Aquí estaba, se sentía como una quimera, como ese sueño o ilusión que me resultaba tan improbable que producía que se sintiera aún más irreal, pero mi alegría era nula, no estaba, se había esfumado desde el momento exacto en el que pasé de mi cumpleaños soñado a la peor de mis pesadillas, para este punto desearía que todo lo que he narrado de mi vida, todo aquello que surgió del fondo de mi corazón, fuera sólo una historia barata producto de mi imaginación, pero me temo que no es así.

Mi idea al narrar esto nunca fue buscar fama o dinero o tal vez pesar, no, mi idea fue contar mi historia, así como me lo pidieron Karen, Victoria, Alejandro, Cuau e incluso mis padres, si hubiera querido fama habría hablado tal vez con Marvel o DC, tal vez hubiera hecho el show del siglo frente a miles de espectadores para conseguir eso, más no, no era mi idea central, nunca lo fue y nunca lo será.

Marco ha sido mi primer amor, es el padre de mi hija, no pienso andar por la vida mendigando lo que no necesito, quiero salir adelante, quiero que esta epidemia pare, que se acabe, según estadísticas, este virus ha causado más muertes que el mismísimo Hitler con sus campos de concentración, durante la primera guerra mundial, van aproximadamente 35 millones de muertos a causa de este virus, el virus más grande de la historia, entre animales, humanos y héroes, entre especies tanto racionales como no, han muerto al rededor de 35 millones, una cifra exorbitante.

Cuando llegué al laboratorio de investigación del virus, había varios seres contagiados, estaban encerrados en cuartos, adecuados al tamaño de cada ser, todos estaban sin medicamento alguno, puesto que se desconocía qué efectos podría producir, poco a poco volvimos a empezar, reiniciamos todos los estudios que habían al respecto del virus.

Encontramos muchos de los síntomas, siendo estos variados según el ser, encontramos que eran: dolor de cabeza y espalda, ataques temporales de agresividad, ataques de pánico, pérdida de apetito, pérdida de memoria, fiebre muy alta, debilitamiento en sus músculos, dilatación de las pupilas, la esclerótica de color amarillo, condensación de la sangre, desgastamiento de los huesos en extremo, dificultad para sanar las heridas corporales, estrés o calma extremos, si es un ser con características especiales o poderes, puede perder el control sobre estos poco a poco, entre otros.

Analizamos a fondo y encontramos que el cuerpo no puede hacer nada por si sólo, puesto que el virus se desarrolla dentro de la médula osea, se reproduce con ayuda de los leucocitos y condensa la sangre, dejando así al cuerpo sin forma alguna de defenderse, el virus llega al cerebro causa coágulos y mata lentamente el cerebro, genera tumores y al momento del cerebro luchar contra esto se causan ataques de pánico o dependiendo el ser, ataques de agresividad, mata todos los órganos que toca y por consecuencia de transportarse en el torrente sanguíneo, mata a todo el ser lentamente.

El virus no es contagioso, pero es transportado por un mosquito, el cual no sólo pica sino que deja sus huevos dentro del ser, por ende, mientras el virus se apodera y hace de las suyas dentro del ser, los huevos se encuban y los mosquitos nacen cuando muere la victima.

Es tétrico saber que un simple mosquito puede causar tantos daños, tantas muertes y tanta desolación, como un simple mosquito puede matar tan vilmente a masas enteras y más aún, de una manera tan macabra como esta.

En cuanto a la cura, recurrimos a un reemplazo en la sangre del infectado, se reemplaza por sangre normal de su mismo tipo sanguíneo, la idea es que al momento de reemplazar la sangre densa con sangre normal, el virus tenga mayor dificultad para moverse, sin embargo, como el virus afecta todos los órganos del cuerpo, esto sería algo en vano por alargar la vida del paciente, puesto que el virus es demasiado fuerte como para detenerse de esta manera. Entonces realizamos quimioterapias con un químico especial que restablece la vida de los órganos, este tratamiento se volvió una de las formas más eficaces, no sólo contra el virus, sino contra muchos tipos de enfermedades.

El virus recibió el nombre de MG91FU y los resultados fueron dados a nivel inter dimensional y la cura también, en realidad logró salvar miles de vidas en su fase experimental y después de esto, el virus fue sólo algo del pasado, una tétrica historia que ahora sólo vivía retratado en los recuerdos y las victimas que en su nombre se llamaron muertos, la esperanza fue aquello que permitió que esto fuere un hecho, no una falsa quimera por causa de la derrota.

Hoy ya es un trago amargo, volví a M-91, pero esta vez con la cara en alto, sin miedo alguno y dispuesta a dar lo que debiera para sacar adelante a mi hija, la cual nació en la tierra durante los experimentos de la cura contra esta enfermedad que había cobrado no sólo la vida de mi mejor amiga, de la madre de mi mejor amiga, le vida de mi mejor amigo y primer amor, sino la vida de millones de personas más que sin merecerlo, fallecieron a causa de este sombrío virus.

Me enteré que Xemerius estaba infectado y para mi fortuna, logró recibir el tratamiento, se salvó de tener el mismo final de quien fue su padre adoptivo.

Katerine Dayanna Cardona Martinez, mi hija y mi motivo para seguir adelante, los padres de Marco le dieron el apellido de él cuando se enteraron de lo que había pasado, mis padres por su parte al enterarse me dieron el mayor de los amores, me apoyaron y cuidaron todo el tiempo, mi tía por su parte, me despreció al punto intentar envenenar a Dayanna mientras la cuidaba mi madre y yo andaba en Dreams, pero mi prima, quien siempre estuvo de mi lado la delató y mi tía de la rabia y en busca de encubrir sus mentiras, se tomó el veneno.

Nunca comprendí la rabia y el recelo que me guardó mi tía, nunca supe cuál era su motivo o razón para que se comportamiento fuer así. Mi prima quedó huérfana, pero mis padres la cuidaron como su propia hija y a Dayanna la cuidaron entre los tres, como a mi no me cuidaron, me demostraron que su cambio iba en serio y nos unimos más que nunca. Mi departamento fue el lugar donde Dayanna creció, mi prima vivía junto a nosotras y básicamente fue quien la cuidaba cuando yo me encontraba trabajando.

Al final resultó ser que los dragones en realidad andaban buscando sacar a quienes no estaban infectados con el virus, por ello habían entrado aquella noche a la dimensión, nos estaban salvando, nos protegían de todo lo que era consecuencia del virus, ellos por instinto nos ayudaron, nos demostraban que no se necesita más que ayudar para salvar, que poniendo manos a la acción se logran más que esperando a que pase

Todo había acabado, ese infierno que llegó a nuestras vidas había llegado a su fin, todo eso había concluido, pero el dolor se tomó su tiempo, poco a poco aprendimos a vivir con él, a pesar de que nuestra resiliencia fue puesta a prueba.

Este era el final de todo, estábamos con nuevas ganas de vida, con una prueba gigantesca superada y unas ganas de luchar contra lo que se viniera que eran simplemente imborrables, estábamos seguros de que después de esto, sin importar que viniera, podríamos afrontarlo, sin importar lo agridulce del trago que recién superábamos.

Fin.