35
Lo único que se escuchaba en aquel pasillo eran sus tacones pisar con fuerza, su figura delgada y esbelta volvió hacerse presente en la disquera de manera imponente. En una de sus manos llevaba todos los documentos que trabajo su último día de descanso, porque después de pensarlo bien, Felix le había dicho que no volviera a la oficina así que podría trabajar en casa... y en la otra mano, un sobre amarillo, para evitar que se traspapelara.
Hoy su mente estaba despejada, extrañamente no habían pensamientos negativos que le provocaran ansiedad e incluso no estaba nerviosa en lo absoluto. Hoy sería un gran día y eso nadie lo cambiaría, no cuando su ser estaba más seguro que nunca.
Al estar frente a la oficina del presidente de la empresa tocó y a los pocos minutos se le fue permitido el paso. Observo al señor Rodríguez sentado en su escritorio y se acercó para dejar los documentos que había arreglado, redactado, firmado y entre otras cosas, en el escritorio.
- Esto es todo el trabajo que me correspondía antes de tener la semana libre. Le agradezco mucho que me haya permitido... descansar. - habló en un tono extraño.
A pesar de su voz suave y calmada, las palabras parecían tener algo escondido en ellas, porque basto con decirlas para que el ambiente se pusiera pesado.
- Excelente señorita Evans, y con respecto a su descanso... se lo merecía. - soltó el robusto hombre, y tomo los documentos para guardarlos pero rapidamente escucho como sonaba un "click" en su cerebro. Ella era la vicepresidenta de la empresa, estos documentos podían quedarse en su oficina.
Terminó de guardar los documentos sin decir nada al respecto, y la observó colocar aquel sobre amarillo frente de el. Se mantuvo en silencio y lo abrió encontrando unos papeles y un pendrive...
Me observó perspicaz y solo asentí para que tomará primeramente el pequeño disco extraíble. Lo inserto en su ordenador y después de unos segundos la conversación de Kagami con Chloe se escuchó. Al finalizar el audio, el hombre estaba pálido y sólo permanecía en silencio.
- Me decepciona saber que usted haya dudado de mi trabajo solo por un comentario de alguien ajeno a la disquera y que obligó a Luka a dejar la "relación" que llevaba conmigo... - dije y lo observe tragar saliva.
- Entiendo... - fue lo único que salió de los labios de aquel hombre. Sabía que no diría nada al respecto pues todo estaba claro.
- Sí, y supongo que usted entendera la decisión que tome. - señale los papeles que estaban aún reposando en el escritorio y el los tomó leyendolos.
Era una carta de renuncia donde estaban redactadadas explicitamente las razones por las cuales renunciaba, donde también se nombraba el hecho de que sería la nueva presidenta de la empresa de mis padres. No culpaba lo sucedido con Kagami de renunciar, eso solo fue un un pequeño empujón para tomar mi decisión final.
- Comprendo... señorita Evans y espero tenga un buen último día. - dijo y aquel hombre que mayormente era un cascarrabias de primera se desvaneció en segundos.
- Sonará grosero y disculpeme por ello, pero mi último día en la disquera fue ayer, hoy solo vengo a recoger mis cosas y dejarle mi carta de renuncia. - explique y el señor Rodríguez solo asintió.
Me levanté de donde me había sentado y observe a mi ahora ex-superior levantarse de igual forma. Me tendió la mano y la sujete dendo un apreton.
- A pesar de lo que ocurrió aún le tengo apreció y estaré eternamente agradecida con usted por haberme permitido trabajar en la disquera, y espero que lo que ocurrio con Kagami no se vuelva a repetir, porque sé que es un buen hombre y que lo hizo por la seguridad de la carrera de Luka y la disquera. - sonreí levemente y observe al hombre asentir con una sonrisa avergonzada.
Salí de su oficina y me dirigí a buscar mis cosas, guarde los libros que tenía en algunas cajas que había traído y dejado antes de ir hablar con el señor Rodríguez; guarde también algunos adornos propios, la pequeña caja fuerte y los objetos de oficina que me pertenecían.
- Hasta que por fin te dignaste apare... ¿Qué haces? - preguntó un Massimo confundido que acababa de entrar.
- Me voy. Hace unos minutos deje mi carta de renuncia. - mencioné brevemente mientras cerraba cada caja.
- ¿Por qué? - cuestino pasmado.
- Mis padres necesitan que me convierta en la presidenta de su empresa y no es algo que pueda rechazar facilmente. - expliqué.
- Dios... me tomó por sorpresa... - suspiró sorprendido ocasionando que riera levemente.
Solo negué con diversión y con su ayuda baje las cajas con mis pertenencias para llevarlas a mi nuevo trabajo pues dentro de una semana sería oficialmente la presidenta de la empresa de mis padres. Mientras subían las cajas al auto unos pasos veloces llamaron mi atención.
- ¡Tú eres una maldita rata! - le gritó la japonesa en la cara y cuando estuvo dispuestaa encestarme un golpe en la cara, una silueta masculina se poso frente a mi sosteniendo el golpe de Kagami. Era Luka.
- Déjala en paz, Kagami. - habló sereno y lo único que se escuchó de parte de la pelinegra fue un grito furioso.
- Vas a cobrarla muy caro... - me observó intentando intimidarme y luego se fue sin decir más.
- Intenso. - hablo después de unos segundos, Massimo.
- Si, creo. - reí incómoda y el rubio se despidió de mi pues tenía trabajo que hacer. Luka me observó en silencio y note su expresión algo triste.
- Lo siento... - susurro. Si no me equivocaba, el ya sabía que estaba enterada de todo lo sucedido y solo suspire.
- Aún estoy molesta Luka y te perdono porque tus intensiones eran buenas, pero no confiaste en mi, no creiste que pudieramos solucionarlo juntos. - mire sus ojos y estaban cristalinos. Aunque mis sentimientos por el aún existan, las cosas no se arreglan con solo decir "lo siento".
- Asumo mi error y te pido, por favor dejame arreglar las cosas... - tomo mi mano y la acarició con suavidad, sonreí triste y aprete suavemente su mano.
Sabía que esto pasaría y mi decisión ya estaba tomada.
- Lo siento Luka, aunque te ame y desee estar a tu lado, no voy a volver a salir contigo o por lo menos no ahora... - culmine está conversación y solo le di un beso en la mejilla para luego soltar su mano.
Que no confiara en mi era la razón por la que no volvía a estar con el, si así fue antes... nadie asegura que no sera así después y aunque es algo tonto, el simple hecho de no haber confiado en mi para contarme lo que pasaba lo llevó alejarme de el, a decir cosas que no debió.
Subí al auto y con un nudo en la garganta me marché, dejando una parte de mi vida atrás y a la persona que amaba.
[...]
- Entonces... ¿Qué me dices? - cuestiono el rubio por teléfono. Solo reí levemente.
- Esta bien, ¿quieres que lleve algo? - hable.
- No te preocupes por eso, si hace falta algo de último minuto yo te aviso pero no creo que algo falte. - respondió y yo solo rodé los ojos con diversión.
- Bien, nos vemos está noche. - conteste y solo escuche su despedida para que después la llamada fuera finalizada.
Era Félix, me había llamado para invitarme a una noche de películas con el Adrien y unos amigos suyos. Acepte aunque no convencida del todo, pero como era Felix quien me invitaba sentía que no podía negarme... el ha sido muy bueno conmigo y no iba a rechazar su invitación así como así.
Me sorprendía lo rápido que pasaban las horas, dentro de una hora iría a casa de Felix así que tome una ducha y luego me vesti con un conjunto bastante casual, le deje comida y agua a Sparkie y salí camino a la pequeña reunión.
- La paciente ha llegado... - comentó burlón al abrirme la puerta para luego reir.
Me dejó pasar después de saludarnos y observe al otro rubio echado en el sofá viendo una película que estaban pasando en la televisión junto a otros chicos que desconocía.
- Levantate Adrien, tu padre estaría molesto por recibir a la visita de ese modo. - habló Felix haciéndolo sobresaltarse ocasionando que cayera del sofa. Las risas de los demas no tardaron en escucharse.
- ¡Idio... Hola, _____! - exclamó nervioso cuando estaba a punto de gritarle a su primo.
- Vaya amor de primos. - carcajee al ver la mirada asesina que le enviaba el Agreste.
- Un... pequeño desliz. - rieron ambos.
Camine junto al de ojos azules hacia donde estaban los demás y los observe con atención...
Una chica algo baja de cabello negro largo, se parecia bastante a Marinette; una rubia de ojos verdes, un chico de cabello castaño y ojos azules, y un moreno de ojos verdes. Se veían... agradables.
- ______, ellos son Bridgette, Melodie, Claude y Mercury... - presento del de ojos azules. Éstos chicos tenían unos nombres bastante particulares.
- Es un placer conocerlos. - ellos me sonrieron bastante animados y estreche con cada uno mi mano. Espero esta noche no sea larga...
[...]
Los chicos eran bastante tranquilos, solo conversan, comen, beben vino y ven la película... hemos compartido algunas palabras, pero son agradables.
- ¿Quieres más vino? - me pregunto Felix quien no se habia despegado de mi lado ni un segundo, era bastante lindo de su parte ser atento conmigo.
- Sí, por favor... - llenó mi copa y me la entregó.
El ambiente era ameno pero Felix andaba algo extraño, y no la clase de extraño bueno... tenía algo pero parecía pasar desapercibido por los demás. Felix era bastante raro pero no en el mal sentido, sino, es muy cerrado en cuestion de sus pensamientos...
- ¿Por qué no vemos una de terror? - comentó la rubia repentinamente. La mayoría asintió a la idea de ver una así que no me negue, observe a Felix a mi lado a ver si había estado de acuerdo y sus ojos estaban clavados en mí.
Lo oí suspirar y asintió con una sonrisa, pero a los pocos minutos se levanto del sofa y salió a la terraza sin decir palabra alguna. Después de pensar en lo que hizo me levante y fui a donde estaba.
- Sabría que vendrías. - habló al estar yo presente. Lo vi recargado en el muro que evitaba que alguien terminará cayendo directo al suelo.
- ¿A sí? ¿qué te hizo creer eso? - el lavanto los hombros indiferente y yo fui a parar a su lado.
- Tal vez intuición, o el hecho de que estás atenta a mi. - habló con un leve tono de burla. Me había descubierto.
- Bien, me descubriste, pero si vamos hablar de quien esta atento a quien... podemos decir que no te habías separado de mi en toda la noche hasta ahora. - comente y el río.
- Hemos sido descubiertos. - después de eso solo nos quedamos en silencio sintiendo la brisa de la noche golpear nuestros rostros.
Podía ver las pocas luces de algunos edificios y las estrellas en el cielo, porque sorpresivamente la luna estaba cubierta por nubes que tal vez traen consigo a lluvia. La atmósfera entre ambos no era asfixiante, era cómoda y tranquila a pesar del silencio que había.
- ______. - me llamó y al voltear solo vi sus ojos, que podría haber jurado que me congelaron.
Su azul era tan diferente al de Luka, tan frio y a la vez cálido, no como el azul del cielo sino como un oceano congelado, tan frio que quema... a veces no sé que cosas pienso.
- Felix... - le conteste, y al respirar sentí mis pulmones congelarse. Estoy segura de que no hacía tanto frío antes.
Se acercó a mi con aquella actitud que había tenido en la fiesta donde lo conocí, me tomó con firmeza de la cintura y lo último que sentí fueron sus labios chocar con los míos empezando una dulce danza.
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