CAPITULO 26

Narra Sabina

Me levanté sobresaltada al sentir el peso mover a mi espalda la cama.

-- no quería despertarte-- murmuró Az.

Mi cuerpo se relajo de inmediato, Az se inclino, lo observé absorta quitarse la armadura de cuero Ilyrio.

--esta bien, no podía dormir-- añadí-- pense que vendrias mañana.

No lo esperaba, y tal vez por ello me había levantado tan alterada, aún me sentía insegura en cuanto a la cercanía de las demás personas.

--acelere la visita, no quería que estuvieras sola después de...-- hizo mala cara.

Así es, después de que Feyre viera a sus hermanas, Lucien había intentando en diferentes ocasiones hablar conmigo, sin éxito claro esta.

--¿Que tan malo fue? -- pregunto al fin, intentando calmar el ambiente.

-- muy malo-- exprese con cansancio-- Nesta volvio a comportarse como una maldita con Feyre y obviamente la culpo de todo, solo se preocupa por la pobre y dulce Elain y...

Bufe con rabia, odiaba la actitud de ellas, sabía que no era facil por lo que estaban pasando, pero Feyre jamás ha intentado nada en contra de ellas, siempre ha visto por ellas, siempre preocupada, siempre sacrificándose pero claro, lo toman como si eso fuese su obligación.

-- y la razón por la que colocaste pestillo a la puerta...

-- lo sabes-- reñi-- Feyre permitió a Lucien quedarse aquí, en la otra esquina de la casa, pero bajo mi mismo techo al fin y al cabo.

--si no estás cómoda aquí, podemos ir a...

Lo corte de inmediato.

--no-- negué rápidamente -- me gusta esta casa y no porque Lucien ahora está aquí voy a huir.

--no estarías huyendo-- expreso con seriedad-- quiero que estés bien.

Lo mire con dulzura. Cómo siempre tan atento.

--estoy bien aquí.

Y era verdad, me gustaba esta casa, me gustaba la biblioteca, me gustaba caminar entre los salones y me gustaba la habitación que compartía con Az.

Lo observé quitarse lo último de la armadura, los músculos de su espalda tensos por las horas de vuelo, habría venido a toda velocidad solo para llegar antes del amanecer. 

Dejo las armas a un costado y a su fiel daga "el que dice la verdad" en la mesita de noche junto al libro que había devorado está mañana sobre instrumentos mágicos en Prythian

--¿No has logrado encontrar algo?

Negué rápidamente, cada libro eh información que encontraba parecía no tener lo que necesitaba, nada se acercaba a como desactivarlo sin un riesgo mayor.

-- cada que le doy más vueltas a ello más mareada me siento-- suspire-- ¿Y si no hay manera de desactivarlo? Y si...-- ladee mi mirada para evitar sus ojos profundos-- y si en la guerra logré encontrar algo referente? Escondí al caldero pero y si lo que buscará era algo más... Acabar con el?

Ya habíamos hablado de eso, de la posibilidad de que Rhysand urge en mi mente en busca de recuerdos.

--no te presiones-- me pidió, sus rasgos ahora mucho más emotivos, era algo usual, el como sus barreras caían cuando estábamos solos.

--a veces es necesario, tenemos una guerra acercándose.

-- lo se...-- la oscuridad lo rodeo-- mañana enviaran las invitaciones a las demás cortes para una reunión.

--¿También le enviaron a Tamlin?

Az se tenso, evadió mi mirada y eso fue suficiente respuesta para mí.

--es una tontería, esta aliado con Hybern, sería invitar a nuestros enemigos -- refunfuñe con rabia.

No creo poder perdonarlo, no en esta vida.

--Rhysand cree que es lo mejor, evitar a Tamlin por como esta la situación no nos beneficiaria-- añadio.

Y tenía razón.

No solo estábamos enemistados con la corte primavera, la corte otoño después del intento de asesinato a Feyre mantenía una hostilidad vigente y la corte verano... Bueno, habían rubis de sentencia de muerte dirigidos a nuestros líderes, la situación no estaba a nuestro favor.

--¿Crees que está guerra la ganemos?-- murmuré con la voz queda.

Hace quinientos años se había ganado pero en ese entonces el rey no tenía en su poder el caldero, teníamos todo en contra.

Sin aliados y con aquel instrumento poderoso en manos del enemigo.

--no lo sé -- reconoció.

Se recostó a mi lado, el áspero de sus manos erizaron mi piel, el escaso camisón apenas y me protegía

-- tengo miedo de lo que pueda pasar-- susurré.

Depósito un tierno beso en mi frente, me recosté en su pecho para escuchar los latidos de su corazón, acurrucada a su lado sentía que la calidez empezaba a recorrerme entera.

Me aferre a esto, a el.

Entre sus brazos, no tuve pesadillas.

(...)

Solté un quejido al caer de espalda.

Cassian sonrió soncarron, el movimiento que había hecho hace unos momentos había sido suficiente para hacerme perder el equilibrio.

--concentrate-- indico.

Bufe enojada.

--estoy concentrada.

--no has podido seguirme el ritmo--me riño-- ¿Que te come la cabeza?

Tome la mano que me ofrecía para levantarme.

--Feyre me dijo lo que planea Hybern, lo de romper el muro-- se me pone la piel de gallina de solo pensarlo, de solo imaginarlo.

Cassian asintió, la sonrisa en su rostro rápidamente se evaporó

--las malas noticias no paran -- murmuró tenso.

Observé con disimulo sus alas, el recuerdo de aquellas fibrosas membranas destrozadas me estremeció, habian recuerdos que se aferraban a quedarse.

Aparte la mirada casi asqueada. 

--¿algun avance?-- levante la mirada hacia la segunda planta, donde podia sentir la penetrante mirada de Nesta. 

Cassian tambien lo notaba, parecia sentirla con cada centimetro de su cuerpo. 

--aun no-- susurro-- ¿tambien lo sentiste? ¿cuando emergio? 

Trague en seco. 

Pero fui sincera y asenti, lo que sea que habia salido de ese caldero era...  negue. 

--las montañas se estremecieron-- susurre-- sea lo que sea que vino con ella, ten cuidado Cass. 

El guerrero sonrio. 

--¿te preocupas por mi? 

Me cruce de brazos, mucho mas seria, necesitaba que me escuchara y tuviese en cuenta lo que iba a decirle. 

--hablo en serio-- sentia los bellos de punta con solo recordarlo-- incluso siendo mortal lo senti, la muerte misma abrazando a una mujer. 

--y tu eres el angel de la muerte-- añadio el con ironia. 

En ese preciso instante la cortina de la segunda planta se movio, solo un poco, un movimiento hostil, felino, estudiado. 

--por eso mismo te estoy advirtiendo-- susurre. 

Mantuve la mirada fija en la figura tras la cortina, ella no dio su brazo a torcer, se sostuvo con igual potencia. 

Cassian se giro, curioso por mi mirada, pero ya era tarde, Nesta habia dado media vuelta y se habia escondido entre la sombras. 

(...)

La cena habia empezado de la peor forma, mi sonrisa se vio interrumpida por la llegada de Lucien, quien observo con cierto revuelo hacia Feyre, su vestimenta casual, el cuero Ilyrio de Cassian y Az, el vestido usual gris de Amren y mi sutil tunica azul que usaba despues de los entrenamiento, el con su traje mas formal parecia fuera de lugar. 

Paso al lado de Feyre mirandome ligeramente, Az por debajo de la mesa tomo mi mano apretandola levemente en señal de tranquilidad. 

— ¿Cuál es el código de vestuario?

Feyre se encogió, dándole la copa de vino que había traído.

—Es... como sea que nos sintamos.

Extendi mi brazo hacia la copa de vino con lentitud, de verda la necesitaba si queria sobrevivir a la cena.

-- ¿Qué hiciste esta tarde?

--Dormí. —dijo—. Me lavé. Me senté sobre mi trasero.

--que sorpresa-- dije con ironia, Cassian sonriente observo como me llevaba la copa a la boca.

—Podría darte un tour de la ciudad mañana en la mañana —ofrecio Feyre con rapidez pasando de mi groseria —  Si lo deseas.

 --No necesitas desperdiciar tu tiempo intentando convencerme, lo entiendo. Entiendo...Entiendo que no éramos lo que tú querías. O necesitabas. Lo pequeño y aislado que nuestro hogar debió de haber sido para ti, una vez viste esto.—Dirigió su barbilla hacia la ciudad, donde las luces estaban brillando en la vista en medio del crepúsculo desvanecido—. ¿Quién podría compararse?

--hipocrita...-- iba a continuar mi retaila cuando la puerta se abrio. 

Nesta con un vestido sencillo pero hermoso ingreso, mis sentidos estuvieron alertas, desde el primer momento que salio de ese caldero habia algo que me mantenia sigilosa en cuanto a Nesta, un poder que me ponia la piel de gallina. 

Cassian la observo embobado, sus ojos desbordandose desde su fria mirada hacia las curvas acentuadas por el vestido. 

oh... 

-- ¿De dónde salió ese vestido? —dijo Mor, su vestido rojo flotando detrás de ella cuando iba hacia Nesta tocando la pesada tela azul, inspeccionando cada costura. —Quiero uno. 

Mor nos miro respectivamente a Feyre y a mi. 

Feyre se giro hacia mi en busca de respuesta. 

--le prometi que hiriamos de compras cuando volvieras...-- acepte en un suspiro. 

--una excusa pobre para quedarse encerrada con este par de idiotas-- señalo Mor en fingido enojo. 

--aceptalo-- Cass la miro divertido-- Bina nos prefiere a nosotros. 

Mor rodo los ojos. 

--prefiere a Azriel, no te confundas. 

Casi me rei ante el comentario. 

--no negare nada-- levante una mano. 

Azriel le dirigio una sonrisa victoriosa a Cassian quien con un solo bufido volvio su atencion a Nesta.

—En fin, es una cosa buena que no seamos de la misma talla, de otra manera, estaría tentada a robar ese vestido.

--Más a sacárselo de encima — murmuro Cassian.

La sonrisa como respuesta de Mor no era alentadora.

Pero Nesta no sonrio, seguia tensa, evaluando cada centimetro de Mor, su cabello, su maquillaje, y especificamente su atuendo rojo escandaloso. 

--Afortunadamente para ti —dijo Nesta planamente—. El sentimiento no es mutuo.

Azriel tosió en su vino.

Lo mire reprochandole y el solo se encogio de hombros, las sombras crepitando a su alrededor denotaban su buen humor, era el unico que disfrutaba esta cena. 

—Creo que necesitaremos mucho más vino.

La espina de Nesta se enderezó. Pero no dijo nada.

--Traeré la colección —ofreció Cassian, desapareciendo en los pasillos internos demasiado rápido para ser casual.

Nesta se enderezó un poco más.

Tome de golpe lo que quedaba de mi copa, si, necesitabamos mucho mas vino.

Amren se acomodo en el asiento frente a Feyre, sus ojos fijos en Nesta, parecia un animal a punto de saltar sobre su presa 

--Eres un pedazo real de trabajo.

Los ojos de Nesta se alzaron de golpe. Amren agito un cáliz de sangre despreocupadamente, mirándola como un gato con un juguete nuevo.

Nesta solo dijo:

--¿Por qué tus ojos brillan?

Levante la mirada sorprendida ante la pregunta.

Amren inclino su cabeza.

-- ¿Sabes? ninguno de estos entrometidos me han preguntado eso.

Esos entrometidos estaban intentando no parecer preocupados.

Amren suspiró, su cabello corto se sacudió.

--Brillan por qué era la parte de mí que el hechizo contenedor no pudo hacer bien. Es un vistazo de lo que hay por debajo.

--¿Y qué hay por debajo?

Ninguno de los otros habló. O se movieron siquiera. Lucien, todavía en la ventana, se volvió del color de papel fresco.

Amren trazó un dedo a través de su cáliz, su uña teñida de rojo brilló como la sangre de dentro.

--Tampoco se han atrevido a preguntarme eso.

-- ¿Por qué?

—Porque valoran su vida-- solte. 

Amren sonrio lentamente sin negar lo que acababa de decir.

—Tú y yo, somos lo mismo —dijo Amren.

La habitacion estaba estatica, nadie se movia, nadie respiraba.

--No en carne, no en la cosa que merodea debajo de nuestra piel y huesos... —Los extraordinarios ojos de Amren se entrecerraron—. Pero... veo el núcleo, niña. —Amren asintió, más para ella misma que para alguien—. No encajas en el molde en el que te han metido. El destino en el que naciste y te forzaron a caminar. Lo intentaste, y aun si no lo hacías, no podías encajar. Y entonces, el destino cambió. —Un pequeño asentimiento—. Lo sé, sé lo que es ser así. Lo recuerdo, por mucho tiempo que haya pasado.

Nesta se mantuvo en silencio antes de señalarme. 

--¿como ella? 

La fuerte mano de Az presiono mi muslo, recordandome respirar.

Los rojos labios de Amren se partieron en una amplia sonrisa.

—Cuando estalles, niña, asegúrate de que se sienta a través de los mundos.

Un escalofrió se deslizó por mi piel.

Pero Rhys dijo lentamente:

--Amren parece que ha tomado clases de drama en el teatro de la calle de su casa.

Le lanzo una mirada.

 —Lo digo en serio Rhysand...

—Estoy seguro de que lo haces —dijo el, reclamando el asiento al lado de Feyre —. Pero prefiero comer antes de nos hagas perder el apetito.

Tome su mano con fuerza apretandola, Az permanecio impacible aun asi su calidez y apoyo tiro de si en el lazo que compartiamos. 

Todos tomaron asiento, Cassian opto por sentarse al lado de Az y Mor al mio, con una sonrisa me susurro que no iba a escapar de una tarde de chicas. 

Con ello solo quedaba un asiento donde Lucien podria sentarse. 

—Yo... ¿Debería sentarme a la cabeza?

Rhys levanto una ceja.

—No me importa dónde te sientes. Solo me importa comer algo justo—chasqueo sus dedos—,ahora.

Los platos de comida aparecieron al otro lado de la mesa, con bandejas y tazones. Carne asada, varias salsas, arroz y pan, vegetales cocidos frescos de las granja del alrededor... casi suspiré por los olores que me envolvieron.

—Te acostumbraras a la informalidad.-- le indico Feyre. 

—Dices eso, Feyre querida, como si fuera una cosa mala. —dijo Rhys. Sirviéndose de una bandeja con trucha frita antes de pasármela.

Az se inclino en la mesa llenando mi plato de mariscos y vegetales, mis favoritos. 

—Me tomó por sorpresa esa primera cena que todos tuvimos, para que sepas.

—Oh, lo sé. —Sonrió Rhys.

Cassian se burló.

--Honestamente —le dijo Feyre—. Azriel es el único educado. —Unos llantos de atrocidades de Mor y Cassian, pero una sonrisa fantasma bailaba en la boca del cantor de sombras mientras bajaba su cabeza y arrastraba una bandeja de carne asada espolvoreada con queso de cabra hacia sí mismo justo despues de haberme servido —. Ni siquiera intenten pretender que no es cierto.

—Por supuesto que es cierto —dijo Mor con un suspiro fuerte—, pero no necesitas hacernos sonar a todos como salvajes.

—Habría pensado que encontrarías ese término un cumplido, Mor —dijo Rhys ligeramente.--aunque todos sabemos que Az lo hace para impresionar a Bina. 

Sonrei ladeando la mirada hacia el jefe de espias. 

--me temo que no necesita esforzarse en lo mas minimo para impresionarme-- le di un tierno beso en la mejilla para concentrarme ahora si en la cena. 

Lucien nos observo absorto, es cierto, aun no sabia que Azriel   y yo eramos pareja, pero era facil de notar, despues de nuestros acercamientos se deducia . 

Continuamos la cena, Feyre lleno el plato de Nesta con lo que creyo prudente. Yo solo me concentre en el delicioso sabor de las salsas de Velaris y en el tono dulzon del vino. 

— ¿A qué hora estaremos de vuelta al anillo de entrenamiento mañana?-pegunto Feyre hacia Cassian, intentando calmar el ambiente. 

Para su crédito, Cassian no miró casi a Nesta mientras respondía con una sonrisa floja.

—Diría que al amanecer pero como estoy bastante agradecido de que estés de vuelta en una sola pieza, te dejaré dormir. Nos encontraremos a las siete.

—Difícilmente llamaría a eso dormir. — dijo ella en un puchero.

—Para un Illiriano, lo es —Murmuro Mor.

Las alas de Cassian crujieron.

—La luz del día es un precioso recurso.

—Vivimos en la Corte Oscura —Mor contrarresto.

Cassian solo miró con una mueca a Rhys y a Azriel.

—Les dije que el momento en que dejáramos entrar a mujeres a nuestro grupo, no serían nada excepto problemas.

—Según yo puedo recordar, Cassian —respondió Rhys secamente—, en realidad, tú dijiste que necesitabas un indulto de ver nuestras feas caras, y que algunas damas añadirían una muy necesitada belleza a la que mirar todo el día.

—Cerdo —dijo Amren.

Cassian le dio el gesto vulgar que hizo que Lucien se ahogara con sus frijoles verdes.

—Era un joven Illiriano y no tenía sabiduría — dijo el, después punto su tenedor hacia Azriel—. Ni intentes mezclarte en las sombras. Dijiste lo mismo.

—No lo hizo — dijo Mor, y las sombras de Azriel que ciertamente

Me gire hacia Az con una ceja en alto, las sombras empezaban a esconder su hermoso rostro 

— Azriel nunca ha dicho algo así de horrible. Solo tu Cassian. Solo tú.-- refunfuño Mor

El general del ejército del Gran Señor sacó su lengua. Mor devolvió el gesto.

Amren frunció el ceño a Rhys.

--Serás sabio en dejar a ambos en la casa durante la reunión con los otros, Rhysand. No causan nada, excepto por problemas.

Solte una risita, serian un problema increible 

Rhys dijo:

—Todavía queda ver si se unirán a nosotros. — Lucien lo vio, la curiosidad en ese ojo inconfundible. Rhys lo notó y lo ignoró—. Lo descubrirán lo suficientemente pronto, supongo.

Las invitaciones a los altos lores ya estaban de camino, se me habia quitado el apetito de pronto. 

La mano de Lucien apretó el tenedor.

— ¿Todos?

Rhysand solo asintio. 

Me acerque la copa de vino. 

— ¿Puedo ofrecer mi consejo no solicitado?

Rhys sonrió.

—Creo que esta es la primera vez en esta mesa que alguien me ha pedido tal cosa.

Mor y Cassian ahora le sacaron su lengua a él.

Pero Rhys agitó una mano perezosa hacia Lucien.

--Por todos los medios, aconseja.

Lucien los estudio, a Feyre y Rhysand antes de mirarme a mi- 

—Asumo que Feyre ira.

—Así es.

Amren bebió de su copa de sangre, el único sonido en la habitación mientras Lucien lo consideraba otra vez.

— ¿Planeas esconder sus poderes?

Silencio.

Rhys finalmente dijo.

—Eso es algo que había planeado discutir con mi compañera. ¿Estas apoyando una manera o la otra, Lucien?

Me encogi, su voz sonaba demasiado amenazadora como para no tener cuidado. 

—Mi padre probablemente se una a Hybern si piensa que tiene una oportunidad de recuperar su poder de ese modo. Matándote.

Un gruñido de Rhys.

—Sin embargo, tus hermanos me vieron —dijo Feyre—. Tal vez podrían confundir la llama como tuya, pero el hielo...

Lucien sacudió su barbilla a Azriel.

—Esa es información que necesitas reunir. Lo que mi padre sabe, si mis hermanos se dieron cuenta de lo que ella estaba haciendo. Necesitan empezar desde ahí, y construir su plan para la reunión adecuadamente.

Mor dijo:

—Eris tal vez mantenga esa información para sí mismo y convenza a los otros también, si piensa que será más útil de esa manera. 

Lucien dijo parejamente:

—Tal vez, pero necesitamos averiguarlo. Si Beron o Eris tienen esa información la usarán para su beneficio en la reunión y controlarla. O controlarte a ti. O podrían no aparecer en absoluto e ir directo hacia Hybern.

Cassian maldijo suavemente. 

Odiaba aceptarlo pero tenia razon. 

Rhys arremolinó su vino una vez, la bajó y le dijo a Lucien:

— Tu y Azriel deberían hablar. Mañana.

Lucien dirigió su mirada hacia mi pareja, quien solo podía asentirle.

Ahora si estaba de mal humor.

—Estoy a tu disposición.

¿de verdad? 

Me mordi la lengua, su lealtad posiblemente aun estaba con Tamlin, pero no dije nada, quien sabe que tanto ocultaria de la corte primavera para su beneficio. 

—Hay otra reunión que debe tener lugar, y pronto.

—Por favor, no digas que necesitamos ir a la Corte de Pesadillas — Cassian se quejó con su boca llena de comida.

Rhys levanto una ceja.

— ¿No estás en el humor para aterrorizar a nuestros amigos allá?

La cara de Mor palideció.

—Quieres pedirle a mi padre que pelee en esta guerra — le dijo a Rhys.

El solo recuerdo de esa corte me removia el estomago. 

— ¿Que hay en la Corte de Pesadilla? —demandó Nesta.

Lucien respondió por nosotros.

—Es el lugar donde el resto de mundo cree que esta la mayoría de la Corte Oscura. —Sacudió su barbilla hacia Rhys—. La sede de su poder. O lo era.

—Oh, todavía lo es —dijo Rhys—. Para todos fuera de Velaris. —Le dirigió una mirada firme a Mor—. Y si, la legión de Keir Darkbringer es lo suficientemente considerable para que una reunión esté garantizada.

No es como si en la ultima reunion le hubiese roto un brazo al padre de Mor. 

Las cejas de Nesta se estrecharon.

— ¿Entonces por qué no ordenárselo? ¿No responden a ti?

Cassian bajó su tenedor, la comida olvidada.

—Desafortunadamente, hay protocolos entre nuestras dos sub cortes en cuanto a estos asuntos. Principalmente se gobiernan a sí mismos, con el padre de Mor como representante.

Mor se mantenia estatica, sopesando lo que significaba.

—El representante de la Ciudad Tallada está legalmente autorizado para rechazar la asistencia de mi ejército. —Rhys le explico a Nesta—Fue parte del acuerdo que mis ancestros hicieron con la Corte de Pesadillas hace miles de años. Se quedarían dentro de esa montaña, no nos desafiarían o disturbarían más allá de sus fronteras... y conservarían el derecho de decidir no a ir a una guerra.

— ¿Y se han...negado? —pregunto Feyre, palida.

Mor asintió seriamente.

—Dos veces. No mi padre —casi se ahogó con sus palabras—. Pero...han habido dos guerras. Hace mucho, mucho tiempo. Decidieron no pelear. Ganamos, pero... a duras penas. A un gran costo.

Y con la guerra que se nos avecinaba... 

—Nos vamos en dos días —dijo Rhys.

—El dirá que no —respondió Mor—. No desperdicies tu tiempo.

—Entonces encontraré una manera de convencerlo.

Los ojos de Mor destellaron.

— ¿Qué?

Azriel y Cassian se movieron en sus asientos, y Amren chasqueó su lengua a Rhys. Desaprobación.

—Él luchó en la Guerra. —dijo Rhys calmadamente—. Tal vez esta vez también seamos afortunados.

—Te recuerdo que la legión Darkbringer es casi tan mala como el enemigo en cuanto a su comportamiento —dijo Mor, empujando su plato.

—Habrán nuevas reglas.

—No estarás en posición de hacer reglas, y lo sabes —Mor estalló.

Rhys solo mezcló su vino de nuevo.

—Ya lo veremos.

Solte un suspiro, Rhysand no daria su brazo a torcer. 

Miré a Cassian. El general sacudió su cabeza sutilmente.

Mor movió su cabeza hacia Azriel.

— ¿Qué piensas tú?

Az sostuvo su mirada, su cara ilegible. Considerando.

Mor lo estaba colocando en un punto dificil. 

—No soy quien para decidir.

—Esa es una respuesta de porquería, ¿que si tuviese que ver con Bina? ¿sabes el riesgo? 

Az hizo una mueca, como si hubiese recibido un golpe. 

Porque sabia la respuesta, sabia que si se tratara de mi se opondria, mire seria a Mor. 

—No tienes que venir, Mor —dijo Rhys con una voz calmada y pareja.

—Por supuesto que iré. Será peor si no estoy ahí. —Bebió su vino en un fluido movimiento de cabeza—. Supongo que ahora tengo dos días para encontrar un vestido apropiado para horrorizar a mi padre.

Amren al menos se rio de eso y Cassian también.

--ah, y no te vas a librar, vienes de compras conmigo Bina-- me señalo acusadoramente 

--que el caldero me hierva...-- tome un largo trago de vino. 

El ambiente parecio calmarse un poco, Feyre suspiro, por lo que supe que igualmente Rhysand se habia calmado. 

—Entrenemos a los ocho mañana. Te encontraré en el anillo.-- se giro hacia Cassian.

—Siete y media —dijo con una sonrisa encantadora, una de la que la mayoría de sus enemigos correrían.

—Ocho —respondio deafiante

--¿tambien aplica para mi?-- pregunte esperanzada. 

Cass me sonrio ironico, claro, como si tuviera tanta suerte. 

—. ¿Te gustaría ir?--Feyre miraba a Nesta.

—No.

El ritmo de silencio era muy puntiagudo para ser ignorado. 

Vaya, eso fue rapido, Feyre resignada y a sabiendas de que no lograria nada volvio la atencion en lo presentes

—Quiero aprender a volar.

Mor escupió su vino por toda la mesa, salpicándolo por su pecho y cuello. Azriel se habia girado rapidamente para mirar a feyre. 

Cassian se veía dividido entre gritarle a Azriel y tener la boca abierta.

—Quiero que me enseñen.

Mor dejo escapar un: — ¿En serio? 

Mientras Lucien decía: 

—Bueno, eso explica las alas.

Nesta se inclinó hacia Feyre, curiosa.

— ¿Cuáles alas?

—Puedo...cambiar de forma —admitio—. Y con el conflicto que se avecina, saber cómo volar podría ser... útil.. Asumo que las batallas contra Hybern incluirán a los Ilyrios —Hubo un asentimiento vacío del general—. Entonces planeo pelear con ustedes. En el cielo.

Cassian arrastró un aliento.

—No sé si es siquiera técnicamente posible, en cuanto al plazo de tiempo. No solo tienes que aprender a cómo volar, sino como lidiar con el peso de tus escudos y armas, y como trabajar con la unidad Ilyria . Nos toma décadas manejar solo esa última parte. Tenemos meses en el mejor de los casos, semanas en el peor.

El solo recordatorio del poco tiempo con el que contabamos me golpeo con fuerza. 

—Entonces le enseñaremos lo que sabemos hasta entonces —dijo Rhys. — Le daré cualquier oportunidad de ventaja, de alejarse si las cosas se van a la mierda. Incluso un día de entrenamiento podría hacer la diferencia.

Azriel apretó sus alas, sus rasgos inusualmente suaves.

Contemplativos.

—Yo te enseñaré.

Observe con admiracion a mi pareja, a su rasgos y determinacion. 

— ¿Estas... seguro? —pregunto ella algo insegura-

La máscara ilegible se deslizo de nuevo sobre la cara de Azriel.

—A Rhys y Cassian se les enseño a volar tan jóvenes que apenas lo recuerdan.

Se me encogio el corazon al recordar la razon, el porque de su aprendizaje tan tardio, sus primeros años de vida en un calabozo, solo... 

--es de los iniciados lo básicos —dijo Cassian.

Azriel sacudió su cabeza, unas sombras gemelas flotaban alrededor de sus muñecas, lentamente extendiendose hacia mi, buscandome. 

—No es lo mismo. Cuando eres mayor, el miedo, los bloqueos mentales... es diferente.

Ninguno de ellos, ni siquiera Amren dijo nada.

Azriel solo le dijo:

—Yo te enseñare. Entrena con Cassian durante unas horas y te encontraré cuando termines, —añadió a Lucien, quien no retrocedió de esas sombras retorciéndose—. Después del almuerzo, nos encontraremos.

Solte una sonrisa disimulada, pobre Feyre, no sabe el tipo de entrenador que le toco. Azriel podia ser mas sadico que el mismo Cassian y sus entrenamiento fugaces. 

—Gracias. —Y entonces como si hubiese tomado valor se giro hacia Nesta—. El Rey de Hiberno está intentado derribar el muro usando el Caldero para expandir las grietas que ya tiene. —Sus ojos azules-grises no revelaron nada, solo ira ardiente ante la mención del rey—. Tal vez yo sea capaz de cerrar las grietas, pero tú... hecha del mismo Caldero... si el Caldero puede ampliar esos agujeros, tal vez tú puedas cerrarlos también. Con entrenamiento, con el tiempo que sea que tenemos.

—Puedo mostrarte cómo —Amren le aclaró con rapidez—. O podría, en teoría. Si empezamos pronto, mañana por la mañana. —Ella lo consideró, después le declaro a Rhys—: Cuando vayas a la Corte de Pesadillas, iremos contigo.

— ¿Qué? 

—La Ciudad Tallada es un tesoro de objetos de poder —explico Amren—. Tal vez haya oportunidad de practicar. Dejar que la chica sienta algo que se parezca a lo que sería el muro o el Caldero —añadió cuando Azriel parecía apunto de objetar—. Encubierto.

Pero Nesta solo preguntó:

— ¿Por qué no solo matar al Rey de Hiberno antes de que pueda actuar?

Silencio total.

Amren dijo suavemente:

—Si quieres su golpe mortal, niña, es todo tuyo.

— ¿Qué ocurrió con las reinas humanas?

Bufe, esas perras. 

— ¿Qué quieres decir?

— ¿Se volvieron inmortales? —la pregunta fue para Azriel.

Los sifones de Azriel se llenaron de sombras.

—Los reportes han estado turbios e inconsistentes. Algunos dicen que si, otros dicen que no.

Nesta examinó su copa de vino.

Cassian colocó sus antebrazos en la mesa.

— ¿Por qué?

Los ojos de Nesta se dispararon hacia su cara. Una pregunta peligrosa.

—Al final de esta guerra, los quiero muertos. Al rey, a las reinas, a todos. Prométeme que los matarás a todos y te ayudaré a reparar el muro. Entrenaré con ella. —Dio una sacudida de barbilla hacia Amren—. Iré a esa ciudad o lo que sea que es. Lo haré. Pero solo si me prometes eso.

—Bien —dije—. Y tal vez necesitemos tu ayuda durante la reunión con los Grandes Señores, para probar el testimonio a las otras cortes y aliados de lo que es capaz Hybern. Lo que te ha hecho.

—No.

—No te importa reparar el muro o ir a la Corte de Pesadillas, ¿pero tu línea se dibuja cuando se trata de hablar con las personas?

La boca de Nesta se apretó. 

—No.

Oh por todos los dioses. 

—La vida de personas tal vez dependan de tu relato. El éxito de esta reunión con los Grandes Señores puede depender de eso.

Agarró los brazos de la silla como si se estuviera refrenando.

—No seas condescendiente. Mi respuesta es no.

Bufe. Iba a decir algo pero con la sola mirada de Az lo supe, esta pelea era de feyre. 

—Entiendo que lo que te ha pasado es horrible...

—No tienes idea de lo que es o lo que no. Ninguna. No voy a humillarme como uno de esos Hijos del Bendito, rogándole a un Alto Fae ayuda, el cual me mataría gustosamente como una mortal. No les contaré esa historia, mi historia.

—Puede que los Grandes Señores no crean nuestro informe, lo que te hace un testigo valioso.

Nesta empujó su silla hacia atrás, arrugando la servilleta sobre su plato con salsa empapando la delicada tela.

—Entonces no es mi problema si no eres confiable. Te ayudaré con el muro, pero no iré a regar mi historia a todo el mundo en tu nombre. —Se impulsó sobre sus pies, con el color alzándose en su ordinaria cara pálida y siseó—: Y si te atreves a sugerir tal cosa a Elain, te arrancaré la garganta.

Oh.

Ninguno de nosotros habló mientras dejaba el comedor y azotó la puerta detrás de ella.

Feyre se desplomo sobre la silla. 

Mor se inclino para acercarle la botella de vino

—Está bien si quieres beber de la botella. —Fue todo lo que dijo Mor.

Estuve tentada a arrebatarsela y beber ahi mismo hasta que... 

lo escuche, justo en mi cabeza. 

"voy a pedirte un favor que no me gustara..." 

levante la mirada hacia Rhysand, se mantenia estatico como si no hiciese nada, las palabras bailaron en mi mente. 

"¿que necesitas?" 

¿y porque me lo dices aqui? ¿porque no en voz alta? 

Sus ojos crisparon hacia Az, ah... 

no queria que el se enterara. 

"Quiero al tallador de hueso como aliado en esta guerra" 

"y..." 

"dejo en claro que no hablara a menos de que tu vayas, a menos de hablar contigo" 

Se me helo la sangre. 

Mire con ansia la botella de vino, ahora si que la necesitaba 

"esta bien" 

Evadi la mirada de Azriel intentando sonreir, esto no le pareceria buena idea. Y tendria razon. 

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