*Final.(1/2)

Se volteó dejándose iluminar con la luz de la luna que se colaba en la ventana. Sus ojeras eran evidentes así como el cansancio de sus ojos.

Aún no podía creer los sucesos ocurridos.

¿Qué hizo al mundo para merecer esto?. El destino era increíblemente cruel.

Juró humildemente protegerlos hasta el final, mas su voluntad era devorada con desesperanza ante la cruda realidad.

. . .

No...

Tiene que hacerlo, ella juró una promesa y eso hará.

Le duela a quien le duela...

Morirá si es necesario.

---→→

Lentamente, comenzó a despertar. Su somnolienta mirada observaba sus alrededores, recordando rápida y vagamente los sucesos de ayer. Intentó moverse, pero al sentir un pequeño peso de una cabeza descansando en su brazo(utilizándolo como almohada), se volteó despacio, captando como ____ dormía pacíficamente en su brazo. ¿Acaso no se dio cuenta de que abrazaba la almohada y descansaba su cabeza en él?. Acción muy extraña, aunque cuando eres su compañero de habitación, esto sería muy normal. Por lo que no se molestó, al contrario, lo vio como una excusa para seguir durmiendo y roncando a la vez.

Tarde se dio cuenta de la hora, marcaba las 10:01a.m. y suspiró. Estaba conscientes de que no podrán estar así toda la vida, él no quería pisar aquella casa si aquel comunista estaba presente, obviamente que lo estaba. Necesitaban sus vestuarios y elementos propios (un claro ejemplo sus cepillos y ropas interiores). Tenía la idea que, tal vez, si aceptaba, su amiga podría entrar y en un bolso grande, meter las pertenencias de ambos.

Suspiró largo, y con delicadeza, movió su brazo. Provocando que la contraria suelte quejidos.

"Levanta te, floja..." Habló con la voz ronca, con una expresión muy somnolienta. Seguía moviendo su brazo esta vez más insistente, hasta escucharla hablar.

"Me da paj*, Tom..." ¿Era necesario decir que ni siquiera se dignó en moverse?. Así como los gruñidos que lanzaba al alcohólico insistente. Aunque era ignorada. "Deja de romper mis inexistentes bolas."

Él rió guturalmente entre dientes. "Vamos, idiota, que tú irás a traer las cosas de en casa."

Se levantó de golpe, con los ojos abiertos.

"¡¿Por qué yo?!." Se quejó fulminándolo, la pobre se sentía indignada. Tom solo se encogió de hombros.

"Tú podrás entrar como si nada... Yo, no." Dijo simplista, sin esfuerzo alguno, cerró los ojos y le dio espalda. Rápidamente, ____ se subió en su hombro. "Quita te, que siento tus planos p--"

"¡SILENCIO!," gritó con el ceño fruncido. Y en un pestañeo, aflojó su expresión. "Todos ustedes están equivocados, pues cada vez que los desafío, lo niegan." Sonrió orgullosa al recordar sus expresiones de tomate.

"...Sólo vete y trae las ropas y demás."

"Uy, se enojo." Se burló y se levantó. Sin dar rodeos, fue a lavarse el rostro, se colocó su sudadera y desayunó.

Simplemente, panqueques y zumo de naranja, ya saben, algo no tan pesado. Había realizado una porción para Tom y la guardó en la nevera. Finalmente, estuvo dispuesta a irse.

"Tu desayuno esta en la nevera, cuando llegue no quiero ver tu culo en el sofá, Thomas. Bien, hasta después." Dijo serena, para enseguida salir y cerrar la puerta.

"Adiós, duende." Habló tosco, desde adentro.

Ella rodó los ojos. Y salió del establecimiento, captando el sol en lo alto brillando con intensidad que la hacían cerrar los ojos. A lo lejos visualizó, al stalker, si que quería mandarlo cien metros bajo tierra. Y luego arrancar sus órganos y dárselos a los perros. Pero, oye, hay que ser buenas personas, ¿no?. ____ sólo puso los ojos en blanco y se dirigió a paso de tortuga a la casa.

Se preguntaba cómo estarán los 'rechazos', tal vez algo solos sin su presencia, especialmente el pequeño Tomme. Ya había hablado con su jefe sobre eso, por lo que no tenía tanto problema. En cuanto todo vuelva a la normalidad, volverá.

Lo que la perturbaba ahora es...

Pensaba en cómo demonios echará a aquel comunista, era obvio que su hipocresía creíble cegaba a esos dos. Por lo que no será nada fácil, es más, él estuvo desde antes y ella desde tarde... Esperaba que por lo menos la escuchasen.

De tan apegada que se encontraba en sus pensamientos, a lo lejos miró como su buen vecino Jon, procuraba llevar varios libros pesados. Es decir, su visión estaba siendo tapada por estos y se complicaba su movilización. De seguro, Mark le debió haberle puesto a cargo de buscar dichos libros.

La de gris se acercó a él, serena. "¿Necesitas ayuda?."

Jon se volteó como pudo. "¿Señorita ____?." Preguntó a cuestas. Ella afirmó esto con un asentimiento. "Bueno, si no es micha molestia."

"No lo es. Tranquilo." Habló ésta, para luego tomar algunos libros y así despejar su visión. Jon sonrió dulce ante esto.

"¡Gracias!. Ahora debemos ir a mi casa." Pronunció alegre, a lo que ella asintió silenciosa. Bien, tal vez era normal verla algo silenciosa, pero aquel silencio transmitido era la de un pensante conflictivo interno que luchaba por cordura. Y en sus ojos se observaba, el de camisa azul era muy bueno leyendo a las personas, por lo que no duró mucho. Puesto a que ella, levantó una ceja al verlo. "E-Eh, sé que no es de mi incumbencia, pero... ¿Por qué saliste tan enojada de tu casa?. T-Tranquila, responde si tú q-quieres." Habló en un tono bajo, bajando la cabeza en caso de que ella lo niega se, aunque al poco rato se sorprendió. Pues en su rostro no había señal de frustración.

Suspiró antes de hablar. "He discutido con mis compañeros, nada grave." Sí en realidad. "Aunque cambiando de tema... ¿Qué sabes del antiguo compañero de ellos, es decir, de Tord?."

"Hum..." Pensó mirando a la nada. "Sé que era algo atrevido y gustaba llevar armas en sus aventuras con los chicos, de preferencia, armas de fuego. No sé mucho, pero recuerdo que él se había ido debido a planes personales o algo así. Es lo que escuché." Explicó suave.

"Ya veo..."

"A-Aunque mi intuición me dice que no es de fiar..." Murmuró tragando saliva. Este gesto fue anotado por ella. Sabía de sobra que Tord era una doble cara, ¿pero realmente una persona tan dulce y hasta cegada pudo ver esto sin esfuerzo?.

"No eres el único." Dijo inexpresiva, observando como ya se acercaban a la casa.

El castaño claro paró y la miró sorprendido. "¿En serio?."

Asintió y entregó con cuidado los libros que ella llevaba. Jon alzó una ceja, confundido. "Lo siento, Jon. Tengo que hacer algo. Adiós."

"¡Adiós, ____!." Exclamó sonriente y se dirigió a la dirección de su casa.

Una vez que observó que él se adentró a su casa, ella decidió hacer lo mismo, pero yendo inadvertidamente por el patio trasero vigilando que no se encuentre nadie alrededores para que pueda ejecutar su plan. Ella fue primero por la habitación del Jehová y abrió la ventana con facilidad, y entró en silencio. Quien sabe, a lo mejor estén en casa.

A lo lejos, vio una mochila azul oscuro y lo agarró, en completo silencio y prudencia, comenzó a guardar en este sus ropas, calcetines y hasta ropa interior.(Desinteresadamente). A Susan la dejó en el marco de la ventana. Puesto a que después saldrá por ahí.

Asegurado aquello, fue de puntas a su habitación sin encontrarse sin Lafayette cosa desconcertante, dejo de lado ese factor y empujó su puerta semi abierta.

Mas al abrirla, encontró al noruego de espaldas intentando buscar entre sus papeles esparcidos en su escritorio. Él se volteó su cabeza, haciendo que sus plateados ojos hagan contacto. Sonrió con burla.

"¡Miren quién vino a arrastrarse!." Exclamó él mostrando en su sonrisa su blancos dientes. Sin dejar su agarre sobre los papeles.

"¿Quién demonios te dio permiso para que toques mis cosas?." Frívola habló, en su ilegible rostro no se encontraba emociones, solo monotonía intensa. Soltó la mochila, haciendo que caiga en sus pies. Rápidamente quitó la conclusión de que Edd y Matt salieron posiblemente para hacer las compras semanales.

Sus ojos plateados la miraron de arriba para abajo. Soltó una risa sarcástica. "Lo dice la mujer que se infiltraba en mi guarida."

"Pues a diferencia de ti, yo no espío por mero atrevimiento, sino con propósitos aceptables para mandarte a que te encarcelen." Habló obvia, él soltó las hojas con una expresión fría y macabra que asustaría a cualquiera.
Por las dudas, ella empujó la mochila fuera de alcance. Seguido, lo miró ilegible.

A pasos lentos, empezó a acercarse. Con aquellos penetrantes ojos. "Deja de meterte en mi camino, perra. O te arrepentirás más de lo que harás." Su voz no era ni monótona o lenta, era grave y amenazante. Con sus ojos desquiciados, reforzaba su amenaza.

Levantó una ceja, indiferente. "¿Y qué harás?, ¿azotar me, torturar me, matarme, o violar me?. ¡Ja!, ¿de verdad crees que con eso me quitas?. Sin dudas, necesitas que te hagan ver lo patético que realmente eres." Se burló, no es le importase a fin y a cabo. "Adelante, haz me lo que quieras, al final del día, das pena ajena por ser poco hombre."

Antes de que más palabras choquen en él, el nórdico la agarró del mentón y la apretó contra la pared con ayuda de su propio peso.

"¿Te crees mucho, no es así?." Cuestionó violentamente, mientras apretaba la mandíbula de ésta. Su mirada la fulminaba. "¡¿Crees que todo irá bien luego de todo los que me haz hecho?!." Exclamó con rabia, sus ojos se movían inquietantes de forma que intimidaba.

Ella rió entre dientes. "Lo que digas, mientras tú haces tus jugarretas de niño, te miraré graciosa desde una esquina." Su sonrisa de sus rojizos labios se agrandaron al escuchar el quejido de dientes de su contrario de lo nervioso que empezaba a ponerlo con su tranquilidad ilegible.

"¡JODER!." Inesperadamente, gritó con sus pupilas minimizadas. Del tirón, la aventó contra el piso, quien enseguida se restauro con una vuelta carnero. "¡¿QU--?!"

Sin que Tord lo sepa, ____ había oído el típico sonido sordo de un auto acercarse. Solo los que conocen de este, sabrán que alguien viene. Ella se levantó.

"Uy, ¿ya te pusiste nervioso?." Bromeó la latina, dando una sonrisa brillante. Acción demasiado extraño para el de rojo, quien mostró su dientes con furia soltando seguidamente un gruñido impaciente.

Todo irá bien.

Todo estará bien...

"¡Deja de jugar conmigo, mujer!. ¡¿QUÉ DEMONIOS TE OCURRE?!." Exclamó harto, ya ni siquiera sabe cuál es su estado de humor actual o qué está tramando. Durante los tiempos que estuvo en un mismo lugar que ella, pudo captar inusuales cambios. El simple hecho de no saber que está pensando o que tiene lo irrita.

Será una buena vida.

"Vamos, comunista. Lo dos sabemos que yo saldré ganando." Eso sonaba extrañamente seguro, como... Si un deja vu se haya presentado en un micro tiempo.

Tord preparó su arma que llevaba escondida en su sudadera roja, y la apuntó en la cabeza.

"¿Últimas pala tprbras, perra?." Habló carente emociones, presionando el arma a la sonriente chica.

Mas ella pudo escuchar como unos pasos vinieron en un santiamén en aquella habitacional, puesto a que se oyeron unas voces y demás. A lo que el Líder guardó rápidamente a regaña dientes su arma. Desde el piso, ____ podía observar la vena que resaltaba en el cuello de su enemigo por la rabia que experimentada, era frustrante para éste no poder deshacerse de aquel estorbo. ¡¿Cuántas veces que procuró atraparla y hasta matarla u no lo conseguía?!, ¡¿va en serio?!.

Las pisadas se oían más cercanas y curiosas, una vez a su destino, los conocidos como Edd y Matt entraron desconcertados. Aun que apreciaron a los dos. Curiosamente, sus cabellos se encontraban algo alborotados así como sus vestimentas, factores atónitas para el artista y el narcisista.

Edd al ver a ____ sonrió feliz y corrió a su dirección, sin darle tiempo de reaccionar, la tomó de los brazos y la abrazó con fuerza, seguido de Matt quien también aplicó presión al cariñoso abrazo que expresaba alegría y bienvenida hacia su amiga.

"¡¡¡____!!!. ¡Volviste, te extrañe!." Exclamó Edd, estrechándola firmemente, como si no la dejará escaparse de nuevo. Él se separó, sin cortar su muestra afecto. "¡No sabes lo preocupado que me sentí, p-pensé por unos momentos que no ibas a v-volver!." Dijo emotivo, desde el rabillo de su ojo se lograba apreciar una lágrima, a lo que el castaño rápidamente se limpió. "Pero ahora estás aquí y eso es lo que importa."

"¡Exacto!." Añadió Matt, sonriendo, dando a vista sus perfectas pecas de aspecto tierno. "No vuelvas a hacer eso, creímos que Tim y tú ya no volverían..."

"Eh..." Comenzó ella, sin saber reaccionar. "¿No quisiste decir: Tom?." Preguntó graciosa, a Tom si que le jodia ese apodo por el narcisista. De reojo, ____ observó como el amante de hentai rodaba los ojos, con repulsión por lo que presenciaba e este momento tan cursi.

"¡Eso!." Dijo riendo entre dientes.

La latina no sabía que decir o cómo comenzar, la duda se hizo presente en sus ojos. Aspecto que el mayor notó, cambiando así su rostro alegre una preocupante.

"¿Sucede algo, ____?." Cuestionó suave, colocando sus grandes manos en los pequeños hombros de su amiga impredecible.

Ella exhaló, frunciendo la comisura de sus labios. "Edd, yo... No sé si voy a quedarme." Listo, lo dijo.

Los tres hombres alzaron las cejas, sorprendidos. Edd tragó duro.

"Tú... ¿Te vas?." Su voz tembló, mientras sus ojos la miraban suplicantes para que no vaya.

Los ojos de Matt, a su vez, decayeron. "____..." Murmuró, triste.

"Escuchen, no pienso vivir bajo el mismo techo que aquel hombre." Apuntó con suspiros a Tord, quien se encontraba de brazos cruzados juzgando. "Yo tengo muchas razones, pero no se preocupen por mí hagan lo por ustedes mismos. Ahora, me encuentro con Tom en un pequeño departamento. Así que..." Vaciló bajando los ojos al piso. "Espero que disfruten de su vida, con o sin mí. Sólo vine para llevarme algunas cosas y son final, despedirme." Habló agarrando la mochila azul oscuro de antes, para comenzar guardar sus ropas.

Ellos la miraban, aunque sus dos amigos sintieron impotencia...

Cuando logró empacar todo, se dirigió a ellos silenciosa, y los abrazó. Aprovechando para sentirlos y hasta, olerlos una vez más. Pues tampoco sabía si siquiera iba seguir viva en un futuro o si dependerá de una máquina, nadie lo sabe.

Ellos no la querían soltar, pero lo hicieron por respeto. Así fue.
Ella los observó una última vez.

"Disfruten del futuro por ..." Y con eso, sujetó firme la mochila. Les sonrió, admirando como a Edd y Matt les brillaban los ojos por las intensas ganas de querer llorar por aquello. "Hasta la próxima vez. Quien sabe, podemos vernos sin que lo esperen."

Finalmente, cruzó por la puerta(puesto que ya no necesitaba la ventana) mientras mostraba el querido dedo del medio a su frustrado enemigo. Sabía que al final del día, Lafayette será cuidada por su amigo artista.

Era momento, de volver con aquel bajista.

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Con su mano robótica, sujetó la vieja sudadera gris ahora rota, lo acercó a su nariz y aspiró de este. Oliendo así el delicioso olor viejo a miel, gardenias y hasta incienso.
Recordando así, aquel día en que la dejó cansada férreamente...

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Próxima actualización: 20, 21 o 27 de octubre.
¡Lamento la demora!, había quedado que iba actualizarlo en la noche, pero como tuve un compromiso, llegué a la madrugada con el cambio de hora incluido. Aunque igual... Lo hice corto a propósito. :p

Que tengan un lindo día

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