CAPITULO 7

Al día siguiente Lucien acompaño a Feyre a una de las aldeas cercanas, si la discusión de anoche tenia algo que ver, no lo supe.

Esperaba que al menos con esa pequeña libertad, Feyre tuviese un suspiro antes de la ceremonia.

Los días transcurrieron tranquilos, segui encerrada en mi habitación hasta que el día esperado llego.

Alis me ayudo a vestirme en esta ocasión antes de ir a ver a Feyre, desde que llegue, ninguna dama de compañía acepto cuidarme y no importaba, me las apañaba mejor sola.

Pero siendo esta ocasión tan especial, el vestido dorado que elegi era incomodo y difícil de poner, agradecir a Alis por ser tan amable de ayudarme aun cuando tenia tanto por hacer.

Era de las pocas que aun me miraban con los mismos ojos.

--¿se puede?—toque la puerta antes de entrar en forma imprudente

Escuche un sutil aja antes de que abriera la puerta.

--uh—mire de arriba abajo su vestido.

--¿tan mal se ve?—pregunto angustiada.

Intente verle el lado bueno a ese espantoso vestido, pero no lo habia, cada que mas lo veía mas lo detestaba.

--se ve muy mal—acepte-- ¿era el único que habia?

--no sabia que era este—se lamento—le pedí a Ianthe que hiciera los preparativos.

Me cruce de brazos, al fin hice la pregunta que me carcomia desde hacia hace varios días.

--¿de verdad quieres esto?—ella me miro sorprendida—no me mal interpretes, se que amas a Tamlin y todo eso pero... ¿de verdad te hace feliz?

Feyre me miro sorprendida, como si acabara de leer su mas intimo secreto frente a una audiencia.

Se sonrojo antes de mirar a otro lado evitándome.

--¿sabes que te apoyo en todo lo que decidas verdad?—insisti.

Tomo aire.

--lo se, por eso pedí que fueras mi dama de honor—expreso ella con dulzura.

Me acerque y le di un suave beso en la mejilla.

--mereces ser feliz, mas que nadie.

Me retire para permitirle un tiempo a solas, para que pensara.

Para que se encontrara a ella misma y decidiera que era lo que quería, que era lo que podía hacerla feliz.

(...)

El descontento de los invitados se hizo presente apenas pase el umbral, la mayoría de ellos ni siquiera se molestaron en susurrar.

--que descarada.

--¿y se atreve a mostrar la cara?

--debieron desterrarla en tierras humanas.

--que vergüenza...

Hice oídos sordos y camine con la barbilla en alto hacia las filas principales, mientras me acercaba note algo.

Maldita Ianthe.

Me acerque a la tarima y la mire con rabia, todos alrededor se callaron para observar el espectáculo que iba a suceder.

--¿Qué hacen esas rosas rojas ahí? –señale el camino de flores hacia el altar, era el mismo camino que tendría que recorrer Feyre.

Ianthe me miro confusa.

--fueron las elegidas, Tamlin dijo...

--y una mierda con lo que dijo Tamlin—mis ojos flamearon de rabia, no era muy explosiva, me consideraba una dama tranquila pero después de todo lo que paso, parecía que todos habíamos cambiado, especialmente yo—Feyre odia el color rojo, es su maldita boda, asi que retira esas malditas flores antes de que...

--hey—Lucien se precipito al frente agarrando mi mano y alejándome de Ianthe—¿Qué estas haciendo?

Todo el mundo alrededor susurraban, dos machos se acercaron a Ianthe con preocupación mientras ella se hacia la victima.

Iba a escrutar mi punto cuando la música empezó a sonar.

Feyre empezó a caminar en el camino de flores hacia el altar, caminaba nerviosa regular... hasta que se detuvo, la mirada de pánico que se dibujaba en su rostro, senti mi corazon estrujarse.

--Feyre...-- la llame.

Sus ojos me buscaron con rapidez, buscándome, buscando una salida.

Di un paso adelante hacia ella, no sabia para que pero debía estar allí... debía ir hacia ella, ayudarla.

La mano de Lucien me tomo con mas fuerza, una amenaza, pero no me importaba, lo mire desafiante y entonces sono un estruendo.

Observe sorprendida al macho que acababa de acudir, estaba tal cual la ultima vez que lo vi en bajo la montaña.

--hola, Feyre, Amor—ronroneo el alto lord de la corte noche.

Me quede estática observando como empezaba el revuelo en la ceremonia.

--que boda tan bonita-- añadió con ironía.

Sus ojos violetas recorrieron a Tamlin y a sus centinelas listos para atacar.

--fuera—rugio Tamlin

Rhysand chasqueo la lengua.

-- Ah, no, no me parece. No cuando vengo a cobrarme lo que me prometió Feyre—añadio con una tranquilidad que me helo, vaya momento para cobrar la deuda. -- Si tratas de romper el acuerdo, ya sabes lo que pasa.—sus impresionantes ojos viajaron de vuelta a Feyre-- Te di tres meses de libertad. Por lo menos podrías parecer contenta de verme.

La escruto por completo, analizándola, me estremeci al darme cuenta que lo habia notado... habia notado que tan mal estaba ella.

Llévatela... salvala...

Senti que la saliva se me derretia cual acido.

--Me la llevo ahora.

--No te atrevas —ladró Tamlin. Detrás de él, la tarima estaba vacía; Ianthe había desaparecido por completo. Junto con la mayoría de los invitados.

—¿Interrumpí algo? Y yo que pensé que ya habrían terminado. —Rhys sonrio burlesco, sabia lo que habia hecho y cuando lo habia hecho...—. Por lo menos Feyre pensaba eso, me parece.

Tamlin ladró:

—Terminemos la ceremonia...

—Me parece que tu alta sacerdotisa —dijo Rhys— también piensa que la ceremonia se terminó hace rato.

Tamlin se puso duro cuando miró sobre el hombre y descubrió que el altar estaba vacío. Cuando volvió a mirarlos, las garras ya estaban a medio camino de desaparecer en los nudillos.

--Rhysand...

--No estoy de humor para negociar —dijo Rhys—, aunque podría hacerlo para mi ventaja, estoy seguro. —tomo del codo a Feyre —. Vamos.

—Tamlin —jadeo, volvió la mirada buscándome pero yo solo le sonreí, al fin ella se relajo un poco.

Aun con todo lo que habia pasado y lo que habia escuchado, tenia un concepto un poco mejor del lord de la corte noche, no era malo... no ante mis ojos.

—Dime un precio.

—Ni te molestes —dijo Rhys con lentitud.

—Si la lastimas...

—Ya sé, ya sé —dijo Rhysand arrastrando las vocales—. La devuelvo en una semana.

Se giro solo un momento hacia mi para guiñarme un ojo y desaparecer junto a Feyre.

Tamlin y Lucien se sumaron en un silencio sepulcral.

Me encogi de hombros y camine hacia una de las mesas, levante la copa de vino mas cercana.

--me encantan las bodas—dije con burla antes de tomarme el contenido de la copa de un solo tajo.

Tamlin me devolvió la mirada llena de veneno. Y por alguna razón me senti victoriosa.

(...)

La semana siguiente fue un infierno, Tamlin habia destruido la mitad de la casa en un ataque de ira, por lo que decidí encerrarme en mi habitación, al no estar Feyre no vi razones para bajar a la cena por lo que mis comidas empezaron a ser también en solitario en mi cuarto.

Solo éramos yo y mi música.

Y aun asi la inquietud que me recorría en las noches no me dejaba.

La sensación retorcida de reprimirme, de que pronto estallaría y me llevaría todo a mi alrededor me dejaba e vela.

Me levantaba en la madrugada bañada en sudor, temblando y sollozando, sentía mi cuerpo irreconocible, como si mi piel no fuese mia, como si mi alma estuviese irradiando acido por todo a mi alrededor.

Y esa noche no fue distinta, me mire al espejo respirando entrecortadamente, sintiendo mi alma palpitar con tanta devoción que dolía.

--basta—susurre, me mire al espejo desafiante.

Por un instante lo vi, una sonrisa retorcida en el reflejo... Clythia.

Grite y el sonido del vidrio me hizo retroceder.

Temblando solloce, negué con resignación al ver el vidrio roto del espejo, no fue mi mano, no hice nada, habia estallado... y el olor de la magia apestaba el cuarto de baño.

No sabia en que me estaba convirtiendo, ya no podía retener lo que sea que habia hecho el hechizo de Helion en bajo la montaña.

Retrocedi hacia una esquina abrazando mis brazos, aun con mis fuertes sollozos y mi grito aterrado nadie apareció... nadie se preocupo.

(...)

Asi siguió la semana hasta que el día prometido se cumplió y mientras estaba tocando el piano en una melodía melancólica la puerta de mi habitación se abrió dejando ver a Feyre.

Sus mejillas un poco mas abultadas y su expresión dominante habia vuelto.

--hey—sonreí después de toda una semana—volviste.

--apenas—murmuro cansina antes de abrazarme, solté las manos del piano para devolverle el gesto—te extrañe.

Una calidez me envolvió, no pude evitar sentirme feliz.

--yo igual, esto fue un infierno mientras no estabas.

--no tanto infierno como la corte noche.

--no creo que fuera tan malo—añadi mirándola con detenimiento

Bufo, tal vez recordando su estadía en la corte.

--tenias razón... el no es tan malo—acepto.

Casi me rei, era realmente orgullosa.

--eres realmente difícil de ganar, ¿cierto?

Se encogió de hombros. Pobre Rhys, no sabes en que te estas metiendo.

(...)

Los siguientes días aun cuando crei que iba a ser mejor, no lo fueron.

Las noches fueron cada vez peores, las ojeras en mis ojos cada vez eran mas visibles, aun cuando todos en la cena las notaba la única realmente preocupada fue Feyre, deje de cuidarla a que ella me cuidara a mi.

Aun cuando intentaba parecer que nada pasaba ella seguía visitándome todas las tardes impulsándome a tocar, riendo a mi lado, haciéndome compañía.

Jamás podría pagar todo lo que Feyre habia hecho por mi.

Aun cuando se suponía que mi hermana era Amarantha... el afecto y sentimiento de hermandad habia sido dirigido siempre hacia esta ex humana cazadora.

Y entonces Rhys volvió a llevársela.

Y no pude volver a dormir.

Me mantenía despierta todas las noches, sintiendo el inminente poder en mi interior rugiendo por una salida, como si el solo hecho de cerrar los ojos lo tentara a salir.

Tal vez este era mi castigo, por las cosas atroces que habia hecho en mi anterior vida y por la mentirosa sanguijuela que me habia convertido en bajo la montaña con la excusa de salvarlos... tal vez Lucien tenia razón, me estaba convirtiendo en Clythia, no habia nada de mi que perteneciera a la corte primavera... no me lo merecía.

(...)

Feyre volvió a la semana y las cosas empeoraron, Tamlin y su sobreprotección había quebrantado todo limite, Feyre... Feyre era infeliz.

Aun con lo débil que estaba estos días no me digne a darle la espalda, no podía.

Espere a Tamlin en su estudio después de la cena, observe los muebles nuevos y con una tristeza repentina el cuadro quebrado en una esquina... era un dibujo mal hecho en palitos, dos de los dibujados con mascaras, una de zorro y la otra dorada, los habia dibujado junto a mi cuando era pequeña... cuando era su pequeña.

--¿Qué haces aquí?—la cruda voz de Tamlin me sobresalto.

Imponente alto lord de la corte primavera, no mi hermano... no mi familia.

--tenemos que hablar.

Gruño por lo bajo.

--no tenemos nada de que hablar.

--es sobre Feyre—se detuvo de golpe, aun cuanto ya no me quería, cuanto ya no soportaba verme Feyre siempre seria su debilidad.

--habla.

Camine hacia el, aun no me acostumbraba a lo impresionante de su rostro sin la mascara.

--estas excediéndote, pensé que solo debía darte tiempo tu... tu también pasaste por mucho y lo entiendo, entiendo tu deseo de protegerla pero...-- tome aire—la estas asfixiando, necesita aire, necesita salir, necesita que la escuches y necesita sobre todo tomar sus propias decisiones y que tu las respetes.

--¿disculpa?—me miro indignado.

Bufe, ahora se haría el desentendido.

--no puedes decidir por ella, no puedes decirle que es lo que quiere o que es lo que debe hacer—lo mire a los ojos—no es una damicela en peligro que debas mantener bajo llave, es una mujer decidida, la viste, viste su determinación... no la apagues.

Su mandíbula estaba tensa.

--vete a tu cuarto.

--no—me mantuve firme—no hasta que me prometas que vas a dejarla decidir, que la dejaras ser libre de tomar sus propias decisiones y no la encerraras mas.

--no tienes ni idea—farfullo—no te voy a prometer eso.

Vocifere indignada, me estaba dando la espalda, asi quería concluir nuestra conversación.

--¡eres un egoísta controlador!—estalle-- ¿¡es que no la ves?! ¿¡no ves el daño que le estas haciendo?!

Se giro sorprendido ante mi arrebato.

--¡ni siquiera te dignas a levantarte cuando ella vomita en las noches por sus pesadillas! ¡crees que es normal! Que con el tiempo todo será como antes, ¡pues adivina que Tamlin! ¡esto no se soluciona simplemente imaginando que no paso! – lo mire con rabia soltando todo lo que retenia—todo lo que paso la cambio, y si no estas listo para amarla y aceptarla después de ello, si sigues enfrascado en hacer de ella tu damisela sumisa, será mejor de que la sueltes antes de que la rompas en pedazos.

Fue rápido y contundente, solté un grito sorprendido, el golpe sordo me hizo rebotar contra el mueble mas cercano, el dolor que me recorrio el costado y la mejilla me hizo caer.

Estaba débil por lo poco que habia comido y dormido, sumando a la bofetada no pude hacer mas que caer.

Tamlin retrocedio sorprendido por lo que habia hecho.

Jamás... nunca en todos estos años me habia levantado la mano.

El sabor tibio de la sangre me dio nauseas, observe a Tamlin con dolor mientras se daba media vuelta y se iba.

Levante mi mano hacia mi barbilla, la sangre mancho mis manos, observe el carmesi escurrir con la mirada perdida.

Volví mi mirada hacia el cuadro roto... no quedaba nada. 

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