CAPITULO 14


SABINA:

Cassian gritó desde el comedor cuando la figura de Feyre, Rhys y Amren aparecieron de la nada, en un estado no muy bueno, Amren y Feyre estaban empapadas de pies a cabeza

—¿Qué mierda...?

Feyre se giro hacia Rhysand claramente molesta.

—Yo también estoy esperando una explicación —se limito a decir el alto lord.

Habíamos llegado solo hace un día para esperar el regreso de ellos, no estábamos seguros de que llegarían con el libro.

—¿Por qué?

—En el Diezmo..., en la Corte Primavera, la emisaria de las furias del agua dijo que no tenían oro, que no tenían comida con qué pagar. Que se morían de hambre. —Feyre parecía a punto de vomitar—. Así que le di mis joyas para que pagara. Ella juró que ni ella ni sus hermanas olvidarían esa amabilidad.

—¿Alguien nos puede explicar por favor? —dijo Mor desde la otra habitación, caminando de forma gloriosa hacia los recién llegados.

Y entonces, Amren rio... si, de entre todos los presentes.

—¿Qué? —quise saber.

—Solamente un inmortal con corazón de mortal le daría dinero a una de esas horribles bestias... —Amren volvió a reírse, el pelo oscuro aplastado de arena y algas. Durante un momento, me pareció casi humana—. No sé qué es esa suerte que tienes, Feyre... pero sea cual sea, gracias al Caldero por ella...

Y entonces, Feyre se unió a su risa, no sabia si era por el nerviosismo o por verse librado de algo que parecía haberlas superado.

—Señora —ronroneó Rhysand, una orden silenciosa.

Feyre bufo, ayudo a Amren a levantarse y de un solo tronar de dedos ambas estuvieron limpias y secas.

Dejo caer la caja sobre la mesa.

La caja hizo un ruido sordo y todos retrocedieron, los labios llenos de malas palabras.

Rhys me señaló con el dedo.

—Una última tarea, Feyre. Ábrelo, por favor.

Y ahí estaba, la primera parte del libro que se suponía seria nuestra salvación.

—Hola —dijo ella con voz débil hacia el libro, este pareció contestarle porque se estremeció —No.

Todos se movieron confusos.

—Ábrete —dijo, una orden completa. —Por favor

"Deshecho y Hecho; Hecho y Deshecho..., ese es el ciclo. Lo parecido llama a lo parecido."

Retrocedi, y por la cara pálida de los demás, todos lo escuchamos.

Los ojos castaños de Cassian estaban oscuros.

—No quiero volver a oír esa voz en toda mi vida.

—Pero vas a oírla —dijo Rhysand con tranquilidad, levantando la tapa —. Porque vas a venir con nosotros a ver a esas reinas mortales apenas se dignen a encontrarse con nosotros.

Camine hacia Feyre para darle la bienvenida, aun con el cansancio que se notaba en su mirada me regalo una sonrisa.

Solamente Amren se quedó mirándolo. La sangre le había abandonado la cara por completo.

—¿Qué lenguaje es ese? —preguntó Mor.

Amren escondio las manos, ¿estaba temblado?

Mire con sigilo el libro, a los giros y garabatos que ahí se visualizaban, una sensación de tensión se retorcia en mi vientre con solo verlo.

—No es un lenguaje de este mundo.

—¿Qué es, entonces? —preguntó Azriel.

Lo mire de reojo, desde que habíamos vuelto no me habia mirado, ni una sola vez.

—Es el Leshon Hakodesh. La Lengua Sagrada.

Los ojos color mercurio se fijaron en Rhysand, y yo me di cuenta de que ella también entendía por qué había sido parte del viaje. No todo era al azar con el alto lord.

Él dijo:

—Me contaron una leyenda escrita en una lengua de seres grandiosos que tenían miedo del poder del Caldero y escribieron el Libro para combatirlo. Seres grandiosos que estaban aquí..., y después desaparecieron. Tú eres la única que puede decodificarlo.

Fue Mor la que advirtió:

—No juegues a eso, Rhysand.

Pero él movió la cabeza.

—No es un juego. Una apuesta, aposté que Amren sería capaz de leerlo... y me salió bien.

Una jugada muy delicada por la expresión alerta de Amren, la tensión que se sentía en el aire.

Hasta Cassian se llevó una mano al cuchillo.

Y entonces, Rhysand dijo:

—También pensé que tal vez el Libro contendría un hechizo que pudiera liberarte... y mandarte a casa. Si ellos fueron los que lo escribieron...

Astuto, alto lord arrogante y astuto.

—Mierda —dijo Cassian.

Rhys siguió adelante, se habia preparado bien para esto.

—No te conté mis sospechas porque no quería que te esperanzaras. Pero si las leyendas sobre ese lenguaje son ciertas..., tal vez encuentres lo que siempre estuviste buscando, Amren.

—Necesito la otra parte para decodificarlo. —La voz era ronca, habia un interés casi impropio en su delicado rostro.

—Espero que las reinas mortales contesten pronto nuestro pedido —dijo él, frunció el ceño con la vista fija en la arena y el agua que manchaban el vestíbulo, cortesia de Amren y Feyre—. Y espero que el próximo encuentro salga mejor que este.

La voz de ella se tensó, pero los ojos estaban brillantes, cegadores.

—Gracias.

Rhys le habia dado al fin una pisca de esperanza, algo que habia dejado atrás hacia tantos siglos... oh dios.

Cuando pensé que nada mas podría perturbarme mas Azriel dijo:

—Aunque el Libro pueda anular el Caldero..., todavía tenemos que enfrentarnos a Jurian.

Intente mantenerme imperturbable, no mostrar el mareo que me aprisionaba cada que escuchaba ese nombre.

—Esa es la pieza que no encaja —explicó Azriel mientras golpeteaba con el dedo sobre la mesa, mirando un punto fijo, el mas alejado de mi—. ¿Para qué revivirlo? No lo entiendo. ¿Y cómo hace el rey para mantenerlo a su servicio? ¿Qué tiene para presionarlo, para forzarlo a ser leal?

—Eso ya lo pensé —dijo Rhys, y se sentó frente a mí en la mesa, entre sus dos hermanos machos.—. Jurian era... obsesivo cuando decidía algo. Murió sin haber cumplido muchas de sus metas...

La cara de Mor palideció un poco, no paso por alto el como se acerco un poco a mi.

—Si sospecha que Miryam está viva...

—En general, es más probable que crea que ella ya no existe —dijo Rhys—. Después de ver a Sabina en Bajo la montaña, ¿Qué mas tentador puede ser que cobrárselas por tantos siglos de sufrimiento?

—¿Jurian se aliaría con Hybern solamente por vengarse de Amarantha? —dijo Cassian poniendo los dos brazos sobre la mesa.

—ah claro que lo haría, ¿Qué mejor venganza hacia Amarantha que atormentar a su hermana? Volver a matarla tal vez...-- dijo Rhys. Meneó la cabeza.

Feyre ya estaba a mi lado tomándome de la mano, la preocupación aflojaba en su facción con una angustia genuina.

(...)

Tuve pesadillas el resto de los días, soñaba con un hombre mortal que no conocía, que no reconocia que lentamente clavaba su espada en mi corazon, en otras era una daga, los sueños eran variados, angustiándome aun mas.

Mis entrenamientos con Azriel cesaron, su trabajo como espía impedía su agenda para mi, por lo que Cassian se volvió mi nuevo maestro, en ocasiones entrenaba conmigo en magia y en otros cuerpo a cuerpo, era verdad que físicamente el y Feyre me ganaban en cuanto a condición física, seguía siendo una débil mortal pero aun asi logre igualarlos, mi alma guerrera recordaba algunos detalles, mis reacciones y esquivos eran mucho mas limpios que cualquier otra dama, incluso Cassian me habia felicitado cuando casi logro asestarle un puñetazo.

Era refrescante compartir entrenamiento con Feyre cuando esta no estaba con Rhysand practicando su magia, y Cassian no era desagradable hasta que empezaba a hablar de si mismo de esa forma tan arrogante que detestaba.

Azriel no se detuvo ni un solo día a saludar, las pocas veces que volvía le recibía Mor, el solo pensar en ellos dos solos en la casa del viento asi sea solo en la noche...

Asi es, me carcomia de celos solo imaginarlo.

Pero aun asi, los días iban pasando y cada vez mas nos acostumbrábamos mas a nuestra nueva vida, Velaris esperaba a ser un lugar acogedor de sueño vivientes.

--¿ya esta decidido entonces?—me ladee hacia Feyre.

Poco a poco habia vuelto a ganar peso, estaba mucho mas radiante de lo que alguna vez la vi.

--si, las reinas humanas al fin decidieron aceptar la reunión—dijo con voz cansina, al igual que yo ya estaba empezando a querer la monotonia de nuestra vida—partimos mañana.

Y de nuevo me dejan...

--¿me recuerdan porque debo quedarme?

Rhysand se giro hacia mi, la ironía en su voz no me sorprendió.

--sera por el hecho de que en la guerra le arrancaste la garganta a una de las reinas?

Si, un pequeñísimo detalle.

--mi presencia no seria bien recibida entonces—bufe—me quedare encerrada leyendo hasta que vuelvan con el libro.

--si es que nos lo dan—añadió sombrío Rhys.

Y allí quedo la conversación, esa misma noche Feyre se levanto de la cama, se dirigió hacia el cuarto del alto lord y no volvió...

Solo se que al día siguiente Feyre tuvo ganas de pintar de nuevo.

Observe dichosa como empezaba a buscar las pinturas.

Era buen ver que alguna de nosotras estaba sanando.

(...)

Al día siguiente partieron a territorio humano, espectante pase el resto del día nerviosa, caminaba de un lado a otro por mi habitación, solo en el momento en que decidí salir por aire fresco note el cambio, aquello que decoraba el pequeño salón al lado del cuarto.

Observe embelesada el piano nuevo, era simplemente hermoso, debian haberlo llevado anoche ya que no habia notado que estaba aquí hasta que Sali.

Camine hacia el, tentada por tocarlo, admirarlo.

--Fue Azriel—la voz de Mor casi me ocasiona un paro cardiaco.

Llevaba uno de sus impresionantes vestidos, sin duda el rojo era su color.

No habíamos hablado mucho y a diferencia de Feyre no habíamos tenido una relación muy cordial.

--lo trajo para ti—añadió al ver mi confusión, su expresión triste me confundio aun mas—noto que estabas inquieta últimamente, y me pidió ayuda para traerlo, dijo que podía hacerte sentir mejor.

El corazon me latio con fuerza.

--Azriel y yo...-- decirlo en voz alta me dolía-- ¿estuvimos juntos? Me refiro, en la guerra...

Tenia mil preguntas referente y no sabia que decir, no sabia que pensar o a quien acudir por ellas, aun asi tenia miedo, miedo como un demonio de lo que escucharía, pero quería saber... debía...

Mor suspiro, se cruzo de brazos y me miro de reojo, esa mirada evaluativa de si es factible hacer algo, si es necesario lanzar el ataque sin que todo alrededor se rompa.

--algo asi, no se la historia por completo, deberías hablar con el.

--eso suena fácil, si tan solo se dignara a verme...-- exclame derrotada—pensé que me ignoraba porque me odiaba...

--te ignora porque cree que no te merece—dijo obvia Mor—lo que sentía por ti, lo que siente... -- negó—no tienes ni idea de lo que sufrió cuando moriste, sostuvo tu cuerpo por un día entero, Rhys tuvo que intervenir...

El impacto fue fuerte, me derribo por completo, asi que era verdad, que Azriel me habia amado... la pregunta es, ¿yo lo ame a el? ¿Qué tenia que ver Jurian en todo este desastre?

Mor me miro con suplica, casi retrocedi ante el impacto de su mirada.

--se esta castigando dejándote de lado, evitándote porque se siente culpable como el demonio por no protegerte y ahora que tiene la oportunidad de tenerte... se niega a aceptar que puede ser feliz.

Estaba mareada, mire a Mor sin verla realmente, lo que acababa de decirme lo cambiaba todo, el porque Azriel se comportaba de esa forma y aquel sentimiento que oprimia mi pecho cada que lo veía, ese reconocimiento, esa atracción.

Y no solo eso, sus acciones, como reacciono cuando le ofrecí el desayuno, lo que significa para un macho eso...

Todo encajo.

--soy su pareja—susurre.

Recorde aquel primer día que nos vimos, el como se habia lanzado hacia mi con desespero, reconociendo mi olor, impresionado de tenerme... oh dioses.

Mor sonrio con tristeza.

--¿Por qué crees que sus sifones con azules?

Por mis ojos....

Habia mantenido por siglos un recuerdo de mi, en su pecho, en su corazon.

Debía hablar con el, debía...

El murmullo de la sala me interrumpió, el sonido de las quejas de Rhysand.

Habían llegado, pero no traían consigo el libro. 

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