Capítulo único

Una historia KawoShin para conmemorar el tercer aniversario de la película "Evangelion: 3.0+1.0 Thrice Upon a Time".

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Porque en todos los inicios, finales y reinicios, Shinji y Kaworu fueron, son y serán la mejor representación de un amor que trasciende todo lo humanamente comprensible.

Ellos siempre van a estar destinados a encontrarse sin importar dónde, qué o cómo, porque sus nombres se encuentran escritos uno junto al otro en el libro de la vida.

A veces podrán ser amigos, a veces amantes, las circunstancias y las situaciones se han vuelto infinitas tras aquel mítico cierre.

Hoy, más que nunca, sabemos que nacieron para conocerse y amarse. Juntos son la más perfecta melodía y el concepto más sublime del amor, un amor del bueno.

¡Feliz aniversario de 3.0+1.0 y amor eterno al KawoShin! 💙💜

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No habían pasado muchos días de haber iniciado su relación, pero las tareas escolares y, en especial, los exámenes no los dejaron tener momentos juntos como dos jóvenes que empezaban a disfrutar del amor. Kaworu Nagisa sabía que debía ser paciente pues todo era parte de la vida de cualquier estudiante.

Cuando la jornada de exámenes finalizó, el más feliz de todos era el muchacho albino, pues sabía que las tareas, a partir de ese momento, ya no les quitarían tiempo.

Pronto se acercó a ese chico del que estaba profundamente enamorado y del que tenía la dicha de ser su novio. Su nombre era Shinji Ikari.

A la vista de muchos, Ikari no parecía ser atractivo ni mucho menos, pero Kaworu no hizo caso a aquellas opiniones baratas y habladurías. Shinji había conquistado su corazón precisamente con su manera de ser.

Era un chico más bajito que Nagisa, su cabello era lacio y castaño, tenía unos ojos azul oscuro, que el mismo Kaworu afirmaba eran como dos bellas obsidianas. También poseía un bonito tono de piel morena y una delicada figura.

Pese a que solía ser un chico muy tranquilo tenía habilidades extraordinarias en la cocina y con el chelo, aún cuando él mismo siempre decía ser alguien que no tenía talento, dejó a Nagisa totalmente fascinado, y fue en poco tiempo que se dió cuenta de que estaba completamente enamorado de Shinji.

Él fue su primer amigo, cuando Ikari recién habia sido transferido hace seis meses atrás.

Para su alegría y dicha, Ikari correspondió aquellos sentimientos cuando se los confesó, y decidieron ser novios pronto.
Kaworu se moría de ganas por pedirle que tuvieran una cita, y ahora que, por fin, habían finalizado sus exámenes, ese esperado momento por fin había llegado.

Estaba charlando con sus amigos sobre su experiencia en el último exámen.
Shinji había estudiado un par de días antes con Kaworu, así que confiaba en que todo salió bien. Pronto notó que estaba siendo observado precisamente por el que ahora era su novio y se atrevió a mirarlo tambien, mientras le mostraba una dulce sonrisa.

Nagisa correspondió y sin más, decidió acercarse a ellos.

—Hola, Shinji. —Kaworu se quedó frente al otro chico sin dejar de sonreírle.

Ikari se sonrojó con ligereza al tener a su novio al frente suyo, y le correspondió el saludo igual. Se alejó de sus dos amigos para poder charlar con Kaworu. Ellos no dijeron mucho pero entendieron y siguieron con su propia plática.

—Parece que por fin, nuestras pesadillas con los exámenes terminaron. —Prosiguió el albino sin poder ocultar su emoción.

—Si. Seguramente estarás en la tabla de primeros lugares con Ayanami.

—Bueno, sabes que en realidad no me interesa competir por el primer lugar. Aunque debo admitir que cuando Langley Soryu se enoja porque ella siempre queda en tercer lugar me causa gracia.

Shinji no pudo evitar reírse por eso.
—De todos modos aunque para tí no sea la gran cosa sacar segundo lugar a mí me enorgullece, Kaworu, y mucho.

El albino casi muere de ternura al escuchar eso. Definitivamente se había enamorado del chico indicado.

—Oye, Shinji...

—¿Si?.

—Yo me preguntaba, si... ¿Si podríamos tener una cita?.

Los ojos azules de Shinji se abrieron un poquito más de la cuenta por la impresión que le causó la pregunta de Kaworu. Pronto se sonrojó también por ello.

—Y bien, ¿Qué dices?. —Volvió a insistir el albino—. Los exámenes por fin terminaron, y seguramente sacaremos buenas calificaciones. Merecemos disfrutar un momento juntos, ¿No crees?.

El castaño sonrió feliz y en seguida contestó.
—Si, tienes razón, y me parece muy bien. Las únicas veces que nos vimos fue solo para estudiar pero no era lo mismo...

—Precisamente. Entonces, ¿Nos vemos mañana que es domingo?.

—Claro. Podemos encontrarnos en la estación, si gustas.

—Donde tú quieras, mi pequeño, Shinji. Te estaré esperando a las diez de la mañana.

.....

Y finalmente ese ansiado momento había llegado. Kaworu apareció diez minutos antes de lo acordado en la estación. No pudo evitarlo, era tanta su emoción que no le importó si tenía que esperar a Shinji.

Pudo observar a muchas personas que iban en pareja saliendo de la estación o entrando a ella. Seguramente también estaban teniendo sus respectivas citas.

Nagisa miró también como muchos de ellos iban demasiado informales respecto a la ropa que llevaban puesta. Esto lo hizo sentir un poquito incómodo, ya que, a diferencia de los demás, él portaba un pantalón de vestir azul oscuro y corbata del mismo color que tenía unos curiosos patrones estampados. Su camisa era amarilla junto con un llamativo saco en tonalidades grises y los zapatos del mismo color combinando así con dicha prenda.

Quizás había exagerado al vestir así, pero cuando se miró en el espejo, antes de salir de casa, creyó que era la ropa adecuada para su cita. Después de todo, era algo especial, y gracias a su extrema belleza podría pasar por un modelo o un actor de televisión sin ningún problema.

Observó su reloj, finalmente eran las 10 de la mañana, y eso quería decir que su pequeño Shinji llegaría en cualquier momento.
A los pocos minutos le llegó un mensaje a su celular y sonrió feliz al ver que era de Ikari.

Al ver al castaño descender del tren, no pudo evitar sentir demasiada ternura.
Siempre lo veía en la escuela, usando aquel uniforme de camisa blanca manga corta y el clásico pantalón azul marino. Pero ahora era la primera vez que estaba frente a él usando algo totalmente distinto.

El muchacho vestía con una camiseta a rayas rojas que combinaba con una camisa azul oscuro encima, y un pantalón corto color beige adornado con un cinturón negro. Aunque portaba unos tenis blancos eran distintos a los que usaba con el uniforme de la escuela, ya que estos tenían unas delgadas franjas azul marino a los lados.

—Hola, Kaworu. —Le saludó totalmente sonriente—. ¿Te hice esperar mucho?.

—No, para nada, mi pequeño. Sin querer llegué un par de minutos antes. Pero eso no importa ahora que por fin puedo verte.

Shinji sonrió divertido al escuchar que su novio había llegado más temprano de lo normal, pero ya no le extrañaba, Kaworu siempre solía ser así.

—Y bien, ¿A dónde iremos? —Volvió a preguntar Ikari sin poder evitar mostrarse emocionado.

Ante esa pregunta, Nagisa se acercó más a él y lo tomó de las manos.
—Bueno, ¿recuerdas que hace como dos semanas me comentaste que querías ir al acuario Sumida de Tokio Skytree Town?.

—Si, he querido visitarlo con mis padres pero están muy ocupados con su trabajo, y nosotros teníamos los exámenes pendientes.

—Pues como mi mayor prioridad es hacerte muy feliz el día de hoy, decidí que visitaremos ese acuario, ¿Que dices?.

Shinji abrazó a Kaworu totalmente emocionado. Él, en realidad, no había pensado en el lugar al que iría con Nagisa durante la cita. Solo queria estar con su novio, abrazarlo y quizás besarle, sin importar el sitio que fuera.

El albino correspondió el abrazo de su chico, estrujandolo un poco.
Pronto Shinji se separó de él para mírarlo a la cara.

—No puedo creer que en verdad iremos. No sé cómo agradecerte lo que estás haciendo por mí, Kaworu.

—Mientras sigas mostrandome esa bella sonrisa tuya y nunca dejes de mirarme con ese bello par de ojos que son como un par de obsidianas, créeme es todo lo que necesito para ser feliz.

Ante eso, el chico castaño volvió a aferrarse a Kaworu sintiéndose totalmente conmovido por las palabras del otro. Él en serio amaba a Nagisa y se sentía bendecido por tenerlo en su vida.

Tal vez en otra vida habia sido un chico sin amor para que ahora estuviera siendo recompensado de una manera tan magnífica.

Por fin ambos chicos salieron de la estación tomados del brazo rumbo al acuario. En el camino, Kaworu aprovechó para decirle a Shinji en el oído:
—Por cierto, ¿Ya te dije lo hermoso y adorable que te ves el día de hoy?.

—No, no me lo has dicho. —Respondió Ikari con la cara totalmente roja.

—Bueno, pues en definitiva eres el chico más hermoso y adorable. Hoy lo eres más.

—Muchas gracias, Kaworu. Tú también luces muy guapo... —Admitió Shinji tímidamente. —Me gusta como te ves.

—Entonces, ¿No es exagerado que use todo esto?.

—No, para nada. A mí me gusta como luces y mucho.

Ahora fue Kaworu quien abrazó a Shinji, ya que al escuchar esas palabras suyas sabían que eran sinceras. Y justo en ese momento dejó de preocuparse por si iba demasiado formal para la cita o no, mientras su chico le afirmara que le gustaba esa ropa suya, ya no le dió importancia a lo demás.

Pronto llegaron al acuario Sumida, y Shinji no pudo evitar sentirse totalmente fascinado. Había visto fotos del lugar en internet, tanto por fuera como por dentro, pero estar ahí era algo totalmente distinto. Era una experiencia única e increíble.

Kaworu bastante contento tomó a su novio de la mano y juntos fueron al tanque Ogasawara dónde había una gran variedad de peces de vividos colores. Era un espectáculo maravilloso, que sin duda ambos chicos disfrutaban mirar.
—¡Esto es fantástico! —Exclamaba Shinji bastante emocionado.

Kaworu, por su parte, solo sonrió y tomó la mano del castaño, quien correspondió entrelazando sus dedos, mirándolo bastante feliz. El albino se moría por besar a su novio en ese momento, pero sabía lo tímido que podía ponerse Shinji, tomando en cuenta que había personas en el mismo lugar que ellos.

"Quizás en la cafetería nos sea posible" pensó.

Sumida tenía uno de los mejores tanques para medusas, el Big Schale, que a Shinji le resultó bastante encantador. Nunca había visto un tanque como ese sin igual.

—¿Sabes cuándo fue la última vez que vine a un acuario?. —Le empezó a hablar Ikari al albino— Cuando iba a preescolar.

—¿En serio?

—Si, fue en una excursión. El acuario estaba cerca de nuestra escuela, por eso fuimos ahí.

—Entonces fue una buena idea venir. Tomando en cuenta que es uno de los acuarios más famosos de Tokyo.

Shinji se acercó a Kaworu para abrazarlo como muestra de agradecimiento.
El albino correspondió estrujandolo suavemente.
—¿Seguimos explorando el acuario, mi pequeño Shinji?.

—Por supuesto. Vamos. —Respondió el castaño

Tomados de la mano, ambos chicos continuaron con su cita.
Los pingüinos les parecieron demasiado adorables, así mismo los osos marinos.
Kaworu más que disfrutar el propio acuario, estaba fascinado mirando a Shinji.

Era increíble pensar que los días anteriores estaban preocupados por pasar los exámenes y ahora estaban juntos disfrutando de su cita. La primera de tantas que tendrían posiblemente.

Shinji al darse cuenta de que estaba siendo observado por su novio, no lo pensó más y se acercó a darle un pequeño pero dulce beso en los labios.

Se habían besado ya en otras ocasiones pero aún así ya había pasado mucho de ello, o así lo sentían.
Kaworu al ver que Shinji se separaba de nuevo, lo tomó del mentón para ser él quien lo besara esta vez.

Al volver a separarse, el albino sonrió enternecido al ver cómo las mejillas de Ikari estaban tímidamente sonrojadas.

—¿Vamos a una cafetería?. Justo hay una aquí dentro del acuario.

—Si, vamos, Kaworu.

El famoso "Penguin Cafe", dónde ofrecían una gran variedad de bebidas y postres. Para fortuna de los chicos, no estaba tan concurrido.

—¿Te divertiste mucho, Shinji? Veo que te encantaron los pingüinos. —Comenzó a decir Nagisa mientras se sentaban en una mesa al fin.

—Si, son las criaturas más adorables que jamás haya visto. Apuesto que si Pen Pen estuviera aquí sería bastante feliz.

—Pen Pen... ¿Hablas del pingüino de tu vecina, la señorita Katsuragi?.

—Si, ese. El pobrecito se la pasa siempre encerrado, apuesto que si lo trajeran un día al acuario a convivir con otros pingüinos haría muchos amigos.

—Bueno, como tengo entendido que lo cuidas a veces, puedes avisarme y traerlo juntos aquí de nuevo

—¿Hablas en serio, Kaworu?.

—Por supuesto. Sé que Pen Pen no causaría ningún problema. Después de todo, gracias a qué lo cuidas se ha vuelto más educado.

Shinji sonrió apenado pero de cualquier forma se sintió halagado ante esa afirmación de Kaworu. También le emocionó la idea de pensar que volverían a visitar el acuario Sumida de nuevo.

Pronto llegaron a tomarles su orden en la cafetería y Nagisa ordenó la famosa "Soda Medusa colorida" de sabor uva, Shinji, entretanto, pidió una bebida llamada "Pingüino flotante azul". Los disfrutaron como nunca.

Luego de dos horas más, los chicos emprendieron el camino para regresar a casa.
Cómo prioridad, Kaworu decidió irse en tren con Shinji para dejarlo cerca de su casa.

—Realmente fue una maravillosa experiencia. Gracias por haberme llevado al acuario Sumida, Kaworu. No sabes cuánto me divertí.

—Claro que lo pude notar. Disfruté más mirando tu sonrisa que todo los animales marinos del acuario. No tienes nada que agradecer. —Kaworu le rodeó la espalda con un brazo, de forma cariñosa—. Ya te dije que mi prioridad principal siempre será hacerte feliz.

—Kaworu... —Shinji se acurrucó aún más en el pecho del albino mientras cerraba los ojos—. Sabes muy bien que mientras estemos así, juntos, no me importa nada más. A tu lado me siento seguro, protegido y sobretodo muy feliz.

Nagisa le dió un beso en la frente totalmente enternecido y lo abrazó aún más.
—Aun así, mi vida ha cobrado sentido gracias a tí, Shinji. Y voy a seguirme esforzando para hacerte cada día más feliz. Desde que te ví, el primer día, no te amé: te adoré. Y eso es algo que no va a cambiar sin importar el tiempo que pase.

Al no escuchar respuesta miró un poco alarmado al castaño pero volvió a sonreír tranquilo al comprobar que Shinji solo se había quedado profundamente dormido en sus brazos. 

Recargó su cabeza en la cabeza del muchacho y cerró los ojos también dedicándose asi a disfrutar de la cercanía de Ikari durante el trayecto a la siguiente estación.

—Te amo tanto, Kaworu... —Susurró Shinji mientras seguía dormido—. Gracias por hacerme tan feliz...

Fin

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