Capítulo XIV
El amor es lo más fuerte de las pasiones,
porque ataca al mismo tiempo la cabeza,
el corazón y el cuerpo.
anónimo
Lcda. Garzas
Llego el gran día, mis nervios no me han dejado dormir.
—No puedo presentarme en el juicio— pasando mi mano por mi rostro, me levante de inmediato, sin importar la hora tome mi móvil, intente llamar a nathi, pero era inútil, se había ido a la playa por unos días, así que no logre comunicarme con ella.
Caminé de un lado a otro, vi la hora del móvil 01:30 am.
Me coloque mi outfit deportivo, alcance mi cámara, mi identificación y mi carne de abogado una cola alta. Entre al auto dispuesta hacer lo correcto.
—Buenas noches, soy la Lcda. Garzas y necesito una información. —le indique a la enfermera de turno que se encontraba en resección, del hospital donde miré por primera vez a Sebastián.
La enfermera me miraba con cierto desánimo y pocas ganas de hablar.
— Nombre — deja salir las palabras sin quitar la mirada del ordenador.
—Fabiola García ...
Me dió una mirada poco agradable.
—Solo se que se llama así. —agregue.
— ¿Sabe cuánta Fabiola García entran aquí? —dirigió a mi su mirada de pocos amigos.
Suspire con frustración, recordé que la primera vez que vi a Sebastián le tome una foto, escudriñe en mi cámara y allí estaba la fecha.
24 de agosto, hora 09:00pm la enfermera, procedió a buscar, efectivamente unos dos días antes había ingresado Fabiola, al tercer día Leslie como donadora, la enfermera me dispuso el acta médica, de Fabiola su expresión cambio, su mirada se enterneció.
—Este ha sido unos de los casos más difícil que he podido presenciar aquí en mis años de servicios.
—¿A qué se refiere?
—La chica antes de entrar, firmo su muerte y pidió que ante todo salvaran a su bebé. se me eriza la piel nada más en recordarlo —mostro su brazo mientras suspiraba.
La chica venia con la presión alta, la cesaría era de emergencia, ya ella lo sabía, había otra chica a su lado. Recuerdo esas palabras como si fuese sido hoy.
"Por favor, firma la autorización, que lo salven a él"
—Le dijo otra cosa en el oído, entro jamás salió, su bebé por fortuna si lo hizo, una preeclampsia duro trabajo de una mujer embarazada el bebé casi no vive, la chica, al parecer tenía buenos contactos llamo a unos de los mejores pediatras en neonato y el estabilizo al bebé, el mejor contacto que tuvo fue en esa capilla que ve allá — señalo la capillita donde los familiares suelen orar— Ella siempre se mantuvo allí con lágrimas en su rostro orando. ...
La enfermera hizo una pequeña pausa.
— Yo también perdí que se salvara mi bebé y hoy es unos de los mejores neonatólogos.
—La otra chica, fue valiente, al tercer día dio su vida por un hombre y le dio a ese niño un papá. Cosas insólitas que cuentas y nunca creerás que pasaron.
Digamos que supieron burlar la muerte.
Mi móvil sonó me levante y me aleje un poco, no pude hablar bien, la señal no era del todo buena. Al dirigirme hacia la enfermera, no estaba de pronto en recepción se encontraba otra.
—Disculpé, ¿la enfermera que estaba aquí? —mire con curiosidad.
—dígame.
—No, usted no era. Aquí estaba otra, morena, cabello corto rizado.
—No, señorita, estaba pasando revista, acabo de llegar. — sus ojos se exaltaron por aquello que acaba de oír.
Pero ...
El expediente tampoco estaba. Mi piel se erizo mi corazón se aceleró, tome un poco de agua que la enfermera aproximo a mí.
— ¿Está usted segura que no hay otra enfermera aquí?
—Yo sola no estoy, pero aquí en esta área y a esta hora si, solo yo me ocupo de recepción. Sali un momento a pasar revista de esta ala. — señalo un pasillo con su dedo índice.
No dije más y Sali de allí desconcertada, el móvil, indicaba las 03:00 am justo antes de salir había una pared de reconocimiento a unas enfermeras y en ella estaba la foto de la enfermera que hablo conmigo.
Al mirarla regrese y busque a la enfermera de la recepción.
—Ella, ¿Quién es?
—¿Usted hablo con ella? —la expresión de miedo en su rostro me abrumó.
— Si.
— Ella es la señora maría, tuvo un accidente de auto iba con su hijo, ella solo pedía que lo salvaran, que lo atendieran a el primero, el llego inconsciente, ella aparentemente bien, a la media hora comenzó a vomitar sangre, a los segundos murió. Sin poder despedirse del hijo.
—¿usted me está diciendo, que yo hable con una muerta?
La enfermera se persigno y me dejo allí sin decir más.
Sali de allí con los nervios de punta, y dispuesta a no entrar en un hospital de madrugada a buscar ningún tipo de información.
Fui a los tribunales allí estacione el auto, escribí una carta con la información que me había dado aquella señora maría, estuviera muerta o no la información era relevante para mí, describí todo.
Hasta que darme dormida en el auto.
Una luz irrumpe por mi parabrisa dando así justo en mi rostro, intentando abrir los ojos esa luz del sol, me lo impedía.
—Joder me he dormido.
Bajo del auto, me dirijo a los tribunales, en las fachas que estaba no podía entrar, ir a casa a cambiarme tampoco era una opción muy favorable. Espere hasta que escuche hablar a una chica.
— Yo no sé nada de ningún caso, de ese señor Sebastián.
Mire con un poco de disimulo y ella seguía hablando con angustia de como se iba a presentar en un juicio que nunca fue hacer una visita.
Al terminar la llamada, me aproxime a ella. Le explique de la mejor manera posible, al principio se enojó y un poco de desconcierto, como era posible que algo así pasara en un tribunal, hasta que al fin logre hacerla entrar en razón.
Al girar mi mirada él estaba allí, se veía hermoso con su traje, al mirarme me regalo una sonrisa y un saludo, que no logre responder de los nervios, le hice una señal con mi mirada que no se aproximara, vi cómo se alejaba, termine de hablar con la chica y le entregue la hoja con los datos recaudados.
Ok tuve que pagarle unos cuantos euros para que no dijese nada.
Así de corruptos estamos.
Espero que le sirva de algo.
Me quede un rato allí parada, tenía muchos sentimientos encontrados, vi que una chica tenía al pequeño Sebastián Jr. me acerque a ellos, que hermoso bebé, no me contuve.
—Puedo. —señale al bebé apuntadole mi cámara, ella solo hizo un gesto de aceptación.
Tomé las fotos que pude, la cámara lo amaba.
Una señora se lo llevo para hacerle algunas pruebas, caminamos hasta donde lo llevan entraron a un cuarto la chica entro con ellos. Los nervios me tenían loca por saber que sucedía, las horas parecían ser eternas.
Una hora después, vi que Sebastián venia saliendo, su rostro preocupado, me entristeció, me oculté detrás de un muro, el hablaba con su abogado, sus expresiones, su mirada, tenía unas ganas inmensas de ir y abrazarle.
Alcé mi cámara hasta mí rostro y algunas fotos me dispuse hacerle.
En un pequeño descuido, Sebastián se dio cuenta que le tomaba una foto, —mierda, mierda, — corrí, fue lo único que se me ocurrió hacer.
Eso termino de cagarlo todo.
—joder, ¿Por qué has corrido?
Su mirada confundida, su rostro fruncido, mis nervios aumentaron, intente hablar.
—Lo siento, no soy lo que piensa, o sea ... si soy Lcda. Pero no ejerzo. —pronuncie, con voz quebrada.
Su mirada cambio, era como si me odiara.
—¿Qué dice? Eres ... ¡Wow! Windows, no es tu nombre ¿cierto? —pronuncio, decepcionado.
—No, soy ...
Interrumpió antes que pudiese decir algo más.
Me aproximo a él sosteniéndome de ambos brazos, me miraba fijamente, yo solo quería explicarle, sin saber por donde comenzar.
Hasta que dijo eso, que me quebró.
—Cuanto te pago para que me sedujeras, tienes pinta de ser barata, —pronuncio, mirándome de arriba hacia abajo descriptivamente. Continuo. — ¿fuiste tu quien incendio la cafetería? ¡Habla! —grito, trayendo hacia nosotros las miradas de todos.
Su abogado se acerco y se lo llevo, yo no supe que decir.
Camine a mi auto, maneje a casa al entrar me deje caer al suelo, llore, llore por él, por mí, por la señora del hospital, que no logro despedirse de su hijo, y quizás por eso está allí, llore por mi Gabo.
Su frase al final de la noche, en un mal momento, en los mejores, hasta en el último siempre fue.
"tú y yo juntos nada es mejor"
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