Charla sincera y soda.
Narrador: Sonic.
-Eres. Un. Completo. Tonto.- Dice despacio y con una mirada juzgadora. Quiere asegurarse de que no voy al olvidar sus palabras. -¿Qué te dije la otra vez?- Habla mientras guarda su libro de química y cierra la puerta de su habitación, ahora va la clase de orientación para vida y será mejor que la señora Prower no escuche esta conversación.
-Que habláramos, que debíamos resolver esto antes de que la situación se pusiera más incómoda.- Respondo apenado.
-¿Y qué hiciste?- Me replica rápidamente. Tiene razón en estar molesto, todo este tiempo él es quien ha escuchado mis quejas, y, es probablemente quien está más harto de esta situación.
Intento reflexionar y respondo. -Seguí ignorando el problema.- Bajo mi cabeza y miro mis manos.
-Sonic, aquí el problema ya no es Sally, ya no es que su relación esté en hiatus, el problema eres tú, trozo de tonto.-
Está molesto, de lo contrario no me llamaría de esa manera.
-¿Cómo se supone que vas a arreglar tus problemas de comunicación si no hablas? ¿A caso piensas que se van a resolver solos con el tiempo o por arte de magia? Mira, te prometo que entre más te tardes en buscar una solución, más te arrepentirás en el futuro de haber perdido tanto tiempo.- Se acaba de un trago lo que le quedaba de su vaso con soda y procede a llenarlo de nuevo, esta charla a penas va comenzando.
-Yo sé, me lo dijiste también la otra vez.- Tails sabe todo lo que pasó y está pasando en mi... ¿relación sentimental? No sé si llamarlo así, bueno, el caso es que lo sabe todo; cuando me le declaré a Sally incluso me ayudó a ensayar lo que iba a decir, cuando tuvimos nuestra primera cita él me regaló un poco de su perfume caro, cuando Sally y yo nos besamos por primera vez él fue el primero al que le conté. Tails, es como un psicólogo, un super genio de las relaciones interpersonales, y, siguiendo con la ironía de la vida, está soltero y la chica que le gusta sólo lo busca para pedirle apuntes.
-Yo sé que puede llegar a ser feo admitir la idea de que tu primera relación no es la definitiva, pero, es mera estadística.- Me mira insistente un momento, y luego toma un cuaderno. -Vamos a planear una buena y sana ruptura ¿Te parece?- Inclina su cabeza y sus orejas, quiere acabar con todo esto ya.
-Tails...- Lo miro, dudo sobre si debería decir lo que pienso. -¿Ella y yo podremos seguir siendo amigos después de esto, verdad?-
-Eso ya no depende de mí. Verás, al inicio lo mejor es no hablarse, luego si lo deseas pueden charlar de vez en cuando, pero...-
-Me va a doler.- Finalizo su idea. A pesar de saber qué tipo de relación tenemos realmente, no estoy seguro sobre si lo que quiero es sacarla de mi vida. -Así como me va a doler cuando la vea con alguien más.-
-Pues sí.- Me ve con tristeza. -Si te sirve de algo y aunque suene un poco cliché... hay más peces en el mar, y tu experiencia con Sally te ayudará a evitar que te vuelva a ocurrir eso a ti y a quien sea que vaya a ser tu chica en el futuro.- Me da ánimos, como si pronto fuese a encontrar a alguien.
-Tails es que... no sé si seré capaz de sentir lo mismo por alguien más, es decir, Sally es una chica única, es extrovertida, alegre, es bonita -Me detengo un momento para pensar en más cosas que me gustan de ella. - Tails... -Lo veo casi suplicando. -Ella es especial.- Termino.
Tails permanece en silencio. Supongo que espera que diga algo más, sin embargo, me quedo callado. Se pone de pie y toma su ahora vaso con un cuarto de soda, se para frente al mí, y chorrea el líquido carbonatado cobre mi cabeza.
-¡¿Qué rayos te pasa?!- Lo empujo para que deje de echarme soda en la cabeza.
-"Ni si si sirí cipiz di sintir li mismi pir ilguien mis".- Remeda con sarcasmo. -Creí que ya habías comprendido que esa es una idea tonta. La próxima vez que te enamores te darás cuenta de lo tarado que suenas ahora.- Se vuelve a sentar y se sirve de nuevo, parece que alguien no va a dormir hoy. -Entonces...- Toma de nuevo el cuaderno y da un sorbo a su soda.- ¿Vas a romper con Sally sí o no?-
Titubeo, no estoy seguro de si quiero ponerle fin a esto antes de intentar repararlo, es decir, quiero a Sally y la aprecio por todo lo que ha tenido que ver en mi vida, podría decir que me gusta, pero, Tails tiene razón, esto no es sano ni para ella ni para mí, ya no podemos seguir con esta tontería en la que ninguno de los dos aclara nada, también tiene razón cuando dice que es casi imposible que tu primer romance sea el definitivo, también tiene razón cuando dice que me puedo enamorar de nuevo, en general, Tails es una máquina de decir cosas que son ciertas, más no para comprender los sentimientos de los demás.
Trago saliva y lo veo. -Voy a romper con Sally.-
Tails suspira -Gracias a Chaos. - Dice por lo bajo, lo que me confirma que sí, él era el que más harto estaba de este tema.
[...]
-Gracias por la comida, señora Prower.- Digo a la tía de mi mejor amigo, no iba a dejar que me fuera a casa sin comer nada. Llevo mi plato al fregadero, y lo dejo ahí, mi madre me enseñó a que yo tenía que lavar mi propio plato, pero en casa de la señora Prower todo es distinto, o por lo menos conmigo lo es.
Busco mis cosas en la sala, tomo mi cuaderno de química y, en medio de este, guardo la hoja en la que Tails anotó cómo vamos a romper Sally y yo. Me acerco a la puerta y Tails abre, antes de irme me volteo para ver si me dará otro regaño.
-No pierdas la hoja, que mi hermosa caligrafía vale mucho.- Sonríe de lado. Yo también lo hago pues, eso es en parte cierto, Tails tiene bonita letra, a diferencia de la mía que es apenas legible.
-No lo haré.- Chocamos nuestros puños y me voy.
[...]
El camino de la casa de Tails a la mía siempre me ha gustado, quiero decir, es bastante tranquilo a pesar de que muchas veces me encuentro con niños jugando soccer y a abuelos que disfrutan de la brisa sentados en los patios frontales de sus casas . Además, me gusta que hayan tantos árboles por esta zona, me hacen sentir que camino en alguna escena de película interesante.
Otra cosa que me gusta del camino a la casa de Tails a la mía es que no es extremadamente largo, hago quince minutos ya que voy lento, me gusta ir lento por esta calles.
La zona comienza a anunciarme que en la siguiente esquina está mi casa, me sorprende ver a Manic regando las plantas, me acerco riendo, hoy me tocaba hacer eso a mí.
-¿Ocupado, hermanito?- Pregunto burlón.
-Ja ja, mamá dijo que la próxima vez que me toque a mí, lo harás tú.- Rayos, mamá es lista, sabe que no existen los favores de gratis entre nosotros.
-¿Hoy vino temprano?-
-Sí, y al menos yo la vi feliz.- Ese hecho llama mi atención y me da curiosidad.
Entro a casa, mamá está poniendo la mesa para cenar y Sonia sirve los platos, me acerco a mi mamá.
-Ya estoy en casa.- Anuncio mientras coloco una mano en su hombro.
-Hola, ¿Estabas con Tails?-
-¿Salgo a algún otro lugar que no sea la escuela o la casa de Tails?-
-No, pero me quería asegurar.- Suelta unas pequeñas risas.
-Manic me dijo que es hoy venías feliz, ¿Nos vas a contar porqué?- Indago.
-Sí, pero será cuando estemos todos a la mesa.- Por lo que dice, intuyo que es algo bueno.
[...]
Nos encontramos los cuatro en el comedor, comentamos cosas aleatorias sobre lo que hemos hecho durante el día, estos momentos siempre son amenos, más que todo, por la presencia de nuestra mamá.
No somos mucho de decirle cuánto la queremos, mucho menos somos de esos hijos que para el día de la madre le regalan una lavadora o cosas así, mis hermanos y yo... simplemente disfrutamos que ella sea el núcleo de nuestra casa.
Entre risas y anécdotas, mamá recuerda que tenía algo qué decirnos.
-Ah, por cierto, ¿Adivinen quién participará en un evento importante como parte de la orquesta sinfónica de la ciudad?-
-¡¿Qué?!- Mis hermanos y yo tenemos la misma expresión de incredulidad. Hacía varios años que mamá no participaba con ellos, según recuerdo, la última vez que fuimos a verla tocar, papá todavía vivía con nosotros.
-Así como lo oyen.- Rectifica orgullosa. Mientras tanto, nosotros seguimos sin poder cerrar la boca, ella ríe, supongo que nos vemos graciosos.
- M- Mamá... felicidades.- Dice Sonia con una sonrisa.
-Y... ¿Tocarás el violín, verdad?- Cuestiona Manic.
-Ahí está la otra sorpresa.- Habla mientras ya no puede ocultar su emoción. -¡Seré la pianista!.- Exclama alzando las manos.
Todos celebramos con ella, sinceramente no me esperaba una noticia así, aunque en realidad tiene sentido, mamá es una increíble música, además, no sólo toca en piano y el violín, también toca el arpa. Por eso dice papá que se enamoró de ella, es talentosa y lo da todo por las cosas que ama, aunque claro, eso no quita lo que pasó después.
Cuando terminamos de cenar, cada quién busca su espacio en la casa. Mamá y Sonia ponen su K Drama que... sinceramente no entiendo cómo distinguen cada personaje si lo único que cambia entre ellos es el cabello, pero bueno, ellas saben lo que hacen. Mientras, Manic está en la cocina viendo videos y esperando a que sea hora de irse a dormir para ver si lava los trastos. Por mi parte, voy al cuarto que compartimos Manic y yo, coloco mi cuaderno de química y me dispongo a terminar los ejercicios que no hice en casa Tails por obvias razones, pero antes de ello saco mi celular y entro a TouYube para poner música, sin embargo, me detengo al notar que tengo algunos mensajes. Respondo algunos, otros los dejo en visto, y así hasta que leo uno de los mensajes de Sally, no, no de los que ignoré estando fuera de casa, unos que cayeron hace apenas unos minutos.
Sally.
Sonic...
Creo que tenemos que hablar.
Continuará...
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Todos tenemos un amigo/ psicólogo / consejero que nunca sigue sus propios consejos ¿A poco no raza? xD
En mi caso, yo soy esa amiga ┐( ̄ヮ ̄)┌
Les juro que Tails no es bipolar, sólo está cansado de que Sonic se queje de su vida cuando no hace nada por reparar nada, Tails es un niño bien :)
De momento, riámonos de esto jaja.
Bueno emmm... ¡Hasta la próxima!
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