34. Nada es inevitable
https://youtu.be/mSc9BSI_RsY
"Érase una vez cuando los protagonistas de esta historia estaban listos para intentar conseguir su final feliz".
Uno forma común y universal con la que las personas nos hemos expresado a través de miles de años, es la danza, por algo la conocen como el lenguaje del cuerpo, ya que es aquí donde podemos ser libres de expresar un sinfín de emociones. De trasmitir aquello que no podemos con palabras, de dejar ir sentimientos negativos, es aquí donde podemos volar y ser libres, o al menos así lo veo yo.
—Muy bien, empecemos —les digo a las niñas—. Cinco, seis, siete y derecha, giro, izquierda, giro. Un paso adelante, giro... ahora atrás. Si, muy bien, veo que están practicando, sigan así, no se desconcentren. Coupé definido y dégadé, cuerpo firme, mantengan posición y eleven el pecho, Sandy, cuida tu pie. Tendu al frente. Pie en punta adelante y atrás, ahora viene un glisasade que termina en quinta posición y un Tendu con el talón hacia adelante.
Ellas están practicando mucho, puedo ver la energía y pasión en cada uno de sus movimientos. Creo que se debe a que en dos semanas será el primer día donde bailaran con zapatillas de punta, lo que en ballet se considera como un rito de iniciación muy importante y yo puedo sentir su emoción y entusiasmo conforme ese momento se acerca.
La importancia y magia de utilizar estas zapatillas es algo que no se puede expresar a la ligera, porque son diferentes y se sienten diferente, marcan un antes y un después para cada bailarín de ballet.
—Bien, otra vez, desde el principio.
Que ellas empiecen a utilizar zapatillas de punta, no es algo que se deba tomar a la ligera, se debe tener en cuenta la estructura ósea, que tan recto tienen el pie, porque la zapatilla debe quedar muy bien ajustada, como si fuera una media. Además, está el hecho que tardarán un poco en acostumbrase a sus nuevas zapatillas y sus pies se pondrán rojos mientras eso sucede, también le saldrán ampollas y tendrán un leve dolor en su pie, pero todo eso es parte del proceso.
—Creo que eso es todo por hoy mis hermosas bailarinas del mañana, no olviden decirles a sus mamás, papás o a quienes las acompañen, que debo hablar con ellos la otra semana sobre el proceso de cambio de zapatilla. Y eso es todo por hoy, que tengan un hermoso día y no olviden realizar sus ejercicios de resistencia.
Katie me ayuda a despedir a las niñas y después que ya todas se han ido, hemos recogido todo y estamos listas para salir, ella me detiene y me dice que debe decirme algo.
—Me ofrecieron un papel en una obra en el ballet de Boston —me dice ella—. Debo empezar la otra semana, y creo que mañana será mi última clase aquí, lamento irme sin mucha antelación...
Yo no dejo que ella siga hablando y la abrazo sintiendo mucho orgullo y felicidad por ella.
—Katie, eso es fantástico, estoy tan feliz por ti.
—Es una locura, yo aun no me lo creo.
—¿Cómo se lo tomó Leroy?
Ella hace una mueca y agacha la cabeza mientras niega lentamente.
—Aún no se lo he dicho, eres la primera en saberlo. No sé cómo decirle que me voy.
Ella suena tan triste y me siento muy mal al escucharla, porque no puedo imaginar lo difícil que va a tener que ser para ellos separarse. Han sido compañeros por años, mejores amigos y ambos tienen sentimientos por el otro, aunque jamás hicieron nada al respecto, y ahora Katie se va.
—Él lo entenderá.
—Lo sé, pero es difícil. Lo voy a extrañar tanto, no solo a él, a ti, dar clases aquí, todo.
—Los cambios suelen ser buenos y esto es una gran oportunidad por la que tú te esforzaste, Katie, esto es increíble. ¿Sabes las puertas que te va abrir esta oportunidad? Muchas y debes saber aprovecharlas todas.
No puedo evitar sentirme como una mamá orgullosa mientras la escucho.
La invito almorzar y ella me dice que debería invitarme a mí porque ayer fue mi cumpleaños, pero yo le digo que no, que esto es mi forma de felicitarla.
Cuando entro en la casa, casi grito del susto a ver a Isabella y Tate esperándome en la puerta con sonrisas enormes en sus caras.
—Dios, por fin llegas, llevamos esperando horas por ti —me dice Isabella mientras me toma del brazo y me lleva hasta la sala.
Tate toma mi bolso en el proceso y lo deja en el suelo junto al sofá.
Sienna está sentada en el suelo con una sonrisa y una mirada de disculpa.
—Josie, mueve, ya llego Romi —le grita Tate a su hermana—. Josie está haciendo margaritas.
Josie entra corriendo un momento después con una jarra de margaritas y Tate nos da un vaso a cada una para que Josie llene nuestros vasos.
Yo las miro sin saber porque me están esperando para empezar a beber.
—¿Por qué estamos bebiendo? —les pregunto.
Creí que con las bebidas de anoche por la celebración de mi cumpleaños había sido suficiente, porque a pesar que yo no celebro mi cumpleaños, Isabella dijo que no era en si una celebración, que solo éramos un grupo de amigos que salía a comer y bebía algunos tragos. Pero al final de la cena trajeron un pastel de chocolate y todos me cantaron feliz cumpleaños.
Debo reconocer que me gustó mucho.
—Porque tenemos preguntas —me dice tate.
A lo que Isabella se apresura agregar.
—Y queremos respuestas.
Josie asiente con la cabeza y yo busco a Sienna con la mirada en busca de ayuda, pero ella solo se encoge de hombros.
—¿Preguntas sobre qué?
—Sobre la inflación del dólar —me responde Tate con sarcasmo—. Anoche, obviamente.
—Sí, anoche. Así que dimos, ¿qué pasó? ¿Qué te dijo mi hermano? ¿Tuvieron sexo? ¿Utilizaron protección?
Yo debí ver esto venir, pero fui algo ingenua al pensar que como ayer no me cuestionaron nada, dejarían pasar el tema. Pero claro, ellas no pueden hacer eso y deben ponerse como reporteros de TMZ y querer saber todo.
—No veo porque esto es necesario. ¿Por qué yo debería hablar sobre mi vida privada con ustedes?
Tate, Josie e Isabella me responde simultáneamente.
—Porque nos importas y somos entrometidas
—Nos gusta el chisme y el drama ajeno
—Te golpearé si no cuentas lo que pasó.
Isabella se lleva su mano hacia su collar de cuarzo mientras simula cortar su cuello con una navaja falsa y luego asiente lentamente.
¿Por qué no puedo tener una familia y amigas normales?
Isabella esta por decirme algo cuando cierra los labios de golpe y me mira con un brillo perverso en sus ojos. La veo golpear el brazo de Tate y compartir una mirada con Josie y Sienna.
—Bonita camisa, Romi, ¿dónde la compraste? Se parece mucho a una que tiene Vladimir, pero espera ¿Esa es la camisa de mi hermano?
—¿Qué?
—La camisa que tienes puesta justo ahora—me sigue diciendo ella. —Es la camisa de mi hermano.
Respira, Romina, respira y actúa de forma natural —me digo en mi mente.
—No tiene sentido que nos mientas, prima.
—Josie tiene razón, no hay sentido en que nos mientas, Romina, Roma, Romanus.
Yo me cruzo de brazos y les doy una amplia sonrisa.
—Tienen razón, no veo sentido a mentirles, pero si no les digo nada, técnicamente, no les estoy mintiendo.
Yo no puedo evitar reírme al ver sus expresiones por mi respuesta. Pero cuando dejo de reír le doy un sorbo a mi margarita y veo como Josie se sienta junto a Sienna en el piso, Isabella en el sofá individual y Tate en la otra punta del sofá donde estoy yo.
—Le dije que lo amo, él dijo que también me ama y bueno, eso fue lo que sucedió. Y sí, me quede en su casa, pasamos la noche juntos y por eso estoy utilizando su camisa.
Pero a pesar que eso era justo lo que ellas esperaban escuchar las veo abrir mucho los ojos y Tate incluso escupe un poco de la margarita que estaba bebiendo. Josie grita de emoción como la romántica que es y Sienna aplaude en mi dirección.
—OMG, OMG —repite Tate.
—No veo porque reaccionan así, ya sabían que algo había pasado.
—Sí, sabíamos que algo pasaba, pero no tenía idea que ya tenía cuñada, así que permíteme estar algo impactada.
—Pero tienes razón, sabíamos que tarde o temprano esto sucedería. —me empieza a decir Josie. —Son el uno para el otro, pero a pesar que sabemos eso, necesitamos detalles porque tuvimos que verlos a los dos bailar uno alrededor del otro y era algo difícil y frustrante de ver, ahora lo mínimo que puedes hacer es darnos algunos detalles
—¿Ya habían tenido sexo antes? —me pregunta de pronto Tate.
Yo le lanzo un cojín que ella logra atrapar antes que golpee su cara.
—¡No! Éramos solo amigos.
—Vamos, admítelo prima, querías acostarte con él.
—Y casarte con él.
—Tener a sus hijos.
—Bien, suficiente, ustedes son peores que los reporteros de farándula.
Ellas se ríen y las veo brindar entre ellas, antes de beber todo el contenido de sus vasos.
Mientras las veo hablar sobre sus propias experiencias en algunas malas citas, pienso en una conversación que tuvimos el año pasado, antes que yo empezara a salir con Jeremy, antes del viaje a Montana de Vladimir.
Josie pone pausa a la película y todas me miran esperando mi respuesta.
—No, porque no creo que Vladimir esté interesado en mí.
Primero Tate y Josie se miran antes que ambas miren a Sienna y de pronto las tres empiezan a reírse a carcajadas.
—¿Por qué se ríen? Son las peores, hablo en serio, solo somos amigos, no creo que él esté interesado en mí.
Mis palabras solo provocan que Tate se ría más fuerte y se acueste en el piso por la risa mientras pone sus brazos alrededor de su estómago.
—No me había reído así en un largo tiempo —me dice ella y la veo intentar recobrar la compostura mientras se limpia algunas lágrimas de sus ojos.
Esa noche Tate se rio casi todo el tiempo porque me dijo que incluso un no vidente podría ver que yo le gusto a Vladimir, que las únicas personas que parecen no notarlo, somos Vladimir y yo.
—Hoy en la noche vamos a tener una cita. —les digo.
—Lo sé —me dice Isabella—, porque mientras nosotros estamos aquí interrogándote, tengo a Daniel y Mason interrogando a Vladimir.
Realmente no me sorprende que ella haya hecho eso, después de todo es Isabella.
—Y ella va a ser tu cuñada —me dice Tate.
—Lo cual es una suerte y bendición para ti, Romina, porque hay muchas queriendo estar en tu lugar.
—De alguna forma me siento como si el chico que me gusta que resulta ser el más popular de la secundaria, me haya invitado al baile de fin de curso.
Sienna se ríe y por primera vez en la noche, ella me da un comentario.
—No estás en la secundaria, pero el chico que te gusta si te invitó a una cita, lo cual es muy bueno. Me siento feliz por ti, mereces ser feliz.
Yo comparto una sonrisa con ella.
Después de seguir conversando por casi una hora, me voy a mi habitación para bañarme y arreglarme para mi cita. Cuando termino de arreglarme, bajo a la sala donde veo a Sienna y Josie acomodadas en el suelo mirando una película. No las interrumpo y me dirijo al armario para buscar mi abrigo justo cuando el timbre suena.
—Hola —saludo a Vladimir mientras tomo el ramo de narcisos blancos que me da.
—Pero miren lo hermosa que se ve mi casi novia esta noche.
Yo no puedo evitar sonrojarme un poco al escuchar su cumplido. Él besa mi mejilla antes de tomar mi mano y hacerme girar.
—Te juro que no hay nadie más hermosa que tú.
—Me siento un poco ofendida por eso —murmura Tate mientras toma las flores que Vladimir me ha traído y me dice que la llevará a ponerlas en un jarrón con agua—. Un ramo más de flores y seremos una florería.
Yo sonrió por el comentario de Tate, mientras Vladimir me ayuda a ponerme mi abrigo y después grito que ya regreso y Josie murmura que me ve mañana.
En el auto veo a Vladimir encender la radio y buscar una música, cuando encuentra la música que estaba buscando sonríe y lleva sus manos al volante.
—Bien, mi casi novia, ¿a dónde te gustaría ir?
—Creo que te voy a restar algo de puntos por eso, porque estoy casi segura que es algo que debes planear y no dejar que yo la planee por ti.
—Yo estoy intentando ser un caballero y tú como siempre dañando el momento.
—Entonces dime, ¿a dónde iremos?
—No, Mina, ya perdiste esa oportunidad, ahora no te digo nada.
Él me lleva a un hermoso restaurante con estilo de los años veinte, él me dice que fue Isabella quien se lo recomendó. Yo le digo que me encanta el lugar y no miento, porque es cálido y elegante, pero no de una manera ostentosa, lo cual me parece perfecto.
No sé cómo llegamos a ese momento de la conversación, pero nos encontramos hablando de mi relación con Jeremy, algo que no hemos tratado hasta ahora, no es que antes hubiéramos tenido la oportunidad.
—Fue muy duro verte con él —me dice Vladimir.
—Lo siento, jamás fue mi intención lastimarte. Lo sabes ¿verdad?
—Lo sé y no te disculpes, no hay necesidad de eso, es solo... desearía haber tomado diferentes decisiones, actuar antes acorde a como me sentía y ahorrarnos a todos algunas decepciones.
Aunque me hubiera gustado eso, he aprendido que no vale la pena detenernos a pensar en lo que hubiera pasado, porque al final, es algo que jamás sabremos. Tal vez de la forma en que se dieron las cosas, era la única forma que tenían de suceder.
—No pensemos en eso, Vladimir, estamos juntos ahora —le digo mientras levanto mi copa en su dirección antes de beber un poco del vino—. Entonces, ¿estamos bien?
Él también levanta su copa mientras una sonrisa se dibuja en su cara.
—Tú y yo siempre estamos bien —me dice él y lo veo extender su mano sobre la mesa para tomar la mía—. Sin embargo, una parte de mí siempre va a estar molesta por ti y Jeremy.
—¿Hablas en serio? ¿Por qué?
Vladimir dibuja suaves circulas alrededor de mi mano y la aprieta ligeramente antes de responder.
—Lo elegiste a él primero.
Por su tono entiendo que no habla completamente en serio.
—En realidad, yo te elegiría siempre y lo sabes.
—Te amo, Mina.
—Lo sé.
Después de cenar decidimos dar una vuelta por el parque, la idea fue mía y él dice que solo a mí se me puede ocurrir querer pasear en esta época de marzo, ante su comentario yo pongo los ojos en blanco y lo detengo mientras me inclino un poco hacia adelante, invadiendo deliberadamente su espacio personal, como él hizo cuando estábamos bebiendo en aquel bar y hablamos por primera vez sobre lo que eran las almas gemelas en espera.
—Entonces, Mina, ¿crees que tengo la oportunidad de una segunda cita?
Él se acerca más hacia mí, mirándome mientras yo hago lo mismo, ninguno de los debe apartar la mirada porque ahora las cosas son diferentes, porque el haber admitido en voz alta nuestros sentimientos nos permiten hacer esto libremente, sin tener que reprenderme por crear que estoy cruzando algún limite.
—Lo estoy considerando, Vladimir.
—Me siento halagado porque me tienes en consideración.
Me inclino hacia adelante y capturo sus labios entre los míos.
—Justo ahora, me siento muy feliz, porque esto es todo lo que siempre he querido. —me dice él cuando nos separamos.
Él pasa su brazo sobre mis hombros y me acerca a él mientras seguimos caminando, disfrutando del momento y nuestra compañía.
Era inevitable —dije yo hace mucho tiempo atrás.
Nada es inevitable —respondió él.
Y podría decir que este es el inicio de nuestra historia, pero esa sería una mentira, nuestra historia comenzó hace más de un año, cuando yo salí de esa fiesta y perdí mi zapato, cuando él encontró el zapato perdido y como el perfecto caballero que es, lo colocó con cuidado en mi pie. Esa noche, incluso aunque nosotros no lo sabíamos, fue el inicio de nuestra historia.
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