objeto estuvo totalmente libre. Lo extendió frente a sí.
-La...panti de Lo...Lo...Lori...-
Y es que el chico, una vez se recuperó del impacto de ver a Lori con ayuda de su inseparable amigo, pidió ir al baño para limpiarse la cara y algo de la ropa de las manchas de sangre.
-Creí que ya habías superado esto, Clyde.- Dijo Lincoln ayudándolo a pararse.
-Y si Lincoln, ya es más fácil, pero pues, me agarró por sorpresa. Oye, ¿Me permites ir a tu baño para lavarme?-
-Claro, ten cuidado en las escaleras, luego Lana deja todo tipo de cosas.-
-Si, tendré cuidado. -
Cuando Clyde entró al baño de la familia Loud, se dirigió de inmediato al lavabo, donde se lavó la cara con agua y jabón, para luego quitarse una mancha de la camiseta. Trataba de no pensar en lo que acababa de ver por miedo a mancharse de nuevo.
-Tiene tan bonito su...su...tra-tra-trasero...- Dijo casi como un estornudo. Fue entonces que descubrió algo en un bote de ropa que se encontraba al lado del lavabo. Y lo que vio allí definitivamente le trastornó el cerebro.
Semi enrollado de los lados, ya hacía una pequeña prenda color rosa que no había llegado a caer al bote de la ropa. Clayde no tuvo dudas...era la que acababa de ver hacia unos momentos...en Lori...
Su corazón dio dos latidos tan fuertes que lo sacudieron. Abrió los ojos tanto que le dolieron. Su respiración se hizo plomiza.
Miró a la puerta como imaginando que alguien entraría en cualquier momento. El agua del grifo seguía cayendo sin parar en el lavabo.
Cerró la llave con determinación. Tomó la prenda, la metió en su bolsillo y salió del baño corriendo.
Bajó las escaleras con prisa.
-Clyde, ¿Por que corres? ¿A dónde vas?-
-Me salió algo de ultimo momento, Lincoln, te veo después ¿Si?.- Y sin decir más cruzó el porche huyendo como el más grande delincuente del mundo.
Y allí estaba, sentado en su cama mientras observaba los pliegues de la pequeña prenda. Sonrió levemente. Con ambas manos las estiro y tocó. Estaban tibias.
-Leni, no viste, ¿En serio donde quedo mi panty rosa? La cabo de dejar en el baño.-
-Para nada, Lori, el único que ha entrado al baño fue Clyde.-
Y la rubia sintió un escalofrió por toda la espalda.
-¿Clyde?-
El chico fue acercando la tela a su rostro, se sentía extraño, como haciendo algo terriblemente prohibido, pero a la vez, imposible de parar. Fue entonces que aspiro levemente y todos sus sentidos se electrizaron.
El aroma de Lori fue tan hipnotizante para él, que no pudo evitar inhalar con mayor fuerza, como si se tratara de su inhalador para el asma.
Ensimismado estaba en su tarea fetichista, que apenas si notó que un mensaje llegaba a su celular.
Respiro dos veces mas sobre la tela antes de volver a la realidad. Tenia una idea de que podría tratarse. Seguramente era Lincoln preguntándole por que se había ido de súbito.
Tomó su celular y lo abrió para encontrarse que el mensaje era nada menos que, de Lori.
Clyde palideció.
El mensaje decía: "Devuelve la panti, y nadie saldrá herido"
¡Lori lo sabía! ¡Lori, ya lo sabía! Y Clyde se comenzó a hiperventilar.
Sonó un nuevo mensaje, luego claramente el timbre de la puerta.
Los nervios del chico explotaron.
Abrió su celular solo para aclarar sus sospechas-
"Abre la puerta, cobarde. Estoy fuera de tu casa."
Entonces Clyde, al darse cuenta de que todo estaba perdido por una mala decisión en un momento de calentura, tomó la prenda derrotado, la guardo en su bolsillo y totalmente cabizbajo se dirigió a abrir la puerta. Como aquel que camina lentamente, rumbo al cadalso.
-Lo eche a perder todo. - Se decía.
Se paró enfrente de la puerta, respiró profundo, tomó el picaporte y con una parsimoniosa lentitud la abrió. Detrás, no había nadie más que aquella chica que lo enloquecía. Pero esta vez, acicateado por su error, no hubo reacción alguna.
-Lori, yo...-
La rubia solo extendió la mano.
Clyde se reviso el bolsillo derecho y de allí con lentitud saco la prenda de la discordia, para ponerla en las manos de Lori.
-Y dime pequeño pervertido, ¿Te divertiste?-
El chico bajó aún más la cabeza. Lori quiso azuzarlo más, pero con sorpresa vio que el chico se veía bastante afectado.
Se acercó a él.
-¿Por qué lo hiciste?- preguntó esta vez mas suavemente.
-Yo...yo...no sé, es solo que la vi y...simplemente... lo hice. -
-Además ¿Como sabías que eran mías? Podían ser de Leni o Luna.-
-Nunca confundiría tu ropa con la de alguien más, además, yo sabía que eran tuyas porque, je, je, yo...te las vi cuando subiste las escaleras. -
-Así que me viste las pantis, mañoso, ¿No que estabas desmayado?-
-Y lo estaba, pero entreabrí los ojos. Créeme si te digo que no fue intencional. Lori, de verdad lo siento, yo, me porté como un imbécil. -
-Eso es verdad, ¿Cómo se te ocurre? No lo creí de ti, Clyde.-
-Yo...lo siento...-
-No, en serio, no lo creí de ti, es decir: te atreviste a llevarte una de mis Pantis, ja, ja. Si que fuiste osado, picarón. - Y le dio un coscorrón.
-¡Ouch!-
-Eso te mereces y más por andar de atrevido. Júrame que no volverás a tomar mi ropa interior. –
-Te lo juro, Lori. En realidad, yo no quiero tu ropa interior. -
-¿Ah, no?- Dijo la rubia poco convencida.
-A si, es. Yo te quiero a ti. -
Y la rubia se río nerviosamente bastante apenada por el súbito comentario.
-Tonto.- Le dijo, para luego darle un rápido beso en los labios. – Eso es por hacerme sonrojar. Que no se te suba a la cabeza.- Lori le revolvió un poco el cabello, y se retiró dejando a un chico más que enamorado.
Sin embargo, justo cuando estaba cruazndo la puerta, Lori se detuvo.
-Por cierto ¿Qué es lo que estuviste haciendo con mi ropa interior? – Y a Clyde se le congelo el mundo.
-Yo...yo...- Lori se dio la vuelta caminó y lo miró muy cerca.
-¿Y bien?-
-Yo...yo solo...solo...-
-¿Solo qué?-
-Solo...solo...-
-No te las habrás puesto. -
-¡No! Yo solo las olí...-
Ante tal respuesta, Lori solo se le quedó viendo al chico, consternada.
-Eres todo un caso...- Ya bastante descolocada por la respuesta, no razonó bien cuando preguntó.
-¿Y por lo menos te gusto?-
-Mucho...- Dijo él como un suspiro. Lori no supo que decir y simplemente se retiró. Pero apenas cero la puerta tras de sí, no pudo evitar sonrojarse fuertemente y sonreír.
-Que tontería. – Pensó quitándose ideas de la cabeza.
Por otro lado el chico suspiraba feliz. La había librado, había recibido un beso y conocido cierta intimidad de la chica que adoraba. Que más podía pedir para un viernes.
Desde la cocina, Howard y Harold observaban a detalle.
-Te dije que iba a ser heterosexual.-
-Pues con eso de que intercambia trusas con su amigo yo ya no sabía. –
-¿Le vamos a regañar por haberle robado la ropa a Lori?-
-Por ahora lo dejaremos pasar, se ve muy feliz. - Y ambos observaron al chico que pegaba de brincos de alegría.
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Algo nomas para pasar el día. Saludos gente bonita.
Gendou Uribe.
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