Una Canción para Ti

Cuando Adrien, finalmente, se dio cuenta de que lo que sentía por Marinette era amor, muchas cosas cambiaron para él. Y si lo pensaba, podía reconocer que esa chispa siempre había estado ahí, pero recién comenzó a notarlo la vez que le hizo la broma de la estatua. En ese momento, realmente se asustó por lo que había sentido y aunque lo ignoró para calmar a Marinette que estaba en plena crisis, además de la batalla contra la Titiritera, aquello había quedado rondando en su cabeza, aunque no se daba cuenta.

Ahora que era consciente de que aquella sensación se debía a los sentimientos que albergaba en su corazón por Marinette, simplemente no quería pensar en nada más que en disfrutar de lo que había descubierto.

Y es que mientras más lo asimilaba, más se daba cuenta de que lo que sentía era tan grande que apenas lo podía controlar. Soñaba con ella, era su primer pensamiento al despertar, incluso cuando se perdía en sus sueños estando despierto.

Marinette rondaba en su cabeza casi todo el tiempo, y cada minuto que pasaba con ella, ahora que era consciente de lo que significaba para él, solo parecía ampliar ese sentimiento en su pecho.

Pero, ¿cómo expresarle lo que sentía? ¿Cómo saber si era correspondido?

Cuando conversó con Nathalie sobre lo que sentía por Marinette, se encontró con la sorpresa de que ella sabía muy bien de quién le hablaba, pese a no haberle dado ningún nombre.

¿Siempre había sido así de obvio?

Nathalie no se anduvo con rodeos, afirmándole que sí, que era bastante notable que sus sentimientos por la chica estaban en él hace tiempo, recordándole sobre el regalo que le hizo para su cumpleaños o sobre el desfile del bombín.

De pronto, Adrien estaba teniendo una retrospectiva de todo lo que había vivido con Marinette y el resultado lo aterró, porque su corazón latía de una forma que no lograba entender. Llevó su mano al pecho, arrugando levemente la camiseta negra en su mano.

—No es malo —le dijo Nathalie—. El cariño que sientes por ella se fue cultivando de forma silenciosa, creció y ahora estás aquí, dándote cuenta de algo que siempre estuvo en ti.

Adrien observó a Nathalie y se apoyó contra el hombro de la mujer. Ésta sonrió y le palmeó la espalda para animarlo.

—Cuéntame cómo va todo, ¿ya?

—Aun no sé cómo expresarle lo que siento.

—Quizás puedas sacarles provecho a las clases de piano —le comentó, haciendo que Adrien se separara de ella—. ¿No recuerdas las palabras de tu madre?

Nathalie sonrió cuando vio la realización en los ojos verdes de Adrien.

—¡No hay nada que exprese mejor cómo nos sentimos que la música! —dijo poniéndose de pie con los puños frente a él— ¡Gracias, Nathalie! —dijo, caminando hacia la puerta—. ¡Te iré informando mis avances!

Nathalie solo afirmó y cuando Adrien salió de la habitación, observó una de las fotos de Emilie y luego, el anillo que tenía en su mano izquierda.

—Alguien tiene que ser feliz en esta casa —susurró.

...

Adrien se sentó en su piano y miró las teclas, pensando por dónde podía comenzar. Cerró los ojos, recordando algunos de los momentos con Marinette, y luego los abrió con decisión, poniendo sus manos en el teclado.

...

Ver a Marinette fuera del colegio se había vuelto una misión imposible, pues siempre estaba ocupada, y Alya, de pronto, se había convertido en un muro que le impedía tener unos segundos a solas para que pudiera hablarle. ¡Estaba siendo muy frustrante!

Así que cuando se acercó a ella como Chat Noir, apagó totalmente el switch de lo que estaba bien o mal, porque con el superhéroe, Marinette siempre había sido distinta. Con él ella soltaba lo que pensaba, era sincera, podía hablar de sus sentimientos, incluso se permitía mostrar su carácter y malgenio que solo le había mostrado a él, como Adrien, una vez, cuando se conocieron.

Marinette estaba tan llena de matices que no podía evitar disfrutar de su compañía, de su risa, de la forma en que se adaptaba a las locuras que él planeaba...

Y no podía negarlo, con esa dupla había un magnetismo extraño entre ellos... pero, ¿qué era normal en su vida?

Descubrir que Marinette estaba enamorada de él no se sintió tan bien como esperaba, pues le dolió de una forma extraña e inexplicable, ¿Cómo se sentiría ella si descubriera que era Chat Noir? ¿Que tras la máscara del superhéroe estaba ese chico que al parecer le había hecho daño?

Y hablando del magnetismo que había entre ellos...

Cuando ella se comportó tan tierna y amorosa con él, se dejó llevar otra vez por lo que sentía, aun sabiendo que aquello estaba mal, que era una pésima idea, que era abusivo de su parte porque ella desconocía que era el chico que había querido.

Y para rematarlo, casi la akumatizan por su culpa.

Eso era algo que nunca iba a permitir, porque la quería demasiado, y solo deseaba protegerla y retribuirle, de alguna forma, todo lo que ella había hecho por él.

¿Qué hacer? Ella ya no quería a Adrien y lo que sea que sentía por Chat Noir solo podría ponerla en peligro.

Pensando en eso, suspiró y tras levantarse de su cama, volvió al piano una vez más.

Plagg tenía razón. Tenía que buscar una forma de hacer que los sentimientos de Marinette volvieran hacia él.

Cerró los ojos y sin poder evitar pensar en el beso que ambos habían compartido, siguió jugando con las teclas del piano.

...

Saber que podía haber una posibilidad entre Marinette y él, lo animó a intentarlo todo, incluso aceptar los planes que sus amigos tenían para ellos por más extraños que fueran. Él haría lo que sea para ella estuviera cómoda con él y que supiera todo lo que le hacía sentir... como latía su corazón cuando estaban juntos.

¡Y fue ahí que se inspiró!

Tras una buena lista de planes fallidos, Adrien llegó a su habitación, buscó las partituras que había estado componiendo esos días y se sentó a escribir.

"No necesito una declaración"

Él ya sabía como se sentía ella, que los sentimientos eran mutuos, y era lo único que le importaba en este momento.

"No necesito de un cuento de hadas"

Él no necesitaba de ninguno de los escenarios que pintaban sus amigos... No quería hacerlos sentir mal, estaba agradecido de lo que hacían por ambos, pero...

"Ni de las más sensibles palabras"

Hay cosas que no se pueden decir, pero están a la vista y él solo tenía que ver la mirada de Marinette para saber cuáles eran esas palabras que ella no podía pronunciar.

"No necesito de un atardecer"

Él ya no necesitaba de un escenario perfecto para hablar de sus sentimientos como alguna vez lo había planificado con Ladybug.

"Ni nadar en el mar con delfines"

Porque esa sensación de plenitud ya la conseguía junto a ella.

"No quiero nada así"

Ahora no necesitaba nada de eso.

"Porque con tu silencio, escucho tu corazón latiendo"

Solo necesitaba saber que Marinette estaba ahí, con él.

"Como las alas de una mariposa al volar"

Su corazón latía con fuerza cuando estaban juntos, cuando se perdían mirándose a los ojos y sabían que todo estaría bien.

"La melodía que amo oír"

Y eso se había transformado en una melodía perfecta...

"La melodía que me hace sonreír, mi corazón que late junto al tuyo"

Porque era consciente de que su corazón latía tan fuerte como el de ella, sin poder evitar que una sonrisa se dibujara en sus labios al sentir que eso era una realidad. Que era posible, que esa felicidad que encontraba a su lado, esa paz, era porque la amaba...

"Es la melodía que dice que te amo"

.

.

Soltó el lápiz cuando terminó de escribirla, bajando sus manos a las teclas para ver si todo coincidía y así poder pasársela a sus amigos de la banda para ver que opinaban, lo que menos quería hacer era ponerla más nerviosa junto a él.

.

Pero, claramente, no esperaba que eso terminar haciéndole interpretarla frente a ella.

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