¿Entiendes? II
Una continuación de lo anterior. Bienvenidos todos los que leen.
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El eco de los aplausos y las risas aun reverberaban en ella cuando se sentó en su silla; artefacto típico de cineastas que había comprado en una tienda de garaje. Contaba incluso con una estrella en el dorso.
Sentía ese calor en el pecho de quien acaba de realizar una hazaña: la tarde había sido todo un éxito.
Podrían decir lo que quieran de ella, pero era buena en lo que hacía.
Echo la cabeza hacía atrás he inhaló profundamente, como absorbiendo su triunfo. De pronto, escuchó que alguien hablaba en la entrada de su improvisado camerino.
-¿Luan?, ¿Linda?, ¿Puedo pasar?-
Desde atrás de aquella cortina semi roída, la joven Loud pudo divisar a quien no sería otra, más que la madre del cumpleañero en turno.
-Adelante Señora Gasca.- Dijo mientras pensaba que, por fin, era la hora feliz, la hora del pago.
El pago.
Es verdad, ganaba mejor que cualquiera a su corta edad, sin embargo y a pesar de eso, un punto amargo se esparció por su pecho empujado por un coraje que ya empezaba a ser parte de ella, y un nudo asfixiante en la garganta, que le aplastaba la tráquea.
-Gano mi propia plata, soy funcional ¿Cuántos de mis hermanos pueden decir eso? – Pensó frunciendo el ceño inconscientemente.
Detestaba sentir coraje, detestaba sentir algo que no podía nombrar. Era fuego en el pecho y ácido en el estómago. Era un corazón latiéndole en la cabeza.
-Junto conmigo, solo Lisa y Lana tienen un futuro asegurado- Se dijo confiada.- El de los demás es un albur, y algunos – La imagen de Lola y Leni fueron fugaces en su mente.- Van a tener que aprender a cocinar.
O conseguir un buen marido.
"¿En que se parece Lola a un Jarrón Chino? En que los dos son adornos para el palacio de su dueño"-
Y la comediante soltó una risita entre labios.
"Leni le dice a su esposo: Oye mi amor, ¿Sabes que la gente dice que nunca me escuchas?
Y él le responde: Cállate y sigue mamando."
Y soltó una franca risa.
-Ellos se burlan porque mis chistes son "sosos" Y "tetos". Como si les fuera a contar el repertorio que tengo para cuando cumpla la mayoría de edad. –
-Luan ¿Estas bien? -
La joven salió de su pensamiento súbitamente dando un respingo. Se había ensimismado demasiado y olvidado que la señora Gasca estaba ya enfrente de ella.
-Si, disculpe. Me quedé pensando en... la familia. -
- ¿Sí? Bueno, no importa. Aquí tienes lo acordado y quiero decirte que tu show es magnífico, me encantó. -
Luan se puso de pie e hizo una elegante reverencia. -Gracias, madame. – Luego, con destreza tomó el dinero y lo escondió en su sombrero.
La señora soltó una risita.
-Eres tan adorable.- Le dijo, luego le acarició muy levemente la cabeza.
Luan bajó la mirada ensombrecida de pronto, su maquillaje blanco con líneas negras acentuó su faz.
Y la señora Gasca lo notó. -Luan, linda; ¿Te pasa algo? –
La chica comediante, no se movió.
- Usted.- Preguntó de pronto con una voz llena de cansancio.- ¿Cree que... soy linda?-
La mujer sonrió con ternura creyendo percibir lo que le pasaba a la delgada chica de pantalones negros y camisa blanca a rayas.
-Luan, tu eres muy bonita. ¿Por qué preguntas eso? - La señora Gasca le acarició el rostro. Luan volteó a verla, aquella cara blanca comenzaba a manifestar unas líneas borrosas negras debajo de los ojos.
- ¿Tan linda como lo son Lori, Luna? ¿O Leni? –
La señora Gasca era una vieja conocida de la familia; tenía bien presente a los 11 niños de la familia Loud, sobre todo a las niñas. Y algunas de ellas resaltaban entre las demás por su belleza, solían ser bastante populares entre los chicos. Para cuando contestó, ya habían pasado 3 segundos de silencio.
-Claro que sí, linda. Son cosas distintas, la belleza es distinta entre las personas, Luan. -
-Claro, distinta... Siempre distinta. -
"Es diferente, Luan. Son bellezas diferentes" .- Dijo la Consejera de la escuela.
"Todos somos bellos por dentro" .- Dijo la Maestra de teatro.
"Tú tienes mucha personalidad." .- Dijo la Profesora de Lengua.
"La verdad, no." El idiota de Flip, al escuchar la plática con su Maestra de teatro.
-Tiene razón. - Dijo Luan recuperándose de inmediato. - No volveré a pensar en eso. - Le dijo a la señora, cortando totalmente el tema.
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-Bien Luan, me vas a decir qué diablos te pasa ¡Ahora mismo!- Exclamó molesta la mayor de los hermanos. Luan le había gritado de una forma bastante agresiva a Lola, logrando algo muy raro; hacer llorar a la pequeña rubia.
-Ya te dije que lo siento. Además, no sabía que "la cosa esa tuviera sentimientos."-
-¡Qué diablos te pasa!- Grito Lori dando un paso hacía Luan.
-¡¿Siquiera te dijo lo que hizo?! ¡Agarró sin mi permiso al Sr. Cocos para jugar y lo rompió! -
-¡Solo se le cayó un dedo!- Gritó Lola escondida detrás de Lori mientras se secaba unas lágrimas.
-¿Entonces es verdad, Lola?- Lori torció los ojos. - ¡USH! Ve a tu cuarto, y cierra la puerta al salir.- Dijo muy molesta Lori. Lola obedeció titubeante, volteando a ver a su hermana castaña con algo de temor.
Lori y Luan estaban frente a frente en el cuarto de las mayores. Luan movía la boca de un lado a otro en un manifiesto claro de una molestia mal aguantada. La tensión se podía cortar con una tijera. Aquello parecía estallar en cualquier momento.
Pero Lori cambió las cosas.
-Luan.- Dijo con voz suave. -¿Pasa algo? Tú no eres así. -
Y se sintió como un golpe bajo. Luan estaba preparada para gritar, patalear y defenderse en el ataque frontal que esperaba de su hermana. En vez de eso, fue apuñalada con algo que se sintió dulce, pero ácido.
Lori dio el paso que faltaba para estar frente a su hermana y con una lentitud dictada por la verdadera duda, abrazó a su hermana pegándola a ella.
- ¿Qué te pasa, Luany? Tú no eres así. -
Luan sintió, provocado por la calidez de su hermana, como de su boca salió el dolor acumulado mientras sus ojos, sin aviso, dejaron ir lágrimas intensas, acompañadas de dolor y sollozos.
Abrazó con fuerza a su hermana y se desvaneció llevándosela consigo, consiguiendo que ambas quedaran sentadas en el suelo. Luan se deshacía en el hombro de Lori.
La rubia mayor se espantó.
-Luan...que... ¿Que pasa manita? - Dijo intentando separarla, pero ella estaba aferrada.
Luan no respondía y Lori solo podía sentir los espasmos en el delgado cuerpo de su hermana, esos que deparan el estruendo del llanto cuando no se respira.
Leni, quien en el otro extremo de la habitación estaba concentrada reparando el dedo pulgar del muñeco de Luan, paró su labor y se acercó asustada al notar la terrible escena. Se sentó junto con ella y también abrazó a Luan.
-Luanita ¿Qué tienes? ¡Mira! Ya estoy reparando al Señor Cocos.- Y le mostró que en efecto, ya había pegado con gel extra fuerte el pulgar y le estaba por colocar un curita alrededor.
Luan en un movimiento rápido, con un brazo se colgó igual del cuello de Leni quedando entre ambas, sollozando.
-No...no...no es nada...es...es solo...que me siento...me siento triste...- Dijo con dificultad, mientras se separaba un poco.
Lori vio que Leni iba a decir algo así que le hizo un gesto negativo que Luan no notó; la modista se quedó callada. Y es que Lori pensó -con mucha razón- que Leni iba a preguntarle si estaba en su periodo.
-¿Porque estas triste, Luany? ¿Qué pasa? - Insistió Lori.
-Es solo...que...que, ya ven que mi novio terminó conmigo hace unas semanas. -
-Lo recuerdo hermanita, pero ya te dije que ese es un idiota que nos sabe lo que se pierde. - Dijo la mayor.
Si, pero hoy la conocí, a la chica por la que me cambió, ella es... muy bonita...-
Lori volvió a abrazar a su hermana. -Luan, tu eres muy bonita también, ese imbécil no sabe de lo que se perdió.
- Es verdad Luan. – Intervino Leni – Tu eres muy bonita igual, aún te falta crecer, ya verás que cuando crezcas, tus dientes se van a acoplar a tu enorme cabeza.-
Luan sintió como si resbalara en su paladar la cosa más amarga del mundo. Su pupila se contrajo levemente mientras miraba fijamente a su hermana modista, quien le sonreía ajena a todo.
-¡Leni!- exclamó Lori.
-¿Qué? Es verdad, nos lo enseñaron en biología. -
-Leni, por favor ve a la cocina a traerle agua Luan.-
-Pero...-
-¡Ahora! –
Leni se levantó y procedió a retirarse confundida. Apenas hubo salido, Lori quiso dirigirse a Luan pero esta se puso de pie secándose las lágrimas.
-Luan, tú sabes cómo es Leni. Discúlpala, no le riñas por eso. –
-No te preocupes, Lori. Todo esta bien.- Dijo con mucha seriedad.
-Me disculparé igual con Lola por haberle gritado. - Luan tomó su muñeco del cuello de la camisa (cosa que nunca hacía) y salió a paso firme de la habitación de sus hermanas mayores, mordiéndose la lengua para no decirle a su hermana, que entendía perfectamente la situación: los borrachos, los niños y los pendejos, siempre dicen la verdad-.
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-Eso pasó 3 días.- Pensaba la joven Loud.
- Después de que viera el pintarrón de Lisa, con los nombres anotados por su estúpido concurso.- Murmuraba entre labios mientras, aun tirada en el pasto artificial, observaba las lámparas en el cielo del viejo teatro que colgaban tétricamente. Levantó un dedo apuntando a una de ellas, luego, con ese dramatismo que la caracterizaba dirigió la punta de su dedo al punto de metal que adornaba uno de sus grandes dientes. Lo tocó, sintió la humedad y los filos del pequeño cuadro que buscaba desesperadamente, detener el avance de su mandíbula desbocada.
-"No te preocupes Luan, ya vez Lori, era más fea que un susto de chica y se compuso para bien"
Me dijo Luna cuando alguien le pasó el chisme. Lo que se le pasó decirme es que Lori se compuso a las 12...yo tengo 15...
Hay que joderse.-
Es lo que yo siempre te digo... -Dijo el Señor Cocos.
Afuera, la noche caía. Adentro, la risa callaba.
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Buenas noches. Para los que están aquí antes que nada un agradecimiento por la lectura y como segundo número les comento que este libro va a tener una función similar a la que tiene "Panteón de Historias Cortas" pero enfocado a TLH y en su caso a Los Casagrandes.
Mantendrá la misma temática, es decir; totalmente libre lo que se suba. Pueden hacer peticiones aunque bueno, ja, ja,...ya veremos.
Gendou - El Anciano - Uribe
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