CAPITULO 24

SABINA

No perdió tiempo, Az me había llevado en brazos hacia la cabaña, aquel lugar que fue nuestro hogar los primeros días de conocernos, aún cuando de cierta forma ya lo hiciéramos, aunque sinceramente teniendo en cuenta mi autocontrol hubiese permitido que me tomara alli, depositada contra aquel árbol.

La humedad de nuestra ropa se filtro en su cama, lo observé embelesada, sin la lluvia a nuestro alrededor podía observarlo en todo su esplendor

Iba a besarme nuevamente pero lo estuve, mi mano removió el cabello de su rostro para poder verlo bien.

Sus ojos avellana estaban iluminados con el brillo del deseo, sus rasgos preciosos y masculinos eran aún más perfectos, comtornee su rostro siguiendo las gotas de lluvia que aún se deslizaban hasta su pecho.

Me detuve alli, en su cuerpo firme de guerrero, siglos de entrenamiento lo mantenían en forma, delinee con los dedos hacia sus duros músculos embelezada.

-- eres muy hermoso-- susurré volviendo a mirarle.

Sonrió ligeramente, una sonrisa soncarrona que jamás había visto en el.

Se inclino hacia mi, sus labios buscaron los míos con desesperación, levanté las manos para tomarlo del cuello acercándolo a mi, el vestido se ceñia a mi cuerpo de tal manera que el calor de su cuerpo se filtraba al mio

Solté un suspiro al sentir sus labios bajar por mi cuello al mismo tiempo que sus manos subían por mis muslos.

Esperaba que fuese agresivo, que tomara mi piel desnuda con más ferocidad, pero sus caricias eran suaves, lentas en comparación a como deboraba mi cuello entre besos.

Sentía escalofrío con cada movimiento lento de sus manos subiendo aún más de mis muslos hacia mi espalda baja.

Solté un suspiro cuando llegó a cierto punto sencible en el interior de los muslos.

Me mordi el labio acallando los gemidos que intentaban salir ante la sensación

--Az...-- susurré.

Sus labios habían bajado hasta mis pechos, mordisqueandy saboreando con una dedicación absoluta.

Su mano derecha subió hacia mi espalda rasgando los pliegues del vestido.

Aquel arrebato me dejó sin aire, sus manos deslizaron el vestidos entre mis hombros, el tacto aspero de sus manos cicatrizadas parecían brazas por donde pasaban.

La prenda mojada al fin abandonó mi cuerpo, Az se detuvo, recorrió mi cuerpo con ojos hambrientos, el calor me subió por el rostro, nunca nadie me había mirado de esa manera, con esa adoración infinita.

Era consciente de mi aspecto, no era fea, pero aún así seguía teniendo la limitación de mortal, mi piel no era tan sedosa como la de un fae, tampoco tan resistente, aún con todo...

Az me miraba como si fuese la creatura más perfecta del mundo.

Y aún con todo, aún con la sensación caliente que me recorría no podía evitar sentir vergüenza.

Y entonces su rostro se contrajo, deteniéndose en aquella cicatriz de J que grababa en mi carne.

El desconcierto y el dolor se reflejaron por un momento, y sentí rabia, no dejaría que Jurian ni el rey de Hybern arruinaran este momento.

Acaricie su rostro sonriéndole.

--esta bien-- le indique inclinandome para besarlo-- ahora somos tu y yo, no importa nada más.

Sonrió, volviendo a mirarme realmente, como si aquello hubiese desaparecido y solo me viera a mi, y no solo a mi, era una sensación extraña como si viera atraves de mi.

Moví mis manos en un amague de taparme un poco, pero no lo permitió, con la destreza de un guerrero capturó mis manos por encima de mi cabeza dejándome mucho más expuesta. 

Sus ojos me recorrieron entera, con una media sonrisa se inclino hacia mi cuello, dónde simplemente susurro:

--no tienes idea de lo que me haces sentir-- mordisqueo mi cuello

Trague saliva, por el caldero...

Su mano libre bajo desde mi cuello, en un movimiento suave y lento las llemas de sus dedos hicieron un camino hasta mis pechos, bajando aún más hacia mis caderas.

Solté un suspiro cuando su mano llegó hasta mi centro.

Podía incluso sentir su sonrisa cuando empezó a estimularme, jadee y me removí pero no me permitió liberarme, sus labios volvieron hacia mis pechos chupando con lentitud, su lengua trazo hasta mis caderas al fin liberandome.

Tape mi boca en acto reflejo al sentir sus labios bajar hacia mis muslos.

Sin respiración lo observé, levantó la mirada solo para que lo viera, me sostuvo la mirada antes de volver a bajar hacia mi muslo interno, sus manos ciñeron mis muslos obligando abrirme las piernas, con una lentitud terrible fue moviendose más al centro dejando besos lenfos y humedos.
Y como si de una advertencia se tratara, levantó la mirada, sus ojos avellana me observaron con deseo antes de sonreír y bajar hacia allí.

Solté un gemido agudo, el muy desgraciado lejos de empezar con lentitud había empezado con su lengua, saboreando mi centro.

Una sensación abrazadora me domino, cerré los puños alrededor de las sábanas,  el cosquilleo que me recorría me tensaba de tal manera que me obligaba a intentar cerrar las piernas por la intensidad

Pero el no lo permitió, firmemente mantuvo mis piernas abiertas mientras seguía devorandome con ansia.

Jamás había sentido algo tan intenso, sentía mi interior a punto de explotar.

Y entonces sumo sus dedos y oh dioses...

Cerré los ojos sin poder pensar en nada, lo único que pasaba por mi mente era Az y los movimientos expertos que hacia con su lengua y su dedo que oh...

Había introducido el primer dedo y en sincronía con su lengua empezaba un vaiben delicioso.

Suspiros, gemidos y pequeños gritos escapaban de mis labios al no poder contener la presión que empezaba a acumularse en mi parte baja. 

No era consciente del mundo alrededor, solo cuando dió una pequeña mordida a mi vulva y su movimiento aumento mis piernas temblaron, mi mente quedó en blanco.

Me deje ir.

Sudorosa, con la respiración agitada al fin pude abrir los ojos.

Az se levantó sobre mi, sus ojos brillantes de deseo me escanearon, tentativamente se llevó los dedos a los labios, saboreandolos sin ningun descaro.

--eres lo más hermoso que pudo haber existido nunca ...-- murmuró inclinándose de nuevo hacia mi.-- nunca te merece, no por completo.

Aún agitada lo acerque a mi, lejos de haberme saciado quería más, quería sentirlo aún más, quería que el me tomara.

--Az...-- me acerque a sus músculos fuertes-- eres todo lo que quiero, absolutamente todo.

Lo atrage hacia mi decidida, nos derretimos entre besos y caricias, los suspiros y gemidos empezaron a decorar la habitación, el calor iba en aumento y más cuando Az se despojo de los pantalones que llevaba.

Sus caderas se movieron hacia adelante dejándome sin respiración, sus ojos me buscaron con rapidez identificando cada una de mis expresiones.

Se detuvo al notar el dolor obligandome a hacer una mueca, mis manos en su hombro tomándolo con fuerza buscando un consuelo.

Fue delicado, evitando continuar hasta que se lo permitiera, había aguantado dolor aún más allá de esto, era más la sensación de unión lo que me dejaba sin aliento

Sus ojos me buscaron en señal de preocupación, sonreí un poco, inclinandome para besarlo, solo entonces decidió moverse un poco más, su cadera se movió aún más hacia adelante chocando conmigo con suavidad.

--Az...-- susurré, mis uñas rasgaron su espalda cuando retrocedió y volvió a hundirse.

Sin aliento cerré los ojos disfrutando de la sensación, había cierto ardor pero el roce de nuestros cuerpos y el calor emanando del acto lo hacia llevadero, incluso placentero.

El vaiven empezaba a ser más rítmico en cuanto mis suspiros empezaban a ser más constantes, el sudor perlaba nuestro cuerpos mientras más trascurria la noche, la molestia empezaba a ser poca, Azriel me besaba con intensidad susurrando palabras dulces

Cuando el ritmo subió, una de sus manos tomo mi muslo derecho subiendo lo un poco.

Gemi al notar la intromisión mucho más a fondo, sus caderas chocando con las mías en un ritmo que me enloquecía.

Mordi, grité, suspiré y me aferre a el como nunca lo había hecho, o tal vez si en mis otras vidas, lo mire, observé aquellos ojos avellana que tanto me habían hechizado desde la primera vez que lo vi, ahi estaba, habia todo un universo alli, lo supe, lo ame desde el mislo instante en que lo vi, en mi alma estaba tatuado su nombre, siempre sería suya y el siempre seria mio.

Grité su nombre aferrandome lo más que podía a su cuerpo.

Con un gruñillo gutural Azriel se dejó caer sobre mi sin soltarme en ningún momento.

Tome su rostro entre mis manos para que me viera, para que notará el brillo que ahora estaba en ellos, todo el amor que el merecía, aquella promesa silenciosa que aún estaba entre nosotros después de dos vidas de tragedia.

--te amo-- lo dije, sin arrepentimientos, sin más...

El labio de Az tembló, conmocionado por mi declaración

Se inclino hacia mi rozando mis labios, sentía el corazón estallandome con fuerza.

--te amo, pueden pasar mil años...-- me miró directamente-- y seguiré amándote incluso más que antes.

Una lágrima silenciosa cayó por mi mejilla, estaba feliz, demasiado feliz.

Capture sus labios sellando al fin nuestro encuentro, nuestras promesas.

Y aún con una guerra cerca y tantas cosas por venir no había nada que importará más.

Y si no sobrevivía... Sabía que lo volvería a encontrar, volvería en otro cuerpo, en otras carnes solo para volver a su lado.

No había nada más puro que aquello que nos procesabamos, para un sentimiento así... No siquiera la muerte podría meterlo.

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