5
Después de mi presentación de hoy me acerqué a la barra y pedí lo de siempre, un vaso de limonada rosa, es lo único que puedo beber, así que es lo único que puedo pedir, cuando Roberto me entregó el vaso se acercó el mismo chico en el que me fijé la vez pasada. La luz hacía que su cuerpo resaltara un poco de más junto a su casa color de piel oscura y su mirada estaba pérdida.
—Cuidado, limpia tus babas, Camile- advirtió bromeando Roberto.
—Gracias ¿Qué sabes de él? — pregunté con curiosidad.
Entonces me di cuenta que se acercaba a la barra y parecía que era su destino en primer lugar.
—Ñola- solté atónita
— ¿Qué? ¿Qué es eso?- ahora que caigo en cuenta me doy cuenta que el contacto con humanos que he tenido me ha pegado expresiones.
—Nada, nada importante, después te cuento-Digo e intento fingir que me concentro en los detalles del mármol que tiene la barra, los detalles de las formas y demás, mientras en mi boca juego con el pitillo y molesto la sombrilla pequeña con mi mano "Que bonito mármol" me pongo a decir mentalmente.
Él hace su pedido y se acerca a mí, ¡oh no! ¡Se acerca a mí!
—No es mármol, es cuarzo- comenta.
Estoy por responder hasta que caigo en cuenta que no dije nada en voz alta después de responderle a Roberto.
— ¿Disculpa?- pregunto desubicada.
—Que la barra es de cuarzo, no de mármol.
—Creo que debí especificar ¿Cómo sabes que creía que era mármol?
—Vives en m-19, no en la vía láctea, tenemos súper poderes, por ejemplo el mío leer mentes y el tuyo al parecer es robarte mi corazón cantando, no sólo el mío sino el de la mayoría aquí presentes.
"Me salió poeta mi crush" pensé por un momento ignorando lo que acaba de decir y lo ocurrido recientemente, luego me regala una sonrisa de medio lado lo más de linda y recibe su pedido, "que hermosa sonrisa" pienso perdida en mis ensoñaciones por un momento, es entonces que caigo en cuenta de lo que dijo y todos los colores pasan por mi cara hasta terminar siendo un tomate maduro de lo roja que estoy.
—Mucha bruta- me pego una palmada en la frente.
—Te ves tan tierna así de roja- comenta Marco pasando por mi lado.
—No toques el tema- sentencio- Mejor ve a cuidar a tu huevo - digo con determinación.
—Venía por eso, te necesito en casa- paga la limonada- más te vale que no tuviera alcohol –advierte.
—Roberto me quiere lo suficiente como para conocer mi edad ¿verdad Roberto?
—Sí, además nuestro jefe prohibió que el personal tome licor durante su turno y a ella no la deja hasta que traiga su documento de mayoría de edad.
—No tenías que especificar esa parte –comento.
—Tarde, ahora vámonos- me toma del brazo y me suelto.
—Tengo algo en la tarima, te veo en el apartamento, no tardo, lo prometo- camino a la tarima choco con alguien.
—Disculpa –dicho eso camino más rápido.
— ¡Hey con cuidado hermosa señorita! - "esa voz" mi cara vuelve a ponerse de colores, agradezco la poca luz, al llegar tomo mis cosas y me despido de los chicos.
—Nos vemos mañana –corro hasta la salida y me encuentro con el mismo chico "no pienses en cosas extrañas, ni privadas, no recuerdes ni que la contraseña de tu teléfono es catorce cero cinco por la fecha de tu cumpleaños, mucho menos que te gusta dormir en pantaloneta y camisa de tiras o cosas vergonzosas, no ahora, tienes que ir por Marco".
—Eso fue demasiada información por hoy – comentó de la nada – por cierto mi nombre es Alejandro – "como mi hermano ¿conocerá a Alejandro García?"- No, no lo conozco, tampoco sabía que tenías hermanos.
—Mi nombre es Camile y no tengo hermanos biológicos, es uno de mis mejores amigos, disculpa, me tengo que ir.
—Sí, no quiero que Marco se muera de frío en espera- "ñola"- con este clima- "uf, no hay nada de malo con el clima, sólo está cayendo granizo, tranquila, corre que te matará a ti por dejarlo plantado, sólo por hablarle a tu crush" entonces recuerdo que está frente mío y salgo a correr, no paro hasta alejarme lo más que puedo.
Llego al apartamento y hace un frío espantoso, dándole un toque tétrico a todo el apartamento, aunque por fuera es el clima netamente cálido por el aire acondicionado.
—Marco ¿qué pasó aquí?
—Está por nacer, según averigüe pasa esto cuando están prontos a nacer, por eso fui por ti, sabía que querías ver esto.
—Gracias.
—No podía dejar que te perdieras esto, no cuando fuiste como una madre para él, bueno en teoría.
— ¡Uy sí, la mejor madre del mundo! es más de la galaxia-
—Bueno no exagere, pero si tú eres la madre y yo el padre, capaz y no me enojo por hacerle hermanos.
—Yo no me enojaría por ir practicando –Dicho eso la habitación es inundada en risas susurradas que fueron detenidas por un crujido.
—Ay, tengo miedito ¿y si no soy un buen padre? ¿Y si me odia cuando sea grande y se separe de nuestro lado? ¿Y si se avergüenza de que yo sea su padre en un futuro? – le doy una palmada en la cabeza.
—Mira ve, a duras penas está naciendo, además es un Dragón entiende que no te va a odiar, sólo no nos matará por estar presentes aquí, además que nos protegerá cuando entremos a su mundo, además que nos querrá, deja la maldita paranoia...-un lloriqueo hace que mi regaño se vea interrumpido, nos acercamos y vemos como su cascarón es congelado a tal nivel que desaparece entre hielo y cae a una caneca cercana.
Nos acercamos y antes de tocarlo vemos como aquella baba que le cubre desaparece con agua que tira de su boca, se está bañando, eso es raro, termina de hacer eso y nos nota, nos queda mirando.
—Ayer fui a su mundo y vi que hacen lo mismo todos, los de fuego queman esa baba y el cascarón y los de hielo se la quitan con agua y congelan el cascaron hasta destruirlo- explica.
—Interesante, ahora supongo que trajiste algo de comer- comento.
—Pesqué sardinas- responde.
—Y ¿Por qué carajos no se las has dado? –Pregunto - Que mal padre –comento en burla.
—Mira quien lo dice, la madre que casi se pierde el nacimiento de su hijo por andar coqueteando con un cliente de su trabajo- responde con recelo mientras le entrega las sardinas a aquel tierno dragón.
—Estaba en mi turno, recién terminaba y estaba tomando limonada, él se acercó solo, yo no lo llamé –respondo.
—Ajá y es que ¿acaso no te diste cuenta de cómo te miraba?
—Y eso qué, me miraba con el único par de ojos que tiene y si tienes algún problema con eso no es mi culpa- entonces caigo en cuenta que la criatura nos observaba con tristeza-, Marco por favor no más peleas en frente de él –digo señalándole.
—Camile, por favor ten cuidado, no siempre todo es lo que parece, ese tipo es un completo desconocido, trabajas en un bar y aun así le hablas como si nada al primero que se te acerca.
—Perdón no sabía que no podía hablar con nadie –comento con furia y me empiezan a arder lo ojos.
—No es eso Camile, es que tienes que tener más cuidado con las personas con las que tratas –aconseja.
—Okey –digo hecha furia y tomo la cubeta con sardinas, al dragón que se encuentra con los ojos cristalizados y espero no estar igual, lo abrazo y me acerco a la ventana con él en mis brazos, me siento en el suelo y me pongo a ver la luna, es una réplica de la terrestre, es hermosa, mi vista se nubla y quito con rabia las lágrimas que empiezan a brotar prácticamente enseguida, empiezo a darle una a una las sardinas poco a poco.
Detestaba que me dijera siempre eso, tal vez en realidad detestaba que sintiera que podía controlarme a su santa voluntad, yo no era, ni pretendía ser su marioneta, su juguete o su sumisa, como para que viniere a decirme qué hacer, cuándo hacerlo y dónde. Me sacaba la rabia, hacía que la sangre me hirviera.
—Camile, por favor no te enojes, estás ya sensible, no jodas, cálmate, te estoy dando un consejo, sólo quiero lo mejor para ti, no amerita tus lágrimas.
—Llevamos dos semanas cuidando el huevo, Marco, por favor deja a esta criatura fuera de esto.
—Pongámosle un nombre, hay que bautizarlo tarde o temprano.
—Yo digo que Xemerius.
— Me encanta, Xemerius será –dice mirándome con orgullo y algo que no logro entender --Perdón ¿vale? Me pasé de idiota hablándote, sé que te sabes cuidar sola, pero cuando te vi con ese tipo tuve miedo a perderte, a que te hiciera daño o peor aún que te conquiste, no quiero perderte.
—El problema no sería que me conquiste, el problema sería que nos separe, Marco, eso no va a pasar, no lo hará ni él; ni nadie ¿Vale? Confía en mí.
—Vale- me abraza.
—Además ahora somos padres, Xemerius –lo tomo y lo vuelvo a alzar- ahora es nuestro hijo y no te pondré los cachos durante este matrimonio tan legal y valido como que nuestra saga favorita es la última viajera del tiempo, conforme Xemerius deje de pasar por la puerta se tendrá que ir a su mundo, no podemos apartarlo para siempre y conforme llegue a su mundo dejaremos de estar "Casados" hasta entonces seremos una familia feliz en la cual los padres vivirán con sacos para no morir de hipotermia –Explico el trato.
—Siendo el caso no quiero que coquetees ni con ese chico de Dreams ni con ningún otro, merezco respeto o si no te daré la mayor escena de celos que se me ocurra –exige-
—Poniéndolo desde ese punto, exijo la misma condición, cero chicas, y nuestros amigos no se enterarán de nuestro trato, son la única excepción a escenas de celos –igualo.
—Hecho.
—Hecho –creo que tengo al mejor esposo falso del mundo, aunque tengo miedo de las escenas de celos prometidas, no quiero parecer acosadora- ¡pero exijo mi anillo!
—Cariño, ese será tuyo pronto- me da un beso en la mejilla y se va a la cama.
—Xemerius tienes a los padres más locos que pudiste pedir, aunque o me molestaría una boda real, no si él es tu padre –susurro y veo que se está durmiendo, lo arrullo en mis brazos y a los minutos se nota que se ha dormido, tomo un cojín y lo pongo de almohada, me quedo dormida a su lado.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top