CAPITULO 2

SABINA

--Te estas moviendo demasiado.

Bufe ante el regaño de Feyre.

Llevábamos toda la mañana en su pequeño estudio de pintura, Tamlin se lo habia obsequiado hacia poco y ella no parecía querer hacer nada mas que pintar asi que cuando me pidió ser su modelo para una de sus obras no pude negarme

¿el problema?

No tenia en cuenta que debía quedarme estática todo el tiempo suficiente para que pudiese captar mi imagen.

--tengo hambre y me estoy aburriendo—rodee los ojos—hoy es el solsticio de verano, deberíamos estar preparándonos para ello y no aquí.

Feyre casi deja caer el pincel.

--¿Cómo es que nos permiten estar presente?

Me recosté mas en el sillon logrando que me mirara enfadada, lo cierto es que estar en la misma postura dos horas parecía querer quebrarme la columna.

--porque es una celebración, una fiesta—le exprese obvia—nada de ceremonias mágicas que nos ponga en peligro, es una de mis fiestas favoritas del año. Hay música, baile, bebida y... -- suspire—es especial, creeme.

Feyre dejo las pinturas a un lado y al fin se digno a sentarse a mi lado.

--¿Cómo pueden celebrar con esa plaga merodeando por las tierras?

Sabia lo que se refería, últimamente la preocupación por aquella plaga que se arraigaba en la magia tenia a todos inquietos, Feyre con temor a que aquello también afectara a las tierras humanas y por ende a su familia.

--¿seria mejor quedarnos encerrados a esperar el fin de todo?—me recosté a su lado—la gente hoy en día necesita esto, necesitan un poco de paz, diversión... sonrisas.

Choco su rodilla con la mia, era un gesto común que hacíamos cuando estábamos en la mesa con Lucien y Tamlin, algo que compartíamos y me hacia recordar lo intimas que ahora éramos, unos cuantos meses y habia encontrado en aquella humana cazadora una amiga en quien confiar.

--entonces, ¿me ayudas a alistarme para la ocasión?

Y asi fue, lleve a Feyre de la mano hacia su habitación, Tamlin que iba de camino a su oficina nos observo con una ceja en alto al escucharnos reír en disimulo, sonrio de lado al vernos pasar, hacia mucho que no lo veía de tan buen humor, era increíble como Feyre habia cambiado tantas cosas.

Escogí un vestido verde para ella, ajustado de la cintura y con un ligero escote, ambas teníamos una consistencia parecida pero era cierto que la cazadora tenia tributos mucho mas elevados que acentuar, yo era mucho mas menuda.

--¿no crees que es demasiado? –pregunto al ve las flores que colocaba en el trenzado cabello castaño.

--no, no lo es—sonreí colocándole un poco de colorete en las mejillas—Tamlin se va a morir cuando te vea.

Un color mucho mas profundo se apodero de sus pómulos, sabia que no era solo maquillaje.

--Bina...

--no, no lo digas—la mire de reojo—se lo que pasa o bueno, ligeramente lo se, te gusta, ambos se gustan.

--no creo que el piense tan alto de mi—expreso ella desviando la mirada de su reflejo.

--lo hace—afirme—de verdad lo hace, jamás vi a Tamlin de esta manera, lo conozco... lo conozco de toda la vida y creeme, te quiere.

--a ti te quiere—atribuyo.

Me cruce de brazos, ¿Por qué tenia que ser tan cabezota?

--me quiere como su familia, como una hermana, yo también le quiero de esa forma, pero la manera en la que te quiere a ti, es distinta—le asegure—tu lo haces distinto.

No dijimos nada mas, porque no era necesario, Feyre se miro al espejo y esta vez lejos de estar avergonzada se vio asi misma y se sintió poderosa... se sintió bella.

(...)

La fiesta en el solsticio era mi parte favorita del año, tocaba mi violín al compaz de la música con un ligero vestido blanco, Tamlin a mi lado tocando un tambor me sonreía y animaba a continuar, mis pies descalzos se movían con fluidez en la hierva.

Y entonces la vi, bailando de forma desordenada hacia nosotros con Lucien a su lado.

--¡Feyre! Ven!—no deje de tocar mientras ella entre risas pasaba girando hacia nosotros.

Su actitud era extraña.

--tomo del vino—se lamento Lucien.

--yo la cuidare—indico Tamlin sonriendo al ver a la risueña Feyre bailar a su alrededor.

--¡no necesito que nadie me cuide!

Rei con ganas al verla danzar con tanta libertad, era obvio que el vino ya se le habia subido a la cabeza.

Segui entonando mi música alrededor de los demás inmortales que danzaban, viendo de reojo como cierto alto Lord y una humana castaña se perdían entre el gentio.

Que el caldero nos salve de esos dos enamorados.

(...)

El desayuno a la mañana siguiente fue... interesante.

Al parecer mientras yo seguía entonando el violín hasta mas allá de la media noche, Tamlin y Feyre se habia tomado una escapada un tanto... romántica, después le haría un interrogatorio para preguntarle que ha pasado y que tanto tengo que emocionarme.

Me excuse temprano para irme a mi estudio, Tamlin estaba de tan buen humor que habia dejado nuevas partituras, por lo que estaba tan ansiosa que no pude evitar lanzarme al piano.

Deje que mi música fluyera por la casa, que la melodía soltara mi alegría, puede que jamás fui infeliz en esta casa, Tamlin siempre me dio todo lo que necesite, este lugar siempre me hizo sentir segura y aun asi siempre habia un deje de soledad, sabia que jamás seria como ellos, aun cuando Tamlin y Lucien me trataran como a un igual, los demás externos jamás lo harían, Feyre habia sido un aire fresco en todo ello, un complemento.

Lo tenia todo

No quería nada mas.

la puerta se abrió de golpe, me gire sobresaltada y lo mire.

--¿Tam?

Sus manos temblaban levemente, y la expresión en su rostro oculta por la mascara dorada me hizo levantar.

--se van, ambas—dijo en tono autoritario.

--¿Qué? ¿A dónde? ¿vamos de viaje a alguna corte o que pasa?

Pero sabia que no se refería a eso, jamás me habia permitido ir a otro lugar, seguía siendo peligroso que una mortal caminara libremente por los peligros de Prythian.

--a donde pertenecen, al otro lado del muro.

Las palabras se movieron con rapidez.

--no.

--no voy a pelear contigo, se hará.

Dio media vuelta para irse.

--¡no!—di un paso hacia el, firme—no puedes hacer esto, yo no pertenezco allí, pertenezco aquí, este es mi hogar...

--un hogar debe ser seguro, este lugar no lo es—no me miro, siguió dándome la espalda—si las cosas mejoran, si tan solo la plaga...

--si mejoran, si la plaga ya no esta, ¿prometes traerme de vuelta?

Un minuto de silencio, no me dio la cara, no me dio esperanzas, simplemente se fue.

Me deje caer contra el piano, desmoronada y con las lagrimas acudiendo en cascadas.

La melodía alegre que aun estaba en mi cabeza poco a poco se desvaneció.

(...)

Sin despedidas, sin nada mas que mi corazon roto le dije adios a la corte primavera que habia sido mi hogar desde siempre, el sitio donde rei, llore, creci...

Feyre no dijo nada, no quizo decirme nada mientras abandonábamos la propiedad, sabia que las lagrimas perladas decoraban mis mejillas mientras mas cerca estábamos del muro.

No fui consciente del resto del recorrido hasta que llegamos en la mansión, el lugar donde la familia de Feyre habitaba, donde ella me abrió sus puertas porque sabia que no tenia otro sitio al que ir. No me quedaba nada mas.

--bienvenidas a nuestra casa, Ladys...-- una mujer hermosa de cabello castaño dorado nos recibió, solo con mirarla supe quien era.

Su hermana, era hermana de Feyre.

--Nesta, ¿no reconoces a tu propia hermana? –rio Feyre ante la pasmada mirada de la chica.

Una segunda cabeza apareció por detrás de Nesta, un poco mas menuda y con un rostro amable muy diferente a la primera en abrir.

--¿Feyre? ¡tenias que habernos avisado!

La mirada de ambas se cruzo hacia mi.

--ella es Sabina, nuestra tia la adopto hace unos años, ahora que murió... ofrecí que viviera con nosotros.

La de sonrisa dulce corrió a abrazarme, supongo que mi aspecto demacrado las habia engañado lo suficiente para creer que lloraba por una tia inexistente que habia muerto no era asi, lloraba porque una parte de mi se habia quedado en la corte... en Prynthian, y puede que jamás la recupere.

(...)

La mansión era acogedora, Elain habia sido muy amable y cariñosa, y Feyre notando mi tristeza me habia invitado a enseñarme a pintar, pasábamos los días en su habitación intentando dejar atrás lo que habíamos dejado en la corte primavera.

Incluso en la fiesta de bienvenida de Feyre, cuando me mire al espejo, vestida de forma impecable y mi cabello rizado caía gloriosamente por mis hombros, supe que habia perdido mi brillo.

Aun con todos los halagos, yo seguía sintiéndome marchita.

--extrañas tu hogar—murmuro Nesta sentándose a mi lado, a diferencia de Elain, esta recordaba nítidamente que habia pasado con Tamlin, sabia que no estábamos en ninguna mansión con una tia enferma.

--¿Feyre te lo conto?

--muy poco.—explico ella—creciste allí, viviste con ellos por voluntad propia.

--si, y jamás me arrepentiré de haber tomado la mano de Tamlin ese día, de ir con el hacia Prythian. Puede que ese siempre sea mi hogar.

--entonces no lo dejes ir.

Se levanto con la gracia de un gato.

Y entonces, como si dormitara en un sueño, como si poco a poco despertara de una lejana pesadilla me levante hacia Feyre, quien inquieta miraba a los lados.

La tome del brazo y la lleve hacia uno de los rincones.

--debemos volver.

Pálida y con un leve temblor asintió, supe de inmediato que esa decisión ella ya a habia tomado por si misma.

--Clare, le di su nombre... los mataron a todos.

--debemos volver—repeti enfática, pero parecía aun en shock, como si el impacto de reconocer que dar su nombre pudo eliminar a su familia añadi—Feyre, ¿nunca te has preguntado porque no traje conmigo mi violín?

Era cierto que el piano habia sido casi imposible de llevar por su tamaño, pero el violín... el instrumento que me habia acompañado en cada solsticio, en cada madrugada sin poder dormir, quien habia calmado mis ansias.

--porque esa pasión, lo que siento cuando toco, solo esta allí, deje una parte de mi en Prynthia y la voy a recuperar, tu también lo hiciste—la mire a los ojos—ambas lo hicimos, recuperemoslo. 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top