Muy bien. Se que esto será largo, así que si estás ocupado, de mal humor, sin ánimos de saber de mi. Mejor léelo más tarde, cuando estés tranquilo con una tacita de té, escuchando alguna canción instrumental (si pides recomendación la versión de sad song instrumental es bella)

Mm... acabo de salir de donde la psicóloga. Y todo el camino al carro me planteé muchas cosas y me cuestioné otras.

Quizás debería empezar por año nuevo. Este año me prometí cambiar, prometí dejar de ser la niña estúpida deprimida que se ahoga en un vaso de agua. Prometí dejar las mentiras. Prometí dejar los rodeos, dejar que la sociedad marque lo que está bien para mí y lo que no.

Prometí cambiar por mi y por nadie más. Dejé mi actitud de "sinceramente no me importa lo que pase a mí alrededor porque no puedo cambiarlo". Porque descubrí que si puedo.

Dejé de decir mi familia está rota y no tiene remedio, a decir, mi familia tendrá sus grietas pero aún así funcionamos. Aún así, los amo.

Descubrí que tengo una depresión ansiosa y todo empezó por un efecto dominó, que viene ya de mucho atrás.

Por eso la anorexia, por eso los desórdenes alimenticios, por eso la poca confianza en mi, por eso no creía que me quisieras <<Si no te amas a ti mismo, nunca vas a aceptar que te amen>> y quisiera profundizar mucho el tema, pero terminaría mañana. Así que pues, quizás para la próxima, ya me desvié demasiado.

Como dije, cambio. Y el cambio que más añoraba este año era volver a enamorarme, dejar de pensar en ti y superar.

Y de alguna manera lo estaba logrando... a quien engaño, no iba ni para adelante ni para atrás.

Mi desesperación llegó hasta el punto de borrar absolutamente todo, me metí hasta lo más refundido de mi computadora, perdí los dibujos que te hice, los enterré en una pila de papeles que tengo debajo de mi escritorio (por alguna razón no puedo botarlos)

Y creo que tomé esa decisión un día a inicios de septiembre, cuando me cuestionaba si darte algo por tu cumpleaños o no. Estaba en clase de literatura, aburrida y en Facebook. Cuando sale una publicación para ganarse la entradas para Ha-ash y para concursar tenías que etiquetar a tu ex. Yo simplemente dije "¿porque no?", te etiquete, pero al momento de comentarte la etiqueta desapareció, me pareció extraño, así que entré a tu perfil. Ahí estaba la foto que tenías con Elena. Y luego vi la descripción de la foto. No recuerdo exactamente qué decía pero tenía que ver con su sonrisa y tus días.

Y ese se suponía que ese sería mi antes y mi después. Por eso escribí adiós en ese mensaje (el cuál mandé por WhatsApp porque cuando quise entrar a nuestra conversación en messenger, me salía que ya no podía responder a los mensajes en esa conversación) Hasta ahí había llegado, no podía seguir pensando todos los días en alguien que simplemente ya no me pensaba, ya no me extrañaba, ni me necesitaba.

No lloré, estaba en clases, no podía darme el lujo de llorar ahí. No tenía ánimos de hablar de ti y al llegar a casa simplemente dije que te había ya dado lo suficiente, ni una lagrima más por ti.

Luego llegó octubre, el viaje a las Islas Canarias. La primera vez en mi vida que no me emocionaba por subirme en un avión e irme. Supongo que sabía que el destino sería turbulento por mi relación con Ricardo. Él es una persona súper súper súper maniática de la limpieza y yo, soy un desastre. No tanto así, pero un poco de desorden no me molesta, y recoger algo del suelo es normal para mí, para él si tocó el suelo, tiene que botarse a la basura. Así de serio.

Siempre trataba de mostrarme que él tenía la razón y no yo. Y yo, con lo arrogante que suelo ser, no medía mis palabras. No fue tan bello como crees que fue. Hice llorar a mi mama por mi rebeldía y mi cabeza caliente. Y no sabes las ganas que tenía de escribirte, necesitaba un salva vidas, un amigo, alguien que me dijera, no estás tan mal, se puede solucionar y luego recordé la foto que tenías con ella. Y me hundí más. ¿Pero sabes que lo interesante de tocar fondo?

Que ya no hay más abajo, que ya no tienes nada que perder. Salí del baño, que es donde siempre me encierro cuando me siento mal y le pedí disculpas por todo lo que había hecho y dicho.

Te necesitaba.

Luego llegó Noviembre, el mensaje sorpresa a mi correo. Pasé mucho tiempo debatiendo si responder o no. Incluso se lo conté a Allison y Angelo (quién es como un hermano para mí). Allison tratando de que de ninguna manera me sintiese mal, empezó a hacer bromas de que me habías dicho feliz cumpleaños dos/tres meses después. "¿Que sigue?! Feliz año en marzo!"

Debo admitir que eso si me causo risa. Pero como te dije una vez, a veces lo amigos simplemente no saben cómo ayudar. Allison es la más bella persona del mundo, pero no sirve para dar consejos.

En cambio Angelo, ese niño es un sol, me llamó y me dijo. "Mira, pequeña, tienes muchas dudas y tú y yo sabemos que te mueres por responderle. No te retengas, obtén tus respuestas"

Y eso hice. Creo el resto de esa parte la conoces así que no vale la pena contarla. El tiempo siguió corriendo, y mi cabeza estaba loca.

Borré la cuenta de Facebook por la que me habías escrito, estaba decidida a terminarlo ahí.

Llegó Diciembre, quería escribirte. Mandarte aunque sea un feliz Navidad. Ya no estaba molesta contigo. No tenía porque estarlo desde un inicio. Pero no quería ser parte de tu vida a la fuerza. Quería me quisieses dentro.

Empezaron los exámenes de salud. En ese instante odie a Ricardo y a su miedo a morir. Hoy en día, se lo agradezco. Me hicieron exámenes de absolutamente todo y como es usual de mi, botó pre-diabetes (la cual siempre he tenido gracias a mi descendencia) y un inició de hígado graso.

En ese instante me planteé volver al 2013, dejar de comer no es algo me cueste, lo difícil sería burlar a mi mama con que comía. Yo ya estaba organizando mis días para volver a la viejas rondas de días sin comer, cuando el doctor dijo "lo más recomendable es que vayan a una nutricionista"

Mi mamá me llevó.

La doctora me preguntó:

"¿Tú quieres bajar de peso?"

Yo, ya había empezado a aceptarme como era. Y cambiar era algo que no lo veía posible (una completa pendeja)

"No me molestaría"

"¿Es decir, que no te interesa?"

No respondí. La doctora, le pidió salir a mi mama y a Ricardo( aún no entiendo que hacía él adentro, pero bueno) habló conmigo, terminé llorando y así es como terminé en la psicóloga.

Mi problema era psicológico y alimentario.

¿Porqué te cuento esto?

Porque nos lleva a la razón detrás del mail que te mandé.

La psicóloga me había pedido que leyese ese libro y varios aspectos del él, me recordaban a ti. No podía leer ese libro sin pensar "Esto podría ayudarlo, incluso si no lo necesite"

Me sentía en deuda contigo, porque aunque no lo creas, me hiciste más bien que mal y si pudiese regresar en el tiempo no cambiaría nada, quizás solo disfrutar más de nuestro tiempo juntos.

No esperaba que respondieras, por primera vez desde que te conocí, de verdad no esperaba un mensaje tuyo. No revisaba cada media hora por respuestas. Así que ver la respuesta y ver que querías volver a hablar conmigo, me cayó como un balde de agua.

No entendía nada. Y no sabía si quería volver a hablarte. O bueno si lo sabía pero no quería aceptarlo. Me negaba. No quería de nuevo el círculo vicioso donde yo me encariñaba contigo, creaba mi cuento de hadas en la cabeza y me volvía a dar contra el muro. Al final lo hice. Te escribí, pero debo admitir que no te agregué a mi contactos hasta que me pediste que te mandara un screen.

Sentía que en cualquier momento te levantarías y me dirías "Sabes, otra vez no tengo ganas de saber de ti. Hasta pronto"

No quería encariñarme contigo, aunque si somos honestos eso era inevitable.

Dije que este año no mentiría ni iría por las ramas. Así que aquí estoy exponiéndome de nuevo a ti.

Me gustas, te quiero. Y eso es algo que no creo que cambie. Al menos no en ningún futuro cercano. Y se que serás la historia que cuente a mis nietos.

Eres mi imposible favorito. Y debes amarte un poco más. Hoy aprendí que autoestima, es mucho más que quererte físicamente, es estabilidad en cada aspecto referente a ti. Y si no cambiamos eso de nosotros, nunca seremos felices, porque siempre malograremos la felicidad y sentiremos que no somos merecedores de ella.

Y cuando mencionaste a Jaylyn. Sentí que mi corazón se aceleraba, al igual que la vez que me di cuenta de que 0822 era mi cumpleaños (si, porque cuando lo mandaste no entendía que era, lo entendí dos días después cuando estaba re-leyendo ese mensaje) o cuando mandaste una nota de voz.

Traté de auto-convencerme de que era estúpido sentirme así, que no debería sentirme así. Pero lo hice. Hay cosas con las que no puedo ir en contra.

Luego intenté no preocuparme por ti. Pero lo hago.

Y tienes razón en algo, cuando me enamoro, cuando quiero a alguien lo hago enserio. Y es una maldición.

¡No sé que tienes tú que no lo tenga el resto del mundo!

La mayoría de chicos me hacen rabiar y hasta ahí llegué. Me dicen cosas bonitas y no siento nada. Incluso bailar es solo eso, bailar.

En cambio tú me haces enojar y a la hora se me ha pasado. Dices algo bonito y pinchazo. Dices que "al cabo que ni te extrañe 8(" y sonrío. ¡Y está mal!

Algo está mal conmigo.

Incluso me repetí varias veces que era imposible enamorarse de alguien por internet, que era tonto preferir a alguien que está a miles  de metros de distancia, frente a alguien que puedes tocar. Nadie en su sano juicio lo haría. Por eso me falta un tornillo.

Eres del tipo de personas por las que haría locuras. Nunca te dije, pero más de una vez planeé mi escapada apenas cumpliera 18, para ir a verte. A veces lo pienso y me río. Es lindo soñar con imposibles.

Y me gusta sentir que lo di todo por lo que quiero, además, uno se arrepiente más de lo que no hizo, de lo que si hizo.

"Don't wait. The time will never be just right."
– Napoleon Hill

Pd: Si deseas, podemos hacer como que este mensaje nunca te llegó. Y si algún día quieres hablar de esto, solo di Pausa. Y yo entenderé. No quiero esto dañe lo que sea que recién comienza.

No sé qué te habrá pasado el lunes, pero... sonríe, el mal humor no te queda bien. Y pues bueno, creo que lo he sacado todo. Gracias.