La Chica del Parque 4

Esta historia es una curiosidad para mi, en todo sentido. No sé como hemos llegado aquí.

Esto es:

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La Chica del Parque

- Buenas Intenciones -

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-¡¿Se puede saber qué diablos estás haciendo, Lynn Loud?!- Gritó Stella azotando a la chica contra una de las pared de aquellas duchas deportivas; la tenía apresada por los hombros.

-¡Te importa poco lo que yo haga, al final lo echaste todo a perder! ¡No tienes idea de lo que he trabajado! ¡Lo que me ha costado llegar a esto!- Respondió la castaña a la vez que se quitaba los brazos de Stella violentamente y le daba un poderoso empujón.

-¡Besaste a tu hermano, pervertida!

-¡Fue solo un maldito beso de pico de despedida, metiche de mierda! ¡No es como si nunca en la vida le hubiese dado uno!

-¡Él cree que tú eres su novia, loca!

-¡Tuve que hacerlo, era por su bien, ya que gracias a zorras como tú, mi hermano cree que algo anda mal en él!

-¡¿Ahora es mi culpa, pedazo de enferma?! ¡¿Mi culpa?!

-¡Tú y de todas las que no ven lo maravilloso que es!

-¡¿Y por eso te lo quieres quedar para ti?! ¡oh! Si, tiene mucho sentido.

-¡No te atrevas a insinuar eso!... ¡Celosa! ¡Eso es lo que estas!

-¡Y si lo estuviera, que! ¡No tienes ningún derecho a reclamarme nada!

-¡Entiende pedazo de jirafa que yo no me vestí así para él! ¡Yo perdí una apuesta! Y...luego me gustó vestirme así...

-¡Ja! ¿En serio a la gran Lynn Jr. le gusta vestirse como una ridícula princesa del siglo pasado? Como que algo no cuadra, ¿no?

-Envidia, eso es lo que tienes, sabes que ninguna es más bonita que yo y eso te arde. No te preocupes, estoy acostumbrada a tratar con malas perdedoras.

-Hija de...-

Dos días atrás.

Hacía mucho que Stella Zhau no tenía un cuadro de ansiedad. No desde que sus padres decidieron súbitamente cambiarse de ciudad.

Después de ver el nombre de Lynn Jr. como etiqueta en la foto de Valentina Rossi, había decido retirarse a su casa.

Eso les dijo a sus compañeros, pero la realidad es que estuvo siguiendo a la pareja.

Descubrió que esa niña si se parecía a Lynn y mucho. Nunca se le había ocurrido notar el parecido por que es solo en la forma y ángulo del rostro (ubicación de ojos, nariz y boca), pero todo lo demás pues, es diametralmente diferente. Su color de piel, forma y color de ojos, cejas, pestañas, el esponjado del cabello (aunque el color de este era igual).

Claro que todo eso podría manipularse con maquillaje y lentillas, pero, estaba hablando de Lynn Loud; una de las dos Louds más toscas de la familia. Ella jamás usaría un atuendo así.

Era obvio que no era más que una enorme coincidencia, pero algo en su pecho no dejaba de quitarle el sueño.

Esa noche, desde su habitación, quiso mandarle un mensaje a Lincoln y preguntarle si él no había notado el parecido, pero no se atrevía, lo más probable es que todo fuera una coincidencia y platicarle del tema lo pondría incómodo.

Quería mandarle un mensaje a Lynn Jr. pero no sabría ni que decir.

Luego, el pensar en la ínfima idea de que, si llegara a ser ella, pues, eran palabras mayores y sentía la cabeza congelada.

Para calmar sus nervios, había decidido simplemente dejar pasar ese detalle. Valentina no era Lynn. Simplemente, no podía serlo.

Aun así, no durmió tranquila.

Al otro día, apenas llegaron al parque había abordado a Lincoln procurando que los demás no escucharan.

-Y...¿Cómo te va con tu nueva amiga?

Él sonrió -Ya no es mi amiga, va a ser mi novia mientras este aquí.-

-Ah...wow, so fast so furios- le dijo- felicidades por eso, supongo, y...¿ya te dijo de donde es? ¿O donde vive?

-No puede decirme. Dice que es por su familia; de hecho, dudó mucho para contarme algo, me dijo que no es bueno que yo sepa. Como que su familia esta en algo no muy bueno.

-¿Algo ilegal?

-No me dice más, pero yo supongo que por eso también es que se cambian de casa constantemente.

-Entonces, ¿no es como que peligroso que salgas con ella?

-Pues, como te dije, solo será mientras está aquí; y por lo que me dice no será por mucho tiempo.

Un rato después de que llegaron al parque, la niña Valentina Rossi llegó y Lincoln se apartó de sus amigos para recibirle con una mal disimulada alegría.

Stella vio como intercambiaron palabras, el chico se sonrojó y luego se tomaron de la mano para caminar hacía la zona de los árboles.

-Cuanta seriedad, Stella.- Dijo Rusty burlonamente.

La chica le volteó a ver de una forma criminal haciendo un gruñido.

-Pero no me gruñas tan feo...yo que culpa tengo.-

Mientras tanto, en la zona de los árboles, Valentina y Lincoln caminaban y hablaban animosamente. La chica ahora sostenía con sus enguantadas manos la sombrilla que se apoyaba en su hombro.

-¿Entonces prefieres el futbol a los otros deportes?

-Y si, los otros casi no los practico.

-Sería genial verte jugar. Una de mis hermanas es una muy buena deportista.-

Valentina se giró instintivamente, para ver una flor. -Ajá.-

-Si, es la mejor que conozco. Creo que se llevarían bien.-

-Quizá.- Dijo la chica mientras que, provocada por el tema de la charla, hacía sus movimientos más lentos y gráciles. Cortó la flor con delicadeza con la punta del dedo índice y pulgar.

-¿La quieres mucho?- Preguntó

-Es una de mis hermanas favoritas.- Dijo el chico animado.

Y Valentina no pudo ocultar una sonrisa, así como un leve sonrojo. Tuvo todas las ganas de meterle un golpazo en el hombro, pero con mucha fuerza por hacerla avergonzarse.

Pero en ese momento no era Lynn Loud.

Lincoln la tomó de la mano. -Ven, hay algo que quiero mostrarte.

Cruzaron un par de árboles y llegaron a un viejo roble. Valentina sintió un susto súbito.

-¿Qué vas a hacer?

-Observa.- Le dijo él sonriendo y tomando una piedra, golpeó tres veces con fuerza aquel árbol.

Pero nada sucedió.

-¿Se supone que pase algo?-

-Debe tener un poco de sueño.- Dijo el chico y tocó otras tres veces con más fuerza.

Ya se me volvió loco- pensó Lynn.

De pronto, de uno de los agujeros del roble salió una ardilla.

-Ahí viene.- Le dijo el chico a la vez que sacaba una bolsita de almendras.

-Hey, esa es una de las ardillas que se la pasan saltando por las tardes. La he visto.- dijo Valentina alegremente, aunque retrocedió cuando el roedor bajo corriendo con velocidad alrededor del árbol quedando enfrente de Lincoln, quien le acercó una de las semillas.

El animalito lo tomó y los comió con rapidez, luego se subió al hombro del chico.

-Lo encontramos Clyde y yo, es muy amistoso con la personas, ¿quieres alimentarlo?-

Valentina apretó con las dos manos el bastón de la sombrilla moviéndolas con nerviosismo.

-No soy muy buena con los animales.-

-¿En serio? Quien lo diría. Aunque este chico es muy bueno, no tienes que temer.- Dijo acariciando la barbilla de la ardilla, quien de inmediato se movía buscando más semillas.

-Ten.- Le dijo a Valentina dándole una almendra- dásela y verás como se hace tu amiga, va a estar en mi hombro así que no tienes que temer-

La chica tomó la almendra no muy convencida, luego fue acercando la semilla al animalito muy despacio.

-Te juro que si me muerde Lincoln te acabo la sombrilla en la cabeza.- Dijo arrepintiéndose de inmediato; para esto la ardilla le arrebató la semilla y ella retiró la mano rápidamente. Lincoln sonrió.

-¿Ves? Te dije que no hacía nada.

-Porque tú la conoces, a mi me pudo arrancar el dedo.-

-Mírala, se puso triste, estas hiriendo sus sentimientos.-

-¿Esta queriéndome hacer sentir mal, señor Lincoln Loud? Eso no es de un caballero.-

Lincoln suspiró y le acarició la barbilla al animalito -Lo siento campeón, pero la dama ha dicho que no.- Luego, tomó a la ardilla con ambas manos para devolverla al roble.

-Espera.- dijo Valentina.- ¿de verdad no muerde?

-Y no. Es amante de la paz.-

Valentina cerró la sombrilla y la apoyó en un árbol. Luego puso las manos juntas.

-Está bien, préstamelo.-

-Muy bien, allá va.- Y el chico colocó suavemente a la ardilla en manos de la chica.

-Je, je, vaya que es suave.- Valentina puso a la ardilla en una mano y con la otra le acarició. – Pásame una semilla.- Le dijo a Lincoln quien de inmediato accedió.

La niña le acercó la almendra y se rio al ver la rapidez con que la comía. -Pásame otra.-

-No es bueno darle mucha comida, luego se empacha.-

-No se va a ir con hambre, pásamela.-

La ardilla recibió otra almendra y luego otra que ya no comió si no que guardo en una mejilla. Luego le olfateó la oreja a Valentina y de un brincó saltó al roble.

-Es bien graciosa, ¿Por qué no me la habías mostrado antes?- Preguntó viendo como desaparecía en la copa de los árboles.

-Pues...por que es la primera vez que estamos aquí. - Le dijo el chico con lentitud mientras la miraba.

Cierto, Valentina dio media vuelta, agarró la sombrilla y la abrió.

-¿Podemos regresar? Tengo algo de sed.- Le dijo.

-Claro.-

Desde Lejos, Stella vio como la pareja salió de aquel claro de árboles.

-¿Y qué rayos hacían allí? En esa área se suelen meter los que no quieren que los vean haciendo cosas...-

-¿Sabes? No es sano que espíes a otros.- Dijo Clyde comiendo un chocolate.

-Tú no sabes lo que yo sé. - Le dijo sin pensar.

- ¿Y que podría ser eso? ¿Qué te gusta Lincoln?

-¡¿Y ahora por que todos están con eso?!

-¡Porque te has convertido en una obsesiva con él apenas comenzó a platicar con esa niña!

-Si llego a confirmar mis sospechas, lo sabrás todo.-dijo picándole el pecho a su amigo con un dedo.- Por ahora, solo...déjame ser...- y caminó rumbo a los baños.

Un poco más tarde, Lincoln y Valentina se habían acabado su helado, ahora habían pedido de fresa porque a ella le había gustado el que él había pedido el día anterior. Se estaban riendo de que Lincoln dijo que no era bueno en los deportes y ella le respondió que, con dos semanas, lo dejaba listo para un maratón.

Él le decía que con gusto entrenaba las dos semanas, mientras, más que nada, admiraba lo hermosa que ella se veía riendo. Su cabello caoba le llegaba levemente debajo de los hombros y se movía con su risa, levemente esponjado. Hoy ella despedía un aroma a zarzamora.

Ella se reía en realidad por que sabía que su hermano era un flojo de primera, y era capaz de decir que haría ejercicio por una chica.

Que mentiroso que eres, Lincoln. Si todo sale bien, juro que voy a hacer que corras dos semanas por zorro.

Ella se llevó un puño a la boca y tosío levemente. Luego, caminó para ponerse enfrente de él.

-Ya me tengo que ir. Ha sido una tarde maravillosa. -

-¿Tan pronto?

-Si, sabes que tengo mis horarios.

-Ok, Valentina. ¿Te espero mañana?- preguntó esperanzado.

-Y sí. Pero mañana es probable que sea el último día que nos veamos. Me voy en esta semana.

Lincoln sonrió con algo de tristeza y ella le puso una palma en la mejilla.

-Dijimos sin tristezas. Aun nos queda mañana, ¿ok?-

-Si... yo, lo siento.- él bajó la mirada.

Lynn Junior suspiró por dentro y miró las pecas de su hermano.

Bien. No es como si no lo hubiera hecho antes.

-Cierra los ojos.- Le dijo. El chico tardó un segundo, ese en que el golpe en el pecho se sube de súbito, y obedeció.

Ella le dio un piquito, se separó y a él solo le faltó ruborizarse del cabello.

-Sin tristezas.- le repitió.

Luego, iba a dar media vuelta para retirarse, cuando, de algún lugar del parque, con la potencia de un trueno, el poder de un huracán, la fuerza de un tsunami, el retumbar de un volcán en erupción, se escuchó en un estruendo con voz de mujer:

-¡¡¡LYNN JUNIOR!!!-

A Lynn se le heló la sangre. Bajó la cabeza y dio media vuelta cubriéndose con su sombrilla. Perdió el control de su respiración. Levantó la vista y testeó el panorama rápidamente, nadie la estaba viendo. La mayoría estaba tratando de localizar de donde provenía el grito. Le temblaron las piernas.

Quiso voltear a ver a Lincoln, pero simplemente no tuvo valor. En el momento del grito, ella apenas le había terminado de besar, seguro le había visto. Seguro le reconoció.

Y él guardaba silencio. Un silencio de muerte.

Se dio el valor para comenzar a caminar, haciéndolo cada vez más rápido.

Escuchó que él dijo algo, pero ella no se detuvo, solo aceleró el paso hasta casi correr.

Sus lágrimas comenzaron a correr su impecable maquillaje.

Desde algún lugar del parque alguien la comenzó a seguir.

Lynn tomó el taxi, el cual le llevó sin premuras hasta las canchas. Entró a las regaderas muerta de miedo y ansiedad.

Se quitó el vestido, se quitó los guantes, los zapatos, se lavó la cara, los brazos y se miró.

Llorosa como nunca en su vida, por un tema que nunca creyó.

Entonces alguien tocó la puerta.

-Soy yo, Lynn Loud. Abre la puerta, vengo sola.-

El susto que fue de inició se desvaneció en un arranque de furia.

Lynn apretó los puños y los dientes.

-¿Fuiste tu?

¡¿Así que fuiste tu?!- corriendo, abrió la puerta con violencia dispuesta a arrancarle la nariz de una mordida a Stella Zhau. Pero esta la tomó primero de los hombros y la estrelló contra una de las paredes de aquellas duchas.

-¡¿Se puede saber qué diablos estás haciendo, Lynn Loud?!-

*********

Este fic (porque ya lo es) es algo extraño. No se como va avanzando pero va. No se como va a terminar pero lo quiero terminar.

Por otro lado, con la mala noticia que ya me dieron trabajo así que no creo actualizar si no hasta la otra semana. Dejen sus comentarios siempre es un gusto leerlos.

Stella esta celosa. Esa ya la saben.

¿Va a haber madrazos? R: Si, van a salpicar de sangre las paredes las nenas por que ambas creen estar en lo cierto por razones poderosas.

Lynn hace todo solo por ayudarlo, ¿cierto? ¿¿cierto?? Esta aun no la sé de cierta.

Saludos y espero leerles pronto.

Gendou Uribe

Curiosidad: Este capitulo es cíclico, ya que termina donde empieza y lo puedes leer de corrido nuevamente xd.


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