*Final.(2/2)

Advertencia: lenguaje fuerte.
▶Nuevo final.
✈Nos vemos en: *Agradecimientos.★ ;')
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El día ha llegado.
Día en que el silencio será cortado y las verdades arrasarán latentes con sentimientos de cercanos.

Es el día en el que se separará las cizañas de los trigos.

Es el día... Del juicio final.

★~†~★

Sosiega, entró en la sala de tonos cálidos. Apenas adentro, soltó un largo y nostálgico suspiro. Soltando la mochila en la entrada y dejando a Susan junto a este.

"Ahhh... Voy a extrañar los..."

"¿Sabes que estoy aquí, verdad?." Habló con profundidad caracterizada y en gran parte aburrido el alcohólico desde el sofá. Mirándola con una ceja levantada, examinándola en cada partícula.

Mas lo ignoró. "Nunca olvidaré aquel día en que dibujé con Edd por muchas horas, o aquel día en que Matt y yo nos escapamos de aquella tienda... Ah, hola Tom. No te he visto." Era evidente la nostalgia en su voz durante su narración, pero también se notaba la burla intencional.

Él gruñó, para enseguida aventarle un cojín que se encontraba a su lado. "Pudrete, ¿quieres?."

Esquivó en un santiamén. Rió burlona y respondió. "Yo también te amo, Tom." Dijo mientras se acercaba hacia él, para enseguida abrazarlo; rodeando sus brazos en el cuello de éste y apoyando su mejilla en su puntiagudo cabello castaño cenizo. "Tranquila, Tom. Solo bromeaba~."

Tom rodó los ojos y se cruzó de brazos. "Pues que graciosa eres... Y no creas que te perdonaré solo porque me abrazas." Habló tosco, estirando un mechón de su amiga. Recibiendo un quejido dolorido de su parte.

"¡Oye!," exclamó un tanto ofendida. "Por lo menos yo te llego a dar un jodido abrazo cada vez que puedo, tú sólo lo haces pocas veces." Dijo mientras se separaba de a poco de él.

A lo que él rió áspero entre dientes. "Si que te gusta hacerme sentir culpable, ¿no es así?."

"Tal vez." Y sin más que decir, se sentó a su lado, exhausta. Por un breve momento, sus ojos se volvieron vacíos mirando a la nada.

Aspecto que Tom logró captar. "¿Sucede algo?." Cuestionó observándola fijamente, serio.

Dudó en responder, pero al final solamente negó. "No, nada."

"Bien..." Sabía muy bien que estaba ocultando algo, por lo que no insistió. "¿Cómo te fue?." Se acomodó de modo que su atención esté totalmente dirigida a ella.

"...Bien, supongo." Murmuró inexpresiva. Su acompañante levantó una ceja.

"¿Así de simple?." Cuestionó, su respuesta en parte no entraba en él. Algo le decía de que algo se escondía de la forma más férrea de todos los tiempos. Recordando al instante, lo hermética que era. Vale, hora de jugar con fuego.

Sin embargo, en el interior de la mujer, se preguntaba si debía confesar a su amigo el hecho de que ya conocía al noruego, principalmente, por sus encuentros en las batallas con se asemejaban a una carnicería de los despiadado que llegaba a ser. Menos mal que había sido entrenada por su tío, de lo contrario, sus intestinos y articulaciones estarían desparramados por las paredes.

"Tom, yo..." Murmuró dudosa, apretando su mano provocando que sus nudillos se queden blanquecinos. Debía romper el silencio. "Ya he conocido a Tord mucho antes. Y no de la mejor manera."

Hizo fruncir su ceño ante esto. "¿A qué mierdas te refieres?." Insistió, al oírla, impaciente esperaba por querer saber más. Algo le decía que no contenía final felices.

"Desde que comencé a realizar misiones... Arriesgadas, varias de ellas involucraban con potentes líderes con mentalidades insanas. Contando con aquellos que tienen objetivos corruptos contra la sociedad e involucre el peligro. En una de esas, descubrí su existencia. Y no es alguien para nada confiable." Cada palabra pronunciada estrictamente, señalaban seriedad y realismo. Más no especificaba tanto. No iba entrar en detalles.

Todo aquel dato analizado, procesaba lentamente él. Sintió un frío escalofrío en su columna. No entendía muy bien, ¿el comunista realizaba actos insanos?. ¿Cómo cuales?.

Ella suspiró. "Esto parecerá repentino y extraño, me disculpo. Pero Tom, si en algún momento sucede algo. Quiero que tú te encargues de vigilar a esos dos, sin importar los conflictos. Pues... Algo muy grande se esta por venir." Sin oportunidad alguna, se levantó.

"¡____, espera!. ¡¿Qué quieres decir?!... ¡¿A dónde demonios vas?!." Apenas podía reaccionar, las oleadas de emociones, dudas y descubrimientos solo lo atrasaban. Rápidamente, agarró su muñeca, sus cuencas negras la miraban atónito y preocupado. Estaba confundido, ¡mucho!. ¡¿Qué. Esta. Pasando?!. "¡¿Qué crees que estas haciendo?!. ¡Sólo quiero entender!." Su desesperación atropelló sus palabras, era indescriptible lo que sentía. La inseguridad inundó su conciencia. Apretó su agarre, así como su mandíbula. "¡¿Acaso crees te dejaré ir, luego de lo que me haz contando!?. ¡Ni lo sueñes!."

La de gris exhaló y observó posiblemente por última vez a su amigo británico. Inquieto, la miró en silencio.

"Ya lo verás, amigo mío. Sólo sé paciente. Hasta la próxima, Thomas." Se soltó sin esfuerzo alguno y salió del lugar. Dejando solo al atónito alcohólico. Inquieto por el nuevo sentimiento de inseguridad hacia ella...

Esto no se quedará así...

Apretó su puño, sintiendo la adrenalina cruzar fiera en sus venas. Rápidamente fue donde guardó su sudadera y su pantalón de antes. Se desvistió y se colocó aquellas prendas.

Una vez listo, se irá dispuesto en busca de su amiga. Sabiendo de sobra que no será fácil, debido a su gran astucia. Por lo tanto, tendrá que ir viendo en algunos lugares que a lo mejor se encuentre.

Sin más dilación, salió y a pasos precipitados, empezó su búsqueda. Ignorando la mirada del stalker canadiense en aquel transcurso.

-En otro lugar.-→

Cuando pudo confirmar su ostracismo, fue hacia la cabina telefónica. Y marcó unos números. Esperando paciente...

0484*

Biiip

...

-Servicios infantiles, ¿en qué podemos ayudarle?. - Habló una voz femenina del otro lado de la línea.

A lo que la mujer contestó robótica. -Aquí, presente. Requiero contactar con un ayudante, ‹Agente: 0428PJ, cabina en sexta proyectada›.-

-Accesos concedidos, nombre y ubicación verdaderas. Bienvenida, agente. En cinco segundos se la pasaremos con lo requerido.- Dijo profesional, factores nombrados eran fundamentales para saber si quien les contactaban era alguien falso.

____ esperó unos segundos.

...

Hasta que una voz anunció su trabajo. -Buenas, chica Grey. ¿Me recuerdas?.- Dijo una voz raspada, tan raspada que pensarías que sufre de algo.

Ella abrió grandemente sus ojos. -¿En serio eres ?, de todos los ayudantes, ¿tenían que elegir te?. - Habló frustrada.

Carcajeó profundo en la otra línea. -En realidad, encontré tus datos y decidí ser tu guía. Fabuloso, ¿no?.-

-Arg, no contacté para escuchar tus mamotretos. Simplemente di lo siguiente a Zach: El comunista está en la mira, Inglaterra- Londres. Me encargaré de él. Sola. Si no salgo viva, les pido una última cosa; mantengan en constante vigilancia a los amigos de Edward Gould, como al mismo. Cambio y fuera.-

-¡¿¡Q-Qué--!?!. ¡NO!, ¡____, No lo h--!- Fue interrumpido.

-Es mi decisión, Kenneth. Te veo en la otra vida.- Antes de que el contrario pueda replicar, ella colgó impiadosa.

El Ejército Negro tenía ojos por todo el mundo. Cada soldado (y contando con solo 6 Agentes en todo el mundo), debía cumplir con unos de las leyes que decretaba:

•Cada soldado y Agente, esta estrictamente bajo las ordenes de los Generales y Oficiales.
-Deben brindar Lealtad absoluta.
-Los soldados y Agentes deben estar dispersados en dicho lugar, país, continente, etc. Para la vigilancia constante, con el permiso del superior.
-Conductas ilícitas o faltas serán motivo de castigo a base de la gravedad.
-Sus vidas estarán contadas.
-Sin importar la ideología, color, religión, cultura, etc. Serán elegidos para misiones de altos rangos.
-Portarán con lo necesario.

Si el más minúsculo error era cometido, era falta. El Ejército en sí era estricto y bien estructurada. Aquello sólo era un fragmento.

Ella había sido una de las elegidas. Era la 4ta Agente del mundo, sólo los hombres lograban entrar, mas con ella fue la excepción.

Ahora que ya ha dado su comunicación, podrá realizar su acción. Salió precavida de la cabina telefónica y a pasos moderados, fue hacia la casa original.

Lista para detener a ese comunista.

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Con fuerza, golpeó la mesa de madera. Causando que el más joven, se espante por lo repentino. Los azules ojos claros del intelectual se enfocaron en el escándalo.

"¡ARG!, ¡¿quién demonios sabe dónde está esa latina?!. ¡Estos días no la he visto!." El acento del español retumbó por todo el comedor, desplazando su frustración en el aire. No ha oído ninguna noticia sobre ella.

"Yo tampoco he visualizado u oído de su persona, la última vez que la había visto, fue hace cinco días." Contestó el rubio, gélido. Quitando la atención de su libro y removiendo sus gafas.

"E-Eh..." Vaciló el castaño cenizo, jugando con sus dedos por los nervios. Haciendo que ambos de sus compañeros le dirigieran la mirada por su extraño comienzo. "Y-Yo hablé con ella ayer. T-Tuvo un conflicto con sus compañeros y ahora, está en otro lugar, por mientras. Creo..." Contestó recordando sus palabras débilmente.

"¡¿QUÉ?!." Gritó sorprendido, a lo que Mark se exaltó por la voraz voz del español ante la afirmación. "¡¿Y por qué '•coño•' no me dijiste nada antes?!. ¡'•Ostia•'!." Se levantó de golpe. Y apuntando con su dedo índice al ahora asustado Jon, oprimió. "¡¡Eres un imbécil, Jon!!."

"¡¡L-Lo siento, l-lo o-olvidé!!." Exclamó aterrorizado, cubriéndose con sus brazos como defensa. Sintiendo el frío sudor en su nuca al ver su feroz y penetrante mirada proveniente del enfurecido español.

"¡JODER, JON!." En un santiamén, este ya estaba listo para propinar un golpe al más joven, siendo detenido al instante por el estoico Mark quien lo sujetaba por atrás. Mientras este luchaba para dar lo suyo al castaño. Jon aprovechó esta oportunidad para su beneficio y huyó antes de que aquel europeo logre escaparse...

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Suspiró entristecido. Sin duda alguna, iba a extrañar a aquella amiga. El robusto se volteó pensativo al escuchar el suspiro del día del comúnmente feliz narcisista. Pero desde que ella se retiró, anda distraído.

Edd se recostó en el sofá color vino, con un semblante serio.

"Matt." Comenzó, el nombrado le prestó atención. "Sé muy bien que las cosas están yendo muy... Rápido. Pero, ____ ha decidido y por lo tanto, ¡debemos apoyarla igual!. ¿Recuerdas aquel día en que la conocimos?. Estabas tan contento y entusiasmado." Habló el artista, ubicando su mano en el hombro en el de pecas.

Los ojos azules de Matt brillaron, recordando nostálgico, hasta ese mismo día, ____ lo había salvado sin que él se dé cuenta de las garras de aquellas sinvergüenzas mujeres.

Él rió, débil. "Buenos recuerdos..."

A lo que Edd sonrió, comprensivo. "Estoy seguro que ella y Tom volverán algún día. ¡Sólo ten fe!." Exclamó optimista, mientras sus ojos cafés brillaban determinados.

Matt sonrió, esta vez, más seguro. "¡Tienes razón, Edd!. ¡Lo haré!." Prometió.

"¡Ése es el espíritu!." Dijo brillante el castaño. Y la felicidad volvió con más esperanzas de que ellos volverían.

Mientras ellos reían recordando jugosos recuerdos nostálgicos, el noruego aprovechó esta oportunidad para poner en marcha sus siguientes movimientos.

No podía creer que seguían hablando de esas escorias. Mas no dará vueltas, tiene cosas muchos más importantes en la que gastar sus energía. Como el dominio del mundo.

Bien, debía hacerlo.

Con agilidad, pudo irse sin sospechas algunas hacia la habitación del retirado bajista. Asegurándose de que nadie lo haya seguido, se adentró y fue hacia la dirección de un póster y un cuadro que ayudaban a esconder un botón rojo. Lo oprimió, revelando así una habitación blanca.

En este, se hallaba materiales bélicos y blancas de las más pequeñas a las más grandes y peligrosas. También, había unos papeles, anotaciones privadas en contra el ejército Negro, barriles con contenido tóxico, planos como por ejemplo: transformación de humano a monstruo(como el caso de Tom), entre otros materiales. Curiosamente, hacía de alguna forma, referencia a grandes rasgos la milicia.

Inhaló ansioso, con dicha actitud se acercó hacia un pequeño botón rojo que se encontraba justamente en el centro de la sala. Su sonrisa creció juguetona y vivaz, demostrando a su vez psicopatía hipócrita.

Acercó su mano al botón rojo, ansioso. "Finalmente... ¡Estaré completo de nuevo!. ¡JAJAJAJAJ--"

"¡Hey, Tord!." Exclamó agradablemente el artista, entrando a la habitación blanca.

Paró de golpe, rápidamente, con los nervios circulando por todo su cuerpo. "¡H-Hey, E-Edd!. Esta es mi... ¡Cuarto de lavandería, sí!." Dijo precipitado, agarrando un cesto con ropa para reforzar credibilidad. A lo que el contrario creyó ciegamente.

"Oh, bueno..." Dijo simplista, hasta que su atención fue atrapada por un panel de botones. "¡Oh mira, botones!." Sin aviso alguno, se fue hacia estos para toquetear los. Causando que el nórdico se desespere.

"¡No, no, no!. ¡No presiones esos!." Gritó desesperado, apretando sus manos de los nervios, en un intento de detenerlo.

Mas sus palabras fueron en vano, puesto a que la casa comenzaba a contener artefactos, reacciones y cambios extraños.

"¡¿Alguien dijo botones?!. ¡Amo los botones!." Dijo de repente Matt desde el marco de la puerta, con entusiasmo. Sin permiso entró y comenzó a copiar la misma acción que el robusto.

"Erm..." Tord se fregó el rostro, dejándose caer internamente por esta situación.

Una computadora que se encontraba cerca, dijo: Sistema de defensa de la casa, activada.

"Oh no..." Murmuró el de sudadera roja, apretando su puño. Esto no podía estar pasando...

"¡Oye, Matt!. ¡Te apuesto a que puedo presionar más botones que tú!." Desafió el robusto, con una sonrisa ladina y con chispas de fuego en su mirada por competir.

Matt rió entre dientes. "¿Ah si?. ¡Te lo demostraré!." Exclamó fuerte, para luego apretar todos los botones que estén en su alcance.

"¡No, no, no, NO!." Todas las armas que se suponían que debían estar escondidas, salían a la luz, desde un láser hasta un retrete parlante. "¡Arg!."

Pero el gran botón rojo en el centro llamó a Matt. "¡Oh, este es un grande botón!." Habló brillante, enseguida se preparó para presionarlo.

A lo que Tord, reaccionó. Y aumentando su abrigo verde, gritó. "¡¡¡NO!!!." Propinando un golpe fiero en el perfecto rostro del narcisista.

Edd abrió la boca, dejando salir aire por presenciar la escena, en frente del comunista.

"Mi rostro..." Débilmente, habló tocando sus facciones.

Tord captó rápidamente lo que había hecho. Acto seguido, sonrió, pasando un brazo por encima de Matt. "¡Qué desastre!. Ja... ¿Quién quiere ir por un helado?." Dijo sonriente, intentado cubrir su error.

Matt vaciló en responder. "¿Yo?."

"¡Ese es el espíritu!. ¿Quién es mi valiente soldado?." Mientras decía aquello, ambos se dirigieron fuera del laboratorio. "¿Vienes, Edd?." Se volteó al susodicho, quien tardó en despegar su mirada del botón problemático.

"Eh, sí..." Dicho aquello, inseguramente, fue tras ellos.

-En otro lugar.-→

Estaba harto de buscar, ¡¿dónde demonios estaba su amiga?!.

"¡Maldición!." Exclamó frustrado el alcohólico. Ya llevaba una hora buscándola y ni siquiera indicios de dónde podría encontrarse ahora tenía. Lo desesperaba, en todos los sentidos. Para el colmo, ni siquiera sabía cómo estaba en este momento. Suspiró y se recostó por una pared cerana. "¿Dónde podrías estar...?." Murmuró para sí mismo.

Hasta que un cartel de 'Se busca', llamó su atención. A lo que retiró de la pared.

"¿Y esto...?." Lo leyó atentamente, sintiendo como la última gota llenaba el vaso. En este cartel mostraba la foto de Tord con un uniforme de militar, con una gran escopeta, mientras que en un costado estaba un desconocido. Mas aquello no era lo grande, finalmente pudo reunir todas las piezas del rompecabezas.

El trabajo de ____.

Sus heridas.

Su comportamiento hacia Tord y el de éste hacia ella.

Y por último, las indirectas de ____ de esta mañana...

____ no estaba jugando, estaba despidiéndose. Las posibles acciones que sucederían, apuntaban a que ella se hará cargo de él.

No podía estar sucediendo...

Tenía que correr, YA.

No hacia falta más pensamientos para lo siguiente. Comenzó a correr tan rápido como sus piernas podían. No iba dejarla sola, y más después de todas las cosas indescriptibles y sacrificadas que ella hizo por ellos durante su transcurso.

-En otro lugar.-→

Los tres hombres se encontraban haciendo las compras, Tord vio un pequeño puesto de bananas, a lo que se acercó a esta y agarró una.

"Ring, Ring." Fingió él, a lo que colocó en su oreja. Imitando una voz tonta. "¿Hola?, oh vale. Lo siento chicos, tengo que encontrarme con alguien." Dijo con credibilidad para reforzar su actuación.

"Eso no es un teléfono, es una banana." Habló Matt, inseguro.

"Er... Es para ti." Le entregó este, a lo que el pecoso lo agarró.

"¿Hola?, ¡señor presidente!." Dijo sorprendido.

"Me voy." Dicho eso, corrió fuera del local. Por lo visto, con prisa. Actitud muy extraña para Edd.

"Oye, Matt. ¿No crees que Tord esta actuando muy raro últimamente?." Cuestionó a su amigo, sin soltar la mirada de la puerta donde se había retirado.

Matt apartó la banana. "Disculpa, estoy en la banana." Dijo seriamente, acto seguido, continuó hablando.

El mayor estaba a punto de volver a cuestionar, pero la figura(la cual se veía por los ventanales de la tienda) del bajista corriendo con un semblante preocupante, fue suficiente para hacer silenciar lo anterior.

"¿Ese no es...?." Murmuró despacioso mirando con agudeza, para enseguida abrir sus ojos de golpe. "¿Tom?."

"¿Quién?." Preguntó Matt, desconcertado. Separando la banana de él.

Realizó un fruncido de ceño, algo estaba sucediendo. "Algo no anda bien..." Susurró, sin saber qué hacer a continuación.

~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~

Por fin se encontraba solo. Sus ojos soberbios brillaban al aspirar el aroma de la victoria que se aproximaba. Ahora mismo se encontraba en la habitación del alcohólico, listo para cumplir su sueño. Lentamente, se dirigió al determinado al botón. Preparando para presionarlo.

"Quita tus puercas manos de ese botón." Interrumpió la mujer, claramente molesta. Recostada por el marco de la puerta.

Tord soltó un quejido exasperado, ¡¿por qué carajos siempre lo interrumpen?!. "¡Joder, ____!. ¡¿No tienes nada mejor que hacer, por qué no mejor te suicidas?!." Exclamó harto. Esa mujer si que era un dolor para él.

Ella sonrió, tosca. "¿Para qué suicidarse?, estoy bien rompiendo te los huevos." El tono de broma era escuchado.

Su contrario puso tenazmente los ojos en blanco, cansado. "____, eres una perra a la cual botaron, ¿no es así?. Eres tan estúpida como para traer tu asqueroso ser aquí con el propósito de protegerlos. Pero, ¡cierto!, estas jodidamente necesitada--"

"Lo dice el tipo el cual se arrastró hasta aquí con su teatro de mierda por su robot rojo nenaza." Irrumpió, sin aviso.

El nórdico apretó los puños haciendo que sus nudillos de hagan blancos, apretando firmemente su mandíbula con furia, la miraba con odio.

Ella se cruzó de brazos, serena. Sin antes suspirar. "Tord."

"...¿Qué mierda quieres?."

Inhaló suavemente, y abrió su boca. "Sé que lo único que quieres es cumplir tu sueño y todo el rollo, pero... ¿Qué vendrá después?. ¿Acaso no haz pensado en que te quedarás solo y miserable luego de hacer esto a los chicos?. No es mejor... ¿Sacrificar para seguir siendo su, eh, amigo?. Cree me, es mejor tenerlos a que cumplir eso... Y más si ves del punto de vista moral. Yo sé que me odias por todas las cosas que hice, ¿pero y si perdonamos y dejamos de lado nuestras diferenci--?"

"No." Cortó secó. "Adiós, perra." Sonrió victorioso, para rápidamente presionar del botón rojo.

Un casco caracterizado de cada Líder portaba cayó de su cabeza, al instante un tubo transparente lo cubrió causando que caiga dentro del mismísimo robot que se encontraba bajo la tierra.

Por la programación instalada, él fue perfectamente colocado y asegurado, de manera que no caiga fácilmente. Una vez que todo el procedimiento de aplicación se haga, cosa que no duró mucho, el robot salió del suelo, específicamente, del patio.

La mujer, frustrada, observó con los ojos muy abiertos. "¡LA PUTA MADR-!."

Balas fueron disparadas hacia ella sin piedad alguna, a lo que se vio obligada a correr y esquivar los obstáculos de su camino. Cada bala perforaba y destruía partes de la casa.

Lo que no contaban ambos, es que los vecinos los iban a oír. Frustrado por el ruido insoportable, Eduardo salió de su casa.

"¡Hey!, ¡¿qué es ese disparate?!." Exclamó enojado, seguido de sus compañeros que salieron a ver. Mas el nórdico lanzó misiles.

"Eso no es un disparate, es un disparo." Dijo Jon observando de éstos. No tuvieron mucho tiempo al ver como uno de ellos se dirigía a su dirección. A lo que los tres saltaron lejos.

____ salió de la casa, con un arma de fuego portada. "¡Oye, imbécil!." No dio tiempo de responder y comenzó a disparar donde estaba el vidrio, exactamente donde se situaba el comunista.

"¡NO!." Gritó de furia al ver como las balas dañaban el brillante vidrio, algunos apenas lograban atravesar pero eso no significaba que no lo harían más tarde. Intentó cubrirse con las manos robóticas.

Una voz se oyó abajo, una muy atónita. "¡Tord!, ¡¿qué se supone que estas haciendo?!." Exclamó Edd alterado, pero sobre todo desconcertado. Matt se hallaba a su lado, con la misma reacción que el mayor.

El nombrado se volteó. "¡Hey, Edd!. Lo siento pero tengo que irme, gracias por dejarme quedarme." Dijo sin arrepentimiento alguno, la sonrisa descarada colgaba en su rostro.

"¡Pero...!. ¡Creí que eramos amigos!." Gritó él, atónito.

"¡Ja!, ¡NO!. ¿Quién necesita amigos cuando tienes esto?. ¡Soy invencible!." Exclamó feliz, gustoso del poder, carcajeó.

"¡Sunshine lollipops!, ¡toma asiento!." La voz potente de Tom llegó a oídos de la mujer, se volteó y lo vio a unas distancias.

A lo un golpe de un sofá golpeó el vidrio, haciendo que se fisura se más. Tord se giró a él, con deseos de matanza. Y apuntando con su arma, exclamó.

"¡Arg, cállate!." Disparando un misil hacia él en el acto.

"¡¡TORD, NO!!." Desesperadamente, gritó Edd aterrado. Observando impotente.

El alcohólico abrió los ojos como plato, todo era en cámara lenta. Su amiga agarró rápidamente de su brazo y lo apartó, así como lo hizo con el castaño claro que se encontraba cerca.

Muy pronto, el polvo de los escombros inundó el lugar. El estado de la casa era destrozada totalmente, apenas se podía visualizar si algo se logró rescatar.

"Patético..." Habló Tord, carente de emociones y se giró, listo para cumplir con la conquista.

"¡____!." Matt corrió hacia la desdicha casa. Su rostro estaba pálido...

"¡CHICOS!." Edd copió la acción, intentando quitar algunos escombros. Mas era en vano.

"¡Ah~, qué vista!." Rió placentero, produciendo un suspiro con este. Acto seguido, remplazó su brazo-bazuca por otro nuevo, tirando el anterior. "Adiós, Edd. ¡El mundo no se dominará solo, jaja!." Exclamó vivaz, activando las alas de su robot y despegando lentamente. Mientras soltaba carcajadas. Su momento se vio brutalmente interrumpido al captar como uno de sus brazos(del robot) le propinaba un golpe, seguido de otro. "¿Pero qu--?, ¡AUCH!. ¡¿QUÉ PASA CON ESTA COSA?!."

El productor de aquella acción, era el mismísimo narcisista. Desde el panel de botones. "Esto... Es por mi casa." Apretó uno de los botones. Haciendo que el robot se golpee así mismo. "Esto es por mis amigos." Repitió lo anterior. "Y esto... ¡ES POR MI ROSTRO!." Violentamente, comenzó apretando todos los botones que podía, sin piedad alguna.

Un carraspeo se oyó a su lado. "¿Te ayudo?." Dijo Edd, determinado.

"¡NO!, ¡NO LO AYUDES!." Gritó el nórdico, intentando desesperadamente parar los golpes que recibía dentro de su pequeña cabina.

"Adelante." Habló el de ojos océanos, cediendo espacio al mayor para ayudarlo a apretar fieramente los botones. Las acciones de ambos se repetían, teniendo como resultado las quejas de Tord.

El español sujetó a su amigo, quien había aterrizado lejos. Este solamente tenía algunos rasguños. "¿J-Jon?, despierta gilipollas..." El nombrado abrió débilmente sus ojos, tosiendo seguidamente. El español lo abrazó, sin darle tiempo de responder.

Esta escena sin dudas, no fue perdida por los dos hombres.

Edd levantó una ceja, no podía estar más confundido. ¿Eso quiere decir que ____ apartó a Jon en otra parte y a Tom en otro?, entonces, ¿dónde estaban Tom y ____?.

"Espera... Si ese es Jon, entonce--" El disparo de Tord hacia el panel, hizo que Edd parase su oración. Matt y él se espantaron, puesto a que como el panel estaba frente a ellos, sintieron una radiación.

Tord sonrió, hipócrita. Finalmente, podía despegar y alejarse. "¡Hasta nunca, viejos amigos!." Después de decir aquello, rió con victoria.

Lastimosamente para él. El karma siempre pide deuda.

Tom salió férreo de los escombros con un aspecto lastimado y rasgado, junto con su arpón cargado, listo para disparar. Apuntó hacia él nórdico.

"¡YO. NO SOY. TU AMIGO!." Gritó enfurecido, disparando de este. El arpón rápidamente atravesó con éxito el cristal, específicamente, a lado de Tord.

Este impacto fue suficiente para que el robot vaya a explotar, Tord procuró escapar, pero fue demasiado tarde. Su artefacto explotó finalmente, cayendo lejos de la ciudad, es decir, encima de una montaña.

Cuando por fin se deshizo del nórdico. Tom corrió hacia los escombros y empezó a excavar desesperadamente de este. Pálido.

"¡Rápido, ayuden me a quitarla!." Exclamó con las pocas fuerzas que tenía, no hacía falta más palabras para que ellos obedecieran.

Los nombrados fueron al rescate, hasta Eduardo y Mark corrieron para ayudar(mientras Jon descansaba en otra parte). Buscaron, hasta que Matt logró encontrar la, tomó suavemente su cuerpo y la alzó con cuidado.

"¡Chicos, la encontré!."

•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•

Ya había pasado dos semanas desde el accidente con Tord. Después de que los 5 hombres encontraron a la lastimada mujer, la llevaron a emergencias donde la atendieron en un pestañeo. No era nada grave, resulta que solo se desmayó a causa del impacto y dolor que afectó a su cuerpo(extrañamente, no solo físico). Dos días después recuperó la conciencia.

Cuando sucedió esto, Eduardo y Mark la agradecieron por lo que había hecho por Jon. Quien justo también se encontraba reposando en el hospital.

Mas no fueron los únicos. Los tres hombres apenas la vieron y la abrazaron, inclusive si soltó quejidos de dolor, no rechazó los abrazos de sus idiotas.

Hoy día, estaba mejor. Volvió en el departamento junto a Tom. Edd y Matt compraron también uno para cada uno quienes personalizaron según sus preferencias. Hasta Ringo estaba con Edd y Lafayette con su dueña, lo mejor, es que eran vecinos de los susodichos. La armoniosa paz, volvió.

Los cuatro fueron a donde Matt, listos para ver 'El regreso de los zombies piratas', ¡la nueva entrega!.

Se sentaron juntos, en el sofá. Listos para ver la película. Hasta que el artista preguntó.

"Hey, Tom. Nunca pude preguntarte... ¿Por qué tus ojos son negros?." Cuestionó, confundido.

"Buena pregunta, Edd..." Habló divertida su amiga, esperando respuesta ante la conspiración.

"¡Si!, ¿por qué?." Preguntó también Matt, igual que Edd.

Tom rió, tomando una gran porción de palomitas en su mano. "Bueno, Edd. Grandioso pregunta, todo comenzó en mi juvent--" Empezó a murmurar con la boca llena. Sin darse cuenta.

Edd giró su cabeza a él. "Tom. Tom. Estás murmurando, Tom. ¡Tom!."

Matt y ____ rieron juntos, disfrutando ambos de la escena. Mientras Edd procuraba detener a Tom para oír su historia.

Sip, todo volvió a la normalidad.

FIN.

~♪~

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