*Surtiendo efecto en lo mínimo.(Especial)

Observaron curiosos con el rabillo del ojo a través de la abertura de la puerta, no oían ninguna mísera palabra de su conversación, aunque estaban conscientes de que estaban a punto de caer por la alfombra de terciopelo, aguantaban determinados.

El hombre, quien fue el que vino hace unos minutos preguntando por la estoica mujer, se encontraba sospechosamente libre charlando con esta sobre unos asuntos que al parecer, eran serios. El de rubio cenizo, es decir, el hombre, extendió un documento frente a ella, evidentemente, un contrato largo y de papel antiguo elegante.

Edd no apartaba para nada su fijamente fría mirada del sofisticado 'extraño', hermético y receloso por ella. Así como Matt, que inspeccionaba y fulminaba al hombre. Sin embargo, Tom mandaba inimaginables cuchillas por su columna, no inspiraba ni siquiera la más atómica confianza al extraño.

Cuando captaron que el documento debía de ser firmado sólo por ella, sus sangres a hirvieron. ¿Qué busca de ella?, no lo sabían, no podían salir a protestar tampoco debido a que fueron compelidos por la firme mujer, a no ser que el caso lo requiera, claro esta. La castaña agarró un bolígrafo que el mismo hombre le otorgó, lentamente y con aires de paciencia, firmó dicho contrato. Esto desconcertó a grandes rasgos a los curiosos, ¿por qué firmó?, sorprendidos pero histéricos interiormente se dispusieron a salir de su escondite, aun que una demandante mirada perteneciente a la menor los hizo paralizarse en su posición. Una vez que ella y el hombre terminaron de hablar, el nombrado aceptó el apretón de mano por ella, más tarde, se retiró con aires amenazantes hacia los espectadores.

Cuando ya no se encontraba en sus campos visuales, salieron precipitados hacia la menor en busca de coherentes respuestas.

Edd fue el primero en apartar a los dos hombres histéricos de su camino, con una expresión atónita y seria, cruzó sus brazos y la miró con una ceja levantada. "¿Puedo preguntar quién era ese hombre y por qué firmas te ese documento?." Por más de que su tono estaba algo suave, demandaba celoso.

____ sabía perfectamente la identidad del hombre que requirió de ella, era nada más y nada menos que la mano derecha de cierto científico. La razón de que requería de ella, era para ofrecer trabajo. Pero no podía nombrar exactamente de qué trataría este a los chicos. Por lo que sin apuros, contestó. "Hace poco me crucé por un lugar que buscaba a un 'niñero/ra' para cuidar...a unos 'chicos', ya que el padre estaba ocupado por su trabajos. Entonces pase de largo, hasta conocer a unos de sus hijos, y pues...su amigo vino a...ofrecerme ese trabajo al ver que les caía bien..." Dijo estoica, dando pequeñas pausas al responder. Y era la verdad, aquel día, después afrontar se con Torm, un papel llamó su atención. Este expresaba que necesitaban de alguien para que cuide de aquellos chicos(experimentos). Y como el hombre, más conocido como Larry, la estudió por ordenes de su jefe, entonces vino a ella. Edd, Matt y Tom, no podían saber la verdad que se esconde en esto. Ya que su reacción al saber que se experimentaron aún más a base de ellos, tendrá una consecuencia mayor. Sin embargo, volviendo a lo anterior, eso significa que la mujer tendrá que asistir y cuidar a más idiotas(excepto Tomme, el es un encanto).

El mayor de todos, así como los contrarios, dudaron enormemente ante la declaración presentada. El robusto fue el primero en reprochar.

"¡¿Y no nos consultaste?!." Elevó su tono, paranoico. Con notoria preocupación.

La castaña suspiró profundamente para lo que se avecinaba. "Edd, Matt, Tom," dijo mirando a cada uno, sin borrar su calma y estoicismo. "Sé que se preocupan excesivamente por mí, así como yo de ustedes. Como todos sabemos que el dinero será escaso en algún momento, es hora de que alguien empiece a trabajar, y ese seré yo. Quiero que confíen en mí porque lo que acabo de hacer, es seguro. Así que si ustedes me respetan y me quieren, me comprenderían...no lo tomen a mal, sólo aclaro antes de que estalle algo..." Sus palabras impactaron como si fuera una bofetada a los tres presentes. Ella tenía toda la razón del mundo, pero aún así, estaban preocupados por esta abrupta decisión.

El de ojos vacíos era el más difícil de convencerlo, y efectivamente, contradijo rápido. "¡Pero!...¡¿Quién nos asegura que es seguro?!." Dijo frío y hasta muy inseguro de sus palabras que eran estúpidas. Ni él sabía lo que decía...

Ella rió leve, acto seguido, se paso la mano izquierda por su cuero cabelludo, apacible. "Yo, Tom, yo lo aseguro. Den una oportunidad y verán."

Incluso si perdió la batalla, asintió a duras, debatir con la mujer no llevará a ninguna parte...Matt, quien leía sus facciones, asintió dudoso. No estaba de acuerdo, pero daría UNA oportunidad.

Edd sólo quedó en silencio indescifrable, hablará con ella sobre esto enseguida, no lo dejará pasar fácilmente de largo. En todo el transcurso del tiempo, se mantuvo con un semblante serio, más que la del mismísimo Tom. Como el de chaqueta verde y el de sudadera azul estaban ocupados viendo un capítulo de 'Los niños', él la vigilaba, discreto claro.

"¡¿No eras tú el que incendió el Kiosco?!." Preguntó exaltado el pecoso, con la boca abierta.

El contrario, ofendido, respondió brusco de nuevo. "¡Joder, NO!. ¡Por qué no me creen, ya les dije que fue ____!." No importa cuantas veces lo declaró en el pasado, el británico pagó por ella.

La susodicha giró los ojos, y se acomodó en su caliente lugar. "¿Si te dijera que sí, me molestarían?." Dijo sin pizcas de vergüenza, recordando triunfal su irreparable trabajo, trayendo muecas enojadas por el gruñón.

Matt colocó sus manos en sus mejillas abriendo aún más su boca en muestra de su sorpresa. "¡¿¡QUÉ, FUISTE TÚ!?!." Gritó melodramático.

Con dolor por su pobre audición, cerró los ojos y apartó el rostro. "Sí, sí..."

Por esta vez, el bajista sonrió victorioso por el hecho de que su nombre ya no permanecía manchado. "¡Ajá!, ¡ves, te lo dije, ella provocó el incendio!."

Matt sin deshacer su reacción, habló. "B-bueno...____ e-es capaz de c-cualquier cosa..."

"¡Oye!, saben que ese vendedor se lo merecía, ¡me dijo plana, y ustedes saben perfectamente que el tipo no portaba sus anteojos!." Dijo frunciendo el ceño y con los ojos cerrados, demostrando como apretaba sus dientes.

"Hum..." El de ojos océanos se acercó peligrosamente a ella, específicamente, en el área de sus pechos.

La baja al percatarse de su acción descuidada, le brindó un zape, agresiva.

"¡A-AUCH, ____!." Se quejó con un puchero, sobando la parte golpeada.

Tom se golpeó la frente con su mano por la acción estúpida realizada por el narcisista. "No te pases, idiota." Cruzó los brazos, monótono.

"¡Ay, ay, ay, bueno lo siento!." Se secó las lágrimas que amenazaban cerca de su rabillo para salir con su antebrazo. Sin perder tiempo, decidió cambiar de opinión. "Ahora que recuerdo...¿Recuerdas aquel día cuando encontramos a Edd tan rojo que parecía que iba a estallar?, ¿lo recuerdas, Tom?." Dijo aguantando la risa.

Tom hizo una sonrisa ladina, demostrando burla en su ser. "Cómo olvidarlo, qué gracioso." Dijo soltando risas maquiavélicas por el estado del mayor. El nombrado al notar esto, volviendo a la realidad, se sonrojó febril.

"¿Q-qu--?, ¡T-tom, no te burles!." Dijo avergonzado apartando la mirada de los tres curiosos, quienes seguidos, se burlaron también. Provocando que el mayor cubra su rostro con su antebrazo.

Echando más leña al fuego, habló, juntando su cuerpo con la de él, pícara. "Vamos, Eddy~. Cuenta les lo que ocurrió ese día, después de todo, al parecer te gusto~." Murmuró en su oído, su fresco aliento provocó escalofríos hacia el robusto, cayendo rápidamente en su poder incitante.

Pudo jurar que estaba hirviendo a más poder, temblando leve por cada caricia que ella proporcionaba a propósito. "E-Eh, y-yo...n-no e-era n-nada, e-en serio..." Sus pobre labios regordetes temblaron a pronunciar inútilmente.

El alcohólico soltó una carcajada áspera, disfrutando del espectáculo. "¡Ja, ja, si claro y yo festejo la Navidad!, ¡me parto!." Dijo sin retener las lágrimas, para luego golpear el costado del sofá. Atragantándose en el proceso.

Y Matt no era la excepción. "¡Qué gran comediante eres, Edd!." Tosió de tanta risa, con las mejillas salpicadas de tinte rojo por la falta del aire.

Él sólo guardó silencio y siguió cubriéndose, era tanta la vergüenza, que se escondió tímidamente en ____. Recibiendo palmadas de consuelo por la dueña.

~~~~~~|•~~~~~~~~~|•~~~~~~~~|•~~~~♪~~~|•~~~~~~~~|•~~~~~~~|•~~~~~~~~~

"Señorita ____, venga al despacho del director. Señorita ____, venga al despacho del director por favor." Habló desde el antiguo altavoz una seria voz que helaba a cualquiera.

La pre-adolescente levantó las cejas sorprendida, ¿qué hizo ahora?, ¿alguien habrá tratado de echarla la culpa otros vez?. Suspiró largamente, retirándose de su lugar solitario, recibiendo miradas curiosas y otras envidiosas por parte de sus compañeros.

Al dirigirse al despacho, cruzó con él rubio, que al verlo ella dirigió una mirada de odio y confusión al percatarse que la miraba con pura burla y maquiavelismo. Aspecto que la hizo dudar rápidamente de qué se aproximaba...

Una vez que llegó, sin exclamar nada, tomó asiento y espero alguna señal del director sin entusiasmo alguno que tenía enfrente.

El hombre suspiró con desván y la miró sin emociones. "Estoy seguro de que conoce el motivo de su llamada..."

Incómoda por tanta seriedad, se encogió en su asiento. "No, en realidad. ¿Podría ir al punto, señor?." Dijo fría y calmada, algo no andaba bien, y eso la desconcertaba con el pasar de los inconcebibles segundos.

El golpe de un puño estrellándose fiero provocó que se exaltará en su asiento.

"¡Deje de hacer un teatro, señorita ____, usted muy bien sabe por qué está aquí!. ¡En la mañana, el señor Kenneth Golden vino como una alma queriendo ser socorrida, explicando que la encontró fumando un cigarro en el jardín. Usted sabe perfectamente las reglas y el gran problema que eso traería, usted más que nunca tiene que cuidar su corazón!." Exclamó con frustración en su voz, recalcando cada palabra pronunciada. Sin ver la verdad escondida...

Se pasó de la raya, otra vez. En un intento de dar su benedicto, se levantó brusca ante la mirada de juicio y juzgamiento. "¡¿Y usted le creyó?!, ¡señor, yo no sería capaz de tal cos--!"

"¡Silencio!," la cortó, cansado de su típicas palabras que respondía ante cada llamada. "¡El señor Kenneth jamás mentiría, proviene de la familia real más importante de nuestro país!." Demandó ferozmente, dominado por la codicia, tiró con crueldad los papel que descansaban en el escritorio de cuero de venado oscuro. "¡Su padre se acaba de recuperar de su enfermedad Takotsubo/corazón roto y usted lo primero que hace es fumar!. ¡Malagradecida!."

Aunque sus palabras no deberían de dañarla, fue lo contrario, su comentario la hizo sentir abatida pero más impotente, nadie la creería jamás, porque varias veces intentó contactar con alguien que la escuchase, pero todo fue en vano. Ahora, estaba sola...ella amaba mucho a su padre y sabe perfectamente que esta es sus últimos momentos, si aquel hipócrita argumento llega a oídos de su padre, su corazón no aguantará mucho...
Sin fuerzas para defender su honor, se dejó caer en la oscuridad, sintiendo las saladas lágrimas que amenazaban en escapar. No tenía a nadie con quien contar. Ni su madre no debería seguir sufriendo por ella, ni su padre, ni su inocente hermano. Ahora al llegar a su hogar, tendrá que volver a explicar algo que ni ser nombrado debe ser. El mundo era injusto...

"Vaya a pensar en sus acciones, y en su padre que sufrirá por usted..." Dijo cruel, sin dirigir la vista en la desconsolada joven.

La menor se levantó sin subir la mirada en alto, sollozando en silencio, abrió la puerta de arreglos victorianos y salió. Procuró secar sus lágrimas, pero fue en vano. A unos pocos metros, él estaba ahí, sin saber que decir al presenciar las consecuencias de su egoísmo. Se acercó sin añadidura.

El nudo no le permitió expresarse debidamente. "Y-yo... No s-sabía eso... P-perdón..." Habló a entrecortado el rubio cenizo, lamentándose cada vez más al ver a su enemiga sufrir sin misericordia. Acercó su mano, temblando indeciso. "D-Deja m-me--"

"¡¡¡Aparta te, conseguiste lo que querías, ahora d-deja me en p-paz!!!." Apartó al chico, saliendo al instante disparada del lugar.

Mientras su mirada zafiro la observaba miserable salir del establecimiento...

/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\

"¿____?." Preocupado, realizó algunos chasquidos enfrente ella, esperando que vuelva a la realidad.

"¿E-Eh, qué, me perdí algo?." Volteó a varias direcciones al volver a la realidad, exaltada. Captando su ubicación respiró con algo de vergüenza, decayendo con lentitud enseguida.

Inesperadamente, una mano robusta acarició su mejilla acompañado de una mirada preocupante, proporcionando calor como si de una chimenea recién prendida se tratase, movió seguido su gordo pulgar en ella.

Con suma delicadeza, preguntó a tonos bajos. "¿Estas bien, ____?."

Sin recuperarse del todo, elevó su mirada, haciendo contacto con sus tímidos ojos cafés. Trayendo consigo un ligero sonrojo por esta.

"Este... Estoy bien." Aclaró su garganta, controlando su reacción. "Sólo me recordé de algo, no te preocupes, Edd." Dijo para luego ladear la comisura de sus labios en una estoica sonrisa. Demostrando su actual estado.

"¿Estas segura?. Si quieres, puedes decírmelo." Dijo serio y con el anterior tono.

"Hey, estoy bien, ¿ok?. Deja de ser tierno, ¿si?." Dijo liberando una pequeña risa, estando frente a frente con él.

La distancia era poca, y eso lo puso la piel de flor, junto a mínimos escalofríos amistosos. El amante de cola sintió como sus mejillas se le acaloraban ante esto.

"Jeje, eres tan tierno que quisiera estrujar tus mejillas." Dijo como si hablara con un bebé, y sin advertencia, agarró sus mejillas entre sus palmas. "¡Aww, que adorable!."

Aunque para el pobre Edd, era la principal víctima del sonrojo y vergüenza. "¡_-____, p-para!."

"Aww, ¡que hermosura!."

El mayor cerró los ojos, realizando un puchero, en un intento de terminar con su dominio, la abrazó en su cintura, unas de las áreas más sensibles de la menor.

"¡¿Q-Qué--?!"

No dio tiempo de responder, sino que directamente, hizo lo más temido por la castaña, las cosquillas.

Alarmada, procuró suplicar. "¡E-Edd, n-n-- Jajaja!, ¡basta-a, jaja, ah!."

Orgulloso, regaló una sonrisa triunfal, finalmente la tenía bajo su poder. "¡No te oigo~!." Exclamó juguetón. Inadvertidamente, ingresó sus serpentinas manos bajo su sudadera gris, para ágilmente, hacer cosquillas en sus otras áreas sensibles. "¿Te gusta, ____~?." Dijo con el mismo tono.

Hecha tomate, intentó escapar, fallando. Logrando únicamente que el robusto jugara más con su cálida piel. "¡P-para!."

"¡Mmm, no~!."

—En otra habitación...—

El alcohólico subió más el volumen, frustrado. Mientras el su acompañante, Matt, se hundió en su asiento con un ligero tinte en sus mejillas.

Incluso si alcanzó al límite del volumen, resonaba poderoso en la casa.

Apretó la mandíbula, sintiendo que quemaría a cualquiera con su mirada vacía. "¡Arg, que ruidosos!." Dijo cansado, hundiéndose igualmente en su lugar.

Mas el de ojos azules, sentía que ardía internamente por el mayor afortunado.

—De vuelta...—

Una vez lograda su objetivo, rió brillante ante ella, dejándola descansar en la suave frazada/manta verde vivaz de su cama. Este era uno de los pocos momentos en el que podía estar a solas con su amiga sin interrupciones, en otras palabras, con la persona que lo aceptó desde el primer momento en el que lo vio. El de verde rió feliz ante el pensamiento, con delicadeza, se ubicó en su lado, recostando su cabeza en el regazo de la levantada chica. Demostrando una expresión cómoda, fue lo que la incitó en agarrar su regordetas mejillas.

Ella sonrió cálida. "¿Algo que quieras decirme, Edd?." Dijo en voz baja, acariciando al mayor que tenía enfrente. Por el lindo gesto, el de verde cerró los ojos.

"Jeje, nada malo. Sólo recordé aquel día en que nos conocimos..." Dijo nostálgico, disminuyendo la voz con cada palabra dicha de sus gordos labios. La de ojos atardecer levantó una ceja, junto a su sonrisa y la luz del sol filtrada desde un orificio del ventanal, la hacía ver espléndida.

"¿Y a qué se debe eso?." Cuestionó, con evidencia de cuál sería la respuesta, pero queriendo escucharlo de él mismo, ya que escucharlo de este, de alguna forma no experimentada todavía, provocaba que su corazón se caliente de ternura.

"Pues..." Comenzó, sin apartar la mirada y con el tono bajo, prosiguió tímido. "Adoro recordar el día en el que pude conocer a la misteriosa chica que cambió nuestra vida..." Habló rojo, encantado de encontrarse en aquellos ojos que te hipnotizaba con solo verlos, en sus labios nunca abandonó su timidez. Ella tarareó dulce y paseó sus pequeños dedos en la cabellera del castaño. "Gracias, ____..."

La susodicha rió entre dientes, con calma que lo hizo temblar. "No, Edd, gracias a ustedes..." Dijo sin deshacer su cálida y significativa acción.

El castaño se acercó más hacia su estómago, disfrutando de las caricias que brindaba su amiga, con el pasar de los segundos, esas caricias aumentaron, ante esto esto la abrazó por su cintura.

"Jaja, Edd, me haces cosquillas~."

"Es que aquí esta muy calentito~."

"Pff, eres un aprovechado, ¿lo sabes?."

Sólo rió en respuesta, no quería separarse, por lo que en todo momento permaneció así, hasta cuando la menor se acomodara con él y cayeran ambos, en un cálido y profundo sueño.

~~~~~~~~~^^^^^^^~~~~~~~~~~~~^^^^^^~~~~~~~~~~~~^^^^^~~~~~~~~~~~

Abrupto, se levantó provocando que la mesa y hasta las sillas tiemble. Sus dos confiables se exaltaron por su feroz grito. "¿¡¿Qué ella qué?!?."

El de cabello bien peinado tragó duro, antes de comenzar. "S-Sí, no sabes el cómo, pero alguien logró tener bajo su poder los documentos del ejército rojo y todo apunta a ella..." Explicó frío y a duras, en el fondo, algo le decía que aquello era incorrecto, pero la pregunta es, ¿cómo?.

El hombre carente de emociones, se sentó y respiró profundo, colocando sus dedos en su frente para calmar el estrés, sin éxito. Gruñó en lo bajo y abrió sus ojos, demostrando sus ojos sin alma.

"Recuperen lo, desconfió de esa mujer y de lo que es capaz, traigan lo pero ya. Y si vuelvo a enterarme que ingresó de esa forma a mi guarida, la traerán a mí... Y yo me encargaré de ella." Murmuro con rabia, apretado su mandíbula.

El de cejas gruesas aclaró su garganta, y con aires nefastos, dejó un disco frente a su Líder.

"Ni siquiera las cámaras de seguridad grabaron lo mínimo, lo único que se puede visualizar a medias, es una parte del cuerpo de una sombra que se necesita ver en cámara lenta para captarlo..." Dijo monótono, para luego colocarse en la misma dirección que su compañero. El de vestiduras gruesas inspeccionó brevemente el disco, y sin añadidura, volvió en su anterior posición.

"Hagan lo que deban de hacer..."

Sus acompañantes asintieron y se retiraron, dejándolo ante la oscuridad...

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~×~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

"Vamos, Tom, no seas gay..." Dijo desinteresada y boca para arriba, procurando tenazmente que ceda, sin éxito. El contrario siguió ignorándola, así hasta que colmara su poca paciencia.

"¡NO, joder!."

"¡Tom!." Exclamó Edd por el repentino cambio de voz, el nombrado murmuró entre dientes enojado, odiaba perder contra ambos.

"¡Ohhh, te la dieron!." Dijo tosca, con una sonrisa pícara en el acto.

"¡Oye, tú eres la principal causante de esto!."

"¡TOM!."

"¡¿Yo qué hice ahora?!."

"Tom, ¿no recuerdas de lo que hablamos la última vez...?." Dijo el castaño amenazante.

Mientras era regañado, la mujer reía disimuladamente a espaldas, provocando aún más al de púas.

"¡¿Edd, acaso no ves que esa mujer se ríe a tus espald--?!"

"¡Se acabó, Tom, no te dirijas así a ella!." Exclamó harto, junto a su mirada severa.

"'•¡Ja!, maric*...!•'." Dijo disimuladamente, susurro que luego llega a sus oídos, y después desaparecer con el aire.

Insulto no aprendido por Edd, pero si para el alcohólico.

Matt, sentado en el medio como expectante, frunce el ceño confundido ante el nuevo vocablo.

"¿Qué es: ‹maric*›?." Preguntó a la latina, cuan relajada, observaba con gracia a sus alrededores.

La antedicha sólo dio facciones ásperas, acompañada de la luz del sol, brindó previamente toscas emociones. "Te dije que usarás el mata-burros, Matt~."

Tendrá que indagar más tarde, aunque claro, si recuerda lo dicho. Vencido, regaló un puchero. "Bien...."

Una música incomprensible para los chicos resonó por toda la habitación con volumen considerable. ____ a ritmo de caracol, buscó en su bolsillo el celular, y aburrida, contestó.

"Hola, al habla ____, ¿con quién hablo?." Dijo sin ganas, mas era cuestión de tiempo para que escuchará al dueño de la línea contraria, para que se alejará de los muy confundidos hombres quienes espiaban hasta los cortos movimientos. No tenía ni inspeccionar para saber que sus miradas agujereaban su espalda para entender algo de la llamada, por lo que, tuvo que arrastrarse desganada a su habitación para poder hablar. "Más te vales que sea importante, estos chicos son peores que una cabra loca cuando saben que algo ocurre..." Dijo susurrando con expresiones ilegibles.

Al otro lado de la línea se escuchó una grave risa.

"¿Estás ocupada mañana?, requerimos de tu presencia." Habló fríamente como el invierno, se notaba que no se encontraba en condiciones para decirlo deliberadamente.

Al parecer, un asunto grave se presentó, no por nada contactan con ella. "¿Trata del comunista, cierto?."

"Correcto, mañana te queremos para las 4:00 am."

°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°→°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°→°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°

"No entiendo, ¿por qué no quiere que la oigamos?." Preguntó el pecoso confuso ante la actitud de su amiga.

Cuestión fácil, pero cegada. Nadie realmente podía medir la desgarradora verdad escondida, parece egoísta ocultarlo, pero el motivo de su recóndito latente es mucho más insondable que eso.

Indescifrable para los presentes, el de ojos vacíos plegó sus labios, simultáneamente con su mirada. Dio lugar a la ausencia del sonido para su respuesta.

El robusto suspiró, pensando en varias posibilidades, pues no presenciaban por primera vez aquel hermético comportamiento. Lo estimable que podían hacer, es dar el espacio que requiere.

"No lo sé... Al final de cuentas, ____ tiene sus asuntos..." Dijo el de verde, con la mirada en bajo.

El de cabello jengibre no dio más palabras y asintió silencioso. Aunque él esta de acuerdo con esto, para el alcohólico era todo lo contrario. Es cierto que discute por estupideces con ella, pero sigue siendo su amiga y se preocupa por ella, aunque no lo admita libremente.

"Aparte, tenemos que hacer esa extraña aventura bajo el océano y si mal no recuerdo, ____ aún no dio respuesta de si irá o no." Comentó el narcisista, pensante, con la vista en alto.

Al recordar ese factor, el de azul asintió monótono. "Cierto..."

"¡Lo olvidé!." Exclamó espantado el mayor. "Cuando salga, la preguntaremos..."

"¿Preguntar qué?."

Se exaltaron ante su repentina voz.

"¡____!," exclamó con el corazón en la boca. "¡Te dije que no vuelvas a hacer eso!." Atolondrado, advirtió el bajista.

Solo hizo una cara inocente. "Lo siento~..."

Una vez asegurándose de que su corazón volviera al ritmo normal, el narcisista habló por Edd, quien también se recuperaba. "Al irás con nosotros mañana, ya sabes, bajo el océano..." Dijo apunto de divagar, perdiéndose en sus pensamientos.

"Este... No gracias, mañana dará un nuevo capítulo de mi Dorama." Excusó apenada, acto seguido, les regaló una sonrisa de dientes perlas. "La próxima, de verdad, lo siento..."

Matt hizo un puchero, mirando la alfombra terciopelo, para seguido, asentir derrotado.

El amante de cola repitió esta misma acción, pues no la forzaran, además, no le gustaría ver a ____ de mal humor solo por no ver su Dorama. "Sí tú lo dices, esta bien."

Sonrió consolidada. "No se preocupen por mí, estaré bien, aparte, no estaría mal un tiempo a solas."

"¡Auch, mi corazón!." Exclamó 'dolorido', poniendo una mano en su pecho para reforzar su actuación. "Creí que me querías..." Dijo Matt.

"Jaja, Matt, tú sabes que te quiero. Así como a esos que están detrás mío~." Dijo burlona susurrando la última parte, apuntando con su pulgar a los ya ofendidos hombres que miraban acusadores. Matt rió después junto a ella.

"¡____!." Dijeron ofendidos, al unísono.

"¿Qué?."

~~~~~~~~~~~~~~~~~×~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~×~~~~~~~~~~~~~~~~~

—No muy lejano...—

Sin esfuerzo alguno, logró entrar sin que los guardias notaran de su no deseada presencia, cuan elegantes y delicados movimientos, se dirigió silenciosamente hasta un pasillo grisáceo con clave. Cómo no era su primera vez entrando, logró colocar correctamente la contraseña correspondiente, y de ahí entrar a un conducto de ventilación cercano. Su traje negro ajustado estaba diseñado con la última tecnología para saber en qué sector se encontraba gracias al Gps, se debía de ser cauteloso, pues hasta los conductos tenían trampas debido a la estratega mente del Líder temido. Su visión nocturna se hizo presente, enseguida, pudo ubicarse mejor. Al final, llegó al término del conductor sofocante, bajó cuidadosamente e inspeccionó su alrededor. Había otro pasillo, solo que conducía a habitaciones estrictamente vigilados con cámaras de seguridad, donde encerraban a todo aquel que contradiga. Pero ésta solo venía por alguien, sin sudar, encontró la habitación que buscaba, aquel donde su amigo se encontraba por hechos imprudentes, Edd.

La silueta entró y desactivo cuanto antes, las cámaras y trampas, captando la atención del hombre alto y robusto.

Dicha silueta se deshizo del material que cubría su rostro, revelando así, una facciones femeninas y cabellera atada castaña. Era la auténtica, ____.

Él al verla, se levantó con sus esposas, acercándose lentamente para saber si sus ojos no lo engañaban. "¿_-____, eres tú?." Cuestionó ronco y con los ojos decaídos, se notaba que no dormía correctamente por sus delatadoras ojeras.

Ella sonrió nostálgica. "Hey, Edd..."

Oír su voz fue un golpe de alegría y nostalgia para él, habían pasado meses de guerra que se escuchaba muy bien a pesar de estar casi bajo tierra, y finalmente, ella estaba ahí, intacta. Inadvertido, fue a correr a por ella y la abrazó, si que la extrañó mucho, el tiempo que ella estaba ausente era más que un suplicio/tortura para él, hasta ahora. En ese abrazo pudo recobrar el recuerdo de su tacto, olor y expresiones. Y nadie podría interrumpir, pues el Líder Rojo estaba arreglando asuntos serios.

Cuando se separó, comenzó a toquetear todo su rostro, paranoico, para confirmar si estaba bien. "No puede ser, te extrañé mucho, y tenerte aquí sana, alivia mi corazón..." Dijo respirando profundo, ya calmado. Pero su mano temblaba.

Ella dibujó una sonrisa cálida. "Yo también te extrañé y... Lo siento, las cosas han estado feas. Aparte de que tenía muchas misiones..." Dijo cansada. Ella no era parte del ejército Rojo, pero si debía de hacer algunos trabajos particulares para este debido a que así se podrá mantener, aspecto que cuatro hombres saben. "Escucha, pronto saldrás de aquí, y yo me encargaré de que eso suceda."

Él suspiró, cerrando los ojos. "____... No estoy seguro, Tord--"

"Tord se meterá conmigo si no lo hace. Edd... Llevas varios meses aquí, ya es momento de que seas libre." Dijo fríamente, mirándolo directamente sus ojos cafés.

Edd estaba inseguro, ____ se veía tenaz en su decisión. Pero, ¿qué dirá Tord?, la demanda de la castaña tendrá gran repercusión en él, pero al parecer el comunista tiene ciertos sentimientos. Pensamiento que provocó que apretara la mandíbula.

"Sólo... Ten cuidado, ¿si?." Dijo suave, dejándose esta vez ceder en el nuevo abrazo de la baja.

"Lo tendré."

El ruido de unas puertas abriéndose alarmó a ambos rápidamente, la latina se preparó para su escape, no son antes devolviendo el estado de las cámaras de antes.

"Adiós, chico cola~."

Y con eso, se retiró. Dejando al satisfecho hombre en la oscura habitación...

****************************************************************

"Más les vale volver intactos, o les juro que los resucitaré y los volveré a matar." Amenazó cortante, apuntándoles con su dedo índice, acorralándolos contra la pared.

Los tres asintieron simultáneamente, uno más aterrado que el otro.

"Hum, bien..." Dijo para cambiar su expresión cruda a una relajada, como todo bipolar. "Aquí está su maleta, ahí está sus ropas de repuesto y toallas... Y sean puntuales... O los mato."

El de ojos azules tragó duro. "B-Bien, hasta pronto, ____." Dijo sonriendo y temblando a la vez, para luego retirarse al auto(conbi).

Seguido, el de ojos vacíos, quien áspero pero sonriente, llevó en su espalda la maleta. "Adiós, tonta." Dijo burlón, retirándose triunfal. Más la mujer rodó los ojos.

Y por último, el mayor, Edd. El más difícil de dar una despedida. "Hasta mañana, ____. Ten cuidado, ¿ok?." Dijo sonriendo suavemente, revolviendo el cabello de la baja.

"¡Oye!." Se arregló, 'enojada'. "Hasta pronto, Edd. Vuelvan vivos..." Dijo avergonzada, no estaba acostumbrada a ser blanda.

El de verde rió tierno ante esto. La abrazó corto y se retiró junto sus acompañantes. Mientras la latina se despedía con la mano.

Una vez que no se encontraban en su campo de visión, fue veloz a la cocina y colocó una gran cantidad de comida a loa gatos. Para acto seguido, salir disparada a su habitación. Abrió su armario y sacó una vieja caja que tenía bien oculta siempre.

Abrió y sacó la ropa negra ajustada.

Y con una sonrisa gatuna, lo observó vivaz.

"¿Qué tal?, vieja amiga..."

•••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••

Estoy impresionada, no pensé que llegaría un día así, pero llegó. Todo para felicitar a estas personas se merecen más que un aplauso, y ellos son:

♥ AlisttoN_chaN
♥ gisellimon_dm
♥ KyaraBettyTerrazas
♥ Abilarie
♥ DariGal

Muchas gracias por llevar tanto tiempo conmigo, sin ustedes desde un principio, es posible que no tuviera tantas ganas de seguir esta historia. Los abrazaría, pero tendría que romper la cuarta pared para eso~ 

Y a todos los lectores que llegaron hasta aquí, muchas gracias, porque cada uno que lee esta parte, colocó su granito de arena para motivar me a seguir con esta historia, hasta aguantaron a la escritora gruñona. 

Perdón si no es suficiente agradecimiento, ¡pero no como expresarme, en serio!.

Espero firmemente que siga así hasta la segunda temporada, y con eso, ¡su paciencia!.

Les deseo un grandioso día, ¡hasta la próxima!

P. Capítulo: 17-18 de Julio

P.D.: La música de arriba era para acompañar y para ponerlos nostálgicos, y antes de que me tiren arena... ¡Me voy!.

#Eddsworld4ever



Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top