Capítulo 27
Logramos salir de la casa distrayendo a los guardaespaldas, nos dijimos a una Cafetería llamada Jimmy's Coffe en Toronto, esa Cafetería vendía el Café más exquisito, además, era un lugar sencillo pero elegante y muy cómodo para charlar mientras se toma un café allí duramos un buen rato.
Al salir de esa hermosa cafetería, nos fuimos a un parque, nos quedamos sentados admirando el cielo que se veía espectacular también estuve tomando fotos con la cámara que había llevado Jason , a mí se me había olvidado todo solamente quería salir de ahí todas las personas nos veían raro, para ellos ver a dos ancianos comportándose como adolescentes no era algo que pasaba todos los días, decidimos seguir en lo que estábamos e incluso varios veces lo veía sonreír al eso es lo único que necesitaba que el fuera feliz así como él había hecho que yo lo fuese.
Después, de una tarde tranquila, volvimos a casa y todo se encontraba normal los guardaespaldas ni notaron que habíamos salido, eso me llevo a pensar que esto era obra de Jesse y así fue, mientras caminamos por la casa era como si fuéramos invisibles, de repente nos miraron como si ya habían salido del transe en el que se habían encontrado, se disculparon y dijeron que no habían notado nuestra presencia ahí. Aún Jason se encontraba confundido y le dije que debería descansar cada uno nos dirigimos a nuestras habitaciones, al abrir la puerta estaba ella ahí sentada esperándome.
—Te estaba esperando, seguramente notaste que los guardaespaldas estaban en un trance—uno de mis dones es poder entrarme en la mente de cualquier persona sin necesidad de que me den acceso, por eso se le hizo tan fácil salir de aquí.
—Si lo note, seguramente no estás aquí solo para decirme eso—le digo.
—Les advierto que la próxima vez no dejaran que salgan, no se pueden estar exponiéndose así—por cierto, el recuerdo que tuviste hace noches atrás, fui yo que lo encontré hurgando en tu mente, en la oficina de tu padre se encuentra un documento que confirma que estuviste en ese laboratorio y también que estuviste internada.
—De acuerdo, por cierto, ¿porque nos parecemos tanto?—pregunte.
—No, puedo responderte, ya que te pondría en peligro si lo hago—mientras se desaparece.
Me quedo sentada escuchando música, hasta que decido pararme e ir a la oficina de mi padre, al llegar a la oficina por suerte mía está abierta, las paredes de la oficina están pintadas en tonos grises y oscuros, no tiene cuadro, su escritorio es de madera es negro.
Busque en todas las gavetas hasta que veo que una está cerrada, tendría que buscar la llave conociendo a mi padre nunca deja sus llaves a simple vista, pero me acuerdo que siempre tiene una copia en la librería debajo de su libro favorito.
Hasta que la encontré, al abrir la gaveta encuentro todo tipo de carpeta hasta que una me llama la atención, una que dice Experimento X10 al sacarlo y abrirlo empiezo a ver las distintas fichas medicas de distintas personas en total son 100 personas sometidas a las misma pruebas. Pero al final dice solo una persona pudo soportar las pruebas y su cuerpo acepto el químico me dio escalofríos cuando leí mi nombre y veo mi fecha médica, dice claramente que solo fui la única que soporto dichas pruebas y que también el Experimento X10 se les había salido de las manos.
Saque mi móvil y busque la impresora, la copiadora empezó a sacarle copia a la carpeta completa deje todo como estaba, mientras caminaba por el pasillo escondí los documentos que llevaba en la mano, los escondí en mi habitación, caminando por el pasillo me encontré a uno de los guardaespaldas que me dijo que alguien me buscaba, eso se me hizo raro, lo seguí me llevo a la parte trasera de la cabeza.
Al ver a mis mejores amigos corrí así ellos, los abrasé tan fuerte a ambos, habían cambiado demasiado ambos, Alice tenía el cabello más largo y Alex se había teñido el cabello.
—Los he extrañado tanto, como no tienen idea—¿cómo llegaron aquí? , necesito agradecerle a quien los mando a buscar.
—Quien se comunicó con nosotros fue Jason y mando a uno de sus guardaespaldas para que nos recogiera—tranquila nos aseguramos de que nadie nos siguiera.
—Está bien, ¿cómo están?— les pregunte.
—Estamos bien, todo va mejorando. —dicen ambos.
—¿Qué tal te ha ido conviviendo con otra familia? —pregunta Alice.
—Todo ha fluido con normalidad, recibimos clases aquí, prácticamente todo el día estamos con los guardaespaldas—dije con tono bajito.
—Tranquila ya todo mejorara—cuídate mucho, vinimos para ser un soporte no te rindas.
—Eso nunca, que me cuentan, que hay de nuevo allí—pregunte curiosamente.
—Todo sigue igual, Alex ya tiene novio—dice Alice mientras Alex le da un codazo.
—Me alegra saber eso, cuídense mucho—no se olviden de mí.
—Nos hubiera encantado quedarnos más tiempo, pero no te olvides que te amamos mucho, tu y Jason cuídense como si fueran un solo—dice Alex mientras me abraza.
Los abrazos por última vez, también los veo irse la verdad duele.
Voy de camino a la habitación de Jason, al llegar allí dudo en si tocar, pero abro la puerta, al abrirla me encuentro con un Jason que pensé que nunca vería, lo encontré con los ojos rojos e hinchado y una navaja cerca de sus venas, al verme solo se limito a decirme lo siento casi llorando.
Me acerque le quite la navaja, lo abrase lo escuche llorar como nunca pensé que lo haría, escuche como si mi corazón se rompía con cada lágrima que el derramaba. A la media hora logre tranquilizarlo se fue a bañar y se vistió en el baño, al salir fue directamente a la cama puse música para que se relajara a los 15 minutos, de repente se sienta en la cama en frente de mí.
—Lo siento, lo siento, lo siento, no quería que me vieras tan roto, tan vulnerable—dice con la voz entrecortada.
—Los dos sabemos que necesitas ayuda—necesitamos buscar a alguien que te ayude.
—Ya tenemos a quien nos ayudara, solo tengo que llamar a mi antiguo psicólogo y amigo de la familia—solo tenemos que conseguir que nuestros padres autoricen que pueda venir.
—Llama a tus padres—dije.
Minutos después los padres de Jason autorizaron la entrada del antiguo psicólogo de Jason. A los pocos minutos ya se encontraba el psicólogo en la casa.
—Buenas noches, te vez mal Jason—dice preocupado.
—Mucho gusto, soy Samira—está bien mal.
—Un gusto, por fin he escuchado cosas buenas de usted— nos llevaremos muy bien, los dos podrían ser mis pacientes fijos.
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Hola, gracias por seguir apoyando mi historia✨🖤
¿Qué creen que pasará?
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