CAPITULO 6


SABINA

Fue complicado.

Volver a la corte primavera después de lo ocurrido en bajo la montaña fue muy complicado.

Los primeros meses habían sido destinados para curar, especialmente para Feyre, sabia que lo que habia tenido que pasar en ese lugar no se olvidaban con facilidad.

Me dolía verla lentamente marchitarse, aun con la belleza fae que se le recompenso yo era consciente de los ángulos que adquirían su cuerpo, el como dejaba cada vez mas trozos en la cena, aun cuando intentaba hacerla comer lo mas que podía no lo lograba.

Y por ello habia sido mi insistencia a Tamlin que me permitiera mudarme a la habitación al lado de la de Feyre, cuando el salía de noche con los centinelas y ella se quedaba sola, noches como esta donde el sonido gutural de sus sollozos me levantaba.

Eran comunes las noches en que entraba a tropezones a su cuarto y la encontraba en el baño vaciando todo en su estomago.

Y como todas las veces, yo caminaba a su lado, retiraba el cabello de su rostro y le permitía terminar, dándole palmitas en la espalda.

Cuando ya no quedaba nada que desechar y solo se escuchaban los sollozos de Feyre, no le decía nada, las palabras estaban de mas, sabia que tenia pesadillas sobre Amarantha y todo lo que habia ocurrido, ninguna palabra de aliento era suficiente, ella sufrió, lloro, sangro, se sacrifico en ese lugar y yo no hice nada, deje que la desangraran, la deje sola.

Y aun asi ella me habia perdonado, creyendo que mi pobre actuación, lo poco que hice por ella habia sido mas que suficiente.

Me odiaba por no haber hecho mas.

--cantame esa canción—susurro ella con una débil sonrisa después de tranquilizarse.

Me acoste a su lado en la cama y acaricie su cabello, aun con todo, Feyre seguía siendo menor que yo, la menor de tres hermanas que habia vivido por demasiadas cosas para ser tan pequeña, se me encogia el corazon al recordar que incluso habia muerto.

--¿tu canción?—susurre a la par.

Asintió, solo yo en la corte sabia que Feyre cumplía años en el solsticio gracias a Elain, Feyre con insistencia me pidió que no se lo contara a nadie, después de todo ya le habían dado una gran cantidad de regalos.

Asi que le di algo que no fuera material, algo que no lamentara.

Una canción, una melodía.

La nana de Feyre.

Tararee la canción con lentitud sin dejar de acariciar su cabello escuchando su respiración calmarse lentamente.

Sonreí al notar que al fin se relajaba.

--nunca mas estarás sola—susurre dejándome llevar por el sueño.

Asi, abrazadas, era el único momento de paz que podíamos darnos.

Que irónico era, en otra época... en otra vida, puede que seamos enemigas.

(...)

Desde que llegamos me mantuve casi todo el tiempo en mi habitación, solo salía en los horarios de la comida, incluso habia pasado mi estudio de música a mi propio cuarto.

¿la razón?

Mi presencia no era grata para ninguno de los habitantes en la casa, tal vez solo Feyre y un poco Lucian.

No habia pasado por alto el como lo inmortales me miraban al pasar, como las malas lenguas hablaban y el odio se desbordaba hacia mi dirección.

Era la hermana de Amarantha, me habían visto en bajo la montaña confraternizar con el enemigo, divirtiéndome todas las noches a costa de la vida de Feyre, a costa de sus propias vidas.

Los entendía.

Por esa razón no salía, no les daría mas razones para odiar estar en la corte, ellos tenían mucho mas derecho de estar aquí que yo.

Incluso Tamlin, que acepto mi estadía de vuelta no me miraba con los mismos ojos, aquel amor incondicional que tenia hacia mi habia desaparecido por completo, sabia que notaba mi encierro pero nunca lo pregunto, no me hablaba a menos de que sea necesario y en el solsticio... eso fue lo peor, el único regalo que recibí fue el de Feyre y Lucien.

Toque las partituras de piano que me habia regalado, pensé que no me darían nada, no lo esperaba la verdad, el que ella me tomara en cuenta me enternecia, era impresionante pensar que la humana salvaje que habia llegado hacia unos meses se habia convertido en mi única razón de permanecer en una corte que me odia.

--¿estas?

Y hablando de Feyre.

No conteste, me levante y le abri la puerta, sabia por su rostro que su intento por salir habia sido en vano.

--dejame adivinar, no te dejaron salir—bufe con disgusto

Feyre asintió, la tristeza reflejando su rostro.

--¿de que nos cuidan? Ya Amarantha no esta...

Me estremeci al escuchar ese nombre, Feyre lo noto y me regalo una mirada de disculpa.

--no lo se, Tamlin no me habla, si pudiera preguntarle lo haría.

--es tonto, no hiciste nada malo...-- susurro ella.

--ponte en su lugar—le exprese—me vio todo esos meses siendo la hermanita buena de Amarantha mientras sufría, le di la espalda...

--jamas nos diste la espalda—tomo mis manos entre las suyas—Rhysand me lo dijo todo, el trato y cuando Tamlin y yo fuimos unos idiotas y casi lo mata estuviste ahí para evitarlo, dejaste que te torturaran para que lo dejara.

El recuerdo de aquel hechizo de Helion me enfrio la sangre, la sensación de succión, de desesperación... soledad.

Tuve que sentarme para calmarme.

--Tamlin es complicado—dije en un susurro—tenemos que darle tiempo, después de lo que paso no me extraña que no quiera dejarte salir, teme perderte.

--no soy una muñeca de cristal.

--lo se.

(...)

La hora de la cena fue tan horrible como siempre, Ianthe con sus diálogos ensayados sobre la boda ignorando mi presencia por completo mientras Tamlin y Lucien hablaban y yo... solo removia la comida en mi plato sin decir nada.

--¿has pensado el color de las rosas? Aconsejaría que rojas seria la opción mas prudente...

--no creo...

--es el color para representar el poder, todo en la boda es representativo...

Solté mis cubiertos en los platos ocasionando un ruido sordo, la mire con disgusto.

--si a Feyre no le gustan las rosas rojas entonces no habrá rosas rojas en su boda—escupi.

Desde que Ianthe habia llegado habia intentado ganarse la buena fe de Feyra con sus sonrisas timidas y ayuda "desinteresada"

Lo único cierto es que cada vez que la veía podía traslucir las garras tras esas mantas de ovejita, si, la hipocresía parecía transpirarle en la piel.

--si, supongo que ella debe elegir—sonrio ella con dulzura no contratacando a mi veneno pero claro, no lo iba a dejar pasar—sobre esos detalles, sobre Sabina...

Lucien tocio ligeramente y Feyre se puso pálida, rápidamente contesto.

--no se lo habia preguntado...

Y claro, como no lo dejaría pasar Ianthe continuo, hablando amablemente a pesar de que sus palabras eran mas hirientes que cualquier otro insulto.

--creemos que no es muy conveniente que estes en la ceremonia, después de lo ocurrido no debe ser agradable para ti los malos comentarios...

Ya conocía esa excusa, Tamlin habia prohibido que estuviese en cualquier de las fiestas que se celebraron los últimos meses en la corte, para evitar el desprecio, mas que nada para protegerme y evitar un mal ambiente.

Yo no me opuse, no me importaba realmente.

Pero esto era diferente, me gire hacia Feyre.

--¿tu quieres que este presente?

La escrute con detenimiento, esperando su sinceridad aun cuanto doliera.

--claro que quiero que estes—añadió con rapidez.

Pero claro, tenia miedo de que no me sintiera comoda, que las miradas de odio hicieran de la ceremonia lo peor para mi.

--entonces ire—mire con determinación a Ianthe—por cierto, Lucien, ¿podemos hablar?

Ianthe respiro con lentitud, una clara señal de que intentaba calmarse.

Sonreí para mis adentros.

(...)

Espere a Lucien en el pasillo antes de seguirlo hacia su habitación, ignore como dos inmortales paraban de hablar para observarnos pasar, ni siquiera me moleste en escucharlos.

--¿querias hablar conmigo?—Lucien levanto una ceja en mi dirección, cerre la puerta tras mio y me cruce de brazos.

No habíamos hablado desde que volvimos a la corte, si habia dicho mas de tres palabras en mi dirección era mucho, si no fuese por el collar que me regalo en el solsticio diría que estaba dentro del club de los fae para odiarme.

--habla con Tamlin, Feyre necesita aire fresco—lo mire con determinación.

Rio entre dientes, su ojo dorado se entrecerró en cuanto me miro.

--¿es enserio?

--ella lo necesita, necesita salir, necesita no sentirse atrapada...

Lucien retrocedio ofendido.

--¿de verdad crees saber lo que ella necesita? ¿y que hay de Tamlin? ¿sabes lo que siente? ¡esta aterrado!

--se como se siente—chille enojada al ver por donde se estaba metiendo.

--¡no! No lo sabes—me apunto acusador-- ¿sabes como se sintió en bajo la montaña cuando te veía entrar con Amarantha? Como lo ignorabas, como te pavoneabas como si no importara.

Retrocedi herida.

--sabes el porque lo hice...-- susurre.

--si, claro—bufo – no es como si no te hubieses acostado todas esas noches con Rhysand para al final vender a Feyre, ¿y asi dices que te preocupas por ella?

Senti nauseas, ¿eso era lo que creían? Que todo habia sido un plan para venderle a Feyre al lord de la corte noche, que nada de lo que hice fue por ellos...

Lucien noto lo herida que estaba, el como me dolía que desconfiara de mi de esa manera y se contuvo.

--Tamlin piensa que lograste recordar—expreso—que quien volvió con nosotros... fue Clythia.

Casi me rei ante el comentario.

--tenme a prueba todo lo que quieras, vigílenme y enciérrenme si no pueden confiar en mi—lo mire—es bastante triste que quien creen que es su enemiga es la única que ha notado lo que pasa con Feyre, ¿no ves lo delgada que esta? ¿no escuchas sus sollozos en la noche? No la recompenses con esto, ella merece mas y lo sabes.

Me gire y sin mas cerre la puerta de un portazo.

Corri a mi cuarto desesperada, encerrándome en esas cuatro paredes que antes eran mi hogar.

Las lagrimas acudieron con rapidez cuando lo note.

Era la primera vez que lloraba desde que habia vuelto.

La primera vez que me permitía compadecerme de mi misma.

Ya no era mi hogar... era mi prisión. 

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