Mi Amada Esposa.



MI AMADA

Mi amada esposa, las palabras se desvanecen en el torbellino de mis pensamientos, incapaces de quedarse en un solo recuerdo vivido a tu lado, en este momento es como si un puñetazo me hubiera lanzado a un planeta solitario donde tu presencia es un eco lejano.

Un mes ha pasado, y tu ausencia es un abismo que no logró cruzar. No merecía el océano de amor que me brindaste; suena a cliché, pero la verdad es que nunca quise engañarte. Fue solo una noche, una discusión que me empujó fuera de nuestro hogar, meses de silencio entre nuestras sábanas me llevó hacer la accion mas estupida y lo lamento profundamente. La ebriedad me nubló, y ella, una sombra en la penumbra del bar, compartía su propia traición. Conversamos, y la compasión nos llevó al refugio más oscuro del lugar. Después, el remordimiento me consumió, y aunque intenté confesarte, la cobardía me selló los labios.

Regresé a casa, y la culpa me impidió mirarte. Después de tantos años, ¿cómo pude fallarte? Tú, la niña de la escuela que capturó mi corazón. aquella chica de una sola noche reapareció, portando  una prueba que anunciaba una nueva vida. Quise negarlo, pero las sombras de mi padre me perseguían, y no pude seguir sus pasos.

Ella estaba segura, a pesar de todo le hicimos una prueba de paternidad, no es fácil de asimilar que en una sola noche y en mi primer engaño pase todo esto. Ahora, al mirar a Sebastián Jr., veo mi reflejo en su inocencia. Mi madre dice que es mi imagen en la infancia. Intenté hablarte, pero el cansancio te envolvía cada noche. Algo en ti había cambiado; tu piel, antes radiante, ahora era pálida, y tu figura se había adelgazado. No quería admitirlo, pero sabía que algo no estaba bien. Un día,  tome tu mòvil y descubrí  tus conversaciones con Lorena. Hablabas de un cáncer que guardabas en secreto, no querías preocuparme, no querías que la pena me anclara a tu lado.

Aquella noche, busqué a la chica me senti tan mal fui hablarle a la barriguita y llore, como un niño, tocando la promesa de vida en su vientre, buscando algo que me mantuviera a flote en un mar de lágrimas. El dolor en mi pecho me llevó al médico; no era ansiedad, era mi corazón desfalleciendo. Necesitaba una operación urgente; mi vida se medía en meses. La lista de espera era un muro de 300 nombres, y solo un privilegio me colocaba entre los primeros cien. Jugué a la suerte con una moneda, preguntándome quién se despediría primero. Prefería ser yo, porque tu partida sería insoportable. ¿Qué macabro juego nos tenía preparado el destino?

Aunque me resisto a aceptarlo, tu jugada fue maestra. Mientras tu corazón late dentro de mí, sigues viva. De alguna manera, ambos ganamos; aunque no estés a mi lado, nunca te has ido. Ayer visité tu tumba por primera vez. Lamento haber tardado tanto; aunque rehusó en aceptar que te has marchado Te llevé tus girasoles favoritos y decidí escribirte esta carta, creyendo, quizás locamente, que de alguna forma la leerás.

Esa noche, nuestra última noche, mi corazón ya no era fuerte, pero mi deseo por ti nunca menguó. Con el paso de los años, te vi aún más hermosa, y mi amor por ti solo creció. Mi amada esposa, lo siento. No quiero que estés triste; estaré bien. Me esforzaré por ser un buen padre para Sebastián Jr., enseñándole valores, respeto, amor, comprensión y humildad. Comunicación, esa que nos faltó en algún momento por querer protegernos del dolor.

Mi amada esposa, ¿cómo has podido hacerme esto? Lo siento, lo siento tanto. No era así como debíamos despedirnos. La muerte duele más cuando es inesperada, cuando te aferras a la vida, cuando finges que todo está bien. Prometí no llorar al escribirte, pero tengo tu corazón sensible, así que no me culpes por completo.

Rodrigo me ha llamado para disculparse, la verdad no se de que se disculpa si el que ha fallado he sido yo. Tu familia está devastada; tu madre sufre, tu padre se niega a comer, y creo que me odia aún más. Rodrigo es fuerte, como tú. Quiere visitarme, y no sé cómo enfrentarlo, pero prometo estar firme.

Juan, siempre el loco, ya quiere presentarme a otras mujeres. Lo rechacé; no puedo pensar en nadie más que en ti.  se que él solo intenta ayudar, solo que no es de la manera que deseo que me ayuden. La familia de la chica quiere conocer al bebé. No he respondido; temo encariñarme, temo perder a mi hijo.  No te preocupes, tomaré una decisión y te lo haré saber.

Mi amada, gracias por cada momento de amor, por apoyarme en cada sueño y locura. Gracias por ese "sí" maravilloso, por tus días a mi lado y, sobre todo, gracias por regalarme tu corazón.

me enseñaste a sonreir y dejar la timidez, solo recuerda que eso solo lo lograbas tu, mi vida ha dado un giro de 360 grados, no tengo ni puta idea de cual es la direccion de mi brújula ahora, se que mi hijo es mi mejor fuerza pero el es solo un bebé para soportar tanto peso. 

mi amada  

Te amo.

PD: Por siempre, tu esposo.

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