*La verdad oculta.
Paciente, esperó por una respuesta. El británico, aunque se sentía incómodo por nombrar este tema, sabía que podía confiar en la contraria. Respiró profundo, con los ojos cerrados, para luego abrirlos con notorio odio con lo que dirá a continuación.
"Antes de que vivieras con nosotros, existía alguien, específicamente, un hombre de nombre, Tord." Explicó arrugando su rostro agrio, pronunciando con extremo odio, resaltando el nombre.
Como todo ser humano, se supone que daría una reacción sorpresiva por el momento, mas cuando oyó el nombre de "Tord", simplemente, se quedó con una expresión indescifrable. Algo no común de acuerdo al tiempo.
Tom al presenciar el silencio absoluto por parte de ____, decidió proseguir, aunque no se esperaba esa reacción... "Hasta que un día decidió irse para cumplir sus sueños y bla bla, lo despreciaba por lo que me valía madres lo que le sucediese, a diferencia de Edd y Matt, aunque Matt ya no lo recuerda. El punto de esto es, últimamente, siento que algo grande se está por venir, y Edd lo ha notado debido a mi aumento de indiferencia en mi actitud..." Suspiró con desgana, para enseguida volver. "Eso explica el por qué constantemente estamos en discusión. Sin que se den cuenta." Dijo monótono, abriendo al instante su petaca y comenzó a beber de él, necesitado del tentativo alcohol.
Por más de que lo contenía, sentía como su sangre hervía, pero su sosiega actitud exclamaba interiormente, que lo asimilará. Ella forzó sus facciones. "¿Edd no sabe nada, cierto?."
"No." Negó seco. "Y no pienso decírselo, si se comporta histérico cada vez que te ve diferente, no querrás saber cómo se pone con esta clase de preocupaciones." Explicó sin dirigir su mirada a la presente, ingiriendo tragos grandes de vez en cuando.
"Ya veo... ¿Elegiste esconderte en el alcohol?. ¿No está de sobre decirte que puedo ayudarte?." Demandó, demostrando frialdad en el trato. Tom agachó la cabeza y se rascó la nuca, cansado.
"Lo sé y lo siento, ¿ok?." Habló precipitado, con frustración por el acto cometido. "Pero cuando te veo, observo lo cansada que te ves y el cómo lo andas ocultando, no quería meterte más preocupaciones en la cabeza." Dijo con arrepentimiento leve al ver cómo ella lo miraba demandante, pero al final, aflojó.
"Bien... Acepto tus disculpas, pero sabes que no dudaré en ayudarte." Dijo levemente calmada, ofreciendo su mano para que el bajista la tome y así, se pare, aceptando gustoso.
"Gracias, ____..." Habló ladeando una sonrisa con sus facciones cansadas pero relajado del que finalmente, pudo sacar aquel disturbio afuera. "¿Quieres beber algo de alcohol?, yo invito." Dice sereno, sin borrar su ahora tosca sonrisa.
¿Por qué no darse el gusto por esta vez?, no ocurrirá nada malo después de todo. Ella asintió desafiante. "¿Por qué no?, es más, ¡pidamos la más fuerte!." Y con eso dicho, los dos fueron dentro del bar.
Por más de que ____ bebía aunque sea la mínima gota para olvidarse de que, anteriormente, Tord se encontraba en el grupo, no podía del todo por la preocupación desapercibida. Existía la posibilidad de que Tom se refería tal vez, a otra persona que poseyera aquel nombre, pero su sexto sentido gritaba la palabra "NO".
Ambos se la pasaron, durante el resto del transcurso, bromeando y contando anécdotas. Causando que el británico se olvidara momentáneamente de las voces de su subconsciente que proclamaban "Tord" y "Peligro". La salida con la latina, realmente, se agradecía. Se sentía afortunado de tener una amiga con el que encontraba inesperadamente el sosiego contagioso.
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De nuevo, y como antes... La mujer tuvo que cargarlo del tirón e irse camino casa acompañada de la anochecida Londres, mientras que unos molestos ronquidos algo débiles danzaban en su oído, es decir, de cierta persona de nombre Tom.
Las silenciosas calles provocaba algún sentimiento de paranoia latente que corría de sus tobillos hasta su cuello, constantemente, vigilaba sus alrededores, sin poder dominar sus impulsos paranoicos intensos. Cada segundo, aguzó su visión en búsqueda de posible persona no deseada, desde sus misiones, comenzaba a desconfiar(de forma no sana) mucho más que antes.
Cuando ya llegó, sujetó fuertemente al bajista e introdujo la llave en la cerradura, al entrar cerró tras ella la puerta. Precavida de no tropezar al cruzar el oscuro lugar, se fue a la habitación de Tom y lo colocó con suavidad en su cama, asegurándose de dejarle unas pastillas para el dolor encima de la mesita de noche.
Por último, al comprobar que todos se hallaban descansando, fue a su deseada habitación y se cambió de ropa por una cómoda para dormir. Finalmente, pudo recostarse y sentir feliz ante la cálida frazada/manta que brindaba, segundos más tarde, Lafayette se unió a su compañera, subiéndose a la cama y cayendo rendida en pleno acto. Ella rió, y con sus párpados insistentes de sueño, soltó un bostezo y se cubrió. Cayendo en la oscuridad también.
Esperando al mañana.
-Al día siguiente...-
Sin apartar la vista del dibujo, cuestionó. "Y... ¿Sabes algo de Tom?." Su tono evidenciaba la curiosidad, esperando oír lo que quería escuchar, respuestas que acabe con toda duda. Se sentía extraño abarcar este tema con la baja, pero no tuvo suficiente dominio.
Aún con los codos en la almohada, observó los concentrados movimientos del artista, leyendo fácilmente sus intenciones.
"Pues..." Comenzó aburrida, obviamente, no iba a confesar todo, pero tampoco gustaba de la idea de mentir a su amigo Edd. Optó por una verdad mitad mentira, ingenioso, ¿no?. "Simplemente, ha tenido sueños pesados o pesadillas..."
Edd asimiló la respuesta, para contestar enseguida un indeciso 'Hum...', tomó nota mental y asintió vago, esta vez, subiendo su mirada café. "Ya veo, gracias..." Dijo más relajado de saber la base de su muy indiferente comportamiento actual. En escasos segundos, terminó de trazar las líneas y agregar sombreado en el dibujo, levantó el cuaderno y colocó a vista de la baja. "¿Qué dices?." Preguntó ansioso.
Escaneó detalladamente el dibujo: este trataba de un mini-cómic basado en Ringo y de su dueño haciendo unos bocetos, con una pequeña trama simpática. Ella rió graciosamente por lo que sus ojos observaban, sujetó la hoja y sonriendo, observó las texturas.
"¡Rayos, Edd, esto es gracioso y muy retocado. Me gusta!." Dijo sin dejar de reír, no sabía que Ringo podía llegar a hacer algo así. "Hasta me superas."
Edd sonrió tímido por el alago, aceptando la entrega de ____ de la hoja. "Me alegra que te guste, aunque estoy seguro que tú eres la que me supera." Dijo con cierto nerviosismo, mirando su dibujo realizado.
Ella levantó una ceja chistosa. "¿Estas de broma, Edd?. Si intentas ligar conmigo, sólo debes decirlo." Bromeó, aprovechando su nerviosismo, provocado que el robusto se sonroje.
"¡¿Q-Qué?!, ¡N-No, y-yo n-no lo h-haría, quise d-decir...!" Sus palabras se entre cortaban aún más con cada avance de estos, mientras el nerviosismo aumentaba al ver la confundida y sorpresiva expresión de la baja. Suspiró desanimado por el error, ocultándose un poco de sus penetrantes ojos. "N-No es que tampoco quieras estar con alguien como yo..." Murmuró, recordando fugazmente de su físico. Asegurándose de haberlo dicho inaudible, fallando en el intento.
"Edd, no vuelvas a decir eso." Regañó con un tono severo, inexpresiva, no era la primera vez que el castaño hacía eso. "¿Olvidas que te quiero como eres?, eres mi amigo y es imposible no quererte. Que importa tu físico, en lo personal, ¡me encanta!." Exclamó sonriendo cálida en la última parte, el mayor subió la mirada algo tímido, sin dudas, con cada palabra mala de él hacia su figura era corregido por ella, consolando su corazón.
Sonrió débil, recostándose en la almohada que se encontraba en en regazo de la latina. "Gracias, ____..." Habló suavemente, disfrutando de la calidez.
Ella sonrió con sus dientes perlas. Aprovechando para acariciar el sedoso cabello castaño del mayor. "No hay de qué."
Aunque la paz reinaba en el ambiente, unos gritos furiosos provenientes de Tom, atravesaban la puerta. Ambos suspiraron con gracias.
"¿Quieres ir a ver antes de que la casa se caía?." Preguntó bromista.
Él rió entre dientes. "Vamos."
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Fiero, lo golpeó con su arma en la cabeza, causando que el afectado caiga al piso con la sangre carmesí escurriéndose en su frente. El cejas gruesas lo perforó con su indiferente mirada marrón, vigilando de que no intente algo.
"¡¿Dónde demonios está?!, ¡HABLA!." Escupió venenoso, cegado de la furia, agarró a la víctima por el cabello. Mientras, Patryk observaba cerca todo movimiento sospechoso.
El hombre de vestimentas negras rió sepulcral, demostrando burla, inclusive con su herida. "Esta donde tu corazón mand~--" Antes de que termine, el burlón fue golpeado una vez más tenaz en la cabeza.
Paul, harto de sus juegos, lo pateó en el estómago, haciendo que el contrario ría con total masoquismo.
El de cabello impecable entre cerró los ojos, un dato muy curioso que notó de aquel soldado del Ejército Negro, era que no suplicaba por su vida, o siquiera, mostraba signos de temor. Al contrario, se veía dispuesto a divertirse en sus últimos momentos y no soltar ninguna información en cuanto a su querido Ejército. A diferencia de los cadetes de su mismísimo Ejército.
El de cejas gruesas estaba al límite de sus burlas que cantaban victoriosas por toda la sala de tortura, volvió a brindarle otro golpe ubicado en la zona de los intestinos, a lo cual fue respondido por una tos de sangre.
"Uy, ¿están a-así porque s-saben que p-perderán?." Comentó a duras, con la sangre apresurada en salir de sus comisuras. Pero su ego se alimentó al ver la cara de odio total del castaño.
Patryk suspiró exhausto, haciendo resonar esto por la habitación. Por primera vez que no podían quitar información alguna, incluso pudieron con las feroces escorias de otros Ejércitos. Ya llevaban casi 10 horas intentando quitar algo, y nada. Más tarde, tendrán que recurrir exasperados a Tord para que los ayude, porque esto ya era el colmo.
"Basta, Paul. Vamos con Tord, no tendremos de otra." Comentó serio, acercándose a su compañero.
El nombrado gruñó ante la derrota, y asintió, escupiendo en el rostro de la víctima al escuchar su tosca risa imparable. Por último, lo llevó brusco a su celda y del tirón, lo lanzó ahí sin preocuparse en romperle la nariz.
El del bando contrario, al ver como su torturador se disponía a retirarse, soltó una carcajada inhumana. "¡Ja, idiotas!. Nadie sabrá enfrentarse a él, ni su psicópata Líder." Dijo con su voz raspada, sin molestarse en levantarse del frío concreto.
Paul se detuvo y miró indiferente encima de su hombro. "Pudre te."
"Con gusto~."
"¡Arg!."
Cerró de un portazo, no importaba cuanto contraatacaba verbalmente, él joven sabía contestar ágilmente hasta la forma más indiferente posible y el simple hecho de no ganar una batalla verbal lo sacaba de sus casillas.
Con apuro, fueron al despacho de su Líder. Siendo saludados al instante por cadetes que pasaban en los alrededores. Luego de un camino largo hacia su despacho, llegaron y tocaron la puerta de aspecto tenaz, al recibir respuesta entraron, encontrándose con su Líder comunista, procurando guardar precipitado su revista de +18. Al percatarse de que se trataba de sus fieles compañeros, realizo un carraspeo su garganta y fijo su atención absoluta a ellos.
"Bien, ¿lograron absorber información valiosa?." Preguntó monótono, esperando oír respuestas afirmativas, mientras los miraba fijamente con sus feroces ojos plateados.
Los dos se miraron entre sí, decepcionados, Patryk tomó la iniciativa de explicar a su Líder. Tomando aire. "El soldado es muy tenaz, más que con las escorias con el que lidiamos en nuestra vida. No sabemos nada, lo sentimos, señor. Pero se opone firme, demasiado."
Y ahí la respuesta que no quería ni leerla en periódico...
Optó por guardar silencio, para enseguida taparse la cara exhaustivamente, llevaban horas de que intentaban recoger hasta la miserable información, inclusive con los prisiones que lidió anteriormente eran más propensos a cooperar por sólo salvar su vida. Empezó a ver varias opciones de tortura, pero recordó que ni las más bestiales hizo que cambie su pensamiento. Lo cual, era frustrante. Al parecer, no tendrá de otra que ir y hacerlo él(cosa que no quería para poder estar libre y así, disfrutar del nuevo volumen de hentai comprado).
Dio unos masajes leves en su frente al captar como sus venas empezaban a bombear furiosas. "Arg, tendré que hacerlo yo, ¿no es así?. Joder, y que por fin podía ver mi nuevo manga. Retiren se, ya." Habló a duras, con el aire de sus pulmones saliendo en cada palabra en señal de cansancio.
Ellos asintieron silenciosos y abandonaron el despacho, dejando solo al comunista atrapado en sus pensamientos insistentes de qué hacer y no hacer. Ya ha estado teniendo muchos problemas últimamente, y recibir más pesadez era insoportable.
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La amargura reinó en sus facciones, claramente molesta de lo que sus ojos presenciaban. "Matt, no voy a comprar eso..."
"¡Pero--!" Iba a contradecirla, pero la voz de la contraria cortó con filo la contradicción.
"No." Dijo volviendo su atención al televisor, cambiando de canales(evitando principalmente el de noticias por obvias razones...). Ya llevaban un buen tiempo con la charla.
"...Ese vestido se verá bien en ti." Soltó algo «inocente», mirándola de la forma más tierna posible.
Ella se volteó como si de una película de terror se tratase, usando su miradas de 'S-i-l-e-n-c-i-o.' y con una sonrisa de escasa duración, dijo. "Te quiero, Matt."
"¡Yo más!." Dijo con ternura incluida, con dulzura, principalmente. Para Matt, que ____ le tenga cariño es predecible, porque todos lo hacen por su belleza con el que cargaba...
La baja suspiró y se centró de nuevo hacia el televisor, era imposible negar a Matt cuando se ponía así, aparte, de que no tendría el coraje necesario.
El de sudadera verde rió entre dientes y lanzó una mirada de motivación a la latina. La cual ladeó su comisura positivamente ante el mensaje.
El narcisista se enfocó en la publicidad, encontrado una desgracia que pensó no ver de vuelta en su vida. "¡Hum!, esa mujer necesita un spa, urgente." Crítico asqueado con lo que observaba, dolorido por como era la gente hoy día.
"Matt." Dijo subiendo el tono la menor. "Deja a la mujer en paz, por favor." Exigió por lo escuchado, por más de que no sabía que tipo de persona era la patrocinadora, merecía respeto... Inclusive en lo tonto.
Se cruzó de brazos, indignado, el de ojos océanos. "Bueno..."
Edd se giró hacia la menor, sonriendo. "Por cierto, ____... Gracias por el desayuno, realmente disfrute el tocino que me hiciste." Exclamó alegre de haberse despertado con un delicioso desayuno.
"¡Cierto!, deberías hacer más de seguido en desayuno, si puedes, claro." Propuso el de pecas, considerando que la menor usaba la mayoría de su tiempo en actividades fundamentales, desconocidos para ellos.
Ella rió con gracia. "No tienen por qué agradecer me, chicos." Dijo serena.
"Sí, debemos." Contestaron al unísono.
____ estaba por comentar algo, hasta que un gruñido que se escuchaba desde las paredes, exclamó.
"¡¿QUIÉN FUE EL QUE DESTROZÓ OTRA VEZ A SUSAN?!." Gritó a todo pulmón, tanto que apostarían que los vecinos pensarían que se estaría haciendo un exorcismo aquí adentro.
Los tres se callaron de golpe.
Unos apresurados y furiosos pasos se dirigieron hacia los tres, con evidente estruendo en el acto. Enseguida, Tom con una Susan destrozada cerca de las clavijas, tomó presencia. Con una expresión nada amable.
"¡¿QUIÉN?!, ¡¿QUIÉN LO HIZO?!." Gritó furioso, apuntando a su bajo magullado en sus manos.
Los tres se miraron entre sí, con nerviosismo, aunque la baja mantenía un semblante pacífico. Era obvio quién fue el que destrozó lo amado por el bajista.
"Acepta tus consecuencias... Y no vuelvas a matar a otra araña con eso, Edd." Dijo sin culpas que la tragaba, por favor, Edd lo ha hecho una vez, ¿por qué no lo haría de nuevo?. Después de todo, son actos inconscientes.
El de cuencas negras se giró a duras hacia el artista ahora temeroso de su salud. "...Edd." Pronunció entre dientes, apretándolas con fuerza.
"Será mejor que corras, amigo." Habló burlón el narcisista al ver la expresión que el mayor realizaba. Disfrutando del espectáculo así como su amiga.
Y así fue, no corrió, pero al se escondió. Mientras un Tom descontrolado intentaba no quebrar unos huesos y no ir a cárcel por asesinato.
"Moraleja; Nunca tomes cosas que no son tuyas." Exclamó Matt, descansando en el sofá vino, junto a la bajas. Quien rió por esto.
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—En otro lugar.—
"¿Estas seguro de esto, Larry?." Preguntó fríamente, centrado en observar el ordenador que enseñaba la habitación de un experimento que vagaba en su lugar.
Antes de hablar, soltó un carraspeo, y demostrando seguridad, habló. "Sí, señor. Hemos vigilado a la señorita, no presentó ningún comportamiento fuera de lo normal. Por lo que podemos confiar en ella. Mas su currículum es excelente." Su voz grave resonó por la sala oscura, haciendo notar su gran seriedad en su trato. Si su mano derecha lo decía, entonces, la aceptará.
Aparte de que no cualquier persona podría cuidar de ciertos rechazos como si nada. Y ella era la candidata perfecta para este trabajo.
El de camisa gris asintió convencido, por fin, resolvió aquel problema se loa rechazos. "Gracias, Larry. Por ahora, sólo vigila en los alrededores. Yo me encargaré del papeleo." Dijo firme, sin apartar su vista de la acción que realizaba cuidadosamente.
"Sí, señor." Habló inexpresivo, para luego retirarse de la sala. Dejando solo al científico metido en su trabajo.
Lo que no sabían, es que cierto rechazo de sudadera azul los oía feliz por la noticia. De que finalmente, ella será oficialmente su cuidadora. Esto era digno de ser contado a sus amigos. Con discreción, volvió a la habitación blanca donde pertenecía.
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Su angelical sonrisa iluminó el cielo, una sonrisa que cualquier ser humano al verlo, sentiría paz.
Verla viva y con personas que la quieren de verdad, lo hacia ver que estaba en buenas manos. Sin importe los obstáculos o penurias que ocurriesen, sabrán enfrentarlos juntos. Pues ella podrá encontrar la felicidad eterna, así como sus buenos amigos que consiguió...
Sus alas se movieron alegres, dejando caer alguna que otra pluma en el proceso.
"Ahora, ¿sabes a lo que me refería, hijo mío?." Exclamó magistralmente una voz que te entregaba tranquilidad en todo el alma quien la escuchara.
El muchacho sonrió. "Sí, padre. Ahora ya lo sé. Gracias."
Lo siguiente que oyó fue una risa paternal, que provocó que el cerrara los ojos, sintiendo el alma de su hermana en el lugar terrenal, más conocido, el mundo.
Sin dudas, ella será una gran persona en el futuro, especialmente, para esos chicos...
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Prox. Capítulo: 18-19-20 de Agosto.
Hoy estoy sentimental, aprovechen. En este capítulo hay un dato muy curioso que rescatar, tengan en mente.
Recuerden; Aquí las cosas no serán de la forma mediocre, o como yo lo llamo, "donde todo avanza rápido, siente algo y... Protagonista donde queda como puta".
Lo siento por mi vocabulario y por si ofendí a alguien, pero es la verdad. Aparte, soy muy crítica en estas cosas que a lo mejor les parezca normal.
Sin más que decir, ¡que tengan un precioso día!❤;-)
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