Capítulo IV

Querido James,

Sé cuan difícil y extraño debe resultarte esto...También sorpresivo.

Que alguien desaparezca de tu vida de un día para el otro y aparezca en una carta algo de tiempo después... al menos sé que si yo fuese tú me sentiría así. Además de incomprendida, aislada de todo y todos...bueno, supongo que tú más que nadie sabes como se siente. Después de todo, tú eres quien vive.

No vine a jugar con tus sentimientos James. Lastimarte y privarte de vivir una vida feliz libre de cualquier tipo de atadura es lo último que desearía, créeme.

Si ya no quieres nada que ver conmigo y lograste olvidar entonces, olvida esto también. Me alegra pensar que al fin lograste desprenderte.

Pero si aún piensas en mi entonces ve a mi habitación. Abre el placar y coge una caja blanco viejo que está sobre el estante más alto.

Encontré la forma.

James...podemos hacerlo.

Podemos estar juntos más allá de la realidad.

Tuya por siempre,

Alexandra.


Manejo lo más rápido posible, atravesando la ciudad y cruzando los árboles hasta llegar a Beechmont.

El viento se filtra por la ventana abierta y seca las lágrimas que involuntariamente resbalan por mi cara. Las frases de la carta aparecen en mi mente obligándome a sentirme cada vez más ansioso y alterado mientras dejo el auto en la entrada. La adrenalina sube por mis piernas y enciende mi cuerpo...había olvidado lo que era sentir de esta forma.

Atravieso la puerta y luego el pasillo, deteniéndome en seco frente a la puerta del cuarto de Alexandra. Inhalo y abro la puerta de golpe. La inesperada pero obvia oscuridad ahoga mi vista. No permito que mis ojos se acostumbren y presiono el interruptor de luz.

Lentamente, se encienden todas las luces y faroles. El escritorio, las fotos, los posters, la cama...

Está todo intacto, como si nos hubiera abandonado la noche anterior.

Abro la carta rápidamente y corroboro sus indicaciones.

'Abre el placar y coge una caja blanco viejo que está sobre el estante más alto.'

Hago lo que me dice evitando detener mi mirada en sus ropas y sus libros.

Bajo la caja de un tirón, es liviana. Me siento sobre el borde de su cama y la observo.

Dice 'James' en la tapa.

Contengo los nervios cerrando con fuerza los puños. Nunca me imaginé esto...nunca pensé en la posibilidad de volver a sentirme así.

La caja es cuadrada y de tamaño razonable...y supongo que así se ve el blanco viejo.

¿Estaré haciendo lo correcto? ¿Hacerle caso a lo que dice una carta? Después de todo es ella, o bueno...fue ella.

¿Será mejor o será peor?

Abro los ojos y con ellos, la tapa de la caja.

Hay sobres. Miles de ellos ordenados de manera perfecta.

'Cuando te sientas solo', 'Cuando odies el mundo', 'Cuando quieras recordarnos', 'Cuando tengas un mal día', 'Cuando necesites saber cuanto significabas para mi',

'Cuando estés estresado', 'Cuando no puedas dormir', 'Cuando necesites reír', 'Cuando cumplas veintiún años', 'Cuando sea tu primer día de universidad', 'Cuando te gradúes de la universidad', 'Cuando sea el primer día de invierno', 'Cuando sepas que es ella', 'Cuando me extrañes'...

Alzo la vista un segundo para obligarme a respirar. Maldita sea Alex. Has pensado en todo...¿Cómo es que nunca se me ocurrió, que alguien como Alexandra, se iría así sin más?

Bajo la vista y leo otra, que además de estar escrita en marcador negro como todas las demás, tiene una margarita pegada con cinta adhesiva. La flor está marchita, aunque parece húmeda, como si la cita la estuviese protegiendo de secarse por completo.

'Cuando mi partida sea reciente (COMENZAR AQUÍ.)'

Siento una punzada de dolor atravesarme el pecho pero sin embargo sé, que si se trata de ella, no hay manera en que me haga mal. ¿Qué es lo peor que puede pasar?

¿Enamorarme más de ella? Ya estoy completa e irremediablemente enamorado.

Tomo la carta entre mis manos y la abro. El papel cruje mientras pequeños rastros de polvo y papel despedazado vuelan como partículas entre los halos de luz. De alguna manera, eso también me hace recordarla.

Así que decidiste que me quede.

No tienes idea de cuanto me alegra y las ganas que tengo de que sepas de que se trata todo esto. No te preocupes, ya irás entendiendo...C1uando N1ecesites V1erme.

Seguro te habrás preguntado en qué momento preparé todo esto. Pues bien, se me ocurrió el día en que viniste a casa después de que peleamos y te conté acerca del cáncer. Estábamos durmiendo, o al menos yo fingía que lo hacía. Tú también fingías y de hecho te escuché llorar en silencio otra vez ¿lo recuerdas? U1n L1ugar E2scondido.

Sé cuanto odias demostrar que las cosas te importan tanto o dejar ser ese lado sensible cargado de humanidad pero ¿sabes qué James? Eso te hace único.

Es extraño pensar que ese día en que llegaste después de haber estado separados unos días, está mas cerca de mí que de ti. Eso sucedió ayer para ser exactos. Nosotros estamos aquí ahora James, juntos otra vez. ¿Cómo están mamá y papá?¿Es de día o de noche? ¿Qué día es allí? E2l L1azo dura para siempre.

Perdona...sabes como puedo poner con las preguntas. Quizá creas que es estúpido ya que 'no hay manera de que sepa las respuestas' por que 'no estoy', pero...¿sabes qué? Ese 'espacio más allá de todas las cosas'...está allí James. Estoy aquí contigo de otra manera y no tardarás en entenderlo todo.

R1ecuerda, N1o E2xisten L1os K1ilómetros.

Tuya por siempre,

A2- A2lexandra.

Alejo la carta de mi vista un momento para procesar lo leído. Es un acertijo.

Giro la mirada bruscamente buscando un bolígrafo, un pedazo de papel, lo que sea que me permita ordenar las ideas.

Me acerco a su escritorio y cojo lo que necesito; una hoja y un lápiz negro.

Me siento en su cama otra vez y observo el papel tratando de mantener la calma. Los nervios producen un ritmo constante de fricción entre mis dedos y el papel.

Dibujo un círculo en las letras que tienen esos números:

C1- N1- V1- U1- L1- E2- E2- L1- R1- N1- E2- L1- K1- A2- A2.

¿Qué es esto? ¿A qué van los números? Me detengo en la frases enteras:

C1uando N1ecesites V1erme, U1n L1ugar E2scondido, E2l L1azo dura para siempre, R1ecuerda, N1o E2xisten L1os K1ilómetros, A2- A2lexandra.

Ese no puede ser el orden...no tiene sentido.

A menos que...

Tomo nuevamente el lápiz y transcribo las frases. Borro y vuelvo a escribir un par de veces hasta llegar a esto:


Un lugar escondido

cuando necesites verme.

Recuerda, no existen los kilómetros

El lazo dura para siempre.

Alexandra.


Siento un repentino cosquilleo debajo de la palma de mi mano y pienso en aquella posibilidad...Un lugar escondido cuando necesites verme.

¿De qué lugar habla?

Vuelvo a detenerme en los números. Es un patrón pero...¿qué significa?

Si los ordeno respetando el número de cada letra entonces obtendría esto:

C – N – V – U – L – E – E – R – K – A – A

Me friego las sienes tratando de descifrarlo...

Alexandra ¿no era más fácil directamente escribirlo y ya?

'Si, pero no sería divertido', pienso inventando una respuesta de su parte en alguna parte de mi cabeza.

¿Qué lugar puede ser? ¿el parque de su casa? ¿el bosque? ¿cual?...ninguno de ellos cuaja con las letras.

Los segundos se congelan mientras descubro la respuesta. La escribo lentamente con miedo a equivocarme pero pronto lo sé. No estoy equivocado.

Observo las letras sin pestañear con miedo a que desaparezca entre mi vista y con él, la posibilidad de encontrarla.

CAVE – RUN – LAKE

Manejo a R4 por la ruta. No le hago caso a las indicaciones, después de todo sé como llegar y no puedo concentrarme en eso.

Repito su estrofa una y otra vez en mi cabeza, hasta puedo imaginar el color de su voz diciéndolo...¿qué estoy esperando encontrar?

Mi mente dibuja todo tipo de posibilidades, banalidades que se pierden en trazos de oscuridad. ¿Cómo piensa lograrlo? ¿qué descubrió?

Y más importante aún, ¿porqué no me lo dijo antes?

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