CAPITULO 17

SABINA

Al día siguiente nos desplazamos al campamento Iliryo, Az no queria marcharse pero la situación lo ameritaba, debía penetrar en las demás cortes lo mas pronto posible para hallar aliados potenciales contra la guerra en Hybern.

Nadie le pareció extraño que en esa madrugada después de que lo despidieran yo me acercara.

Mor, Feyre eh incluso Rhysand nos habían dado un espacio.

--volveras pronto verdad—murmure, el frio desgastaba mi garganta.

Sus ojos brillaban en el alba del amaneces, llevaba puesto el traje de combate muy distinto a la tunica celebrativa del día anterior, pero no importaba, estaba incluso mas impresionante que antes, con ese aire de guerrero que me quitaba el aliento.

--siempre volveré a ti—soltó.

Tomo mi mano y en gesto dulce deposito un beso, senti las mejillas acaloradas al recordar sus labios en los mios, en la manera que mi cuerpo reaccionaba al suyo.

Lo vi marchar y la opresión del pecho se maximizo, era increíble como el lazo podía afectarme tan profundamente apenas descubierto, como una constante punzada que avisaba que allí estaba.

Después de aquel acercamiento no habia pasado nada mas, habíamos hablado hasta el amaneces, degustando de la compañía del otro, incluso me habia animado a tocar algo en su presencia, lejos de incomodarse el cantor de sombras se recostó a mi lado y disfruto de mi música, las sombras en sus hombros crepitaron alegres ante las melodías.

Lo observe hasta después de perderse en el basto cielo, me gire con el aliento congelado.

Mor sonreía de oreja a oreja.

Pronto tendría mi propio interrogatorio.

(...)

El campamento Ilyrio era tan horripilante como me lo imagine, el frio se me colaba por los huesos, el lugar atestado de machos que apenas y nos miraban al pasar, la tensión de guerra y brutalidad se leía en cada esquina, entendía por que Az se preocupo al saber que vendría aquí, entendía porque no le gustaba.

—Odio este lugar —dijo en voz baja Mor—. Deberían quemarlo.

Cassian y Rhys estaban callados y seguían así cuando se nos acercó un macho alto, de hombros anchos, flanqueado por otros cinco guerreros ilyrios, las alas bien guardadas, las manos indolentes cerca de las armas.

Me mostré impasible, con el mentón bien alto, Mor me lo habia advertido, la mayoría de los ilyrios eran propensos a menospreciar a las mujeres, por lo que un acto de sumisión me enterraría inmediatamente.

—¿Otra inspección al campamento? Tu perro —y llevó el mentón hacia Cassian— estuvo aquí la semana pasada. Las chicas están entrenándose.

Cassian cruzó los brazos. No pensé que hubiese alguien o tan valiente o tan estúpido como para hablarle asi a un guerrero como Cassian.

—No las veo en el ring.

—Tienen tareas que cumplir primero —dijo el macho, y los hombros se corrieron hacia atrás y las alas se movieron un poco—. Les toca entrenar cuando terminan.

Un ruido venenoso escapó de la boca de Mor, y el macho se volvió hacia nosotras y se puso tenso. Mor le dedicó una sonrisa malvada.

—Hola, lord Devlon.

Casi sonreí por el acto obvio de sigilo que tenían ante Mor.

Por fin, Rhys dijo:

—A pesar de que siempre es agradable veros, Devlon, hay dos asuntos que tratar: Primero, como le informó claramente Cassian, las chicas tienen que entrenarse antes de las tareas, no después. Que vayan a los rings. Ahora. —Yo temblé ante el tono de comando. Él siguió diciendo—: Segundo, por ahora, nos vamos a quedar aquí. Vaciad la casa de mi madre. No necesito ninguna ayuda para mantenerla limpia. Nosotros nos ocupamos.

—La casa está ocupada por mis guerreros importantes.

—Desocupadla, entonces —dijo Rhysand con calma—. Y que ellos la limpien antes de irse.

Me caía bien cuando mostraba esa faceta de alto lord cuando le convencia y con quienes se lo merecían.

Como si nos acabara de notar, Lordd Devlon se giro hacia Feyre.

—¿Otra vez una... una criatura como la que nos trajo una vez? Pensé que ella era única en su género.

—Amren —dijo Rhys con cuidado— os envía saludos. Y en cuanto a esta... —Feyre le sostenia la mirada desafiante —. Ella es mía —dijo él con calma pero con suficiente furia como para que Devlon y sus guerreros lo oyeran perfectamente, una advertencia silenciosa—. Y si alguno de ustedes le pone una mano encima, pierde esa mano. Y después la cabeza. —Cassian y Mor no mostraron ninguna reacción, solo yo me encogi un poco ante la brutalidad del alto lord—. Y cuando Feyre termine de matarlos —sonrió Rhys—, voy a reducir vuestros huesos a polvo.

Solté una risita, Devlon al fin pareció notarme, la capucha del abrigo ocultaba a primera vista mi rostro, solo con acercarse un poco y fijarse podía verme... reconocerme

La mandíbula del macho tembló, la sangre en su rostro se esfumo, libido dijo:

--el ángel de la muerte—mascullo.

Ah, con que me conocía, o bueno, me conoció en la guerra.

Le sonreí con dulzura, sin decir una sola palabra, el parecía a punto de sucumbir si yo solo abría al boca.

—Nos vamos —dijo Rhys a Cassian y Mor, sin molestarse en despedir a Devlon; empezaron a caminar hacia la línea de árboles—. Volvemos al anochecer. —Le dirigió una mirada a su primo—. Trata de no meterte en líos, por favor. Devlon es el señor de la guerra que menos nos odia y no me

Jumm, si era el que menos los odiaba no queria imaginar cuantos enemigos se escondían entre las sombras de este campamento.

(...)

Rhys y Feyre salieron después de instalarnos, Mor no perdió el tiempo y me jalo hacia la habitación cerrándole la puerta en la cara a Cassian que en un resoplico lo escuchamos salir de la casa.

--detalles—exigio Mor apenas se sento en la cama.

Rodee los ojos y me sente a su lado, estaba tan despampanante como siempre, ni un cabello fuera de lugar.

--pasaron cosas—exprese con una sonrisilla.

Mor gruño resignada.

--¿Qué cosas? Hasta Cass dijo mas...

--¿te lo dijo?

--despues de varias amenazas puedo ser muy convincente—dijo con cierta travesura brillándole en los ojos—soltó lo superficial, tu y cierto jefe de espías, sobre un piano...

Senti que se me subían lo colores a la cara.

Ya habia tenido esa conversación con Feyre, y el tener que tenerla nuevamente con Mor no parecía del todo malo, habia... cierta amistad ya de por medio.

Con Feyre era diferente, éramos dos humanas en un mundo peligroso, las circunstancia nos juntaron, pero con Mor, en esta vida mortal era la primera inmortal que por voluntad se habia acercado a mi con buenas intenciones, Ianthe claramente no cuenta.

--senti el lazo, estaba ahí—le exprese.

Mor suspiro, casi como si se aliviara.

--Az cambio, ¿sabes? – murmuro ella – cuando partio a la guerra no era muy expresivo pero... sentía, después de lo que paso, después de lo que te paso...-- negó—no quiero volver a verlo asi.

Solo pensar en lo destrozado...

--quiero recordar Mor, pero tengo tanto miedo...-- susurre.

Queria saber que habia pasado en esa guerra, como Jurian habia sido implicado, como habia llegado a los brazos de Az, ¿Jurian lo sabia? ¿sabia que habia encontrado a mi pareja en esa guerra donde habia fingido amarme? ¿habria sido esa la razón de mi muerte?

--nadie te obliga a hacerlo, si sientes que la carga es demasiada, vive el ahora, y Az lo entendera—sonrio levemente—esta mañana lo vi, como te observaba, como se comportaba. El amara cada versión de ti.

--¿aun siendo una humana débil y orgullosa?

Era verdad, el habia conocido a una guerrera forjada en acero, una mujer fuerte y decidida que hacia temblar a los ejércitos, y yo ahora... no era ni la sombra de ello, ¿Cómo podía conformarse conmigo?

--eres todo lo que el quiere, eso es suficiente—indico ella con determinación—no te conocí en la guerra, incluso temia lo que serias, pero conociéndote, si al menos en aquel entonces hubiese una sombra de lo que eres ahora, tengo por seguro de que el caldero no se equivoco.

Sonreí a la par.

--a mi también me hubiese gustado conocerte en ese entonces, lastima que no lo recordaría.

--oh, creeme, te haría recordar a las malas—soltó una risa malévola.

Y le crei.

(...)

Mor se fue en la madrugada y Feyre mas tarde a entrenar con Rhys, asi que decidí seguir mi entrenamiento físico con Cassian.

El campamento Ilyrio a estas horas estaba atestados de machos que entrenaban, algunos se detenían un momento para mirarnos a Cassian y a mi manejar las espadas pero nunca lo suficiente como para que reparara en alguno.

--te tienen miedo—rio Cassian en un jadeo después de ganarme una entrada.

Bufe, deteniendo una potente estocada.

Posiblemente mis movimientos eran torpes a comparación de los de Cassian, estos guerreros me tenían años y mas años de experiencia, atribuía mi rápido aprendizaje con los recuerdos latente de mi alma... un alma de guerrera.

--¿le tienen miedo a una pobre chica indefensa?

--los rumores son peor que una epidemia, los nombres en guerra no se olvidan tan fácilmente. Además, aun tienes el olor de Az.

Ladee la mirada hacia atrás, donde dos machos miraban hacia acá, al notarme rápidamente apartaron la mirada, oh...

No solo era la reencarnación de una leyenda de guerra, tenia la fragancia del jefe de espías de la corte noche aun ondulante a mi alrededor, una clara advertencia, parecer, Azriel era alguien de tener cuidado y todos aquí lo sabían.

--le tienen miedo a Az...-- susurre ocultando una sonrisa.

--hacen bien—asiente Cassian de acuerdo—pobre el diablo que intente por lo menos ponerte una mano encima.

Sonrei aun mas.

Al terminar el entrenamiento Cassian se excuso, tenia que realizar un informe o no se que de unos campamentos, me quede en casa sola mientras esperaba a Feyre y Rhys, pero no llegaron... pasaron las horas y ellos aun no volvían.

Mi preocupación creció mas y mas.

Tenia que buscar a Cassian, Mor aun no volvería y el único cerca de aquí era Cassian aunque no sabia donde estaba y donde encontrarlo.

Tome un abrigo y Sali de la casa, las miradas sigilosas de los guerreros que organizaban sus armas para descansar se centraron en mi en cada paso ágil.

Mantuve la cabeza en alto sin dejarme intimidar, cerca de la guarnición junto con dos machos de musculatura considerable se encontraba quien yo buscaba.

--Lord Devlon – exprese con frialdad, la misma capa de arrogancia y superioridad que use en corte de las pesadillas—lo estaba buscando.

Devlon levanto una ceja en mi dirección, ambos machos a sus lados se encogieron un poco ante mi presencia.

Casi sonreí por lo intimidados que estaba ante mi fría mirada azul.

--¿necesita algo de mi?—ya mucho mas calmado Devlon me miro de arriba abajo, evaluándome, sopesando la amenaza.

--localizad a Cassian, es urgente—exprese con autoridad, sin un "por favor" eso no ayudaría en este campamento de guerra.

El macho de cabellos negros a su izquierda bufo, el terror habia sido devuelto por una osadía nata.

--no somos tus perros—soltó.

El otro Ilyrio lo observo alarmado, aun conteniendo el miedo hacia mi, era impresionante como el mas robusto parecía ser el mas sensato en su manera de tratarme.

--¿ah no? Como vivis como animales se me pareció—solté con veneno.

Recordaba lo que hacían con sus mujeres y como con sus creencias machistas las sometían.

No me doblegaría ante ellos.

El macho mas pequeño tomo una bocanada de aire, casi gruñendo, Devlon le miro con advertencia.

--me temo que el bastardo que buscas esta algo lejos, en un campamento al sur—bocifero con desden—le recomiendo que espere sentada.

Le sonreí igualmente desafiándolo con la mirada.

--esperare sentada mientras vos y tus...-- mire con el mismo desden a los dos machos--.,, hombres lo buscan, y no os molestéis en volver si no es con el.

La mandíbula de Devlon se tenso, la furia en los ojos del macho a su lado me coloco en guardia.

--temo decirle, mi señora—escupio lo ultimo—que no tiene la autoridad para pedirme nada, y mucho menos para ordenar a mis hombres que hacer.

Me cruce de brazos.

--¿no era esta la lógica de este lugar? – lo mire desafiante—los débiles veneran a los fuertes, y en lo que a mi concierne, los hombres de masculinidad frágil y poco entendimiento van abajo del rango.

El macho se abalanzo hacia mi, el grito que soltó Devlon en advertencia no fue suficiente.

--¡Arlet!

El Ilyrio salió disparado hacia un tronco, el brillo en mi collar revelo el poder inminente que habia salido, Devlon retrocedio.

Las lecciones habían dado frutos.

--¡Zorra!—el mascullo en un gruñido enderesandose. 

Y todo estalló

Paralizados, el único que parecía respirar era lord Devlon, el macho que anteriormente me había atacado ahora se retorcía en brazos del jefe de esposas

Azriel tomaba del cuello a Arlet quien con los ojos abiertos de par en par, ni con ambos brazos era capaz de librarse del agarre mortal del cantor de sombras

--Az...-- susurré, el no dijo nada, su atención estaba fija en el iliryo

--perderas ambas manos por intentar tocarla... --mascuyo entre dientes mirándolo de arriba abajo --... Y por lo que dijisteis, la lengua.

Palideci de inmediato al notar lo que pasaría, Az empezaba a buscar entre su bolsillo su daga

--¡Az!-- camine hacia el con decisión, el no se movió, sabía que esto podría perjudicar a Rhysand y la corte-- Az...

Mi tacto en su hombro le relajo un poco, pero su mirada amenazante seguía fija en el ilyrio.

--no es necesario que tomes manos en el asunto, creo que ya le quedó claro sus limites-- exprese con determinación jalando del lazo, intentando relajarlo-- Feyre y Rhysand aún no llegan, tenemos cosas mas importantes.

Al fin se giró hacia mi, su rostro se relajo, soltó al macho con desgana quien buscó el aire con desesperación.
Devlon se mantuvo en silencio observando todo estático, sabía que saldría mal parado con solo decir una palabra

Az al fin camino hacia mi, dirigiendo una amenaza silenciosa mientras sacaba su daga, alrededor muchos observaban lo ocurrido.

-- agradece por su piedad-- expreso sin mirar al Ilyrio.

Le sonreí levemente para encaminarnos hacia la casa.

(...)

Mor y Cassian llegaron más tarde, no había rastro de Feyre y Rhys, estábamos preocupados.

--¿Cómo sabías que quería que vinieras? -- murmuré al lado de Az, el cantor de sombras había movilizado a sus espías para dar con el paradero de Feyre y Rhysand, pero no había tenido éxito

De todos los aquí presentes parecía el más alterado.

--senti tu angustia...-- añadió el, tomando mi mano para enlazarla con la suya.

Acaricie las cicatrices en sus manos, las figuras irregulares que le pintaban la piel.

El intento retroceder al tacto pero no le permite.

--eh, que me gustan-- murmuré ofendida.

Una sonrisa de lado decoro sus labios.

--ah claro, te encantan.

Me sonroje sin poder evitarlo, recordar sus manos ciñendose en mis muslos... Trazandose por mi cuerpo, delineando mi figura...

-- eres de lo peor... --farfulle avergonzada al escuchar el bufido de Cassian

Odiaba que pudiesen oler cada cosa.

Az rio ligeramente acercándome a el, su aroma cítrico me envolvio completamente. 

Y entonces Mor se levantó de golpe y corrió hacia la entrada

Todos la seguimos con la misma rapidez, al abrir la puerta nos encontramos a Feyre y Rhysand el segundo apenas podía levantarse.

--Feyre...-- murmuró lastimero, en una súplica.

Algo paso entre ellos.

-- no...-- me detuvo cuando intenté ir hacia ella, tomando de la mano a Mor-- llévame a un lugar un lejos.

Paso en segundos, Mor y Feyre ya no estaban.

Mire a Rhysand con dureza.

-- ¿Ahora que hiciste?

El solo soltó un gemido lastimero.

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